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miércoles, agosto 24, 2005 

La boda más cerca

Después de comer me tuve que probar el pantalón del traje para arreglarlo para la boda, era increíble lo que me sobraba. Fui a la playa del Orzán a recoger a Santos para irnos a la de As Lapas donde nos esperaban Tóni y Sergio. Bajé a la arena y decidimos que era mejor quedarse allí. Cerca de nosotros pude ver a la chica del instituto que me sonríe en invierno cuando se cruza conmigo a la hora de comer, pero esta vez nos limitamos a la siesta y alguna mirada furtiva. Me bañé con bandera amarilla y unas olas tremendas pero aún así no perdí las lentillas que hacía muchos días que no me ponía. De camino a las duchas me crucé con Raúl, nuestro vecino, y le expliqué donde estaba Santos. Nos contó como acabó la cena de vecinos. Me gustan las llegadas por sorpresa que se convierten en un rato agradable aunque me quedé dormido en un intervalo de silencio. Nos despedimos, pasamos por casa media hora y volvimos a bajar hacia La Bottega donde quedamos con éstos. Estuvimos viendo las fotos (y mi video) que sacó Santos el sábado. Los paseos de ida y vuelta por la misma calle, para decidir donde meternos entre los sitios abiertos, hicieron que me parara varias veces a hablar con mi otra vecina Lourdes. Finalmente entramos en O’Corno donde estaban mis primas María y Patricia con su novio (y mi futuro primo político Lois desde el próximo día 3), comentamos los pormenores de su boda y apunté los números ganadores del sorteo de las cenas de la noche de los corazones rotos antes de volver con los chicos. Dudando entre irnos a casa o tomarnos la última, optamos por hacer la primera visita al OCM (nuevo local moderno que será el futuro templo del pijerio coruñés) que fue el objetivo de las últimas fotos de un fotógrafo obsesionado con las panorámicas. Al llegar a casa comprobé que no hubo suerte, nuestros números no eran los afortunados y pensé en llamar a la desconocida de aquella noche para proponerle ir a cenar y conocernos aunque no nos tocara el premio.

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