miércoles, agosto 31, 2005 

Arreglen la habitación

Nunca he tenido miedo a envejecer, lo asumo como parte de la vida. Las arrugas que van surgiendo en mi cara son un detalle más del proceso como las canas o la incipiente calvicie. Los hombres suelen temer la caída del cabello pero a mi me da igual, conozco mis antecedentes familiares y no pienso gastar ni un céntimo en productos anti-caída. Sin embargo, esta mañana al levantarme y mirarme en el espejo he visto algo que no me ha gustado. Son tres rayas paralelas que salen del lado izquierdo del rostro, parecen unas marcas de dormir pero teniendo en cuenta que duermo sobre el lado contrario de la cara no tiene mucho sentido su existencia. Ya las había visto más veces, solían desaparecer después de la ducha pero esta mañana continuaban allí cuando llegué a trabajar. Una cosa es quedarse dormido y solo tener tiempo para ducharse y vestirse y otra bien distinta es llegar al trabajo con marcas como si fueran de la almohada. He superado el trance con visitas continuas al espejo del cuarto de baño del curro.
Con la boda del sábado tan cerca comienzan a llegar los familiares, mi tío Sergio que vive en Hospitalet se ha acercado por mi curro a saludar aprovechando que se aloja en casa de su hermano (mi jefe y también tío). Ya tengo toda la ropa elegida para la ceremonia.
Me he pasado las tardes de los dos últimos días ordenando mi habitación para que mi hermano vuelva a habitarla durante una semana. Ha sido un proceso minucioso, como recolocar parte de sus cosas de forma que tengan un sitio que no estorbe pero que sea provisional, he tenido que recordar como estaba todo cuando compartíamos habitación. Él regresa el viernes pero mi hermana llega mañana y se queda unos veinte días para examinarse. Dejando a un lado las relaciones puramente familiares, estas dos visitas me suponen un quebradero de cabeza virtual importante porque tenemos el disco duro del ordenador separado en cuatro partes y yo me he apropiado de unas cuantas gigas de los de ellos. Esta ha sido la verdadera tarea complicada y que me ha llevado más tiempo. Tener que elegir entre todos los archivos acumulados si borrarlos o grabarlos en Cd. Al final, he vaciado sus discos duros y he seleccionado aquellas cosas que merecía la pena grabar (sobre todo música). Aunque había mucha mierda acumulada, con el cuento de que tienes mucho espacio vas guardando y guardando y el ordenador se vuelve más lento pero no te das cuenta porque para lo que lo utilizas no necesitas tanta velocidad.
Por lo demás, otro mes que finaliza y el tiempo va empeorando pero seguiré hasta el mes que viene con la jornada intensiva con lo cual tendré las tardes libres.

lunes, agosto 29, 2005 

Último día de playa

Sigo sin dormir las horas que necesito (entre siete y ocho), me despierto tarde con lo cual me cojo dos frutas para el camino y evito desayunar hasta la pausa del curro donde no puedo evitar tomar pan con mantequilla y café. La vieja costumbre de los cereales y el té chai en casa y la fruta en el trabajo intentaré recuperarla el mes que viene. Tengo esa manía de esperar a una fecha determinada para realizar algún cambio en mi vida.
Por la tarde he bajado (seguramente por última vez este año) a la playa con Santos. Le ha llamado Tóni para quedar luego en La Bottega. Allí degustamos un café con hielo y echamos un vistazo a la cámara de fotos para recordar las hazañas del finde. También estuvimos en A Casa da Moura y en el Polvorín. Como era el día del espectador ellos querían ir a ver Sin City a los cines Filmax del Puerto, los acompañé pero no me quedé la película porque empezaba muy tarde. Mientras tanto nos pusimos a hacer unas fotos de los tres dando un gran salto pero calculábamos mal y no estábamos sincronizados, estuvimos un buen rato repitiéndolo para conseguir una decente pero no hubo forma. Eso sí, nos partimos de risa viendo los vuelos de cada uno. Finalmente les dejé y me fui para casa.

domingo, agosto 28, 2005 

Empieza la liga

Para superar la escasa resaca de ayer y la modorra provocada por el arroz caldoso de la comida en el Aguieira nada mejor que una sobremesa de periódicos dominicales y fútbol. Ya está aquí la nueva temporada. Para algunas cosas el verano se hace largo, los devaluados torneos veraniegos no consiguen quitarte el mono. Pero casi todo lo bueno regresa alguna vez. He visto la primera jornada de liga por la tele con mi padre y un amigo suyo. El Depor ha debutado con una mínima victoria en Mallorca, ha sido un mal partido aprovechado para terminar la lectura del suplemento mientras escuchaba los comentarios del locutor y de mis compañeros de sofá. He enlazado el pitido final con los resúmenes de la jornada hasta la hora de acostarme.

sábado, agosto 27, 2005 

Cinco hermanas y cinco galos

Levantarse tarde con el tiempo justo para ir a comer fuera con tu padre y, por culpa de la lluvia y una mala elección de la ropa, tener que pasar toda la tarde del sábado jugando a la videoconsola después de muchos meses agota a cualquiera.
Cuando Santos intenta convencerme para que baje ya estoy demasiado acomodado y no me apetece tener que volver a casa de mi madre para cambiarme de ropa y salir. Pero una de mis debilidades es no saber decir que no y en media hora me ha convencido. Me pongo un chubasquero retro (era de mi padre) pero está forrado y da mucho calor, creo que necesito comprarme algo para la lluvia veraniega tan común por estos lares.
Como ayer los tres en el Soho, esta vez Iván está enfermo y Koko regresa mañana a Madrid. Se llena de gente conocida como una solitaria Carmela, tres hermanas (una de ellas bailarina emigrante) o la sorpresa de la aparición de Cristina (vía Madrid-Dublín) que me cuenta detalles de sus vacaciones y está acompañada de un grupo de gente de la que solo me suena Patricia. Transcurren varias horas entre copazos, fotos indiscretas y una variada conversación llena de miradas furtivas. Las circunstancias imponen un boicot al Patachím (a mi pesar) y entramos en el Telefunken donde bailamos sin parar durante mucho tiempo. Tenemos cerca de nosotros otras hermanas (éstas de nombre caribeño) y un grupo de chicas que lanzan sus miradas y sonríen mientras Santos usa su cámara para hacer un nuevo vídeo entre series de fotografías. Vamos al Velvet donde proyectan “Scarface” y Santos se empeña en hacerse una foto con Al Pacino, resultó difícil pero se podría decir que objetivo cumplido. Se nos acerca David y nos cuenta una macabra historia con el foro de empuje como arma y el playero Héctor como víctima y verdugo al mismo tiempo. Nos da unas invitaciones para la Boite del Playa donde hay una fiesta de despedida del verano pero no tenemos ni ganas ni dinero. Nos vamos hacia casa, en la plaza de Maria Pita nos paramos a hacernos una foto indispensable de cinco galos (dos de cartón piedra): Asterix, Obelix, Santix, Carolix y Pablix. Pero no sería la última gran fotografía; nos cruzamos con dos coches de policía cerca de nuestro portal, su presencia sospechosa nos sorprendió pero cuando vimos el cristal de la puerta roto comprendimos porque rondaban por allí y decidimos que ante la desgracia comunitaria había que ponerle algo de humor para irse con una sonrisa a la cama. El escenario era el más adecuado para un fotomontaje de la rotura de un cristal (ya roto) por parte de unos (vecinos) gamberros. Causó el efecto deseado pero no pensamos qué hubiéramos hecho si llega a aparecer un vecino y se toma en serio lo que era una broma convirtiéndonos en culpables de algo que no habíamos cometido.

viernes, agosto 26, 2005 

Aires nuevos en el Soho

Acaba la semana laboral igual de aburrida que la anterior, es duro decirlo pero tengo ganas de que vuelva el ritmo frenético de trabajo, no aguanto pasarme varias horas sin cosas que hacer, prefiero la época estresante de no parar en toda la jornada. Superado el trance fui a comer a La Masía con mi padre y mi hermano. El resto de la tarde hasta las ocho lo he pasado en la biblioteca recopilando fechas y notas para mi base de datos sobre películas vistas en el cine. Me puse un día de casualidad y ya levo registradas más de quinientas, tengo datos aproximados de los últimos cinco años pero quiero seguir hacia atrás con la década de los noventa. También he pasado por la feria del libro antiguo para preguntar por ejemplares de libros descatalogados que quiero leer y no están disponibles en las bibliotecas.
Cuando estaba cerca de casa con los cascos puestos, escuchando obsesivamente el Costabravismo de LCB, gritan mi nombre miro hacia todos los lados y veo a mi madre agitando los brazos desde una ventana de mi edificio que no es la suya. En estos casos no suelo sentir vergüenza, lo veo como una situación atípica pero normal e incluso sonrío. Me pasé el resto de la tarde-noche viendo el triunfo del Liverpool en la Supercopa de Europa con Cissé en plan estelar. El cansancio habitual de la noche de los viernes me tentaba a quedarme tirado en el sofá pero la llegada de Carolo para salir con su hermano Santos acabó por convencerme. Parecía que la ciudad estaría desierta por el concierto de Juanes que se llevaría a todo el pijerío mientras buena parte de los indies estarían en el concierto alternativo de Los Mistakens, quedando el resto para poblar la noche. Quedamos los tres en el Soho, tenía algo especial desde la última vez que estuve, el calor habitual desaparecía para dejar paso a dos aparatos de aire acondicionado cuya regulación exagerada nos iba a congelar. Además habían tirado un tabique haciendo más amplio el camino hacia los servicios pero se acumulaba más gente que antes sin el efecto embudo de siempre. Habíamos decidido que la noche sería ligera y luego nos pasamos por el Patachím. La casualidad hizo que coincidiéramos con Iria, la amiga de Pepi, que estaba con una pareja mixta. Como Santos había bajado su cámara y cada vez que podía estaba sacando fotos, en una de ellas se pusieron delante posando y decidió disparar. Lo curioso es que si la quieren ver tendrán que pedírsela, siempre y cuando no se le ocurra colgarla en alguna web o mandársela a Pepi para que sea la intermediaria. Para terminar la noche accedí a pasar por el Soda, comprobando que sigue sin gustarme, y de vuelta a casa una foto mágica: en las escaleras paralelas al instituto con las paredes cubiertas de graffitis Santos coge las bolas rotas de dos farolas a modo de balanza y yo disparo…(ahora tendría que colgar la foto pero no me la pasó).

jueves, agosto 25, 2005 

Tiene que llover

La lluvia volvió para acallar a esos mafiosos que queman nuestros preciados montes y dejó la tarde para tirarme en el sofá. Salí a las ocho para recoger mi último pedido musical en correos, el Costabravismo (por fin) y el último de Deluxe (por efecto post-Cultura Quente). Después cita en La Montanera con mi madre y unos amigos de toda la vida. Vienen todos los años a pasar unos días pero el año pasado no coincidimos y me apetecía verlos, aunque si tengo que elegir entre el padre, la madre, la hija o el hijo, me quedo con el padre (justo el único que no vino) y la hija (que llevaba unos años sin venir). No me sentía con ganas de aguantar conversaciones absurdas contándoles toda mi vida y milagros pero hay veces en la vida en las que no queda más remedio que pasar por el aro aunque solo sea por acompañar a tu madre. Ha estado mejor de lo que pensaba, además era la primera vez que iba a La Montanera y me gustó la comida aunque me dejara 50 euros en invitarles. De camino a casa una llamada a Santos, que estaba cenando con Iván y Mónica en el mejicano, para saber cómo había ido todo lo de la grabación del concierto del grupo de Paco Lodeiro.

miércoles, agosto 24, 2005 

La boda más cerca

Después de comer me tuve que probar el pantalón del traje para arreglarlo para la boda, era increíble lo que me sobraba. Fui a la playa del Orzán a recoger a Santos para irnos a la de As Lapas donde nos esperaban Tóni y Sergio. Bajé a la arena y decidimos que era mejor quedarse allí. Cerca de nosotros pude ver a la chica del instituto que me sonríe en invierno cuando se cruza conmigo a la hora de comer, pero esta vez nos limitamos a la siesta y alguna mirada furtiva. Me bañé con bandera amarilla y unas olas tremendas pero aún así no perdí las lentillas que hacía muchos días que no me ponía. De camino a las duchas me crucé con Raúl, nuestro vecino, y le expliqué donde estaba Santos. Nos contó como acabó la cena de vecinos. Me gustan las llegadas por sorpresa que se convierten en un rato agradable aunque me quedé dormido en un intervalo de silencio. Nos despedimos, pasamos por casa media hora y volvimos a bajar hacia La Bottega donde quedamos con éstos. Estuvimos viendo las fotos (y mi video) que sacó Santos el sábado. Los paseos de ida y vuelta por la misma calle, para decidir donde meternos entre los sitios abiertos, hicieron que me parara varias veces a hablar con mi otra vecina Lourdes. Finalmente entramos en O’Corno donde estaban mis primas María y Patricia con su novio (y mi futuro primo político Lois desde el próximo día 3), comentamos los pormenores de su boda y apunté los números ganadores del sorteo de las cenas de la noche de los corazones rotos antes de volver con los chicos. Dudando entre irnos a casa o tomarnos la última, optamos por hacer la primera visita al OCM (nuevo local moderno que será el futuro templo del pijerio coruñés) que fue el objetivo de las últimas fotos de un fotógrafo obsesionado con las panorámicas. Al llegar a casa comprobé que no hubo suerte, nuestros números no eran los afortunados y pensé en llamar a la desconocida de aquella noche para proponerle ir a cenar y conocernos aunque no nos tocara el premio.

martes, agosto 23, 2005 

Coincidencia de aniversarios

Este día es especial, lleno de aniversarios y fiestas. Primero, un homenaje virtual a este diario que ya es sietemesino como su autor. Creo que voy a seguir un tiempo, llegar al año sería un reto interesante. Tengo pensados algunos cambios que ya iré introduciendo con el tiempo pero que no alterarán el espíritu del mismo. Continuaré dando mi punto de vista de las cosas que suceden a mi alrededor aunque pueda tener una imagen algo distorsionada de lo que en realidad ocurrió.
Tras este preámbulo, deciros que una tarde soleada más he bajado a la playa del Orzán con Santos. Ha sido apenas una hora con mar de fondo y subiendo la marea por lo que la idea de un baño resultó descabellada. Después de ducharme y arreglarme he cogido el coche con mi madre de copiloto hasta casa de mi tía Malena. Me ha resultado difícil, no por el trayecto en sí (otra zona de la ciudad peinada) si no por los continuos comentarios de mi madre que me ponían más nervioso aún. El motivo de la visita era la celebración de los santos de mis tías Rosa y Elena. La mesa del jardín llena de pinchos, una especie de bol gigante con un cóctel parecido a la sangría en una mesa auxiliar y agua. Como no quería tener problemas para conducir tomé agua. Buena parte de la conversación giró en torno a los movimientos en los despachos por el cambio de gobierno, debido a tener dos posibles altos cargos entre los presentes. También me tocó contar por enésima vez toda la historia de mi cuento premiado y recibí mi primera crítica a cargo de mi tío Jose, una fuente fiable al ser catedrático de latín o griego, que no estaba de acuerdo con una frase. Le escuché con atención cuando lo más lógico sería no hacerle caso por llevar unos días con el ego por las nubes.
Tuve que dejarles porque tenía el cumpleaños de Marta en la otra punta de la ciudad, nuevo largo recorrido automovilístico en solitario. Era en la terraza de casa de sus padres. Pensé que iba a pasar frío al ser al aire pero le acababan de poner hace unos meses una cubierta aislante que no impedía seguir contemplando las hermosas vistas del litoral de la Torre de Hércules. Me costó convencerles que había venido en mi propio coche, tuve que señalarlo y enseñarles las llaves y la funda con la radio. Estaban Alex, Bea, Susana, Luz, Sonia y Jose, Adriana y su novio andaluz de nombre olvidado y Jorge. También pasaron por allí parte de la familia de Marta como su madre, su tía, sus hermanos o su prima Cristina que vino con su novio (era como un atlético y alto vikingo con voz poderosa). Puesta al día por partes con Bea, Alex o Luz. Perdí la noción del tiempo olvidándome totalmente del partido de vuelta de la final de la Intertoto del OM y mi Depor. Cuando me acordé, Jose y yo hicimos una escapada para verlo, faltaba media hora e iban empatados. No podíamos imaginar cuando tuvimos que subir a lo de la tarta y los regalos que diez minutos más tarde ya perdíamos 3-1. Cuando volvimos y nos metieron otro gol que nos eliminaba regresamos arriba sin ver el final. Entre los regalos, alguna broma como el libro de La Parejita por tercer año consecutivo (esta vez era uno suyo sustraído de su casa y empaquetado de nuevo) o un paquete de clínex que no pude ver bien para comprender el motivo. Todo ello con las continuas fotos de grupo. Se me hacía tarde, la cosa iba decayendo y la gente iba marchándose. Tocaba un nuevo reto conducir de noche, con puteo previo desde la terraza respondido con varios fogonazos con las largas. Pasadas las doce y sin problemas llegué a casa.

lunes, agosto 22, 2005 

Un serrucho sentimental

No suelo ser contradictorio pero hoy lo he sido. Ayer dije que estaba cansado de tanta playa, cañas y tapas pero no he podido evitar hacerlo de nuevo. He bajado solo a la playa pero una llamada de Carol alteró mi siesta y me obligó a llamar a Santos que también estaba en el Orzán aunque llevaba unas horas más que yo. Estuvimos juntos hasta que la subida de la marea comenzó a causar estragos a nuestro alrededor. La típica ducha rápida estilo matinal y vuelta a las calles.
Nuestros planes indefinidos se vieron alterados por una propuesta inmediata de Iván, acudir al concierto del grupo de Paco Lodeiro (su jefe) supuestamente a grabarlo en vídeo aunque al final solo lo escuchamos. Fue en un parque en pleno Paseo de Los Puentes, rodeado de niños y padres, pelotas de fútbol, triciclos y bicis, perros y dueños o los incansables viejos ocupando el centenar de sillas de plástico dispuestas en el césped a modo de platea. El variado repertorio musical se acompañó con pequeños diálogos humorísticos e irónicos entre Paco Lodeiro
y Carlos Jiménez (al que me presentó Eduardo una noche) , humorista e imitador asiduo de la TVG y del programa de radio “Corre Carmela que Chove”. Además las versiones musicales incluían guiños hacia diversos barrios de la ciudad y comarca que causaban el jolgorio popular como en “Clandestino” de Manu Chao. El ahora más estilizado Paco Lodeiro parecía una mezcla entre un cantante verbenero y Tom Jones. De las distintas canciones interpretadas me quedo con la versión instrumental con ukelele y serrucho del “Over the Rainbow” de Judy Garland. Del manejo del serrucho y la percusión se encargaba uno de los componentes de “O Jarbanzo Negro”, todo un descubrimiento; otro de los integrantes era un ex miembro de “Zapato Veloz”, pero quizás el más virtuoso era el guitarrista Miguel Ladrón de Guevara. La gente se reía pero permanecía sentada sin bailar salvo el borracho de turno que tenía que montar se espectáculo paralelo.
El frío y la sensación de agotamiento tras más de una hora de chistes e imitaciones seguidas de música nos empujaron a marcharnos sin escuchar el final. Primera opción algo caliente en El Quindío, desechada por estar lleno. Como alternativa entramos en la Calvo Sotelo a por unas cañas y la primera tapa de la noche, unas patatas picantes (realmente eran unas patatas bravas pero consiguieron que nos picara la curiosidad). Chicas conocidas de tiempos lejanos ahora convertidas en presuntas divas o artistas nos observaban desde la terraza del Bristol mientras tomábamos unos cortos y tapas en El Bombilla, nuestra segunda parada. Santos propone un sitio desconocido para mí cerca del Lois. Se llama el Rincón de Eli y lo recordaré por las tapas de mini tortilla y de mejillones al vapor por 0.90 euros y por haberme cruzado por el camino con una chica a la que quise amar demasiado tarde y ahora parece que tiene novio. Caminando por la calle de La Estrella hacia casa caímos en la tentación de jugar una partida al “House of Dead III” como terapia de desamor y nostalgia adolescente. Conseguimos jugar solo una gracias al esfuerzo que suponía sujetar y disparar la pesada escopeta recortada, pero me temo que volveremos a jugar otra partida cualquier día de éstos.

domingo, agosto 21, 2005 

Primeros encargos

Como le había prometido a mi padre y a mi tío ir a comer a la aldea solo he dormido unas cuatro horas pero no tuve resaca ni me encontré especialmente cansado. Creo que lo peor será mañana cuando tenga que despertarme para ir a trabajar. En mi aldea tuve que aguantar los halagos de mi tío que no solo me llamaba escritor si no que me pidió que le ayudara con un libro que está escribiendo sobre la historia de mi aldea. Me va a pasar los bocetos y esquemas que tiene para que yo les dé forma. Es un tema del que ya estaba detrás pero me faltaban las palabras adecuadas para pedirle a mi tío que me dejara escribir todas las historias que nos transmitía oralmente acerca de la zona o de nuestros antepasados, ahora el azar me ha concedido la oportunidad que espero no desaprovechar.
También reflexioné acerca de mi diario y voy a hacer unos cambios comenzando por preservar algo el anonimato de algunas personas limitándome a poner sus nombres sin apellido, quizás me incluya en esa lista cambiando mi perfil. Es lo que tiene de malo escribir de todo y de todos sin pensar en el daño que puedes causar a terceras personas. Otro tema pendiente hace referencia a los largos y pesados párrafos que me acaban saliendo, recuperaré los libros de gramática del instituto para intentar mejorar mi estilo y puede que me lea las más de cien entradas que he realizado en mi diario para tener una visión global de los cambios necesarios.
Por lo demás, me siento cansado de tanto ajetreo veraniego, tantas tardes de playa, cañas y tapas y noches de juerga empiezan a pasar factura en mi bolsillo y estado de ánimo, necesito volver a la rutina otoñal. Lo he ido notando los últimos días, si la música refleja tu estado de ánimo, ahora escucho menos pop dejando atrás esas voces femeninas como Las Escarlatinas, Nosotrash o Entre Ríos y regresando a la senda planetaria con los recién adquiridos singles de Los Planetas.

sábado, agosto 20, 2005 

Gente del cómic

Despertarme, ducharme, probarme el traje para la boda de mi prima y ver que lo tendré que arreglar porque me cae hasta las rodillas y llegar a casa de mi tía a comer, todo ello en menos de una hora no está mal para ser sábado.
La tarde, tras una comida y sobremesa larga, se merecía un paseo y algunas compras pendientes, cargando con la camiseta regalada a mi primo que tengo que devolver porque le queda pequeña, no le llega la inmensa XL necesita una XXL. Paso por Tipo a comprarme el recopilatorio de singles de Los Planetas, por fin lo tengo y a un precio por debajo de 35 euros, entro en El Corte Inglés para ver todos los DVDs que no me voy a comprar y camino hasta la feria del cómic donde me limito a adquirir el nº 13 de Odio y el que me faltaba de Buddy y Los Bradley, ambos de Peter Bagge. Llamada a Sonia, de camino a casa, para ofrecerme a comprar los regalos de Marta pero me dice que ya está todo hecho.
Por la noche ceno en casa de mi padre mientras espero algún plan para matar el tiempo hasta la sesión de Adrián de las tres en la Nordic del Playa, con motivo de la feria del cómic. Ridículo intercambio de sms con Santos para decidir acercarnos al Soho donde están Iván, Rodrigo, Adrián, Koko, Silvia y más gente. Me presentan a varias personas pero solo me quedo con algún nombre (Sara o Breixo). Esperamos a Jordi con Breixo mientras el resto se va hacia el KGB & CIA. Llegó Lucía que me saludó desde la distancia y luego Jordi que nos contó que Beti e iria no bajaban. Cuando Jordi se entera de que Breixo “parla catalá”, no puede reprimirse y comienzan a hablar entre ellos en ese idioma. Llegamos al KGB, donde ya había ido una vez con Cristina, me llama la atención las fotos que usan para señalar los baños: el de tías una estatua de la libertad y el de tíos una de Lenin. El ataque de nostalgia se veía venir pero nunca pensé que pudiera llegar a sentirme orgulloso de mear en un sitio, no lo hice con el puño en alto y cantando la internacional aunque lo pensé. Santos se puso a hacer algunas fotos mientras yo hablaba con Silvia y Koko, creo que debió de ser una de las primeras veces que hablé tanto con ellas. Tuve otra charla muy interesante con Jordi y Breixo, que también deja BCN por Madrid, acerca de la política lingüística. Breixo me contó que trabajaba en el mundo del cómic y me dio detalles sobre coleccionismo, aprovechando para preguntarle cuanto valdría el nº 1 de Daredevil que encontré por casa haciendo limpieza. Me pareció un chico muy interesante que hizo de una afición su trabajo, lo que es digno de envidia. Nunca fui fanático de los cómics como para coleccionarlos en mi niñez y adolescencia, los únicos que tenía eran tomos o números sueltos hasta que en mi vida adulta me adentré en el mundo de Buddy Bradley, Monsieur Jean o la serie Paracuellos. Hablando con Jordi al ver unas tías de despedida de soltera en la que dos eran unas jirafas que nos sacaban más de una cabeza, comentamos que nunca saldríamos con tías mucho más altas que nosotros salvo que apareciera una tipo Elle Mcperson. Curiosamente, cuando íbamos camino del Playa recibió una llamada de una amiga suya que le decía que tenía una fiesta en Ibiza a las diez de la mañana en la casa o el barco de ¡¡ Elle Mcperson !!.
En el Playa conseguimos pasar gratis, estaba casi vacío pero Adrián ya había empezado a pinchar. Pasaron las horas, bailando sin parar en una divertida sesión que alternaba Adrián con Koko, repertorio escogido de hits dejando sitio a alguna broma con algún tema de puteo como poner dos versiones del “Panic” de The Smiths (tendría ganas de que le gritaran “hang the dj”). Momentos para las miradas cómplices y las dudas, algunas fotos e incluso un pequeño vídeo conmigo de protagonista cantando el "Teenage Kicks" de The Undertones. No podían faltar tres o cuatro bodas para abarrotarlo todo, ya no cabía nadie en ninguna de las dos partes. Despedida de Jordi con la promesa de seguir yendo a BCN aunque Santos no esté. Finalizó su sesión salí con Santos para fuera pero estuvimos un rato esperando mientras la zona grande seguía poniendo temas que me llevaban a seguir bailando en plena calle. Unos minutos más tarde seguimos solos nuestro camino hacia casa cansados de esperar.

viernes, agosto 19, 2005 

Cena de vecinos

Por fin una mañana medianamente movida en el trabajo, la pausa del café la hicimos pero cuando pudimos no cuando quisimos como los días anteriores. Sigo sin acabar de cogerle el punto al sueño y me encuentro especialmente cansado. Me llama mi tío al curro para felicitarme por mi cuento, cada vez lo sabe más gente temo que lo acabe sabiendo toda la familia y le den más importancia de la que se merece. Quedo con mi padre, mi hermano y Marisa, la prima de Brasil para comer en La Masía. Como no habían llegado todavía, no puedo evitar pasarme por Casa Pilar a tomar un corto y una tapa de brie con frambuesa. Después de una ligera comida con ellos, tenía pensado bajar a la playa llamando a Santos para ver donde se ha puesto pero la marea alta me hace cambiar de planes y me paso la tarde en casa leyendo y conectado.
Recibo una llamada de mi vecina Lourdes invitándome a una cena de vecinos que finalmente consistirá en ir de tapas por la calle de la Barrera, hora indeterminada entre las diez y las once. Por un lado me apetece, pero por otro tenía otros planes, me podría haber avisado con más antelación. Visto que me tendré que cambiar de ropa, ducharme y afeitarme decido salir a correr para desentumecer los músculos por estar sentado tantas horas. Antes llamo a Marta que me cuenta que tiene que darme una invitación para su cumple del martes y le digo que subo a por ella aprovechando que voy a correr. En el portal me cruzo con Ana, la madre de Santos, que me pide que convenza a su hijo para que corra conmigo.
Una vez de vuelta, duchado y afeitado salgo a buscar a mis vecinos por la zona de tapas pero no los encuentro. Entonces llamo a Iria para saber sus planes y me dice que está en el Moncho cenando con Jordi y Beti, me uno a ellos. Nos acercamos a la calle Barrera donde nos separamos porque logro encontrar a mis vecinos. Están en uno de esos locales que no suelo frecuentar del que no sé su nombre. En un principio solo hay chicos: Manuel, Iván, Bruno, Iago, Luis, Raúl y Sergio acompañados de un par de amigos no vecinos. Después van llegando Lourdes, Adela y Alba. Manuel me cuenta las movidas en su trabajo por el cambio de gobierno y Lourdes rememora la noche de los corazones rotos aclarándome que el otro mensaje con un teléfono no era de ellas. Por lo tanto, al final, se trataba de una desconocida a la que puede que llame una semana de éstas para ver si estaba tan borracha como yo o iba en serio su mensaje, me pica la curiosidad. Vamos a la terraza del Tequeño donde sigue la charla con las batallitas, confidencias y anécdotas de juventud. Han sido muchos años juntos, las cosas de la vida nos han ido separando pero nuestra amistad tiene unos fuertes cimientos que nos permiten recuperar la distancia que nos separa, somos diferentes personas pero tenemos una infancia común. Sin embargo, me resulta muy raro hablar con gente con la que no hablaba en aquellos años porque no teníamos relación, sobre todo con los que les llevo casi diez años. Cuando estamos en el Cachivache me encuentro cansado y hasta me veo intentando hablar para evitar los prolongados silencios, la conversación se estanca y aprovecho para salir un momento pero decido no volver. No aguantaba más y aún tenía que ver pinchar a Santos, estuve a punto de entrar en el Patachím pero me di la vuelta y fui al Velvet. Intenté animarme viendo pinchar a Santos pero la sesión electrónica hacia imposible cualquier tipo de conversación y estaba demasiado cansado para bailar. De todas formas, esperé a que llegaran Iria, Jordi y Beti dándole la vara a Santos entre canción y canción. De hecho estaba Koko por ahí pero apenas nos saludamos. Ni me acabé la cerveza, en cuanto llegaron esperé diez minutos y me fui para casa.

jueves, agosto 18, 2005 

Sin City, sin entrada y sin sesión.

Llevo solo tres días y ya me estoy empezando a hartar de tan poco curro, me desespera pensar que pueden quedar dos semanas más así, voy a acabar con todo lo pendiente incluso con lo que no tiene prisa. El cansancio y la niebla me empujan a una tarde a base de video. Recibo varios sms, uno de Koka recordándome la sesión nocturna del Rock’n’roll donde pinchan ella, Santos, Iván y Adrián; otro de Jordi que se va con Iria al cine a ver Sin City. Llamo a Santos, que está por Narón y no le da tiempo a llegar, decido apuntarme al cine pero confundo la hora y cuando llego hay mucha cola y solo unos minutos para que empiece. Contando los anuncios espero que me dé tiempo pero cuando me toca comprarla comprendo que es demasiado tarde y decido no ir por si ya empezó. Doy una vuelta por el recinto que me parece cada vez más patético, paso el resto de la tarde por la feria del cómic y sus exposiciones paralelas, o felicitando a mi abuela que estaba de santo y como todos los años dice que será el último. Me llaman Iria y Jordi que están cenando unas tapas en La Codorniz y voy para allá. Un buen rato después nos encontramos muy cansados, llamo a Santos para conocer sus planes y me dice que hasta las doce y media no se acercará por el pub. Como queda más de una hora y media pasamos de ir a la sesión del Rock’n’roll y le deseamos mucha mierda en la sesión. De camino a casa le mando un mensaje a Koko disculpando mi ausencia de esta madrugada.

miércoles, agosto 17, 2005 

Mi agosto en un minuto

Otro día tranquilo en el trabajo aliviando el mal dormir de otra noche más. Tras comer he cogido el coche y lo he llevado a poner gasolina y lavarlo para que esté presentable cuando regresen mis hermanos a primeros de mes. Luego he salido con Santos y la cámara de video buscando tomas interesantes para participar en “Mi Agosto en un minuto”, una especie de concurso sin premio del País que como su nombre indica consiste en contar en un minuto lo que ha sido un verano. Estuvimos recogiendo imágenes marítimas en una cala cerca del Aquarium y regresamos pasando por la playa del Orzán para buscar a Iria y Jordi e irnos todos juntos a tomar unas tapas y cañas. En un paseo sin rumbo ante locales todavía cerrados, nos decidimos por A Casa da Moura y finalmente el Bombilla. Iria y Jordi tenían pensado cenar una mariscada y estuvimos mirando precios por la calle de la Franja pero no sabían dónde. Regresamos pronto a casa con la intención de volver a bajar más tarde, su opción era cenar marisco pero había otra alternativa, ir a una barra libre de bebidas y pinchos en el Copacabana pero al final no fuimos.

martes, agosto 16, 2005 

Conversaciones sobre un futuro corto

No me costó despertarme a pesar de que dormí poco y mal. Me dio tiempo a afeitarme, desayunar y recoger algo con tiempo para coger el bus tranquilo. En el curro coincidió que muchos estábamos de primer día pero el poco movimiento nos permitió adaptarnos sin problemas, dejando resueltos la mayoría de los temas pendientes por el resto que iniciaron sus vacaciones. Después de comer, una gran siesta y ponerme a buscar la tarjeta bus y ordenar la habitación. Salí para renovar el préstamo de un libro de la biblioteca de la Diputación y me encontré con Santos que iba a la feria del cómic. Pasé por la biblioteca y nos fuimos al stand de Adrián que nos dijo que Iván estaba en la cafetería Copacabana. Fuimos hacia allí y nos tomamos algo mientras nos explicaba un relato robótico de Assimov que servía como base para el guión de un futuro corto de Adrián. Luego llegó su novia Mónica que se unió a nuestra conversación sobre las posibilidades cinematográficas del relato. Nos marchamos a casa, pasando por la caseta de Adrián y coger la cámara de video para hacer varias tomas mañana.

lunes, agosto 15, 2005 

Adiós Vacaciones

Cansada mañana aprovechada para ver el debut de los Allblacks en el Tres Naciones de rugby. Dura derrota ante Sudáfrica que me sirvió para conocer algunas caras nuevas de este deporte. En mi último día de vacaciones no me apetecía moverme muy lejos para bajar a la playa, así que opté por el Orzán.
Después quedé en la cervecería checa con Sergio, Santos, Tonecho y Tóni como previa del fútbol para unos y simple cita para otros. Como quedaba mucho tiempo también pasamos por la Moore. Finalmente Sergio, Tonecho y yo nos fuimos al Depor- Peñarol del Teresa Herrera y el resto a sus casas. El partido no tuvo color, el Depor dominó desde el principio y cada vez me gusta más el nuevo estilo. Aunque había alguna gente vista ayer, no tenía a mi lado al uruguayo si no a mi madre que me trajo un bocata para cenar, también estaba por ahí mi tío Ángel con el que charlé en el descanso.
Vuelta a casa, me acosté temprano, me costó mucho dormirme pero la falta de sueño la dediqué a hacer balance de las vacaciones. No me puedo quejar, me lo he pasado muy bien rodeado de amigos aunque fue una pena no haber podido realizar alguna pequeña escapada a las Cíes o a Ons. Propósito para las del verano que viene, planificar con tiempo un viaje sin esperar decisiones de terceras personas. Afortunadamente no se van todos los amigos emigrantes, teniendo a Santos, Iria y Jordi para seguir con las tardes de playa, cañas y tapas o la llegada de la Semana del Cómic con todos sus acontecimientos.

domingo, agosto 14, 2005 

Derby charrúa atípico

Superada, a duras penas, la resaca nocturna me despierto para ir a comer con mi padre a Botanita. Tengo una llamada perdida de mi tía Luly, la llamo y me dice que era para felicitarme por mi cuento, aprovecho para concertar un día para comer juntos pero me dice que se marcha una semana a Cáceres y posponemos la comida hasta su regreso. Mi padre ha estado ayer en Santiago en una comida de antiguos alumnos del instituto, por lo que, se ha pasado toda la comida contando batallitas de su infancia con un sin fin de nombres de amigos que ya se me olvidaron pero que resultó más ameno de lo que creía. Después me ha prestado un bañador suyo y he bajado unas horas a la playa. Se estaba bien, he dormido un rato y he leído otro pero no me bañé. Como nadie ha dado señales de vida, he decidido irme al fútbol a ver un derby uruguayo en el descafeinado trofeo Teresa Herrera, aunque antes le he dado el periódico a mi padre para que vea los cuentos publicados. Dirá que le gustó pero no sabré lo que pensará en realidad, está claro que alguien que solo lee periódicos y libros de medicina no hará una crítica muy fiable.
Volvamos al fútbol, se enfrentaban el Nacional y el Peñarol, ambos de Montevideo. Me llamó Santos justo cuando estaba dentro, así que decidí quedarme sin que me importara la escasa compañía, era una oportunidad única de ver un derby fuera del país de origen y del continente. Gradas centrales casi vacías aunque cada fondo era ocupado por cientos de hinchas de cada equipo. Por el centro las aficiones estaban mezcladas, con una sana rivalidad incluso dentro de una misma familia se veían camisetas de los dos equipos. Su escaso número no impidió a la hinchada de los fondos animar todo el partido. Por un lado los hinchas de Nacional, llamados Bolsos o Tricolores que disfrutaban ya en la primera parte de la goleada de su equipo. Los de Peñarol, conocidos como Manyas o Carboneros se desesperaban con los fallos de su equipo gritando “cambien a la defensa”o “por favor hagan algo”. El marcador señalaba 3-0 y los de Peñarol seguían luchando por el gol del honor, conseguido en los últimos minutos con una alegría inusitada. Había tensión en cada choque, con entradas duras pero sin llegar a pegarse. Es sorprendente lo diferente que es el fútbol sudamericano del europeo con muchos toques, marcajes a distancia, lento y sin presión defensiva, algo propicio para lucirse sobre el campo sin necesidad de correr como locos.
En el asiento contiguo al mío se sentó un señor uruguayo y enseguida comenzó a darme conversación en un idioma ininteligible que se supone que era español. Conseguí entenderle que sus hijos vivían aquí y estaba de vacaciones. Trabajaba en la metalurgia y empezamos hablando del cambio climático, pasando por el poder estadounidense, los bajos salarios y la pobreza para acabar sabiendo que la plaga del monocultivo de los eucaliptos también se produce allí. Al final del partido, le saqué unas fotos antes de que me presentara a su hija que apareció de repente cuando lanzaban los penaltis. Era guapa, como también pude apreciar en otras compatriotas suyas que se sentaban por mi grada, sin más nos despedimos con un beso y un apretón de manos.
Después de dicho encuentro comencé un carrusel de llamadas, que me llevaron media hora más tarde al Serrano donde cenaban David y María, Carlos y Marta, Santos, Tóni, Álvaro, Beti, Jordi, Jose Leo y su amigo. Casi habían terminado con lo que no tuve tiempo de probar bocado por lo que paramos en el Bombilla donde me tomé unas tapas con Jordi. Los demás avanzaron hacia la calle Barrera donde aparecieron Adrián, Oriol y Urbano. Rencuentro aprovechado para una rápida puesta al día con estos tres últimos y regreso a casa para acostarse temprano como terapia para la cercana vuelta al trabajo.

sábado, agosto 13, 2005 

Conjuntos disjuntos

Manteniendo las buenas costumbres del mediodía veraniego salí a correr nada más levantarme. La tarde despejada presagiaba playa aunque no nos pusimos de acuerdo y Tóni prefirió irse con Sergio a Canabal (incluso como alternativa elegían la cala de Sabón antiguamente contaminada). El resto fuimos As Lapas, Santos y yo juntos andando. Llegamos los primeros, Santos eligió sitio y se puso al lado de Lucía pero yo no me di cuenta hasta después de la siesta cuando llegaron David y María. Los últimos eran Raquel y Álvaro. Estábamos rodeados de un grupo de gente con niñas que tenían todas unos nombres muy peculiares: Sheila, Jessica, Úrsula y Chenoa. No podíamos creerlo. Me metí un buen baño y al salir forcé la vista intentando ver como los demás agitaban sus manos borrosas para que regresara a nuestro sitio. La natación me dejó con sed y me ofrecí a ir a por unas aguas al kiosco. Seguimos la placentera tarde de playa mientras cerca de nosotros aparecía más gente conocida como las hermanas Cuba y otra chica más de su grupo, me llamó la atención que se ponían todas separadas a unos metros de cada una, pero lo más sorprendente fue ver llegar al fotógrafo de Foto Artús seguido de una pareja de novios vestida de boda para hacer allí el reportaje. A estas alturas solo quedábamos Álvaro, Raquel y yo que, pudimos observar la actuación de un padre maltratador de su hijo amenazándole y dándole alguna patada ante la pasividad de su madre, lo más patético es que se trataba de gente de nuestra edad. Improvisando el camino de vuelta caímos en la tentación del pulpo del Fiuza cuando pasábamos por delante. Momento de degustación aprovechado para ver un poco del partido del Depor contra el Nacional de Montevideo dirigido por Martin Lasarte ex jugador deportivista con canción propia (saca el machete Lasarte saca el macheeete). Vuelta a casa para acabar de ver el partido, cenar y ducharse. Ante la avalancha nocturna de conocidos deseché hacer una escapada al Felipop para ver a La Costa Brava y volverme, pero no pude evitar pasarme el tiempo restante escuchando sus canciones.
Quedamos a las once en el Bristol pero avisé de que llegaría un poco tarde. Me crucé con Santos que ya iba hacia el Soho, el otro punto de encuentro, y con Ricardo que me acompañó a saludar a los que estaban en la terraza del Bristol. El primer grupo lo componían David Ago, los dos Sergio, Tonecho, Tóni, Carlos y Marta, Jose Leo y yo. Nos reunimos con parte del resto tras pasar por el Bombilla y la Codorniz a comer algo y tomarnos una copa en el Canal St donde hicimos una foto multitudinaria con PJ y Sergio 2 como espectadores. Espero poder colgarla cuando me la pasen. Hacía muchos años que no nos veíamos tanta gente junta: David Ago, Sergio, Tonecho, Tóni, Carlos y Marta, Jose Leo, Santos, David y María, Iria y Jordi, Carol y Manuel, y yo mismo. Pero eso no fue nada porque en un Patachím algo vacío nos esperaban Raquel y Álvaro que estaban con Pepi, Manel, David Saavedra, otra Iria y Cristóbal (que como yo tampoco fue al Felipop). Parecía un monográfico de conocidos que completaron Iván y una Koko sorprendentemente vestida de blanco. Me sentía como una abeja de flor en flor, de conversación en conversación. Encima Raquel me pidió su canción y casi tuve que arrodillarme ante Juanjo para que la pusiera. Comenzaron las huidas al Velvet, mientras esperaba que pusieran el tema para cumplir mi promesa y dar las gracias correspondientes. Del grupo inicial quedaba Carol con una nueva incorporación a la trouppe, su amiga Anita. Con tanta gente no sé muy bien con quién estuve ni con quién hablé en el Velvet, pero si que tuve una patética (por halagadora) charla musical con David Saavedra que me recomendó dos discos que no consigo recordar y me auto-presenté a la chica que le acompañaba, que se llamaba Iria y la conocía de vista pero me pareció que esa noche tenía un brillo especial con unos ojos sorprendentes. Al salir con Manuel, Carol y Anita nos cruzamos con Álvaro y Raquel que se iban para casa. Anita también se fue y cogimos un taxi en Puerta Real y me dejaron en el Playa. Ya iba algo ciego porque me colé en la Boite sin importarme que el portero fuera esa especie de “Mr.Proper con esteroides” esperando encontrarme al resto en la sesión electrónica. Fui al servicio, di unas cuantas vueltas, bailé un rato pero no los vi ni me vieron. Estuve a punto de preguntarle a las Cuba pero preferí seguir buscando en el Playa donde Dj Flashback estaba con su repertorio habitual, me puse a bailar en la tarima para que me vieran éstos, me intenté suicidar con los cinco putos temas de su admirada Raffaella Carrá (el Dj llevaba una camiseta rosa con su nombre en letras brillantes) y el “Y.M.C.A” de Village People pero le perdoné todo cuando puso “Laura” de Scissors Sisters que canté con todo mi ser. Tras mucho sudar y dispararme con el dedo, bajé hacia Dani y Miri luego de un intercambio de sms con Jordi que me dijo que se iban al Gado Gado. Me despedí de Miri que se marcha a Gales después de rogar un agua en la barra cerrada pero la camarera cómplice visual de mis bailes me la dio igual. Otra vez buscando a la gente cuando llegué al Gado Gado, me iba a marchar pero me crucé en la salida con Iria y Jordi lo justo para decirnos adiós y “call me this week”. Como fin de una jornada grandiosa pero inabarcable, recién amanecido desayuné en Bonilla y me compré La Opinión para ser el primero en leer mi publicado cuento antes de acostarme.

viernes, agosto 12, 2005 

Desinfección y depuración

Amanecí viendo los restos del naufragio, con un dolor de cabeza terrible y gases. Entré en el cuarto de baño y parecía que había muerto alguien. Restos de lo que ayer fueron unas lamentables patatas bravas se dispersaban por el suelo y el váter. Mamá había salido, momento preciso para intentar limpiarlo todo y ducharme. Conseguí que la zona quedara aparentemente limpia aunque el olor permanecía dentro y fuera de mí. Salí hacia La Masía para comer con mi padre y los de Brasil. Me enteré que dos de ellos, Rodrigo y Andrea regresan mañana a su país y decidí acercarme a Nice Trip para comprarles dos camisetas con motivos culinarios obvios: la del percebe para él que le encantan y puede pagárselos pero estará un año o más sin comerlos, y para ella la de los pimientos de padrón porque solo tomó dos y le picaron. Antes de salir a comprárselos estuve en casa vegetando y leyendo el periódico. Quedé con ellos a las siete para darles las camisetas y les acompañé a comprar lomo ibérico.
No tenía pensado hacer nada más, salvo reflexionar sobre lo acontecido ayer. Creo que mi forma de bailar tan ambigua refleja espontaneidad y diversión pero no es muy común en un chico hetero con lo cual mucha gente piensa que soy gay solo por mi forma de bailar y divertirme. Eso me lleva a comprender que los tópicos y prejuicios seguirán.
Recibo diversas llamadas y mensajes que me informan de la sorpresiva llegada de amigos desde Madrid y BCN, por lo que no me queda más remedio que bajar un rato aunque sea a base de aguas. Quedamos en el Soho, fueron apareciendo Santos, Álvaro y Raquel, Ana L., David y Maria, Tóni, Sergio, David Ago, Koko y Ato e Iván y Mónica. Como suele suceder en estas ocasiones, intenté hablar con todo el mundo pero fue difícil, encima tuve que contar varias veces mis peripecias de la noche anterior. Ana estaba algo aislada y en una conversación con ella supe que era de Ponte Nova no de Taramundi como yo había pensado hasta ahora. También estuve con Lens, Miri y Dani de Nouvelle Cuisine. Dejamos el Soho, con la separación del grupo de Iván, por el camino mantuve una interesante conversación con Raquel, Ana sobre a quién miramos los hombres y/o las mujeres cuando vamos por la calle. Paramos en el Bombilla donde Raquel tuvo la osadía de comerse la última tapa de tortilla que quedaba en todo el local. Seguimos al Canal St con una nueva lección de postureo y luego al Telefunken dándole a la zapatilla en una sesión electrónica infernal donde el entusiasmo (¿alcohólico?) de una Raquel muy alegre y con mirada brillante contrastaba con su novio Álvaro muy serio por el espectáculo al que asistía de co-protagonista, quedó demostrado lo bien que se complementan. Como nos esperaba una big saturday night era mejor dejarlo ahí y no alargar demasiado la noche, por lo que todos para casa.

jueves, agosto 11, 2005 

¿Yo rompiendo corazones?

Cuando me levanté pasadas las once y encendí el móvil recibí un sms de Juan que me decía que salía en la página 53 de La Opinión en una foto de grupo del concurso de cuentos. Se lo dije a mi madre que me mandó comprar dos ejemplares del periódico y llevarle uno a mi padre no fuera a ser que se enterara por terceras personas de las hazañas de su primogénito escritor vocacional. No me quedó más remedio que hacerlo aunque sabía perfectamente como contárselo para que no le diera importancia.
Después de mucho tiempo he vuelto a pisar una oficina bancaria, la incompatibilidad del horario laboral y la alternativa de la web han sido las culpables. Para colmo una vez que vuelvo, aprovechando las vacaciones, a realizar una sencilla gestión me la hacen mal, un simple traspaso de una cuenta a otra lo hicieron al revés y ahora mi madre me debe el doble. Le tocará a ella arreglarlo la semana que viene porque yo regreso al trabajo y además no pienso volver a pisar una sucursal bancaria en años.
He quedado con Álvaro y he cogido el coche para ir a la playa de As Lapas. Hubo cambio de planes y Raquel tardará otro día más en llegar por lo que el dúo dinámico seguirá causando estragos culinarios esta noche. Casi no había sitio para aparcar y tuvimos que dejarlo más arriba de la antigua cárcel, bajando a la arena por un sendero lateral a la cárcel, lleno de maleza y suciedad pero no nos cruzamos con ninguna rata que deben de ser como gatos por allí. Se estaba genial en la playa, había turistas (por la cantidad de sillas y sombrillas poco comunes el mes pasado) y también estaba Lucía acompañada pero estaba claro que no nos íbamos a saludar. Me metí un delicioso baño tras ver como unos esperpénticos policías municipales hacían equilibrismo en las rocas para llamarle la atención a un pescador para que se alejara de los bañistas o algo así. Me puse en contacto con Sergio y Tóni para lo de esta noche pero solo se apuntó Tóni. El cielo despejado y el sol nos empujaron a dejar la playa a las ocho para coger el coche y tomar algo en O’Portiño. Nos tomamos dos rondas en el irónicamente llamado “Café del Mar coruñés”. Pasamos por nuestras casas para adecentarnos y una hora más tarde quedamos en el Bombilla. De camino al mismo me crucé con María C. que iba con una chica rubia antigua camarera del Patachím que abandonó el mundo de la noche para ser madre, algo tan de moda en estos tiempos y edades. Una vez más María y yo planeamos la eterna comida entre nuestras familias que llevamos tiempo sin celebrar, pensamos en dejarlo para el mes que viene que estará todo más tranquilo de compromisos.
Éstos llegaron, comimos algo en La Bombilla y comenzamos la noche de los Corazones Rotos de la calle de la Barrera. Al entrar a la calle nos dieron sendos corazones rojos con un número escrito (379,380 y 339) que fueron rotando por casi todas las partes de nuestra anatomía a lo largo de la noche. Unas rondas de cañas y tapas en O’Corno que nos sirvieron para quedarnos con los números de la gente que pasaba. Era curioso como algunos novios lucían el suyo pero a sus novias no les dejaban o ellas no querían, para que luego digan que el machismo acabará. Más cervezas y más números en otros sitios pero nos volvimos a olvidar de pedir los vales que te daban con cada consumición para el sorteo de cenas para dos. En A Casa da Moura se me ocurrió la penosa idea de comer una tapa de patatas bravas de consecuencias fatales horas después. También estuvimos en el Canal St donde nos encontramos con Tonecho que estaba con Chechu y Carlos, ninguno llevaba corazones. Regresamos a la calle Barrera, esta vez nos quedamos en la calle para ver la vida pasar. Vimos corazones conocidos como Montse del instituto o mis vecinas Lourdes y Adela. Estas dos se comprometieron a dejarnos mensajes en nuestros sobres, segunda parte de la iniciativa se podía escribir lo que se quisiera al corazón interesado. Estábamos cansados de tanta jauría humana y decidimos irnos tras ir a la mesa a escribir varios mensajes y recoger los nuestros. Para Tóni no había nada, cosa lógica porque no llevaba el corazón visible y Álvaro tenía uno del tipo “que bueno estás” pero sin detalles del remitente. Yo tenía dos, uno con mi nombre con lo cual era el de Lourdes y otro que ponía “para el 379 con amor y un número de teléfono”. Como la cosa podría ser una broma o ir en serio decidimos seguirle el juego a ver que pasaba. Le mandé un sms consensuado con Álvaro mientras Tóni nos dejaba con la esperanza de no cruzarse un control de alcoholemia en su vuelta a casa. Nos fuimos a un garito de nombre Valdrich o algo parecido donde pinchaban música brasileira a cargo de Arturo Lezcano y compañía aunque pasaban de las dos y solo faltaba media hora para que acabase. Estaba casi vacío pero eso no me impidió bailar y cantar sentado, no como el anuncio del Meriva, menos efusivo, dejándome llevar por esa dulce música. En la mesa de al lado estaban dos parejas (o eso pensaba yo). Se iban pero una chica que había estado bailando en la mesa de al lado esperó un poco se dio la vuelta y me habló le dije que era brasileiro con acento y todo pero no se lo creyó, se me presentó dijo que se llamaba Cris y que me había visto moverme y le había gustado, quedamos en vernos por ese local. Ya le había echado el ojo cuando entré pero la verdad es que iba bastante ciego como para recordar su cara si la vuelvo a ver, espero que me disculpe si me ve y no la reconozco. Por otro lado, en una noche atípica el efecto de los sms hechos por Álvaro fueron dos enviados pero solo una respuesta, el juego había terminado o bien la estrategia había fallado. Tendré que probar otro día para ver si era un juego o era real, como me toque la cena para dos que sorteaban ya tengo una disculpa. Debería haberme encargado yo mismo sin dejar que otros, con toda su buena voluntad, se metan en mis asuntos. Pusimos rumbo final al Patachím, donde comprobé que estaba algo ciego cuando me encontré bailando subido a la tarima recordando viejos tiempos a pesar de estar bastante vacío. Regresé al suelo pero seguí bailando. Los únicos que animábamos el local éramos un chico canoso, su amiga y yo. De repente unas manos agarraron mi pecho por detrás y empezaron a manosearme, como sabía que quedaba menos de un minuto para que acabara la canción dejé que continuara. No me giré pero sabía que era un tío (el tío canoso).En cuanto acabó el tema me acerqué a Álvaro para espantarlo y evitar que la cosa fuera a más. Álvaro me miró y decidió que nos teníamos que ir ya. Una vez más mi ambigüedad a la hora de bailar y moverme me juega una mala pasada, ya es la segunda vez que me viene un tío y me hace lo mismo. Pocas cosas tengo claras en esta vida pero una de ellas es que soy 99% heterosexual, dejemos el resto como duda porque no todo va a ser negro o blanco. A estas alturas de una noche loca solo quedaba la traca final y esa vino en mi cuarto de baño a oscuras en forma de vómito mientras meaba. Demasiado asqueroso y patético para dar detalles, como iba borracho decidí no encender la luz y cerrar la puerta, dejando la plasta y su limpieza para el día siguiente.

miércoles, agosto 10, 2005 

Mis cinco segundos de fama

Hoy es el gran día, recibo mi primer premio por escribir, no es el Planeta pero me basta. Con el paso de los años me he dado cuenta de que mi vocación frustrada adolescente no era la de ser periodista si no que en realidad quería ser escritor. Siempre he escrito cosas desde las típicas y horrorosas poesías de amor juveniles hasta relatos, crónicas de viajes y diarios más o menos íntimos. Ya puedo decir que planté un árbol (aunque duró unos días porque me lo arrancaron), escribí un libro (bueno han sido un cuento y dos cartas al director) ahora solo me falta el hijo si el síndrome de Herodes que me entra en verano en la playa me lo permite alguna vez y si la ciencia avanza o alguna chica (de esas de mi edad que piensan que se les pasa el arroz) está por la labor. Esta simbólica entrega de premios me trajo las dudas de los finalistas como: qué me pongo, me afeito o no. Aunque probablemente no se vuelva a repetir pero, por si acaso, recordaré que no me afeité, me puse mi color favorito, estrené calcetines y no me eché colonia. Preferí no decírselo a casi nadie porque en esto de los premios la gente hace una montaña de un grano de arena aunque mandé un correo a parte de mis amigos. Prefiero imaginar la sorpresa de los conocidos cuando vean las fotos en el periódico.
Pasé la mañana durmiendo y asimilando la agenda de la tarde. Me leí el cuento por primera vez desde que lo envié por si me preguntaban algo concreto. Por la tarde estuve viendo cosas atrasadas en el video para distraerme hasta que salí hacia la feria del libro. Llegué justo a tiempo y no veía a nadie conocido, menos mal porque no quería que me hicieran los coros o la ola. Me senté esperando el momento. Una señora me preguntó si estaba libre el asiento de al lado, le dije que sí sonriendo, era mi madre. Después llegó Cristina P. yo pensaba que estaría en Escocia. Hablamos, me cuenta que todavía no se ha ido y que ha participado como jurado, no me queda más remedio que decirle que mi participación ha sido distinta. Me presento a Pedro Ramos y me informa como será el acto. Hace una breve introducción acompañado de Lino Braxe, agradecen a todos su presencia y presentan al jurado, aparte de Cris conozco a la de la Librería Colón (creo que se llama Begoña). Comienzan a nombrar a los finalistas y ganadores pasando a entregar el lote de libros y leer el relato. Pocos se atreven a leerlo dejando el honor a Lino Braxe o parte del jurado. Llega mi momento, consigo no tropezar y les doy la mano, débil y sudorosa, mientras declino leerlo por los nervios y la incapacidad para entonar como es debido. Mientras una señora del jurado lo lee, la observo y escucho para no sentir que me están haciendo fotos. Por fin me siento, observo los tres libros de antología de cuentos (qué original) y me sumerjo en el resto de relatos. Me parecen mucho mejores que los míos, más elaborados y correctos, no comprendo como me pudieron dar un premio. Me consuela ver que la mayoría es gente mayor que yo. Hay un ganador que no aparece pero dan por finalizado el acto y nos hacen varias fotos de grupo en las que aprovechamos para felicitarnos entre todos. Mamá se va y le pido que se lleve los libros. Saludo a Cristina que está con sus padres y Cristóbal. Me proponen quedarme hasta las nueve a una presentación de un libro “Lume” en el que colaboraron Cristóbal y Xaquín. Acepto y vamos juntos a tomar unas cañas. Cris no puede evitar contar la anécdota de sanjuán a sus padres. Le envío un mensaje a Álvaro que me llama y decidimos vernos cuando acabe todo. La variada conversación transcurre entre setas, fanzines y Vips. Volvemos a la feria recordando la común adicción al Sudoku y las ventajas de vivir en ciudades pequeñas. Para la presentación se suponía que iban a organizar una queimada pero al final no pudo ser y todo fue muy breve. Cristóbal nos regala un ejemplar a cada uno que incluye una cerilla (todo muy simbólico).Hora de despedirse con la esperanza de poder vernos en un día “normal”, no a través de diversos acontecimientos (conciertos, fiestas, presentaciones) como hasta ahora.
Llamo a Álvaro que baja para tomar unas tapas. Tras una corta deliberación optamos por probar en A Nova Pataca donde el camarero borde nos recibirá sin una sonrisa. Nos tomamos tres tapas cada uno y decidimos pasear para aligerar el cuerpo. Probamos unas dosis de coruñesismo y postureo al visitar el Centro de Ocio del Puerto, que nos causó una primera impresión de ser demasiado pequeño y vulgar, nada especial que lo distinga de otros. Con el estómago lleno rodeados de locales de comida, caímos en la tentación de probar la recreativa del Time Crisis 3 recordando batallitas virtuales hace años con las ediciones anteriores de este juego. Huimos de allí en cuanto se nos acabaron las monedas porque sería muy peligroso ir a por cambio, estábamos enganchados. Para quitarnos el mono entramos en el Canal St para bebernos la última. Mañana vuelve Raquel y tienen planes para la noche pero no sé si nos veremos. Yo pretendía pasarme por la calle de la Barrera en la “noche de los corazones rotos” y convencer a Tóni o Sergio para que se apuntaran conmigo.

martes, agosto 09, 2005 

Finalista

Por la mañana he cogido el coche y he ido hacia el estadio para sacar mi carné del Depor y el de mi madre. Allí me encontré con Pablo P. un compañero de trabajo que también está de vacaciones. Ha resultado divertido coincidir y vernos vestidos de calle, me ha presentado a su novia (creo que dijo Marga). Cuando estaba de vuelta dentro del garaje intentando aparcar mi coche, a veces pienso si habrá alguien que se le haya ocurrido inventar un calzador para meter bien el coche porque me resulta complicada nuestra plaza, recibí una llamada al móvil de un número desconocido. Como no estaba en la calle y no me podían multar, lo cogí. Era un tal Pedro Ramos que me felicitaba por haber quedado ¡finalista! del concurso de cuentos de La Opinión. Me dijo que me había mandado unos correos donde explicaba todo y me citó para la entrega de premios de mañana a las siete donde seré obsequiado con un lote de libros. Le he contado a mi madre la anécdota y he salido hacia el banco a realizar unas gestiones pero como era la semana grande de fiestas ya estaba cerrado. Volvía para casa cuando me crucé con mi tío Jose Luis y decidimos ir a tomarnos algo (peligro cuando se juntan un jubilado y su sobrino de vacaciones).Estuvimos en dos sitios en los que nunca había estado: en uno muy fino La Jijonenca y en una típica cafetería hortera Arcadia. No me dejó pagar en ninguno de los dos sitios, tienes que usar rápidas y oscuras maniobras para poder pagar alguna vez que vas con gente mayor parece que siguieras teniendo diez años. Después de comer y ver la serie Jack & Hill de la que estoy enganchado como un adolescente (gracias a Marta), subí a casa de Marta parándome a hablar con Luz que me crucé por el camino. Marta me dio varias bolsas con algunos de mis Cds y DVDs que les fui dejando al resto y que fueron regresando a su casa y cosas pendientes como el póster del San Froilán del año pasado diseñado por Bea y su compañera. Pasé por casa para dejar las cosas y cambiarme de ropa para ir al Depor vestido de hincha. Luego bajamos hasta el Stradivarius a buscar ropa para el cumple de su amiga Luci. Me encantó estar rodeado de chicas interesantes sin estar acompañado de una novia y poder cruzar las miradas mientras ellas se preguntarán si la ropa que sujeto es de mi novia o no. Sin embargo, cuando fuimos a coger unos helados a la heladería Colón ya no me hizo tanta gracia porque en una mesa estaba sentada una chica que me había gustado y que intentaba olvidar, aunque ella también estuviera acompañada por un chico y un niño pequeño que no debería ser suyo. Para los lectores golosos nuestros helados eran de chocolate blanco y plátano (Marta) y mi clásico yogurt con fresas y stracciatella. Como había quedado en la cervecería checa con éstos, paseé con Marta hasta que nuestros caminos se separaron, yo al fútbol y ella a los jardines a ver la actuación de Alex con Donaire. Cuando llegué a “la checa” solo estaba Álvaro, después llegarían Tonecho y Sergio. Una ronda y nos fuimos a “la Moore” donde les enseñé la crónica de la pelea de ayer que salía en La Opinión. Me gustaría saber cuales fueron sus fuentes porque lo contaron todo al revés.Álvaro se marchó y nosotros fuimos hacia el estadio. Por el camino hacia nuestras distintas gradas nos cruzamos con Carmela. Nosotros quedamos al final del partido en el soportal del Zurich. Era la primera vez que veía este año al nuevo Depor de Caparrós en directo y me causó una grata impresión, funcionaba como un bloque, el balón se movía más rápido y se tenía confianza para tirar a portería desde cualquier sitio. Siguen sin convencerme algunos jugadores como Manuel Pablo pero en líneas generales me gustaron todos. Ganamos 2-0 pero los pocos hinchas del L’OM no pararon de animar en todo el partido, la vuelta será un infierno. Espero que nos sirva para pasar la eliminatoria y entrar en la UEFA. La lluvia podía habernos dejado sin ganas para tomarnos algo al acabar pero no fue así. Volvimos hasta la Sir John Moore como si el descubrimiento de la nueva camarera y la testosterona futbolera nos dejara sin neuronas.

lunes, agosto 08, 2005 

Atracciones turísticas

Ayer no me desperté hasta las siete, todo un récord personal dormir diez horas. Tuve que comer una ensalada en el Gasthof mientras otros merendaban tortitas. No quise quedar con nadie, acabé cenando pasadas las once y no conseguí quedarme dormido hasta las tres y pico.
Intentando volver al cuerpo a la normalidad he ido al gimnasio al mediodía. Esa densa niebla trastoca los planes playeros o posibles excursiones por lo que lo mejor era quedar en La Bottega. Estaban Tonecho, Sergio y Álvaro, faltaba Tóni que sufría uno de los nuevos atascos debido al centro comercial del puerto y tardaría en llegar. Estaban algo liados en la cafetería porque nos sirvieron casi media hora después de habernos sentado. Comentamos las anécdotas del pasado sábado, luego llama Tóni y vamos hacia buscarlo hacia Panaderas. No tenemos ganas de elegir un sitio concreto y tras un largo paseo sin rumbo acabamos en el Cero Estrés. Podría deshacer un empate entre colas y cafés pero me decanto por un agua. Volvemos al centro en busca de una tapa y por la calle de la Franja presenciamos una pelea entre un chico delgado con un gran cuchillo y otro muy grande pero desarmado. En el medio está una mujer intentando separarlos. Cuando cae el cuchillo tras dos amagos de utilizarlo parece claro que el tío grande lo va a matar a golpes pero interviene un tercero que logra separarlos y el cuchillo desaparece. Sigue la disputa verbal entre el grande solitario y descamisado y el pequeño arropado por la mujer y más gente. Momento apropiado para marcharse entre los murmullos de la gente.Paramos en A Casa Da Moura, después de lo cual Tonecho y Sergio se marchan. El resto vamos a O’Corno donde observamos las bases de la nueva actividad propuesta por los hosteleros para este jueves, le llaman la noche de los corazones rotos y aunque nos causa risa sabemos que acabaremos pasando por allí. Como fin de ruta tomamos la última en el Patachím.

sábado, agosto 06, 2005 

Sudor frío

Esta mañana al despertarme me he visto en el espejo y he comprendido que tenía que afeitarme. Puede parecer algo vulgar o cotidiano pero en realidad era el final de una prueba de unos quince días para saber si podría dejarme barba alguna vez. Visto el resultado he decidido no continuar con la semana restante antes de volver al trabajo asumiendo que seré barbilampiño forever. Añadiré lo de no poder dejarme barba a la lista de frustraciones justo detrás de no poder tener el pelo largo.
He pasado por casa de mi padre porque había comida familiar en la aldea, entre otras cosas pude disfrutar de una tortilla riquísima y de postre un requesón de una fábrica cercana. La sobremesa fue larga y calurosa, tuvo como premio la llegada de otros parientes brasileños, Rodrigo y su novia Andrea. Como ella era la primera vez que venía le enseñamos pequeñas lecciones de historia local y familiar para que comprendiera mejor el entorno que la rodeaba.
De vuelta a Coruña y cuando iba de camino a casa me encontré con Cristina L. una antigua compañera y amiga del instituto que salía de la playa. Nos paramos a hablar un rato muy agradable, le pregunté por su tesis (estudió biología) y me dijo que la tenía aparcada pero que había recibido una oferta de trabajo en un clínica de adelgazamiento pero que tenía que entrar como socia y pagar tres kilos, quería más información por lo que me dio su móvil por si me enteraba de algo (pensé que podrían ser clientes de la empresa en la que curro). Llego a casa, llamo a Marta y subo hasta la suya, pero en vez de recoger la cinta que venía a buscar me pongo a verla mientras ella habla por teléfono. Después llega Bea que aprueba mi look y mis patillas. Ellas bajan al concierto de la playa, yo me despido porque tengo que ir al Konsum y van a cerrar, me llevo la cinta.
Más tarde hablo con Álvaro que pasa a recogerme a las 22:30, pasamos por varios sitios para cenar alguna tapa pero están llenos y acabamos en A’Tixola con nuestra polaca favorita. Tóni me llama y aprovecha para pasarse por allí con Sergio, aunque ya estuvo al mediodía comiendo con Carlos y Marta que han venido a pasar unos días. Se van y nos esperan en la terraza del Bristol con Jose Leo, Carlos y Marta. Como no la veo por allí le envío un sms a Koko contándole nuestro plan, sin respuesta. Continuamos de terrazas en la del Rectorado en la Plaza de Azcárraga. Se incorporan Carolo y Anita. Muchas risas, con momento para el autobombo cuando mi sentido del humor tan particular sacó dos improvisaciones que nos hicieron llorar (sí es patético pero me río de mis propios chistes), para no olvidarlas les pondré título a modo de explicación “comparar los fichajes entre maría y mauro scaloni” y “verdadera historia sobre el mochilero brasileño de Londres”. Como llevábamos varias rondas el camarero nos ofreció un brebaje a los que tomábamos cañas, uno amarillo y otro azul de los que salía humo. Fue desapareciendo la gente poco a poco, algunos entramos al Velvet. Se marchó más peña, al salir quedamos Sergio, Álvaro y yo. Cogimos un taxi hacia el Playa en Puerta Real tras un buen rato de cola (no me hicieron caso lo de cogerlo en la calle de la Torre que nunca tiene nadie esperando).Cuando dejo la chupa en el ropero del Playa, veo a una amiga de Koko que me pide unas monedas para la máquina de tabaco, voy a la barra y me cruzo con Eva que se hace el avión descaradamente. Perfecto Koko sabe que estoy allí y Lucía también. Vamos a la zona Nordic donde pinchan sixties y seventies, me pongo a bailar, la música promete y se está cómodo. Sin embargo me dejo arrastrar, obligado por Álvaro, a la zona grande. Está lleno, oscuro, hace mucho más calor y pinchan música indie con tendencia electrónica. Intento adaptarme me resulta difícil pero lo consigo, mezclan Prodigy con más clásicos como U2.Hay muchas chicas de despedida de soltera y piso un ramo, lo cojo me hago una herida en los dedos y lo tiro hacia atrás con rabia. Al final subo a la tarima cuando ponen Radio Futura (esa noche tocaron en la playa los hermanos Auserón).Desde arriba veo a Koko pero ella no me ve o no me quiere ver. Decido bajar y en pleno éxtasis musical con el “Starman” de Bowie aparece Koko con su amiga como si nada hubiera pasado. Me limito a saludarla y sigo bailando, voy con Sergio a saludar a Bernard y cuando vuelvo se han ido las dos. Últimamente no entiendo que les pasa a las mujeres conmigo, acaso esperaba que nos quedáramos los dos solos sin saber nada de ella en todo este tiempo. Cuando recojo mi chaqueta me cruzo con los Auserón (están muy viejos aunque para tener cerca de 50 tacos Santiago se conserva bien).
Convenzo a éstos para ir a Soweto. Me encanta la vuelta a la “black music” y no paro de bailar en un espacio minúsculo. Delante están dos chicas muy guapas que parecen extranjeras, la negra solo habla inglés y la otra hace de intérprete y sufren el acoso de todo el que llega (menos nosotros).Incluso hay una pareja mayor (el tío de bigote y camisa hawaiana, la mujer bajita y rubia de bote), les lanzan miradas e intercambian frases mientras los tíos de alrededor alucinan. Éstos ya no me soportan y se marchan poco a poco y por separado Hacia meses que no venía pero lo de esa pareja era nuevo para mí, se notaba que buscaba algo. Finalmente se van sin conseguir su objetivo, yo sigo bailando y sudando (segunda botella de agua).Ya no puedo más, creo que perdí cuatro kilos, salgo y está fuera Bernard. Entran las camareras del Playa, primera vez que las veo fuera de su ambiente y decidimos tomarnos la última dentro. Vemos a Javi Rambo y Bernard me cuenta porque Javi ya no trabaja en el Soho. Ya solo quedan camareros y camareras de otros sitios, guiris borrachos y despistados, las dos chicas guapas deciden a quién elegir y nosotros creemos que nos basta. Me paro en el Opencor a por agua y cuando me meto en la cama acaban de dar las nueve.

viernes, agosto 05, 2005 

Churrascada en un piso

Otra mañana de gimnasio donde se respiraba un ambiente optimista ante la jornada de boxeo de esta noche, decido no comprar la entrada por compromisos familiares y razones morales pero le deseo suerte a Manolo confiando en que la velada resulte un éxito. Subo a comer a casa de mi abuela donde después de comer vamos al chabolo a comprobar el estado de una vieja radio que me llevaré cuando me vaya de casa (aún funcionaba), también eché un vistazo por encima a los libros buscando alguno de los descatalogados que persigo por las librerías y bibliotecas, están todos desordenados y predominan los bélicos, me temo que no encontraré nada pero decido venir otro día con más calma. Me marcho porque había quedado con Carol en un nuevo local llamado “Buda Bar” (estilo étnico y cool, gente pija) tiene pinta de franquicia aprovechando ese nuevo auge de teterias y similares. Me recuerda hace una década cuando comenzaron los cafés y pubs estilo británico. Media hora más tarde llega Carol, se ha pegado un baño, viene más elegante de lo habitual y con escote. Se le nota que tiene algún motivo para vestirse así (que por supuesto no soy yo) intento sacarle el secreto durante nuestra conversación pero no hay manera. Me cuenta sus proyectos, está preparando algo para presentar a un concurso y puede que se marche a BCN a trabajar con Anita en el mundo del cine y televisión encargándose de la decoración. Me cuenta que Beti ha conseguido una nueva beca de siete meses en un archivo de un pueblo orensano y que Manuel está enganchado al DVD y va a grabar una maqueta. Como tiene una cita en San Agustín a las siete y cuarto, vamos en su coche porque yo quedé con Tóni en La Bottega a las siete y media. Intento dos últimos recursos para saber su secreto; primero pruebo con un “dale saludos a tu psiquiatra” mientras me despido pero su sonrisa sincera confirma mi error, solo queda observar el portal en el que se mete por lo que giro la cabeza pero me conoce y no se mueve hasta que he doblado la esquina y estoy lejos de su campo de visión. Paso por casa para dejar la bolsa del gimnasio y conectarme a Internet para saber algo de los trenes FEVE y un posible viaje a Asturias uno de estos días. Le cuento a Tóni tarifas y horarios, decidimos hacer el viaje a finales de la próxima semana. Tras el paso por La Bottega vamos a la terraza de la cafetería de la universidad del náutico que sigue abierta en agosto. Coincido con mi compañera de trabajo Marian que me presenta a su marido y me dice que en la empresa todo está bien pero que pasan mucho calor y se aburren por el poco trabajo. Tóni me deja cerca de casa de mis tíos donde tengo una cena y que damos en vernos luego por ahí. La cena y nueva cita familiar consiste en una churrascada en un piso, salió rico a pesar de la pequeña pancha que llenaba la cocina de humo. Se alargó más de lo que pensaba, así que cuando recibí un sorpresivo mensaje de Koko preguntándome si bajaba y seguía sin tener noticias del resto llamé a Álvaro. Había un concierto en la playa de Josele Santiago, como ya había acabado quedamos a la una en el Soho. Le mandé un sms a Koko contándole nuestro plan a tres pero le debió parecer que tres son multitud o poca gente porque cuando ya estábamos allí recibí como respuesta que le daba pereza y se quedaba en casa. Entonces decidimos que iba a ser una noche corta y tranquila tomándonos la segunda y última cerveza en la terraza del Clandestino volviendo a casa con sendos Mondosonoro de regalo.

jueves, agosto 04, 2005 

Perbes sin presidente

Este jueves recuperamos nuestra cita veraniega de jornada familiar en la playa de Perbes. Hace un calor asfixiante y la arena fina y pegajosa me hace añorar a las habituales más gruesas y desprendidas. Se nota la presencia de la (siempre peligrosa) Guardia Civil que vigila de cerca el chalet de Fraga porque aunque afortunadamente no sea presidente sigue siendo supuesto objetivo terrorista. Entre mi padre, mi hermano, mi tía y mis primos y primas somos nueve. Es la única vez que consiguen meterme en una playa por la mañana, soy muy riguroso en cuanto a elegir las horas más saludables de sol y echarme la crema de alta protección antes de exponerme al mismo. Para putear a mi hermano me he puesto el bañador tipo boxer que me compré hace varios años en Brasil y que éste año, gracias al gimnasio, no me hace parecer un chorizo. Me he pegado un baño antes de comer y como por megafonía dijeron que había que usar chanclas por los escarapotes he intentado nadar con ellas pero se hacía imposible por lo que me las he metido dentro del elástico bañata, me hubiera gustado verme porque sería gracioso ver como una especie de aletas me salían por el culo. Comida curiosa en un abarrotado chiringuito donde se mezclaban los percebes con la ensalada, la tortilla o las parrochas, regada con claras, agua y café con hielo. Recibo varias llamadas y mensajes; Carol me responde un día más tarde y nos veremos mañana después de comer, Tóni para ver si bajo As Lapas o Álvaro para comer con él, Raquel y Ana. El intento para volver a la playa y jugar un partido queda desechado por el calor y la marea alta, menos mal que no dejamos las toallas en la arena como otras veces porque ahora estarían por Vigo o Gijón según las corrientes. Al marcharnos sobre las seis evitamos la caravana pero pudimos apreciar desde la autopista uno de los múltiples incendios (seguramente provocado) que asolan la península. Reparadora ducha y ronda de mensajes para ver que planes había para esta tarde noche. Un encontronazo con el buzón de voz de Álvaro, me hizo llamar a Raquel que me informó que su novio estaba en casa. Le llamé y me dijo que quedamos en el Polvorín con J.Llamas. Después de una charla dedicada al mundo de Ikea y las ansias de maternidad de las mujeres de nuestras edades, pudimos apreciar como despedida el genuino moreno ciclista de Juan que se iba a su cercana casa. Nosotros bajamos a la calle de la Barrera a la degustación de callos y cañas con motivo de un nuevo tipo de iniciativa de la Asociación de Hosteleros de la calle. Completamos nuestra cena con una añorada tapa de pollo al champiñón del Mesón Barrera y unas raciones en A’Tixola donde descubrimos que la camarera (nuevo mito erótico del grupo) era polaca. Nos cruzamos con Marta y Alex con conversación intranscendente incluida y decidimos sentarnos en el Canal St a tomarnos la última caña. Al rato aparecen Tonecho, David y Sergio, se nos unen pero preferimos no continuar y les dejamos marchándonos para casa.

miércoles, agosto 03, 2005 

Familia y algo más

Como sigue el buen tiempo he ido a correr a mediodía. Por la tarde sesión solitaria de playa en el Orzán hasta las seis y pico. Una ducha, algo de ropa elegante pero informal y rumbo al funeral-aniversario (o como se llame) de mi tío Marcial. Pretendía quedar antes con Carol y darle los Cds pero no contestaba. La casualidad me hizo pasar por delante del Marabú encontrándome con mi primo Juan Carlos y mis tíos José Luis y Raquel. Me quedé con ellos para entrar juntos en la iglesia, pero de camino pasamos por delante de Casa Pilar donde dentro estaban mi prima patricia y su novio Lois (futuro marido en menos de un mes) y me tomé un corto con ellos fijándome en que además de buena comida y decoración el sitio tiene camareras bastante interesantes (no solo porque el uniforme sea negro), tendré que quedar con Llamas para comer allí más veces. En el funeral poca gente solo de la familia. Otra ceremonia más en la que intento luchar entre acompañar pero no participar de la liturgia sin saber cuál es la forma correcta para ello que no ofenda a nadie. Me gustaría saber si debo quedarme de pie al final o sentarme en un banco sin levantarme y sentarme cada vez que lo haga el resto, aunque llegado el momento de “darse la mano” siempre aparece alguien que te la ofrece y tienes que aceptar porque no sería el mejor momento y lugar para explicarle tu negativa a hacerlo.Al salir algunos huyen al bar más cercano para ver el partido del Newcastle-Depor, me quedo para saludar al resto, además aunque la mayoría es mi familia paterna también está parte de mi familia materna y quiero ver quién saluda a quién. Como homenaje a mi tío fallecido, vemos el fútbol en el bar Siroco del que era cliente habitual pero la segunda parte la veo en casa con mi madre. Echo un vistazo al periódico (La Opinión) mientras ceno y me acuerdo del concurso de relatos que acaba el viernes y decido ponerme a ello esa misma noche. Lo termino en apenas una hora y lo mando por mail.

martes, agosto 02, 2005 

Choques y libros

Tras una mañana dedicada a recopilar la lista de los libros que me quiero comprar en la feria, esta tarde he ido en coche a la playa de As Lapas. Al salir del garaje tuve mi primer rayazo con otro que estaba aparcado por culpa de uno que venía de frente y me dejó poco sitio para pasar, por un lado calculé mal pero el otro tendría que haberse movido algo. Pensé que sólo le había tocado con el espejo pero cuando aparqué en la playa comprobé el estado de mi lateral y comprendí que había huido como un vulgar delincuente sintiéndome culpable por irme tras haber rozado un coche que no tenía la culpa. Estaba tostándome cuando llegó Álvaro con Raquel que ya no soportaba estar en Sarria y venía a Coruña para visitar a su amado y pálido novio. Amena conversación, baño incluido y vuelta a casa dejándoles esperando por Tamara, amiga de Raquel que vive en Santa Cruz y que iba a alojar a Raquel por unos días. Aproveché el resto de la tarde para ir a la feria del libro, sólo porque Tóni no podía y Marta tampoco. Me compré tres libros; dos novelas largas, “2666” de Bolaño y “La Vida: Instrucciones de Uso” de Georges Perec que había comenzado en su día pero que el corto tiempo de préstamo de las bibliotecas me había impedido terminar; y un libro de poesía que llevaba mucho tiempo buscando “El Libro de Urizen” de William Blake. Durante dicho proceso me encontré con Javi, segundo ex de Marta que veo en menos de una semana (¿será una señal?), me cuenta que sigue de baja por sus problemas intestinales pero que le va bien y me presenta a su novia mientras comentamos lo ilusionados que estamos con el nuevo Depor de Caparrós. En el portal de casa me encuentro con Ana, la madre de Santos y Carolo, que me cuenta las últimas novedades de sus hijos y su estado de ánimo. Le recordé que si necesitaba ayuda que me llamara y regresé a casa.

lunes, agosto 01, 2005 

Vuelve el sol

Empezar la semana yendo al gimnasio en una buena forma de recargar las pilas y superar los excesos del fin de semana. El buen tiempo obliga a una sesión de tarde en la playa del Orzán con Álvaro, intentando llenar sus lagunas de la borrachera pasada. Como había quedado con Tóni en La Bottega nos fuimos pronto directamente a la cafetería sin pasar por nuestras casas. Allí también estaban Sergio, Tonecho y el otro Sergio. Luego de la típica conversación sobre lo hecho recientemente hicimos una primera visita a la feria del libro. Mucha gente y las casetas llenas de grandes éxitos y basuras similares, era difícil encontrar algo interesante. Nos separamos quedando en vernos en El Hispano. El resto se fueron quedándome con Álvaro y Tóni. Tomamos unas tapas en L’Abadia tras lo cual Tóni se marchó. Nosotros acabamos la tarde del lunes en El Serrano degustando unos calamares.

Powered by Blogger
and Blogger Templates