Estoy en el CGAI

Hoy es el Día del blog y como he visto en la web http://www.diadelblog.com me quedan muchas cosas por aprender aunque soy de los que opina que aquí uno dicta sus propias reglas y son los lectores quienes deciden con sus visitas y comentarios(virtuales o personales)si esas reglas son las correctas o no.

La fecha coincide también con la marcha de una amiga,una de las dos mulas o vértices del triángulo.Habrá que visitarla por el Sur.Ah y mi vida en pareja cumple tres meses.

Por lo demás el poco trabajo y la diezmada plantilla tocan a su fin porque mañana se reincorporan muchos compañeros y el ritmo de trabajo crecerá.

El martes llamé a R para darme de alta y el jueves me hicieron la instalación(menuda efectividad).Ya tengo antena(¿volveré a ver la televisión?)e internet.Pasaré las tardes amortizando dicho gasto a base de series,películas y música.

Ese mismo jueves vimos el último capítulo de Lost,cuatro temporadas seguidas vistas en dos meses y ahora a esperar hasta enero,bufff.

Pasé otro finde sin trasnochar porque el viernes me quedé enganchado a la red hasta que llegó ella y ayer fuimos a un cumpleaños sorpresa con churrascada cerca de As Pontes,la Springfield gallega.Hice un par de fotos de los animales que habitan en los jardines de la central térmica, imagino que viven allí para "demostrar" que se trata de un entorno limpio y sano.Pobres animales.

El lugar elegido llamado O Caneiro(creo)estaba cerca de un río y rodeado de árboles con zonas habilitadas para hacer barbacoas.Como solo existen dos zonas cubiertas y llovía era preciso llegar temprano para coger sitio y preparar todo.Llegamos a mediodía entre la lluvia y la niebla(otro sábado a despertarse temprano)y nos juntamos una veintena de personas(algunas llevaban desde las ocho).La cara de sorpresa de la del cumple fue digna de recordar,así como las partidas de brilé bajo la lluvia.

Nos fuimos cuando ya estaban planeando jugar al pañuelo.Teníamos pensado bajar por la noche a tomar algo pero llegamos tan cansados que no nos movimos.

Hoy disfrutamos de nuestro aniversario.Esperemos que sea un día perfecto y no vengan los blancos a romper el maleficio balompédico.

Tal y como había planeado me levanté a las ocho, lo suficientemente descansado como para no necesitar la ducha y el café. Las calles están casi desiertas, únicamente perros tirados por sus dueños y algunas parejas que se dirigen a la cama vestidas de fiesta se cruzan conmigo. El suelo se adorna con serpentinas y confeti que la noche anterior surcaron los cielos y semblaron de sonrisas los rostros ahora dormidos.
Llego hasta Bonilla donde pido para llevar medio litro de chocolate y una docena de churros. Esta vez los compartiré con otra mujer, mi madre. Con este gesto no pretendo pagar mis ausencias ni el alquiler de su televisión y salón, me apetece desayunar viendo la final de baloncesto con ella.

Se juegan el oro olímpico España y Estados Unidos. Los minutos pasan en un tira y afloja, con muchos puntos y buen juego, rozando la frontera de los diez puntos de desventaja. No me invade cierto patriotismo ni peco de antiamericanismo cuando critico a los árbitros, cualquier persona neutral puede ver que su fuerte defensa se merece muchas más faltas y los continuos pasos de arrancada si no van a ser pitados nunca deberían declararse legales. Aún así consiguen acortar la diferencia a cuatro puntos. Un sms llega lleno de ánimo, soñamos con la victoria. El talento y los árbitros inclinan la balanza, derrota honrosa para unos y victoria sudada para otros que no están tan lejos como pensaban cuando ganaron en la previa por cuarenta puntos.

Paso las siguientes horas conectado intentando ponerme al día de las novedades en cine y música mientras intento que mis dedos vuelvan a sentir el cosquilleo de querer pulsar las teclas y actualizar de una vez mi diario virtual.
Vuelvo a la televisión dos veces más: una para ver la entrega de medallas de básket y otra para ver la salida del Gran Premio de Europa de F1.Debe ser duro el sacrificio de dejarte tu sueldo en tiempos de crisis para ver a tu ídolo y éste quede fuera de carrera en las dos primeras vueltas.

La hora de comer se acerca y descarto la opción materna y paterna por la del Dublín que considero casi familiar. Huele a cultura nada más entrar: en una mesa el escritor del barrio (citado y fotografiado en un artículo que leo en El País sobre la cercana Santa Cristina) y dos de las mujeres de su vida; en otra mesa toca tertulia culinaria entre librera, restaurador de museo, dos mujeres más de profesión desconocida y la cocinera.
Llevo casi dos meses sin aparecer por allí, el ambiente sigue siendo el mismo pero la camarera es nueva. La conozco de otros locales más nocturnos y me sorprendo al verla detrás de la barra. Imagino que no ha trabajado la pasada madrugada porque va tan elegante que parece que tiene un compromiso posterior. Termino mi comida y uno de los periódicos mientras ella finaliza su turno y sale casi a la carrera, mis sospechas son fundadas aunque nunca sabré la razón.

Subo a casa a enfrentarme al portátil, una vez más huyo de las labores domésticas. Debo de continuar esta labor vocacional de escribir que debería ser diaria. La tarde sigue, mis dedos teclean al ritmo de voces masculinas (Adam Green y Jack Johnson) y femeninas (peleando por el trono soul británico: Sharon Jones, Amy Winehouse, Adele y Duffy).
Miro alrededor: la ventana dice que va a llover, el suelo pide a gritos que le quite las motas de polvo, los papeles se acumulan sin orden por todas las superficies y la ropa limpia empieza a escasear en los estantes. No queda más remedio que rendirse a la operación limpieza por unas horas.

Cumplidas algunas tareas me vuelvo a sentar ante una pantalla más grande para ver un dvd. Cuando acaba pienso en si ella volverá hoy a tiempo para cenar y dormir juntos. Le mando un sms y me lo confirma. Me toca subir a mí.

El día en que esto cumple otro mes me recogen pasadas las nueve y cuarto.Una parada más y nos ponemos en camino hacia Cambados.
Llegamos allí un poco antes de las doce poniéndonos al día de nuestras vidas y con la incertidumbre de no saber quienes compartirán cumpleaños y travesía en barco con nosotros.Nos reunimos con el resto salvo una que deberá ser recogida en O Grove por el barco.

Finalmente somos quince más dos miembros de la tripulación. El barco no es lujoso pero la tripulación con su amabilidad y explicaciones cumple sus carencias. El día es perfecto, soleado y despejado pero sin demasiado calor y con una ligera brisa.
Rodeados de bateas,observados por gaviotas y cormoranes,avanzamos hacia O Grove donde recogemos a nuestra última incorporación.Proseguimos el rumbo trazado por el patrón intentando encontrar nuestro sitio en el barco.Unos optan por disfrutar del sol de proa, otros por seguir las explicaciones del que conduce desde el piso de arriba y otros prefieren la sombra de la popa propicia para leer periódicos o intentar superar el mareo.

Llegamos a una pequeña isla con faro llamada A Rúa, otros barcos están fondeados allí.Aprovechamos para darnos el primer baño, el agua está muy fría.Nos secamos al aire, dando un paseo por la isla.Me sorprende la cantidad de lagartijas que se cruzan a nuestros pies. Me canso del paseo, el hambre y la sed aprietan.Unos preferimos comer bajo la sombra del barco y otros al sol de la isla.En plena comida llega un catamarán con más de un centenar de turistas escandinavos que descienden para un paseo de media hora. Me hace gracia que cuando vuelven todos al catamarán los de la tripulación solo ayuden a las mujeres más guapas a subir.

Continuamos nuestra travesía navegando hacia Sálvora.Momento propicio para tomar la tarta de cumpleaños.Nada más atracar en la isla nos impresiona el pazo, la playa y el pantalán. Aparece una funcionaria del parque natural que nos explica las condiciones de la visita. Intentan ser muy estrictos para que no pase lo mismo que con otras islas degradadas como Cíes y Ons.Damos el paseo pactado viendo las ruinas de la vieja aldea, los caballos y parando en la fuente milagrosa.Tomamos nota de las mujeres que han bebido para ver si dentro de unos meses se cumplen los poderes del agua. Enfilamos en camino de regreso atentos a las explicaciones de nuestro guía.Ponemos rumbo de vuelta,las ocho horas pactadas se nos echan encima como las olas que nos empapan y balancean para mi disfrute y para el sufrimiento de la pareja que lleva todo el día mareada.

Llegamos a puerto pasadas las ocho con la sensación de que trajimos demasiada comida y que ha merecido la pena el viaje.Aunque los que se quedan a dormir nos proponen ir a cenar,nosotros tres optamos por regresar a nuestra ciudad. Estamos tan cansados que la vuelta se hace un poco dura.Me dejan en casa pasadas las diez y media.Ceno algo de lo sobrante y me ducho. Ya pasó el concierto de Nouvelle Cuisine y posiblemente el de Meu, a La Habitación Roja los he visto ya dos veces este año.Queda la opción de ir a ver a los divertidos The Go! Team al otro extremo de la ciudad pero mi cuerpo no está para bailar y pegar saltos, además la gente con la que querría ir está en la fiesta de Naseiro o en Gijón en el concierto planetario. Son dos razones más que suficientes para dejarse vencer por el cansancio, la tercera razón es que mañana temprano se juega la final de baloncesto masculino de los Juegos Olímpicos de Pekín.

Terminado mi periplo por el norte ya estoy aquí de nuevo. Poco a poco iré contando nuestro viaje, estén atentos a los posts de agosto y tengan paciencia. Ya sé que es hacer trampas con el tiempo y la continuidad pero quiero contarlo al detalle.

La vuelta al trabajo es dura aunque hayas disfrutado de las vacaciones. Esta semana comenzó con unos kilos de más y el propósito cumplido de alimentarse mejor (volver a tomar fruta a media mañana).

El lunes quedé para tomar algo con una amiga que fue al Sonorama para tener unos momentos de alegría que mitiguen su mala racha.
El miércoles contacté para comprar el regalo de cumple de la que organizó el viaje en barco de mañana. El resto del tiempo lo pasé viendo las olimpiadas y poniendo al día ciertas cosas.

Como suponéis, también estuve con ella pero haber pasado juntos casi diez días completos nos ha permitido que podamos “aguantar” sin vernos a diario hasta la hora de cenar. Lo que si que nos cuesta dejar de hacer es dormir juntos, la cama se hace gigante. Y nos quitamos el mono de ver Lost comenzando ya con la cuarta temporada.

La tarde del viernes me dejó para irse a Viveiro. Me hubiera gustado compartir con ella la fiesta de cinco días de Naseiro pero cuando una amiga reservó hace meses un barco para hacer una ruta desde Cambados el día de su cumpleaños y te habías comprometido a ir está claro que no puedes fallar aunque tengas que perderte otras cosas y levantarte un sábado a las ocho de la mañana.

Los días pasan,el verano acaba y mis enfermedades me impiden disfrutarlo como se merece.Ante la obligación de evitar el sol me refugio en ella,en su compañía y las tardes pasan enganchados a nosotros mismos y a capítulos de Lost.
La semana pasada mientras ella trabajaba yo aprovechaba para devolver dvds y coger otros,retirar entradas y hacer cosas en mi casa.

El martes mis recados me llevaron cerca del curro y me pasé por allí para ver a mi jefa y dejarle unos papeles que se me habían olvidado de resolver y dárselos.No estaba y me fui.
Me llamó media hora después hecha una fiera y acabé cediendo yendo a trabajar el miércoles para terminar dicha tarea.Me llevó toda la jornada porque suponía muchas llamadas y faxes.Lo dejé encauzado porque resultaba imposible resolverlo si no te daban las respuestas adecuadas.
Pero aquel miércoles no fue tan terrible porque quedé para cenar con una de mis pandillas en O'Fieital.Tenían pendiente darme mi regalo y lo hicieron,una funda para el portátil.Yo les regalé la presencia y "presentación en sociedad" de mi novia.En la mesa contigua estaban los Mclan y su séquito tan gritones que quizás deberían hacer playback al día siguiente en su concierto en la playa.Como ella trabajaba nos fuimos a su casa,desechando el ofrecimiento de la degustación de chupitos caseros del padre de mi amiga.

El último día del mes comí en casa de mis tíos,coincidía con el patrón de nuestra aldea y fue una especie de homenaje a tiempos lejanos de unidad.La tarde la pasé con ella y por la noche fuimos a Expocoruña a The Party Project,fiesta de una marca de whisky.Nos juntamos casi una decena de conocidos.Estaba tan lleno y había tanta cola para entrar que tenían animadores en la misma.Dentro tres copas gratis(una era un cóctel),Miqui Puig a los platos (no puedo confirmar si Angel Molina también porque no sé qué cara tiene)y diversos espectáculos como los murales y grafittis que hacían los diseñadores y la mesa para hacer luces y sonidos que vi por primera vez en Redes.Pero lo más espectacular fueron unos bailarines vestidos de mallas negras que se movían y creaban coreografías al ritmo de la música y de las luces que iban emitiendo sus trajes mezcla de bombillas navideñas y herederos de la mítica Tron.Nos bajamos en el bus de vuelta.Esa decisión provocó un malentendido/cabreo días después porque yo me fui para casa ya que pensaba que nos íbamos para casa pero el resto querían seguir y se hubieran quedado en la fiesta.

Comenzamos el mes ya los dos de vacaciones y lo celebramos con una amiga comiendo en las Casas Regionales y La Postreria.Luego la tarde casera hasta que bajamos a la playa a los conciertos con dos amigos.Esa noche una discusión telefónica con mi padre me impulsó a ceder a su consejo médico y tomé mi primera dosis de cortisona para curar los picores que todavía molestaban mis extremidades.
Al final no llegamos a Kiko Veneno pero disfrutamos de Raimundo Amador(y su familia),evidentemente Melendi no entraba en nuestros planes.Paramos en la Codorniz y luego,ya solo tres,fuimos al Puti.Allí se jodió la noche por dos motivos.Primero porque el ego de uno no se acostumbra a no devolver las miradas cuando le miran y a ella no le pareció bien;y segundo porque su cabreo me trastornó tanto que no me di cuenta de que tenía un billete de 100 euros y al salir lo perdí.En el 14 nuestro silencio solo se interrumpió cuando se rencontraron dos ex y pretendían hablarse.Ya nada tenía sentido y nos fuimos.Intenté hablar pero no quiso,intenté dormir pero no podía y al final acabamos hablando.Fue duro pero lo resolvimos.Adiós primera pelea.

El sábado comimos pizza y bajamos al mercadillo del Orzán.Unas dosis de Lost y por la noche nos separamos,cada uno con sus amigos llegados de Madrid.Los míos me esperaban en la Abadía,no pararon de preguntarme y putearme.Continuamos en el Pata porque uno de los integrantes de Junkfood se despedía rumbo a la capital.Salvo los Inercia el resto dormían fuera de la ciudad por lo que me fui solo al 14 donde me reencontré con ella sus amigas y los amigos comunes.

Los siguientes dos días los pasamos enganchados a Lost y preparando nuestro viaje.Se suponía que se marchaba el martes a su aldea pero empezó a encontrarse mal por la noche y no se fue hasta ayer.
Desaparecido el tiempo en común me dediqué a ir al super,poner lavadoras y ver dvds hasta que sonó la alerta triangular y nos juntamos los tres vértices.Estuvimos en el OCM y cenamos en el Rogelio.Subí a casa a tender la ropa y devolví la llamada a los
otros amigos,los inercia y los de Madrid.Estaban cenando en el Gaioso(dejemos el contraste Rogelio/Gaioso para otra ocasión),seguimos con vino,queso y más puteos en el Cocodrilo,compartimos camino con las hordas de seguidores de Chenoa que volvían a casa mientras subíamos a tomar unos cócteles al Baobar (tan abarrotado que el único camarero tuvo que pedir refuerzos)y terminamos en el Patachim (local nombrado en un reciente reportaje sobre locales coruñeses en el Tentaciones).

Y llegué a casa a las dos y tuve que dormir solo,como lo haré los dos próximos días hasta que nos reencontremos en nuestro viaje en tren por el norte.