miércoles, septiembre 28, 2005 

Nuevos ánimos y nuevo horario

Esta mañana nos lo han comunicado, a partir del lunes tenemos nuevo horario de trabajo.Se suponía que volveríamos a la jornada de 9 a 2 y de 4 a 7 pero nos lo han cambiado por una continua de 8 a 5 (con una hora para comer).Casualmente hemos dejado caer por la zona de los cafés los ejemplares del "Qué" durante la última semana con el fin de que vieran los reportajes sobre los horarios y han tenido el efecto deseado.Me he pasado desde la comida haciendo cálculos para ver cómo podía hacer para comer a partir del lunes: volver a casa llevando el coche, probar en bus como hasta ahora o llevar un tuper y comer allí. Además he pensado cosas que puedo hacer desde las cinco: apuntarme a algunas clases, acudir al gimnasio sin excusas para no ir por tener que quedar o ver una película, visitar a los amigos, concentrarme en leer y escribir más o disfrutar de la siesta al volver del trabajo.
Ha sido como una rayo de luz en la oscuridad que me acompañaba últimamente, no tenía ni ganas de postear, incluso se me olvidó que cumplía otro mes el blog.
Pasé un fin de semana deportivo pero en su faceta televisiva; entre baloncesto, fútbol, tenis, motos o coches fueron pasando las horas.Pisé la calle para comprar el pan y el periódico aunque el sábado fui al Forum a ver la peli canadiense "La Grande Seduction" de Jean-François Pouliot.Recibió unos cuantos premios indies y es divertida.Cuenta la historia de un pueblo pesquero azotado por el desempleo cuyo único futuro pasa por que se establezca una fábrica allí.Los empresarios ponen como requisito necesario para ello la existencia de un médico.Cuando las circunstancias hacen que un médico llegué al pueblo, todos intentan conseguir que se quede seduciéndole con los encantos del lugar.

viernes, septiembre 23, 2005 

Una semana sin postear

Otra noche de viernes que me quedo en casa.La semana ha pasado con pocas novedades.He continuado con mis clases de inglés de la empresa los martes y los jueves. En el trabajo ha comenzado la temporada de no parar, sin saber si en Octubre habrá nuevo horario o volveremos a salir a las siete tras cuatro meses saliendo a las tres. He ido dos veces al gimnasio, haciendo malabarismos para ver los partidos de fútbol y baloncesto (acabo de ver la gran victoria de España ante Croacia con mi compatriota Fran Vázquez en plan estelar).Todo ello me ha impedido quedar para tomar algo con la gente, salvo el sábado pasado que bajé al OCM con Tóni, Sergio y Juan continuando con este último con una parada en el Soho para terminar la escasa noche. Tengo pendiente para hacer muchas cosas las tardes de la semana que viene como: llevar a arreglar la grabadora y el ratón, comprar la memoria para la cámara y crear un fotolog, cortarme el pelo y, por supuesto, sacar un hueco para hablar con los amigos (incluída una llamada al alter-ego del Sr.Atlántico).

viernes, septiembre 16, 2005 

Vai e vem, carnocho

Me quedé dormido y tuve que coger un taxi para ir a trabajar, lo que me supuso tener que aguantar a un taxista que no paró de hablar en todo el trayecto. Bastó con que al entrar él estuviera leyendo el “20 minutos”, periódico gratuito llegado a mi ciudad esta semana, para que comenzara un monólogo sobre su existencia. Acabé apagando el discman y dándole respuestas largas para no escuchar su voz.
Mi prima me trajo las fotos de la boda en las que salgo con mis hermanos y mi padre. Al tener una impresora de color en la empresa, salí a buscar papel fotográfico para hacer unas copias pero el resultado no fue bueno, además se me mojaron con la repentina lluvia al salir del trabajo camino del Coral para comer con mi padre y mis hermanos.
Fue una comida sabrosa pero triste porque a mi hermana le suspendieron con un cuatro el último examen que le quedaba para acabar Políticas. Estuvo toda la mañana en la facultad, de despacho en despacho, buscando una solución alternativa. Contaba con el apoyo de los de administración pero la libertad de cátedra del profesor y su supuesta integridad para tratar a todos los alumnos por igual evitó cualquier modificación en la nota. Tendrá que volver desde Londres en Enero para examinarse, en algunas cosas seguimos siendo números o códigos de barras sin que importen las circunstancias personales y familiares del ser humano que figura detrás.
Un inoportuno cambio de fechas me obligaba a elegir entre ver una película hoy o verla mañana. Si elegía hoy me perdería el partido de baloncesto entre Serbia y España y lo más seguro es que llegara tarde al concierto despedida de los Diplomáticos de Monte Alto; si me decidía por mañana me perdería el partido del Depor en Valencia. Como la decisión era difícil, reflexioné sobre ello y basándome en los retrasos del comienzo de los conciertos opté por ir al cine hoy tras quedar con Alex para vernos luego.
Cogí el 17 para ir al Forum, dando la casualidad que dentro iba mi amigo Juan, mismo rumbo pero citas diferentes. Quedó con un amigo suyo que trabajaba en el “Qué” que se llamaba Iago, sería demasiado que hubiera dos tipos con ese nombre en esa pequeña redacción, por lo que estaba claro que era el mismo Iago al que yo conocí por Iván. Es la segunda vez que nos pasa que tenemos amigos o conocidos comunes sin saberlo. Nos bajamos en la misma parada y quedamos en vernos posiblemente mañana después del Depor.
Dicen que en el término medio está la virtud, y esta noche me he movido en ese ámbito. La película era Vai e vem de Joao Cesar Monteiro, que también es el protagonista y que falleció recién terminada la cinta. Había leído algo sobre ella pero no había visto ninguna del director aunque la presencia de Paulo Branco como productor era una baza a su favor. Se podría decir que es una película culta y difícil para los no iniciados, llena de referencias y guiños que acompañan a la manera de contar la historia llena de bucles que reflejan la rutina del viejo protagonista. La visión de la vida y la muerte, la galería de personajes secundarios, los diálogos, los excelentes planos y la facilidad del rodaje hacen que las 3 horas que dura se hagan amenas. Salvo la última parte que se me hizo un poco larga, el tiempo me pasó volando. La gente de la sala se iba marchando poco a poco, es lo que tiene llenar tus horas de ocio metiéndote en cualquier película sin saber nada de ella, las pobres viejas habituales se quedaron sorprendidas, igual pasó con algunas parejas mayores que no aguantaron hasta el final. Fue el mejor epitafio que dejó el autor, más que nunca las circunstancias vitales lograron mezclar la realidad con la ficción llegando al corazón de los pocos espectadores que quedábamos en la sala.
Dejando a un lado el cine culto y de minorías, se encontraba el concierto-despedida de los Diplomáticos, ejemplo de cultura de barrio ajena a los grandes nombres y mitos lejanos. Salí andando porque suponía que el concierto ya había empezado pero cuando llegué, llamé a Alex y fue encontrarme con él y comenzar el concierto. Me salió perfecto, sería un efecto acumulativo de tomarme dos donuts ayer. Pensé que seríamos más gente pero solo estábamos Alex, Sonia, Luz y yo. Había mucha gente: conocidos de vista del barrio o del instituto, miembros del mundo folk coruñés y llamativas sorpresas como la presencia de argentinos con su mate o esa chica llamada Carmela que está por todas partes. El repertorio estuvo acompañado de continuas visitas al escenario de antiguos componentes o colaboradores del grupo o amigos como Lino Braxe, Xan Papaqueixo, Carlos Blanco, Guadi Galego, Uxía Senlle, Susana Seivane, Mercedes Peón o Julián Hernández. Resultó emotivo pero menos de lo que pensaba, se notaron las tres ausencias más significativas: Manuel María (sonó su voz pero su muerte impidió su presencia física), Manolo Rivas (¿hay motivo?) y sobre todo el antiguo líder y creador del movimiento bravú el hiperactivo Xurxo Souto (la excusa de un compromiso no convenció a nadie sabiendo que al día siguiente no iba a faltar a su programa de radio de las doce del mediodía). Cuando acabó nos dirigimos a tomar algo en A Repichoca pero había una fiesta privada de la gente del concierto en la que se había metido Bea, tras un leve intento por entrar nos fuimos a casa.

jueves, septiembre 15, 2005 

Fers clas of inglis

Han sido dos días pegándole duro al inglés, ayer después de comer para preparar la prueba de nivel y durante la tarde-noche repasando porque esta mañana tenía la primera clase. La prueba resultó corta, apenas quince minutos de conversación, en general fue bien aunque tenía algunas lagunas y me costó decir las horas de los relojes. La clase de hoy, resultó extraña por tener que volver a estudiar tras dos años sin hacerlo y por ver a mis compañeros de trabajo en un entorno diferente al de la empresa. El método se basa principalmente en coger soltura al hablar, dejando como algo secundario la gramática o la escritura. Es justo lo que necesito porque cuando he hablado con gente en inglés por el contexto entiendo casi todo lo que me dicen pero a la hora de responder me paro a pensar en castellano perdiendo tiempo y dejando a mi interlocutor con cara de tonto. En mi grupo están repasando y por lo visto en este primer día, tengo más nivel que el resto que tienen un vocabulario más limitado. Es curioso pero parece que con una clase me ha bastado para comprender la letra de las canciones que he ido escuchando a lo largo del día, es como si ahora fuera más consciente de todo lo que dicen sin palabras que me resulten extrañas.
Por lo demás, no he quedado con nadie desde el martes aunque acabo de llegar ahora mismo del gimnasio y en tres días ya he bajado de peso (74.6). Tengo que dejar de poner mi peso porque si no este blog se parecerá demasiado al diario de Bridget Jones, sobre todo si añado que me he comido dos donuts y que una chica me ha sonreído por la calle. Ya que estamos en el tema decir que no he visto las dos películas, pero antes de que las hicieran ya me había leído los libros de Helen Fielding y me gustaron (aunque eso de explorar el lado femenino no me sirvió para ligar más).
Bueno lo dejo que me espera una noche cinéfila en abierto con la ceremonia de apertura del Festival de Cine de San Sebastián (algún día iré) y programar el vídeo para grabar “Días de Cine”. Uno de mis proyectos de este otoño es hacer otro blog que muestre palabra por palabra lo dicho en ese programa. Sería algo parecido a lo que hacen los de Redes en su web (¡¡que vuelva ya!!).

martes, septiembre 13, 2005 

Sin City (por fin)

Mañana tengo una prueba de nivel de inglés para comenzar las clases que nos ofrece la empresa como formación. Tendré que pasarme la sobremesa del miércoles repasando para no hacer el ridículo.
Hoy no puedo porque he quedado con Alex para ir al cine a ver Sin City, previa caña en el Libunca. Después de dos intentos fallidos con diferentes personas para verla en los cines del Puerto, he conseguido verla con una tercera en Los Rosales.
Ha sido impresionante: la estética y ambientación perfectas, la iluminación fabulosa, los actores se salieron, la técnica digital y los efectos muy logrados. Recuerdo haber leído hace mucho algo del cómic y puedo decir que la adaptación será difícil de superar. Me habían comentado que era un poco fuerte, incluso “gore” pero lo conseguía disimular con el uso de los colores (si la sangre se viera roja todas las veces sería demasiado duro para la mayoría del público). Además se notaba la mano de Robert Rodríguez y de Tarantino por la forma de contar la historia con el bar que enlaza todas las partes, la violencia o la lujuria presentes.
Cuando terminó y se encendieron las luces, pasó a nuestro lado la chica que estuvo sentada en la fila de delante y nosotros nos miramos diciendo que esa tía no era real había saltado de la pantalla. A continuación llamamos a Sonia y fuimos a recogerla a su casa para tomar algo en el Hispano de la calle Barcelona. Nos contó varios cotilleos sobre la boda de su amiga María el pasado fin de semana. Esa chica se puede decir que lo tiene todo, es guapa, es lista, vive del trabajo de sus sueños y tiene un novio que le pasa lo mismo y encima dicen (al marido no lo conozco) que son excelentes personas. Hay gente con suerte.
Finalmente Alex nos dejó a cada uno en su casa, ha sido una tarde interesante que me ha levantado bastante el ánimo pero sigo sin estar bien.

lunes, septiembre 12, 2005 

Estoy de bajón.

No me gusta que siga haciendo calor o día de playa cuando ya he guardado la toalla y el bañador, las tardes libres se me hacen largas y cortas al mismo tiempo. Largas, después de comer con seis horas por delante para hacer muchas cosas y cortas cuando me he pasado tirado en el sofá varias horas y no me da tiempo a hacer todo lo que quería. Tengo revistas que llevan diez días en mi habitación sin que las haya tocado y los libros se me acumulan por estar leyendo varios a la vez.
No bebo mis litros de agua habituales; estoy engordando (75.2), he vuelto al gimnasio un mes más tarde y parezco otra persona, casi he recuperado la mitad del peso perdido desde hace un año cuando empecé a hacer deporte tras un paréntesis de diez años.
He pasado en casa, sin salir, el primer fin de semana de los últimos cuatro meses pero tengo ganas de repetirlo. No me convence los planes nocturnos de los amigos que se quedan en la ciudad, si es que bajan alguna vez. Los amigos ausentes no dan señales de vida ni por sms ni por mail.
Recuperar la parte de la habitación tras la marcha de mi hermano y pensar en volver a recolocar las cosas me da más pereza.
Saber que mi hermano ha estado diez días aquí y que llevábamos más de medio año sin vernos ni hablar y no hemos conseguido hacerlo más de cinco minutos me confirma que lo nuestro no tiene solución, no es por culpa de mi estado de ánimo.
A pesar de que ya comenzó la temporada de buen cine en versión original en el Forum y echan películas interesantes en las salas comerciales, sigo teniendo mono, quiero que empiece ya el CGAI.

domingo, septiembre 11, 2005 

Finde casero y familiar

Han sido dos días en los que no he quedado con nadie, salvo un encuentro casual con Bea el sábado por la tarde. Solamente he salido de casa para comer en familia, ayer en Botanita y hoy en el Aguieira. Como mi padre estaba de cumpleaños (71) vinieron a comer con nosotros mis tíos y tías. Fue una comida agradable, mirando de reojo y de lejos las andanzas de Alonso en la prueba automovilística, con continuas batallitas y anécdotas del pasado familiar.
Eso sí, después de comer estuve rebuscando música, ayer en Discos Gong y esta tarde en la Feria del Disco y Cd en el hotel Hesperia. Me compré tres discos en Gong que ya tenía en mp3 pero me gustaban demasiado para no aprovechar su bajo precio (“Younger than Yesterday” de The Byrds, “Steve Mcqueen”de Prebaf Sprout y “La leyenda del tiempo”de Camarón). La cosecha de esta tarde fue más pequeña, abundaban los vinilos interesantes pero la falta de espacio en mi habitación me decantó por los sencillos. Las tentaciones de los años sesenta y setenta eran muy apetecibles pero el poco dinero y el olvido de la tarjeta me obligaron a limitar mi compra. Al final, tras mucho deliberar conmigo mismo y con la lágrima a punto de caer elegí el e.p de los Cool Jerks con el “Soul Teller” en la cara A (es una de mis canciones preferidas). Me sorprendió la cantidad de joyas presentes y el precio desorbitado de algunas cosas como los tentadores singles de “Los Salvajes” a 30 euros cada uno. Satisfecho y apenado al mismo tiempo, volví hacia casa para disfrutar de la soledad a base de lectura, jugar a la play o ver deporte como el partido de rugby de Nueva Zelanda – Australia con gran victoria de los All Blacks en el Tres Naciones y la Bledisloe Cup (una pena despedirse del rugby hasta la primavera). Completé la jornada viendo el fútbol, ayer disfruté en Riazor con el triunfo in extremis del Depor ante el Atlético y en casa con el resumen del Madrid – Celta. Por fin lo sé, soy más anti-madridista que anti-celtista pero tampoco me alegré de la victoria celes te un empate me dejaría más feliz ante la imposibilidad de la derrota de los dos. Esta noche, previa conexión a la red, seguiré los resúmenes de la jornada futbolística dominical.

viernes, septiembre 09, 2005 

Perder el sentido

Hay días en que un simple gesto lo cambia todo. Ver que el bus arranca y correr tras él hasta la siguiente parada y cogerlo es una satisfacción aunque te deje sin aliento todo el recorrido hasta la puerta del trabajo. Recibir una inesperada llamada de una amiga que está lejos y te pide la dirección de tu blog. Saborear el pan recién hecho empapado de café en el descanso mientras fuera llueve que arrolla. Reírte después de comer con un monólogo de un paisano tuyo en la Paramount evita la siesta. Descubrir nuevas webs interesantes sin engancharte limitando el hecho a una hora. Ponerte un disco y salir a la calle en una tarde radiante para ver una peli que evoca todos los sentidos es otra de esas acciones que te alegran el día.
Pero casi todo lo anterior ha ocurrido otras veces, lo que lo diferencia y lo hace especial puede ser un simple gesto. Por ejemplo, ha bastado con que la taquillera del Forum me preguntara qué estaba leyendo (Dostoievski) y me atreviera a preguntarle que leía (siempre está leyendo algo) para sonreír al comprobar que, por una vez, era un temario de oposiciones o algo jurídico del BOE y meterme en la sala sin saber porque había tenido ese gesto si hasta ahora nuestra relación de años se limitaba al intercambio de saludos, entrada y dinero.
Ya en el cine, he visto San zimske noci de Goran Paskaljevic (su título en español es “El sueño de una noche de invierno”). Cuenta la historia de un ex combatiente de la guerra de los Balcanes que regresa a su casa tras pasar diez años en la cárcel y se encuentra que allí viven una madre y su hija autista. El conflicto inicial deja paso a la unión entre los tres desheredados del nuevo país, que sin saberlo ni quererlo se va convirtiendo en una familia. Pero sabemos que en la vida real los finales felices no existen, siempre surge algo que se ceba con los de abajo cuando veían una luz en su camino.
Me ha servido para reflexionar sobre el privilegio de poder disfrutar de los cinco sentidos (aunque sea muy miope, cada vez más sordo, alérgico y con rinitis, y el sentido del tacto en lo que se refiere al contacto personal se esté oxidando por timidez y falta de uso). Asimismo entender mejor a aquellos que viven de forma diferente como los incomprendidos autistas o los discapacitados que por “perder” algún sentido “ganan” los cuatro, los tienen más desarrollados o los valoran en su justa medida. Me sería difícil tener que elegir un sentido para perder, aunque analizándolo fríamente elegiría perder uno cualquiera a cambio de mantener la conciencia. Esto último podría derivar en hablar de la demencia senil o el Alzheimer pero lo dejaremos para otro día.

jueves, septiembre 08, 2005 

Torpeza tecnológica

Otro día más que me quedo dormido y van muchos desde que regresé de vacaciones. Además me tenía que afeitar, así y todo solo llegué diez minutos tarde. Estuve toda la mañana algo torpe, tuve un día de esos en los que las máquinas y tú no conseguís entenderos y me cagué en la tecnología más de una vez. Eso me afectó un poco y estuve bastante borde en casa durante la comida y posterior sobremesa.
Me llamó Marta para recoger el espejo y la foto para montar el regalo de Susana. Bajamos a por el espejo y seguimos hasta Artús a buscar la foto con cuidado de no romper el cristal. Ella conocía mi torpeza pero me permitió seguir llevando el espejo. En Artús, no estaba la foto hasta una hora más tarde por lo que nos despedimos y yo fui al encuentro de Tóni y Sergio en La Bottega. Luego de tomarnos algo explicarles el tema pasamos a buscar la foto y nos despedimos porque yo tenía que reencontrarme con Marta en el Hispano, ella estaba tomando algo con Sonia y una amiga suya. Cuando llegué allí y vi que también estaba Susana intenté esconder su regalo pero se notó mucho, para rematarlo solo me faltó caer y romperlo. Sonia estaba de canguro cuidando del hijo de su prima al que yo le causé una grata impresión (la primera vez que me vio lloró y la segunda vomitó).
Después Sonia se fue porque tenía que dejar al niño con sus padres y la amiga de Marta también. Me pareció una chica interesante pero olvidé su nombre. Es de esas que sientes que se muestra natural sin intentar parecer otra persona, la ves venir y sabes que no esconde nada, es así te guste o no. Nosotros subimos hasta el Polvorín, por el camino apareció Marian en su coche y nos llevó. Alex ya estaba allí, luego fueron apareciendo Bea, otra vez Sonia y casi al final Jorge. Le dimos sus regalos, todos eran accesorios para el coche menos la foto con el cristal. El cansancio hizo mella y comenzamos a pasarnos el bostezo unos a otros hasta que decidimos marcharnos, dejando claro los planes futuros para vernos más a menudo.

miércoles, septiembre 07, 2005 

Tres cumples

No sé si habrá alguna estadística que lo confirme pero creo que conocer a tres personas que cumplen años el mismo día es algo bastante raro. Lo curioso es que me pasa dos veces al año; hoy 7 de septiembre cumple mi hermano Andrés, el hijo de mi prima y mi amiga Susana, la otra fecha es el 14 de junio. Me quedé sin batería nada más salir de casa por lo que estuve inquieto y sin poder felicitar hasta la tarde.
Mis compañeros tuvieron que salir una hora con lo que pude quitar M-80 para escuchar Radio 3 (en Siglo XXI pusieron a Cubala de la movida coruñesa Pulso).
Me ha venido a buscar Pepe (amigo de toda la vida de la familia y pródigo hostelero) porque íbamos a comer al Coral con mis padres y hermanos. Que yo recuerde, era la primera vez que iba, me gustaron las almejas, las croquetas, el pulpo y el arroz con bogavante. Ya estaba lleno pero el carrito de los postres me llamaba y pedí una riquísima tarta tatin de pera.
Ligera sobremesa y rápida despedida para pasar por la biblioteca provincial a devolver “Historias de amor” de Bioy Casares, que como todo libro de relatos tiene unos que me gustaron mucho y otros que me gustaron menos pero lo mejor sin duda ese rico lenguaje que solo saben usar los sudamericanos. He cogido “Diario de una abuela de verano” de Rosa Regás por influencia de la serie que comenzó ayer y el segundo tomo de las obras completas de Dostoievski que incluyen “El adolescente” novela que tendría que haber leído hace muchos años pero que dejé pasar el tiempo y me costó mucho encontrarla hasta ahora.
He subido a casa, he leído un poco, me he dormido otro poco y luego quedé con Marta, Susana, Irene y Sonia en el Polvorín para felicitar a Susana aunque hasta mañana no le daremos los regalos porque esperamos por Alex que está en Alicante y piensa que cumple el día once. De vuelta a casa, pude ver el empate de España que se complica, aún más, la clasificación para el próximo mundial de Alemania.

martes, septiembre 06, 2005 

Enredos de familia

No sé si es por compartir habitación o la vuelta a la rutina otoñal con la marcha de todos los amigos emigrantes lo que me ha hecho quedarme dormido. Encima está lloviendo y no tengo a mano el chubasquero, menos mal que sí el paraguas. Para completar ese mal despertar, en el curro nos reúnen a todos para informarnos que el jefe ha cesado. Era algo que ya intuíamos y algunos ya sabíamos pero nos faltaba la confirmación oficial. Por un lado puede traer consecuencias positivas en cuanto a la claridad a la hora de tomar decisiones y proponer cosas, incluso puede acarrear un cambio de horario futuro pero también tendremos que esforzarnos más y perderemos algunos clientes. Pero lo que más me disgusta es que cesen a mi primo su padre y sus hermanos, por no haber podido solucionar los problemas familiares hasta el punto de influir en la vida laboral.

Como contraste hoy he comido con mi madre y mis hermanos, todos juntos en casa, lo que hacía muchos meses que no sucedía. Por la tarde he vuelto a quedar con Marta para ir a Artús a llevar a imprimir las fotos de Susana. Ha quedado con Pili y hemos ido al Veracruz. He ojeado el nuevo catálogo de Ikea que tenía Marta y he soñado con la posibilidad cercana de irme de casa y comprarme algo de aquello para mi futuro ático. Fuimos hasta su casa a esperar a Susana: he estado un rato con las tres y me he ido a buscar a Juan que me había llamado antes para quedar. Con él estuve conversando, poniéndonos al día, entre tapas y aguas en O’ Corno y La Bombilla.

Al llegar a casa me he puesto a ver con mi madre la nueva serie de la primera con Rosa María Sardá haciendo de Rosa Regás. Está basada en un libro de esta escritora que cuenta los meses enteros de verano que ha pasado con sus numerosos nietos, todos juntos en su casa de campo. Ya había leído un reportaje sobre estos hechos en una entrevista en una revista de decoración en la que salía la villa (cualquiera consigue meter a una decena de nietos sin problemas en ese caserón). Me gustó el concepto más que la serie por lo que creo que leeré el libro en el que se basa esa historia real.

lunes, septiembre 05, 2005 

Documental en vivo

Otro lunes más en el que me cuesta levantarme un huevo, además tengo que hacerlo todo a oscuras porque no quiero despertar a mi hermano. En pleno curro recibo un sms de Santos informándome de que me ha dejado un Cd de fotos para mí y uno de música para Tóni en mi buzón. Le respondo despidiéndome y recordándole que tiene pendiente hacer su fotolog y seguir mis andanzas virtuales haciendo los comentarios oportunos. En ese intervalo de mensajes recuerdo que David y María ponen rumbo a las Américas y decido mandarles un sms de despedida. Al momento me llama David para decirme que les queda una hora para coger el avión y que me mandarán sus mails para mantener el contacto trasatlántico.
Al bajarme del bus, de vuelta a casa, veo una gaviota que lleva una paloma. Me da asco y en la milésima de segundo que tardo en girar la cabeza puedo ver que la paloma se mueve y sigue viva. Siento ganas de acabar con la gaviota; no me gusta la ley del más fuerte pero estoy convencido de aplicarla, sin embargo, en el último instante recuerdo a Darwin y decido seguir el curso de la naturaleza, además comprendo que ya no puedo hacer nada por la paloma. Me doy cuenta de lo distinto que resulta ver una escena parecida en tu sillón ante un documental de la 2 y verlo en directo ante tus propios ojos.Después de comer, poco porque la gaviota me quitó el apetito, me llama Marta para lo del regalo de Susana y quedamos a partir de las ocho por su casa para elegir fotos y hacer un collage. Hasta esa hora disfruto del partido de rugby en diferido de Nueva Zelanda- Sudáfrica, con una gran victoria de mis All-Blacks que incluso estrenaron nueva e impresionante “haka”. Espero a Marta en su portal, al rato llega su amiga Luci y poco después aparece Marta en el coche de Adriana. Subimos los tres pero Adri se marcha. Juan me llama para quedar, le digo que imposible si tal mañana. En casa de Marta nos pasamos unas horas viendo fotos de Susana y vamos eligiendo las mejores, me doy cuenta de la cantidad de fotos en las que salgo y no tengo copias. Más tarde se incorporan al grupo Sonia (que viene de comprar los otros regalos de Susana) y Marian que viene a por las fotos y a llevar a Luci. Se hace tarde, al tercer bostezo me doy cuenta que es mejor marcharse que por hoy no doy para más.

domingo, septiembre 04, 2005 

Síndrome post-bodorrio

Los litros de agua bebidos anoche causaron el efecto deseado y mitigaron la resaca pero no el cansancio. Con mis hermanos en casa había más jaleo y el teléfono sonó más de lo acostumbrado, me pasé desde la una hasta las tres intentando con un ojo abierto y otro cerrado. Mi madre y mi hermana se pusieron pesadas y no pararon hasta despertarme y me convencieron para ir a comer a Botanita con mi padre, mi hermano y mis primos. No recuperé el sueño con una siesta, preferí leer los periódicos hasta que me llamó Tóni para quedar. Estaba con Sergio en el OCM y fui para allí donde me tomé un sabroso y barato chocolate con nata. Después fuimos al Patachím, mi hermano me llamó porque se me quedaron las llaves en casa y llamé a Santos para saber si nos veríamos antes de que se fuera. Me dijo que no era posible nos despedimos y quedó en dejarme un Cd con fotos de estos días en el buzón.

sábado, septiembre 03, 2005 

Crónica de una boda

Dormí hasta la hora de comer con el fin de obtener la energía suficiente para poder aguantar esta noche. Comí algo ligero y rápido en el Aroma con mi padre y mi hermano recién llegado la noche anterior. Como faltaban dos horas para irse a la boda, bajé algo más de media hora a la playa para coger una pizca de color. Me encontré con la madre de Santos que se sorprendió al verme por allí pero mi rápida explicación del horario le bastó para comprenderlo.
Subí, me duché y afeité como requisito previo al proceso de vestirse. Limpié los zapatos mientas me ponía el traje y la camisa comprendiendo que me seguía quedando inmenso aunque ya no me caía el pantalón. Sentía que me quedaba demasiado holgado, el arreglo había disimulado algo pero intentar parecer el mismo, dentro de un traje sin estrenar que tiene dos años y es una talla mayor que la que uso ahora, era tarea imposible. Volví a hacerme un nudo de la corbata tras mucho tiempo y solo necesité tres intentos para que quedara decente.
Tenía pensado ir en el bus con la mayoría de la familia pero finalmente me decanté por ir en coche con mis hermanos y recogimos a mi tía Raquel (la madre de la novia) que esperaba a que pasaran a recoger a la novia. Fuimos haciendo rally con mi hermano en plan Fangio y llegamos a la iglesia. Saludos y rencuentros de rigor con los familiares cercanos y lejanos, llegada de la novia del brazo de su padre y el novio que ya estaba algo perdido y no sabía que hacer hasta que le dijeron que tenía que esperar dentro. De la ceremonia solo escuché cinco minutos, el tiempo suficiente para reírme cuando el cura (amigo de la familia) confundió tres veces el nombre del novio con el de mi tío, padre de la novia y padrino de boda. Poco faltó para que casara al padre con la hija.
Me salí fuera al rincón de los ateos que a falta de un bar cerca ya se habían traído de casa unas latas de cerveza. Charla distendida con acercamiento por turnos a la iglesia para saber si faltaba mucho, entré para pedirle el paquete de arroz a mi hermana. Una lluvia de pétalos de rosas y arroz cayó sobre los novios y conseguimos que nos hicieran una foto a mi padre con sus hijos (futuro regalo enmarcado para su cumpleaños).
El camino hasta el restaurante El Pantano se hizo largo y tedios con muchas curvas, hice bien en cambiar el coche por el bus. Llegada e impresión ante el despliegue de bodas y recintos para acogerlas. Conseguimos encontrar el nuestro tras pasar por delante de otras que ya estaban acabando lo que subrayaba lo patético del momento.
Primero todos al jardín para disfrutar de los aperitivos y ver con quién nos había tocado en las mesas de la cena. Después pasamos a las mesas, sentándonos y haciendo un primer balance de las chicas desconocidas presentes y buscando la silla idónea para no perder de vista a los “fichajes” a la vez que intentabas estar rodeado de los que te caían mejor. Otra vez la espera por los novios para la ceremonia del corte de la tarta con la espada y los gritos de “vivan los novios” y similares. La comida transcurrió con abundancia de platos, risas y mezcla de bebidas. Primero un pateiro, de segundo cigalas a la plancha, luego una vieira (lo único malo), el rape, un digestivo sorbete de limón, la carne, la tarta, el helado y el café. Ya llevaba bastante alcohol por lo que el café de pota y con hielo era lo que mejor me venía. Por segunda vez en mi vida me atreví a fumarme un puro (la primera fue cuando el Depor ganó la liga) y resultó menos desagradable de lo que recordaba.
Aún estaba paladeando el cigarro cuando llegó el Dj y los novios abrieron el baile con un vals sorprendente (el de la película del Padrino, lo apuntaré como candidato para futuras bodas). Me tomé dos vodkas mientras escuchaba sentado los típicos temas de Bisbal, Chenoa, el puto rigitón, lambadas y paquitos chocolateros. Me lancé con Rafaela Carrá y Camilo Sesto, me metí en la vorágine bailando cualquier cosa desde “Nada Fue Un Error”, “La tortura” o un exaltado “Crazy In Love”; solo escapé para beber varios litros de agua o visitar el servicio. El novio estaba muy borracho, fue manteado por sus amigos y mi tío se llevaba las manos a la cabeza al ver a su futuro yerno en ese estado. En plena fiesta los mayores se fueron a las tres y media en el primer viaje del bus dando pie a DJ para explayarse y poner los temas que le gustaban al novio y a él. Fueron cayendo sorpresivamente desde AC/DC, Deep Purple o Led Zeppelín hasta Neil Young, Police, Beatles, Rolling o Sabina. Conseguí bailar con la novia unos segundos con “Y nos dieron las diez” hasta que se la cedí a otro primo porque era de los últimos temas y había que repartirse.
Finalmente mi tío comenzó a coger a todo el mundo porque el bus se iba. Durante el trayecto continuamos la fiesta cantando y riéndonos hasta llegar al obelisco donde nos fuimos para casa.

viernes, septiembre 02, 2005 

Adieu Nouvelle Cuisine

Se cumplió lo habitual y tuvimos un viernes tranquilo en el trabajo. Salimos mi primo y yo a comer en casa de su madre, era una especie de previa de la boda de mañana. Fue una sobremesa que se alargó hasta pasadas las seis en la que conocí algunos pasajes oscuros y recientes de parte de mi familia, espero que su conocimiento no afecte a mi comportamiento en la boda. El resto de la tarde me pasé por la librería Colón para comprar el Rock de Lux y la Rolling Stone (esta última para ver los discos elegidos entre los 500 mejores del siglo pasado, el artículo y la foto del concierto a domicilio de La Costa Brava al que fui en julio). También me pasé por Nice Trip a cambiar la camiseta que le regalé a mi primo brasileño y que le quedaba pequeña, nunca pensé que conocería alguien de mi edad que llevara una XXL.
Unas horas en casa conectado y dando los últimos retoques a la habitación esperando la llegada de mi hermano hasta que salí hacia el Velvet con Santos para ver el último concierto de Nouvelle Cuisine. Llegamos supuestamente tarde pero todavía no había empezado el primer grupo Petch Blenda. Ya los había visto una vez pero el paso del tiempo les había venido bien, los temas más trabajados y no destrozaron la versión de los Pixies. Apenas unos segundos de descanso que vinieron bien para hablar un poco con Manuel y Carol, ver a otra gente conocida que llenaba el local y hacerme el avión con la sección ourensana. Llegó el plato fuerte, la despedida de Miri con la que los Nouvelle Cuisine se disuelven cuando les faltaban unos meses para morir de éxito.
El concierto estuvo plagado de sentimiento y canciones de su nueva maqueta (que eran desconocidas incluso para mí). No pudieron evitar tocar aquellos temas que les han colocado en el pedestal musical local y que les han dado reconocimiento en diversos medios nacionales de prestigio. Como buen fan me llevé el track list de Javi (si me lo pides por el valor sentimental de ser el último te lo devuelvo sin dudarlo) para añadir a mi colección de fetiches musicales. Me compré la preciosa maqueta por dos euros y me despedí de Santos que se iba a dormir porque mañana tenía que pasar el día en Vigo visitando a una amiga. Me quedé con Carol, Manuel y más gente del ámbito musical como Richard y su novia o esposa. Richard me dijo que vio mi foto en La Opinión pero, como no me comentó nada de que lo hubiera leído, no le pregunté si le había gustado mi cuento. Íbamos al Bar de Juan pero estaba lleno, entramos en el Tren a tomar unas cañas mientras esperábamos por Anita, Héctor y compañía. Finalmente nos esperaron en el Mardi Gras al que fuimos poco después si bien yo me encontraba cansado y me marché a los cinco minutos.

jueves, septiembre 01, 2005 

Comer solo y un traje de Pertegaz

Se empieza a notar movimiento en el curro, todo parece indicar que la semana que viene empezará con buen ritmo. Hoy me toca comer solo, mis padres se van a recoger a mi hermana que llega a las dos y media a Santiago desde Londres. Como ya tenía el segundo plato listo (eran sobras de ayer) decidí como entrante coger un trozo de empanada en Saqués al salir del trabajo. Era cara pero estaba riquísima. Hacia tiempo que no comía solo y la sensación de prepararlo todo para después recoger y limpiar se convirtió en un momento agradable debido a mi posible emancipación, en unos meses lo tendré que hacer todos los días.
Pasé la sobremesa viendo el último capítulo de la serie “Jack & Jill” (me enganché porque solo serían dos temporadas) mientras esperaba. Los minutos pasaban y me puse frente al ordenador. Un pequeño y rápido saludo, para no robarle tiempo a mi madre de estar con su única hija, y a seguir con el proceso de actualización del blog (permitiré los comentarios de los no registrados pero evitando los spam al exigir una especie de clave).
Me paso por la habitación de mi madre y veo las puertas del armario abiertas con un montón de ropa antigua sobre la cama que mi hermana está eligiendo como posibles trajes para la boda. Hay cosas muy chulas, muy pop (ahora comprendo mejor porque tengo algo de poppie) pero todas de mujer, se ve que mi padre se llevó todo lo suyo cuando se divorciaron. De ropa retro de mi padre tenemos tres cazadoras y un bañador pero de pantalones y camisas nada de nada (una pena). Entre los vestidos de mi madre destacaba uno tan sixtie que nos dijo que era de Pertegaz (es aquel modisto que tiene cara de señora vieja). Se lo había comprado cuando se casó un primo mío después de que mi padre le insistiera porque nunca se compraba nada (entonces era rica aunque no sabía que le duraría tan poco). Me hicieron probarme mi traje con la camisa y la corbata para que mi hermana diera su aprobación y yo me imaginaba cómo le quedaría el vestido a una chica conocida.
Cerca de las ocho he llamado a Santos para quedar, estuvimos paseando y charlando sin rumbo fijo hasta que paramos en La Abadía para tomar sendas cañas y tapas de tortilla rellena. Nuevo paseo visitando las casetas de artesanía de los pueblos del mundo y como fin de trayecto una partida al House of Dead III en la calle de La Estrella. Esta vez si que continuamos cuando nos mataron pero solo un rato, justo para que me viera mi primo con sus hijos y pensara que no tengo otra cosa que hacer por las tardes a mi edad, solo falta que lo suelte en la boda.

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