« Home | Aires nuevos en el Soho » | Tiene que llover » | La boda más cerca » | Coincidencia de aniversarios » | Un serrucho sentimental » | Primeros encargos » | Gente del cómic » | Cena de vecinos » | Sin City, sin entrada y sin sesión. » | Mi agosto en un minuto » 

sábado, agosto 27, 2005 

Cinco hermanas y cinco galos

Levantarse tarde con el tiempo justo para ir a comer fuera con tu padre y, por culpa de la lluvia y una mala elección de la ropa, tener que pasar toda la tarde del sábado jugando a la videoconsola después de muchos meses agota a cualquiera.
Cuando Santos intenta convencerme para que baje ya estoy demasiado acomodado y no me apetece tener que volver a casa de mi madre para cambiarme de ropa y salir. Pero una de mis debilidades es no saber decir que no y en media hora me ha convencido. Me pongo un chubasquero retro (era de mi padre) pero está forrado y da mucho calor, creo que necesito comprarme algo para la lluvia veraniega tan común por estos lares.
Como ayer los tres en el Soho, esta vez Iván está enfermo y Koko regresa mañana a Madrid. Se llena de gente conocida como una solitaria Carmela, tres hermanas (una de ellas bailarina emigrante) o la sorpresa de la aparición de Cristina (vía Madrid-Dublín) que me cuenta detalles de sus vacaciones y está acompañada de un grupo de gente de la que solo me suena Patricia. Transcurren varias horas entre copazos, fotos indiscretas y una variada conversación llena de miradas furtivas. Las circunstancias imponen un boicot al Patachím (a mi pesar) y entramos en el Telefunken donde bailamos sin parar durante mucho tiempo. Tenemos cerca de nosotros otras hermanas (éstas de nombre caribeño) y un grupo de chicas que lanzan sus miradas y sonríen mientras Santos usa su cámara para hacer un nuevo vídeo entre series de fotografías. Vamos al Velvet donde proyectan “Scarface” y Santos se empeña en hacerse una foto con Al Pacino, resultó difícil pero se podría decir que objetivo cumplido. Se nos acerca David y nos cuenta una macabra historia con el foro de empuje como arma y el playero Héctor como víctima y verdugo al mismo tiempo. Nos da unas invitaciones para la Boite del Playa donde hay una fiesta de despedida del verano pero no tenemos ni ganas ni dinero. Nos vamos hacia casa, en la plaza de Maria Pita nos paramos a hacernos una foto indispensable de cinco galos (dos de cartón piedra): Asterix, Obelix, Santix, Carolix y Pablix. Pero no sería la última gran fotografía; nos cruzamos con dos coches de policía cerca de nuestro portal, su presencia sospechosa nos sorprendió pero cuando vimos el cristal de la puerta roto comprendimos porque rondaban por allí y decidimos que ante la desgracia comunitaria había que ponerle algo de humor para irse con una sonrisa a la cama. El escenario era el más adecuado para un fotomontaje de la rotura de un cristal (ya roto) por parte de unos (vecinos) gamberros. Causó el efecto deseado pero no pensamos qué hubiéramos hecho si llega a aparecer un vecino y se toma en serio lo que era una broma convirtiéndonos en culpables de algo que no habíamos cometido.

Hombre aquí también habría que colgar la foto,pero tendrás que pedirmelas que no?...

Enjoyed a lot!
» »

Publicar un comentario
Powered by Blogger
and Blogger Templates