martes, febrero 28, 2006 

Periódico nuevo

Hoy era festivo local, nueva comida familiar (con cuñada incluida) en la que dije adiós al lacón tomándolo por última vez, aunque no me despediré de los grelos y de las filloas porque a mi padre le regalaron más.
Por la tarde a buscar el nuevo periódico económico “El Economista” siguiendo la tradición materna de comprar los números uno de todas las publicaciones interesantes que salen. Me costó encontrarlo porque la mayoría de los quioscos estaban cerrados. No está mal, intenta no ser tan árido como los de color salmón pero informando de lo que pasa en las finanzas es difícil conseguir grandes cambios.
Después subí a ver “los choqueiros” de mi barrio mientras me acercaba a casa de Marta para ver los capítulos grabados de “Urgencias”.

lunes, febrero 27, 2006 

Cena de primos

Mañana extraña de calles desiertas, lunes atípico con media ciudad de puente. También en el trabajo estamos a medias, algunos han cogido vacaciones y el ritmo es bastante tranquilo.
La tarde la aprovecho para comprarme unos Dvds en el último día de rebajas. Llega un momento en que llego a tener en mis brazos cerca de diez títulos pero finalmente me he comprado estos seis al precio total de 43 euros: “The Life Aquatic” (razones obvias), “In The Mood For Love” (edición especial), “Raices profundas” (¡cuidado Shane!), “Brazil” (indispensable a precio mínimo), “Il Postino” (el gran Pablo Neruda) y la cuota nacionalista “Vacas” (debút de Médem). En el camino quedaron algunas mientras otras que tenía en lista no estaban disponibles. En unos meses tocará repetir.
Fue llegar a casa, dejar las cosas y salir hacia la calle de la Barrera donde había quedado con mis primos y primas (sección paterna) para cenar. En total éramos once y tocaba cenar temprano porque había gente que trabajaba esa noche o la mañana siguiente. Tras dos rondas por las calles Barrera y Franja fuimos a cenar a “La Montanera”.
Primer plato variado a base de jamón, croquetas y revueltos. De segundo, unanimidad de última moda en carnes, la“bola de presa”. Una delicia, muy hecha por los bordes y cruda por el centro y una fina capa de grasa fundida. De postre, crema catalana.
De nuevo coincidí con jugadores del Depor, en concreto estaban cenando juntos Sergio y Romero.
Me caía de sueño pero me arrastraron a tomarme una copa en un local de la plaza de Maria Pita, aunque en realidad no tomé nada. Lo pasamos bien pero a las dos ya estaba durmiendo. Quedamos en fomentar la armonía familiar a base de futuras comidas y cenas cada cierto tiempo sin la generación superior presente.

domingo, febrero 26, 2006 

Cena en la “Casa d’Italia”

Al salir tengo una llamada perdida de Marta, le llamo y me dice que quedamos para cenar en el restaurante “Casa d’Italia” a las nueve y media y debo ponerme algo en la cabeza como disfraz. La opción de hacer doblete viendo “La Pianista” de Haneke la descarto. El lunes tampoco podré verla por tener otra cena, con mis primos. Voy hasta casa a buscar alguna peluca, encuentro una que me convence, la peino y cuando ya consigo hacerle un peinado homogéneo comienzo a sentir un ataque de alergia que me obliga a tomarme una pastilla y olvidarme de la peluca.
Llego a la parada de bus a recoger a Marta y vamos caminando, lleva una corona y una espada. En la puerta del restaurante hay un camarero de traje y también están Sonia, Jose y Alex. Afortunadamente no llevan ningún disfraz. Nos sentamos y elegimos los primeros mientras no llegan Marian (de pirata), Uxi (de hada) y Luci (de vaquera). Lo pasamos bien pero tengo una sensación extrana, por un lado estoy cansado de tanto atracón y no quiero seguir de fiesta y por otro no acabo de asimilar que estoy cenando en el antiguo “Fun House”.

Este pub de la década pasada fue escenario de primeras borracheras, nuevas amistades que aún perduran y la nostalgia producida me indica que fue bonito mientras duró y es casi medianoche, hora de regresar a casa con otra digestión pesada dispuesto a dormir las horas perdidas durante la semana.

sábado, febrero 25, 2006 

Esos extraños Disney (1922-1960)

Esta vez tocaba la segunda laconada consecutiva en casa de mi tío, con unas patatas y un tocino de la aldea que casi me hacen saltar las lágrimas de lo ricos que estaban.
Para reposar otra extenuante digestión nada mejor que acudir al Cgai a divertirse con una sesión especial de cortos de Disney propiedad de Ignacio Benedeti. Como era de esperar, se llenó a pesar de ser media tarde y en pleno carnaval, incluso acudieron familias enteras. Entre los asistentes estaban mister Villaverde y su novia que me contaron una reciente visita a mister Xx en tierras madrileñas.
Pasaré a destacar la selección de cortos que nos ofrecieron con un breve comentario sobre los mismos:

“Puss In Boots” (31 de septiembre 1922). Director: Walt Disney. Película de la serie Laugh-O-gram, rodada antes de la época de Hollywood, cuenta los amores de un chico y su gato por la hija del rey y su mascota. Tan rudimentario que provocaba más risa la técnica empleada que la propia historia. Nunca se estrenó en salas de cine.

“Alice Rattle By Rats” (15 de noviembre 1925). Director: Walt Disney.
Perteneciente a una serie de comedias mudas protagonizadas por Alicia. Una niña (que era real) deja a su gato (animado) a cargo de la casa durante su ausencia y tendrá que vérselas con una plaga de graciosos ratones. Me sorprendió la combinación de dibujos con personajes reales y arrancó más risas propias del método utilizado.

“King Neptune”(10 de septiembre 1932). Director: Burton F. Gillet.
Rodado en Technicolor. Como indica su título pertenece al mundo submarino, tema recurrente de la casa Disney con una lucha entre un barco de piratas y las criaturas del mar que intentan impedir la captura de unas sirenas en top-less. Esto último habla por si solo del corto.

“Merbabies” (9 de diciembre 1938). Directores: Rudolf Ising y George Stallings. También rodado en Technicolor. Muestra unos dibujos con un estilo a las fotos de Anne Gedes. Resulta algo empalagoso y con un dibujo diferente.

“Der Fuehrer’s Face” (1 de enero 1943). Director: Jack Kinney.
Todo un clásico del que ya hablé a finales del año pasado por lo que me limito a nombrarlo, buscar la otra crónica.

“Reason And Emotion” (27 de agosto de 1943). Director: Williams O. Roberts.
Corto propagandístico con la intención de motivar a los aliados para ganar la guerra basándose en aunar razón y emoción.

“Education For Death” (15 de enero 1943). Director: Clyde Geronimi. Technicolor.
Otra propaganda anti-nazi que parodia como se educa a un nazi desde su nacimiento hasta convertirse en soldado y dar la vida por su patria.

“The Spirit Of 43” (7 de enero 1943). Director: Jack King.
Curiosa nueva forma de fomentar los ingresos del país, sacando a Donald para intentar convencer a los espectadores de que pagar impuestos ayuda a luchar contra los nazis y evadirlos es convertirse en cómplice indirecto de aquellos.

“The Story of Menstruation” (18 de octubre 1946). Doblada y en Technicolor.
Película educativa de Disney, patrocinada por una marca de compresas para explicar la menstruación. Resultó una auténtica bomba, las risas de las féminas presentes en la sala se hacían notar sobre las demás, los tópicos y creencias sociales desencajaban las mandíbulas de los presentes.

“Vd Attack Plan” Director: Les Clark. Technicolor. Cuando todavía no nos habíamos repuesto del anterior no llega otro, doblado, acerca de las enfermedades venéreas, centrándose en los virus de la Sífilis y la Gonorrea (el Sida aún no se conocía). Incluye fotografías de heridas reales que casi provocan el vómito colectivo aunque también provocase algunas risas.

“Secrets of The Plant World” (septiembre de 1960). Director: James Algar.
Perteneciente a una serie de películas sobre la naturaleza en la que vemos como nacen y crecen las plantas. Mediante la foto fija vemos la evolución del paso del tiempo desde que cae una semilla hasta que la planta crece y el círculo se completa. Didáctico pero algo aburrido.

 

Seine

Descartado hacer doblete acudiendo a ver primero a los Mega Purple Sex Toy Kit al Mardigras; el cansancio acumulado y la tentación de ver en la 2 el documental de “Los sin Tierra” estuvieron a punto de dejarme tirado en el sofá por más tiempo.
Finalmente lo dejé grabando y me fui al Playa al concierto de Seine. Me había bajado su álbum de debut hace unos meses por simple curiosidad pero tras varias escuchas no me parecieron nada destacable, otro bluff acompañado de una operación de marketing.
A pesar de los antecedentes cuando surgió la oportunidad de pedir una invitación para el concierto no lo dudé, no había nada mejor que hacer un viernes noche. Había algunas dudas que resolver: su directo, la gente que habría y su comportamiento, la presencia de algún conocido y el hecho de que fuera noche de carnaval.
Se podría decir que me sorprendió más la gente que la actuación del grupo. Esperaba que estuviera Guerra, habíamos quedado en vernos tras el concierto de Paul Collins de la semana pasada, pero no apareció. En cambio, cuando ya me estaba acomodando en un sitio solitario apareció la sonriente Patricia para llevarme con ella y su compañero de piso (cuyo nombre no recuerdo porque instantes después empezó el concierto). Por lo que pudimos hablar era un chico majo, llevaba gafaspasta y un gorro como el tío de Amaral, conectamos y quedamos prendados de una chica cárnica de vestido blanco sin que Patricia se enterara, pura telepatía masculina. Con Patricia muy bien, en lugar de las típicas banalidades siempre acabamos hablando de intimidades impropias de seres tan desconocidos como nosotros, le comenté lo de Lomax en el Cgai y me dijo que me le iban a dar una copia (le pedí que me la dejara y lo conseguí).
El repertorio era el esperado, comenzaron con la “Oberture – fanfare” y fueron tocando los temas de su debut más una canción nueva, hacían gestos muy estudiados incluso su estética estaba tan cuidada que parecía demasiado artificial. El público no sabía sus canciones salvo dos o tres como el “Out Of Work” o el hit “Give Me A Break”. Los dos cantantes alternaban temas, se lo tenían tan creído que pensaban que conectaban con el público cuando en realidad muchos pasaban de ellos. Hicieron un bis pactado de dos canciones cuando nadie del público se lo pidió; Patricia y su compañero se fueron para casa antes de que acabaran el último tema.
Me quedé hasta el final y con las luces pude reconocer a Manuel (antiguo vecino que se había convertido en un doble de Conan), a Ana (la mitad del Anorak) con su novio y a Iñigo (antiguo compañero de la burocracia universitaria y amigo con amigos comunes) que me presentó a su novia y un amigo (otros nombres que olvidé), me dio su nuevo número de teléfono y posiblemente quedemos para ver a Faemino y Cansado la semana que viene.
La lluvia me acompañó hasta casa y afortunadamente no me crucé con ningún elemento disfrazado dispuesto a hacer la típica broma.

viernes, febrero 24, 2006 

Lomax.The Songhunter

Pasé por casa de mi padre para explicarle por enésima vez cómo se manda un fax desde su aparato. Me confirmó que mañana tengo otra laconada, casi me dan arcadas pero a la hora de comer estaré preparado para otro festín.
No pensaba haberme librado de mis compañeros tan pronto y por lo tanto, no esperaba llegar a tiempo al Cgai a la sesión de las ocho y media, sin embargo ocurrió. En cierto modo la cita era inexcusable, programaban un documental “Lomax. The Songhunter” de Rogier Kappers. Contaba con una, casi improvisada, presentación previa a cargo de un musicólogo llamado Ramón, miembro de “Ouvirmos” primera editora especializada en documentación musical gallega.
La película cuenta el viaje que emprende dicho director para filmar los sitios por donde pasó varias décadas atrás Alan Lomax, que fue un etnomusicólogo que recogió innumerables registros sonoros de música tradicional en sus múltiples viajes alrededor del mundo. Alterna su viaje actual, donde pasa por España y Galicia, con fragmentos de los viajes de Lomax a quién también nos muestra poco antes de su muerte cuando un infarto cerebral quebró su tarea inabarcable mostrando las secuelas que pusieron fin a su trabajo con la progresiva decadencia física y vital del personaje.
Si llego a saber que iba a poder verla hubiera quedado con Alex para que avisara a los de Donaire, intentaré algo imposible conseguir el Dvd o una copia pero no sé si estará a la venta por aquí, no creo. Siempre me quedará buscarlo en la red.

 

Laconada empresarial

Tocaba jornada laboral de 8 a 3, que fue tan intensa que me dejó un profundo dolor de cabeza y me quitó las ganas de fiesta. Teníamos la comida de carnaval, repetíamos la laconada en el “Sol y Mar”. Primera sorpresa nada más llegar, dos compañeros iban disfrazados de vaca (raza holandesa estilo milka con ubres y todo). Las risas iniciales actuaron como pastilla efervescente y evaporaron mi dolor de cabeza.
Decidí no beber alcohol y calmé la sed con varios vasos de agua y dos platos de sopa de cocido tan buenos que casi me tomo un tercero. El cocido llevaba de todo: lacón, grelos, patatas, garbanzos, chorizo, oreja, costilla, morro, botillo y otras viandas desconocidas. Descartados la oreja y el morro probé de todo lo demás, llegando al éxtasis culinario con un trozo de tocino metido dentro de pan de aldea. Lleno hasta rebosar y sin parar de reír pude degustar sendos postres: filloas y orejas. Para rematar dos cafés de pota y un chupito de orujo.
Se suponía que después íbamos a jugar la jornada final del campeonato de bolos pero lo descartamos por las bajas de última hora. En su lugar fuimos hasta el “Bitácora” en Santa Cristina. Estaba bastante lleno para ser casi las seis y acondicionado para la ley antitabaco. Estuvimos hasta las siete, bueno me fui a esa hora aprovechando una escisión que se iba para Coruña, el resto se quedaban con los dos disfrazados como maestros de ceremonias.

jueves, febrero 23, 2006 

Señorita extraviada

Me levanté fatal. Cuando sonó el despertador a las siete no podía moverme, me dolía todo, a las ocho seguía igual pero decidí llamar a la empresa para decir que estaba enfermo y que intentaría ir antes del mediodía. Cerca de las nueve ya no aguantaba más en la cama y me fui a la ducha que resultó salvadora. Con media mañana por delante me decidí a ver cómo evolucionaba y aproveché para ir a Hacienda y el Catastro a solicitar sendos certificados necesarios para solicitar una vivienda de protección oficial de las que se construirán en el solar de la Fábrica de Tabacos cuyo plazo de presentación acaba este mes. Una hora de cola y antes de las once ya estaba en mi puesto de trabajo. No me curé del todo y la jornada se me hizo pesada. Cuando salí, me dirigí al Forum a entregar la solicitud para la VPO, quedó incompleta porque me faltaba el DNI, entré dentro del plazo pero saldré en un listado como “pendiente de entregar documentación”.
Otra vez haciendo cola pero menor de la esperada, contaba con perder toda la tarde pero a las seis estaba en casa dispuesto a aprovechar el tiempo restante para ver parte de la “triada cultural de los martes” formada por los últimos programas grabados de La 2: “Documentos Tv”, “La Mandrágora” y “Redes”.
Pasadas las ocho, cansado de tanto sofá y con ganas de aire fresco me decidí a ir a la Fundación Luis Seoane para ver “Señorita extraviada” documental de Lourdes Portillo que trata sobre la desaparición de más de trescientas mujeres en una década por los alrededores de Ciudad Juarez en plena frontera mejicana con los Estados Unidos. Impresiona ver la desesperación del pueblo ante la pasividad de las autoridades y surgen muchos interrogantes sobre los autores desconocidos de dichos crímenes. Visto lo visto me inclino por el triángulo formado por la “trata de blancas”, el tráfico de órganos o algún juego macabro de millonarios vecinos del norte.
Pertenece a un proyecto multidisciplinar e interesante sobre el maltrato denominado “Círculos de amor” que recorrerá varias ciudades de la península. Es una pena que no responda el público como se merece. Éramos apenas veinte personas, entre ellas las hermanas Cuba.
Día completito lleno de aniversarios, unos fatales y otros, esperanzadores como el de mi blog que cumple otro mes.

miércoles, febrero 22, 2006 

Dos no-cumpleaños

Lo que pensé que sería un ligero brote de alergia matutina me tuvo toda la jornada laboral con una mano en el teclado y otra en el ratón pero alternándose para hacer continuos viajes a mi bolsillo en busca del pañuelo salvador.
Me duró hasta la tarde, estando a punto de cancelar una cita con los amigos. Había quedado con Tóni, Sergio y Tonecho en La Bottega, en una especie de no-celebración de los recientes cumpleaños de los dos primeros.
Otra vez a contarnos lo acontecido en las últimas semanas a los conocidos y la promesa de un futuro fin de semana en el que salir por la noche que nunca llega. También fuimos al OCM. Me tomé sendos chocolates en cada sitio, estoy en una etapa muy propicia para asaltar la nevera en busca de chocolate o leche condensada.
Podría haber ido al Cgai a ver la versión de Haneke de “El Castillo” de Kafka pero entre que seguía resfriado y que no me apetecía dicha adaptación, regresé a casa para ver el partido entre el Chelsea y el Barça metiéndome en la cama en cuanto acabó a la inaudita hora de las once.

martes, febrero 21, 2006 

Buenas noches y buena suerte

He realizado mi recorrido habitual de los martes pasando por “Equilibrio” a por mi dosis semanal de pan, fruta y cereales siendo obsequiado con unos yogures de soja que caducaban hoy por gentileza de Marta, tan amable y sonriente como siempre.
Luego he quedado con la otra Marta y con Toña para ir al cine a los Filmax para ver “Good Night, and Good Luck” del encantador George Clooney.
Se suponía que también iba a venir Alex pero no le dio tiempo y ellas me tuvieron en una tensa espera hasta que faltaban menos de cinco minutos para la proyección. Menos mal que aún pusieron casi quince minutos de anuncios y trailers que me sirvieron para tranquilizarme, saludar a Andrés (amigo de la familia, cinéfilo, gran conversador y mejor persona), contar los meses hasta el estreno de la apetecible “X-Men 3” y para desechar la versión doblada de “Capote” por la insoportable y exagerada voz de pito que le han puesto al genial Philip Seymour Hoffman. Esperaré al Dvd a pesar de que trate sobre la gestación de “A Sangre fría”, una de mis novelas favoritas y cuya adaptación para el cine consigue rozar la excelencia, se puede ver sin haber leído el libro.
Una vez más me he vuelto a enredar en los preeliminares dejando la película como algo secundario, la culpa es otra vez del placer de la escritura.
Habría muchas formas de enfocar dicha crítica; podría comenzar alabando la fotografía con ese sublime blanco y negro, la atmósfera de jazz y humo que envuelve cada escena con la increíble voz de Dianne Reeves o el oficio de un cónclave de actores alejados de sus registros habituales donde las miradas y los gestos priman sobre las palabras.
Sería una forma de verlo pero centrándola en aspectos técnicos, no analizaríamos el contexto social que nos presenta. Esa caza del brujas del poder en la que no existe la posición intermedia (o estás conmigo o estás contra mí), ese intento por apoderarse de la conciencia colectiva a través de la televisión evitando la reflexión y subordinando el papel del periodista al ejercicio del bien común, son razones suficientes para convertirla en atemporal. Si además fuiste alguna vez un periodista frustrado como yo, se hace más necesaria para rememorar viejos fantasmas y revindicar que otra televisión es posible y está en La 2.
Como anécdota personal decir que, sin saberlo el título casi coincide con el mensaje de bienvenida de mi móvil que veo todas las mañanas, “hola Pablo, bos días e boa sorte”.
Al salir del cine fuimos a la “Nova Pataca” donde curiosamente estaba Romero el jugador del Depor en un contexto inapropiado para un futbolista más propicio de otros lugares menos rústicos y más lujosos. Un punto a su favor para un lateral que no ha sido de mis favoritos, prefiero a Capdevila, del que nunca me esperaría que pasara por aquí.

lunes, febrero 20, 2006 

I love this game

Lamento ser redundante pero esta siendo un mes demasiado duro en el curro, hasta el punto de tener que quedarme un poco más para compensar la infernal mañana siguiente. No me gusta empezar a tope, necesito una hora tranquila para coger el ritmo frenético aunque éste dure hasta el final de la jornada.
Encima sigo con una especie de dolor casi crónico en la parte posterior de la pierna derecha que me ha impedido ir al gimnasio en todo este mes y que añade inquietud a mi hipocondríaca figura cada vez más delgada y estresada.

El resto del fin de semana y parte de la tarde de hoy lo pasé viendo baloncesto: el triunfo del Tau en la copa, el concurso de mates y triples y el partido de la estrellas con Gasol como debutante. Eso sí, no todo iba a ser baloncesto también pude ver un nuevo empate del Depor en casa frente al Zaragoza, anticipo de la próxima semana mucho más futbolera con la vuelta de la Champions y quién sabe si de una futura final de copa.
Mi único contacto fuera de las canchas fue pasadas las nueve del domingo al acabar la final de copa subí hasta el “Baobar” donde me esperaban Bea y Alex, también llegó algo más tarde Marta. Para rematar la noche, Alex, Marta y yo cenamos unos kebabs en la calle San Juan en el local más cercano a la Plaza de España que son mejores que los del final de la calle. No había estado nunca y eran realmente buenos, además la estética del sitio era muy agradable.

sábado, febrero 18, 2006 

Paul Collins

Tras salir del cine no me quedaba tiempo para pasar por casa. Improvisé una cena rápida tomando una hamburguesa vegetal en el Gasthof de camino al Playa para disfrutar del concierto de Paul Collins.
Los días anteriores intenté buscar mi cinta de “The Beat” pero llegué a dudar ante tal acumulación si la llegué a tener alguna vez. Probé suerte en la red donde ya hacía unas semanas que me había bajado el “Flying High” y conseguí mi objetivo.
Fue agradable reencontrarme con este personaje del que tengo grabado en la memoria un detalle o anécdota que no recuerdo si es verdad o no. Cuando visitó mi ciudad hace años apenas lo conocía pero surgió en una conversación de amigos y creo que Álvaro dijo que Paul Collins era amigo de su hermana (que por cierto sigo sin saber que tal está, espero que me resuelva estas dos dudas en público o privado).
Dejemos los antecedentes y centrémonos en el concierto. Estaba programado para la hora bruja pero empezó a la una por lo que tuve tiempo para observar y ser observado.Pude ver mucha gente mayor, bueno digamos de la edad del artista, entre ellos a parte de Los Dramáticos y su trouppe (antiguo grupo musical coruñés con viejos conocidos) o una profesora de mi carrera. Entre conocidos con una edad más próxima estaba Guerra con el que quedé para el concierto de Seine; parte del mainstream musical de la ciudad como Héctor y Juanjo con su hermana Vanessa y Natalia o la sección reportera con gente como Rubén o Javi Becerra.
Me situé en la tercera fila y tuve delante de mí a un esperpéntico personaje que parecía poseído: era calvo con pelo a los lados, chupa de cuero desgastada por los años y con olor a naftalina disimulado por el humo de los alrededores, no paraba de saltar y cantar haciendo los típicos movimientos de “tocar la guitarra” que me divertían y contagiaban. El repertorio de Paul Collins y su banda se centró en su último disco y un repaso a su época con “The Beat”. Evidentemente no está a la altura de sus comienzos el “Flying High” pero tiene momentos interesantes. Conectó enseguida con el público seguido por su banda, mucho más joven pero muy buena. Alternó temas más enérgicos con otros en plan acústico alcanzando momentos cumbre como con el “I'm On Fire” susurrado con el público en respetuoso silencio (salvo parte de los de siempre).Tocó casi al completo el último disco y más de la mitad del “The Beat” incluso invitó a las chicas a bailar en el escenario cuando tocaba “Look But Don't Touch” (creo recordar) pero ninguna quiso subir. Los merecidos bises por la complicidad entre grupo y público nos dejaron aún más felices y sudorosos.

viernes, febrero 17, 2006 

Life Aquatic

Tras ver perder a mi equipo, la “penya” contra el Tau en el partido de basket he ido al Cgai a una sesión muy especial, proyectaban “The Life Aquatic With Steve Zissou” de Wes Anderson con presentación previa y coloquio posterior incluidos.
Pocas veces he repetido película en menos de un año. Recuerdo una vez en la lejana pubertad me arrastré dos veces en menos de una semana a ver “La Bella y la Bestia”, la primera por pura curiosidad cinéfila y la segunda por las hormonas que veían una clara oportunidad de ver una película en la que una chica pudiera llorar en mi hombro. Decir que la encerrona salió mal, los chicos nos tragamos la película de nuevo y no pasó nada digno de recordar con las chicas que nos acompañaban salvo una ñoña conversación.
Ahora las circunstancias para repetir con ésta eran diferentes: iba solo, Juan y Álvaro no estaban; en vez del cine comercial en versión doblada, filmoteca y versión original.
Me reí aún más esta vez, las versiones de Seu Jorge me las sabía de memoria porque la banda sonora la tenía descargada hacía tiempo (incluso el muy recomendable y posterior “The Life Aquatic Studio Sessions”) y esa coral de personajes me parecía más divertida todavía y para rematar pude leer los últimos disparates recogidos en medio de los títulos de crédito. Mi pasión ha llegado a tal punto que me compraré el Dvd buceando en las profundidades de los extras.
Lástima que el coloquio final fuese tan técnico y aburrido centrándose en discusiones peregrinas sobre a qué género cinematográfico pertenecería el film.

jueves, febrero 16, 2006 

Funny Games

Hoy ha comenzado la Copa del Rey de baloncesto que junto con el All-Star Weekend de la NBA marcarán el resto de mi semana. Para poder compatibilizarlo con el cine y algún concierto no me quedará otra alternativa que usar el socorrido vídeo y ver unos partidos en diferido. Hoy, por ejemplo, he visto el primer encuentro de cuartos y he salido disparado hacia el Cgai para ver “Funny Games” de Haneke.
La ocasión merecía el esfuerzo, es una de sus obras más reconocidas. Va de una familia burguesa que visita su segunda residencia durante las vacaciones, una lujosa villa en un lugar privilegiado que tiene acceso a un lago. De camino escuchan óperas y juegan a adivinarlas, ironía que nos indica que su nivel económico es parejo al cultural.
Todo parece perfecto, llegan al lugar y saludan de lejos a sus vecinos pero notan un comportamiento extraño pero sin darle importancia. Deshacen las maletas, la madre comienza a preparar la comida mientras el padre y el hijo separan el remolque y llevan el barco al embarcadero para montarlo.
Se acercan los vecinos con compañía, en sus caras notamos que algo no marcha bien. Volvemos a notar algo raro cuando regresan solos los dos chicos que acompañaban a los vecinos, llevan puestos guantes de goma y tienen una actitud extraña. Algo está a punto de suceder, solo hace falta una chispa que desencadene los acontecimientos y ocurre. La familia se ve envuelta en un terrorífico juego del que desconocen las reglas, no escritas y en parte improvisadas. La atmósfera del juego utiliza la música más fuerte de John Zorn como estilete y otros detalles cómicos como que la pareja de anónimos amigos se bauticen como Peter y Paul o Beavis and Butt-Head riéndose de si mismos.
Haneke vuelve a jugar con el tiempo y el espacio, haciendo al público partícipe del juego con interpelaciones directas de los protagonistas, usando el vídeo para modificar la historia jugando con los deseos del público de un desenlace diferente. Hay veces en que piensas que la sala va a quedarse vacía, la gente no soportará esa violencia y dejará el juego pero todos nos quedamos hasta que aparezca el “game over”.

martes, febrero 14, 2006 

71 fragmentos de una cronología del azar

Llevaba tres días sin ir al cine y ya tenía “mono”. Después de otra jornada estresante y agotadora en el trabajo, necesitaba mi dosis de cine. Primera cita semanal con el cine y el ciclo de Haneke. Se trataba de “71 Fragmente einer Chronologie des Zufalls”.
Una vez más el director nos sorprende con una historia aparentemente trivial: un medio de comunicación muestra la noticia de un tiroteo en un banco cuyo autor se suicida nada más salir de allí. Podría contar todos los pasos que siguió el hombre hasta su entrada en el banco como si fuera la historia de un atraco perfecto; pero ése no sería Haneke, que estaría faltando a su faceta transgresora. En lugar de eso empieza a construir una tupida red de historias paralelas que le sirven para criticar la sociedad en la que vive: soledad, pobreza, marginación o maltrato se funden con una advertencia sobre la facilidad para conseguir y disparar un arma. Para contarnos todo ello utiliza los fundidos en negro que unen las historias o el vídeo y la televisión mezclando imágenes de informativos para presentarnos lo que ocurrirá más tarde.
Resultó una buena terapia para escapar de la dosis de amor y empalagamiento que se respira por las calles llenas de ridículas parejas tal día como hoy. Lo más patético que he visto fue un chaval de uniforme de colegio cargando con unas flores a las ocho de la mañana para, posiblemente, meterse en un bus y ser vacilado por todos sus amigos; si bien podría ser él quién fuera a vacilar a alguna chica con la ayuda de sus compañeros. Pobres incautos, con las veces que tendrán para que les rompan el corazón se lanzan a recibir la primera negativa sin inmutarse.

lunes, febrero 13, 2006 

Días atípicos

El sábado pensaba haber ido al cine pero tras una comida familiar con mis padres, hermanos, mi “cuñada” alemana y mi abuela, me mandó un mensaje Bea que estaba en su casa con Marta y Sonia y fui hasta allí. Nos lo pasamos muy bien, el tiempo pasó volando y pude completar las dos listas pendientes “quién se irá a vivir con su pareja antes” y “quién tendrá hijos antes” de nuestros amigos comunes. Me puse de último en la primera y de primero en la última.
Después dejamos a Bea y nos fuimos hasta casa de Sonia, estuvimos viendo “House” hasta que llegó Jose. Ellos se fueron por su lado y yo me fui con Marta a cenar a “El Tren”. Cuando acabamos nos apetecía un té y la llevé al “Art-té”. Le gustó pero nos pareció fatal una patética conversación con los camareros (no sabían lo que era un “Earl Grey” y lo disimularon diciendo que solo sabían hacer té artesanal). Esa conversación fue el preludio de un mutuo consultorio sentimental que nos llevó casi dos horas y que estuvimos a punto de rematar viendo una película de llorar pero finalmente desechamos la idea porque nos íbamos a reír demasiado.
En fin tras este rollo sobre mi fin de semana, completado con varias dosis de fútbol y rugby, llegó un agotador lunes en el que el cansancio y la superstición me hicieron dejar para mañana ir al Cgai.

viernes, febrero 10, 2006 

El Video de Benny

La segunda sesión era “Benny's Video” de Michael Haneke. Parece que el ciclo ya llega a su parte más interesante. Había leído lo suficiente sobre esta mítica película para saber lo esencial del argumento pero sin destrozarme su sorprendente final. Estaba preparado para seguir los recursos técnicos y estéticos del director pero dejaba espacio suficiente para disfrutar de su trama.
Un chico solitario, en plena adolescencia, se refugia en su habitación escuchando rock, viendo vídeos y grabándolos para huir de unos padres culturalmente insoportables que no pretenden dejar ningún cabo suelto para educar a sus hijos de forma correcta que ponen a su disposición todo el dinero necesario para sus necesidades materiales pero descuidan la enseñanza moral.
El chico protagonista (llamado Benny) frecuenta un videoclub donde se abastece de películas, muchas de ellas violentas. Aprovechando un fin de semana solitario, en su cita con el abastecimiento cinéfilo convence a una chica, también asidua del lugar, para que la acompañe a casa y ver los vídeos. Una cita trivial desemboca en un improvisado pero frío asesinato con el fuera de campo como cómplice visual y sonoro del crimen.
La secuencia se hace interminable pero poco después el chico se va de marcha como si no hubiera pasado nada hasta la mañana siguiente que regresan sus padres.
En esos momentos la descomposición familiar se hace evidente, sobre todo cuando utilizado el video para confesar a sus padres lo sucedido. El esperado reproche no se produce, en su lugar le interrogan para conocer todos los detalles y poder encubrirle. Una vez más eluden su papel de padres y de ciudadanos convirtiéndose en cómplices de un crimen sin analizar e intentar comprender las motivaciones del asesinato ni asumir que han cometido algún fallo educando a su hijo. Seguirán asumiendo como válido el modelo de cubrir a base de regalos su incapacidad para pasar tiempo y escuchar a su hijo. El viaje a Egipto emprendido por la madre y el hijo resultan unas vacaciones más para éste mientras la madre intenta disimular su preocupación y su padre culmina la faena en casa. El desenlace parece fácil pero da un giro imprevisible.
El director utiliza el recurso del vídeo repitiendo imágenes y vídeos en diferentes momentos y con distintos puntos de vista que les confieren otro significado.

 

Moby Dick

Ayer acabé tan cansado del curro infernal (con hora extra incluida) que después de quedar en el Macondo con Alex y Marta para tomar algo me fui para casa cancelando mi cita con el Cgai y obligándome a una doble sesión de cine la tarde de hoy.
A las seis me tocaba la versión de “Moby Dick” de John Huston. Ya la había visto en versión doblada, me había leído la novela de Melvilla, recordaba haber visto de niño una versión de dibujos animados e incluso la había leído en formato cómic en uno de aquellos tomos de “Famosas novelas”. Estaba demasiado preparado para verla.
Todavía me producía emoción la primera frase del libro (y de la película) el famoso “Me llamo Ismael” y me causó tal impresión que cuando era niño y me presentaban a un niño llamado Ismael pensaba que era por la novela. Gracias a mi nulo interés por el sector teológico-religioso para mí aquel nombre sigue evocándome grandes momentos que descansan en mi memoria como los Huck, Tom, Guillermo, Holden o Frodo.
Ese estilo de cuaderno de bitácora me ha influido de una forma bastante clara en mi forma de escribir este blog.
A pesar de nacer y vivir en una ciudad abierta al mar, en mi familia no tengo ningún marinero aunque ha habido gente que ha trabajado en el puerto pero en tierra firme.Desde siempre he sentido fascinación y respeto por el mar, pero sé que no podría vivir sin tenerlo cerca, me falta el aire me agobio en el interior. Es algo que los de secano nunca entenderán.
El personaje de Ismael siempre me recuerda a otro, aquel Manuel de “Capitanes Intrépidos” marinero portugués (Spencer Tracy) que cantaba la inolvidable “Ay mi pescadito deja de llorar” que provoca el efecto contrario y que era otra gran adaptación de una maravillosa novela de Kipling.
Volvamos a la ballena blanca, la adaptación contó con la inestimable ayuda de Ray Bradbury, con un reparto formidable reservando un pequeño papel para Orson Welles y medios técnicos suficientes para convertir la odisea en una fantástica aventura marina, cumbre de las películas del género de aventuras marítimas. Mi gusto por los detalles me impide olvidar el púlpito con forma de proa, el doblón de oro de Ecuador, el crisol de razas de la tripulación, el dolor producido por el realismo sangriento de los ataques de los arpones a las ballenas e incluso me pareció ver entre el grupo de mujeres que se despiden del Pequod una vieja con barba y bigote (si estoy en lo cierto tendré que buscar la imagen en un Dvd o por la red).

miércoles, febrero 08, 2006 

Iluminados por el fuego

Quedé con Tóni en el Quindío a las siete y media. El plan era tomar algo para después ir a los cines Equitativa para ver la película argentina “Iluminados por el fuego” de Tristán Bauer. Podría haber llamado para ver la película a Marta (y ejercer de celestino entre ellos) o a Carol que vive al lado del cine pero al final no lo hice.
Tenía una idea de lo que nos íbamos a encontrar: jóvenes e inexpertos soldados intentan supera sus propios miedos, las gélidas temperaturas y su menor capacidad militar para luchar por su patria en una guerra ridícula (como todas) para mantener la soberanía de unas Islas Malvinas de interés puramente geográfico y estratégico, no contando (que yo sepa) con ninguna materia prima interesante para explotar.
Los estragos de aquella guerra de su juventud, la derrota física y moral permanece tan presente que les sigue llevando al suicidio décadas más tarde. Los vínculos sufridos forjaron grandes amistades que son las primeras a la que llamar en caso de necesidad.
Uno de aquellos combatientes recibe la llamada de la mujer de su compañero, necesita su ayuda porque su marido se ha intentado suicidar y agoniza en el hospital. Este nuevo reencuentro despierta los fantasmas de su pasado y decide enterrarlos para siempre con esa especie de redención que supone tener que regresar a donde ocurrió todo.
La escasez de medios dignifica las escenas de batalla que se resuelven con oficio a base de filtros, efectos especiales y los escalofriantes sonidos del silbido de las balas. Pero no se resuelve como debería resultando una película algo floja y por momentos peca de sensiblera. Sin embargo merece la pena el visionado, sobre todo pensando en que se trata de cine hispanoamericano menospreciado por el omnipresente de su vecino del norte. Además tiene como aliciente imaginar cuánto y qué metraje llevaban hecho cuando la presentaron a la sección “Cine en construcción” del Festival de San Sebastián de hace dos años llevándose en premio que les permitiría financiar el metraje pendiente.
Sin que sirva de precedente, en la sesión hubo varias anécdotas que nos llamaron la atención: la ausencia de anuncios antes de la proyección, la presencia de una asidua del Cgai tan cinéfila como yo (coincidimos muchas veces en el Forum y en las escasas escapadas a cines comerciales) y los aplausos finales de un grupo de argentinos que hicieron más largos y bochornosos unos interminables títulos de crédito (resulta extraño ver en los agradecimientos uno directo al presidente argentino).

martes, febrero 07, 2006 

El Séptimo Continente

Es el título de la primera película “oficial” del alemán Michael Haneke sin contar sus producciones para televisión. Pocas veces he salido tan alucinado del cine como hoy al salir de ver "Der Siebente Kontinent" en el Cgai.
Podría desvelar los secretos del argumento inicial pero rompería el misterio y la sorpresa final, aunque si eres capaz de leer entre líneas sobre las cosas que hacen los personajes es fácil imaginar en qué desembocará toda la trama.
Una pareja y su hija deciden abandonar una vida cómoda pero triste y monótona en norte de Europa para lanzarse a la aventura de una nueva vida en un país lejano dentro de otro continente, con diferente clima y cultura como es Australia.
La monotonía de sus vidas se muestra cíclicamente a lo largo de varios años con unas secuencias que se repiten como la limpieza del coche en el lavacoches que sale limpio y reluciente y sirve como metáfora de un nuevo paso vital. Otros detalles técnicos que se merecen destacar son los fundidos en negro que separan o enlazan cada secuencia o los planos cortos de rostros y objetos que enfatizan el dolor físico y moral, por no hablar de la excelente selección de temas musicales que se coordinan perfectamente con la escena que acompañan.
Me gustó esa idea del cambio de rumbo, dejar toda la vida atrás sin nada ni nadie que te recuerde al pasado reciente, como si de una “reencarnación en vida” se tratara (aunque no crea en ella). Podría reflexionar sobre el tipo de sociedad alienante que les lleva a emprender ese viaje sin retorno precursora de la individualista actual o escribir sobre el instinto de supervivencia que hace dominar al cuerpo sobre la mente pero solo me llevaría a entrar en una espiral reflexiva que me desnudaría todavía más y conseguiría meterme en debates más propios de otros foros más especializados y dejaría de hablar de cine con lo cual vuestras visitas se reducirían aún más.

domingo, febrero 05, 2006 

“Accidente” con un té moro

Mañana desaprovechada en la cama, una ligera comida y la sobremesa decepcionante por la derrota española en balonmano. Como la ventaja era tan amplia me fui antes de que acabara el partido al “Limerick” donde conseguí un sitio en la terraza para disfrutar del sol y la agradable temperatura de la tarde dominical acompañado por Sergio y Tóni.
Pero donde realmente pasamos más tiempo fue en “La Gloira” degustando varias rondas de té moro y quedándonos con las ganas de un chai porque tenía que reposar y le faltaba media hora para terminar de hacerse, demasiado tiempo estar más de dos horas en el mismo sitio.

Un poco más tarde de las ocho estaba en casa recordando el sabor del té moro que me había descubierto Xurxo y recordé que hoy cumplía 31 y le mandé un sms para felicitarle, ahora que su parecido razonable con Dustin Hoffman ya ha traspasado la frontera local extendiéndose por el universo virtual.

¡¡Parabéns Dustin!!

 

The Phantom Keys & The Fumestones

Para quitarme el disgusto de la derrota por 0-1 con un golazo de Villa (cómo me gusta este jugador aunque en el Mundial será titular “el niñato”) , nada más acabar entré directamente al Playa para disfrutar de la segunda jornada del “She Comes In Colours Weekend”. No había gente conocida como para nombrarla por su nombre pero me daba igual. Si tuviera que elegir una tribu donde meterme estaría más cerca de los mod que de ninguna otra, me gusta su estética, comparto sus gustos musicales si bien en esto soy algo más poppie. De cualquier manera me encontraba feliz por estar rodeado de tanta patilla grande y polos ceñidos de cuello vuelto, alejado de la tendencia surfera o hiphopera que tanto detesto.
El programa se componía de dos grupos y después sesión de djs en la Nordic.
Primero actuaron los Fumestones, banda de garaje madrileña que dejaron su sello con un gran repertorio a base de sus singles en el que no reconocí ninguna versión. A pesar de su buen hacer y una estética envidiable (por partes porque había un guitarra tipo heavy con melena y pantalones de cuero que parecía fuera de lugar), a sus cinco miembros les costó quedarse con un público helado como la noche que hacía fuera durante la hora que permanecieron sobre el escenario.
Tras los minutos de rigor para el cambio de grupo que se aprovecharon para ir a la barra y al servicio, forma elegante para decir que uno se movía para ver si se cruzaba con la persona deseada; tocaba el segundo plato de la jornada, The Phantom Keys. Lo primero que me llamó la atención fue que sus seis componentes habían estado a mi lado en el anterior concierto mezclándose con el público. Tenían una legión de seguidores al ser vecinos del sur, y no les costó enganchar al público. El cantante tenía un aire al de los Black Crowes, compartían melena y que solo cantaban y tocaban la harmónica o esa medio pandereta que no sé como se llama. Enseguida se pusieron a hacer versiones que hicieron volcarse aún más al público. El tercer tema fue “Nadie Te Quiere Ya” de Los Brincos. El toque de humor lo puso la teclista que, aprovechando un parón entre tema y tema, hizo un guiño al teclear las primeras notas del “Summer Nights” de la película “Grease”. También cayó el “Soy Así” de Los Salvajes. Para finalizar lo hicieron a lo grande, en los bises, salieron los dos grupos juntos (más de diez personas sobre la tarima) para interpretar una canción que mi disco duro no consigue recordar quién la cantaba pero me sonaba mucho. En plena apoteosis bajaron al “foso” dos miembros, con media batería, para tocar los últimos segundos rodeados de un público extasiado.
Pasaban de las dos y podría haberme ido a casa pero apuré mis últimos euros en la Nordic donde bailé hasta las cuatro. Podría haber intentado algo porque sendas chicas escanearon mi figura (cada vez más escasa) pero esta vez la vergüenza tenía forma de bolsillo vacío: no me quedaba ni billete ni moneda ni tarjeta con la que “cortejar a la zagala” que diría un chanante.

sábado, febrero 04, 2006 

Kandahar

Tenía una entrada para ver esta película de Mohsen Makhmalbaf pero había quedado con Tonecho y compañía para tomar unas cervezas antes del partido del Depor, no me importaba perdérmela pero en el último momento se anuló nuestra cita y salí a toda ostia hacia el Forum para verla.
En la cola coincidí con Ana, periodista amiga y novia de Iago. Nos sentamos juntos y hablamos de Paul Auster y el azar, pasiones compartidas sin saberlo; y de teatro (ese gran desconocido).
Sobre la película ya había sufrido el boom de información de hace unos años y tenía suficientes detalles como para saber de que iba, pero aún así nos sorprendió gratamente. Plena de detalles que dejan una profunda huella: desde la intolerancia religiosa, el maltrato que sufren las mujeres (sin rostro ni nombre que las individualice), la picaresca y el ingenio agudizados por la pobreza, hasta la solidaridad entre los que sufren y la existencia de personas que intentan mejorar el mundo jugándose la vida.
No tuvimos tiempo para comentarla al acabar, solo pudimos despedirnos con agradecimiento mutuo por la compañía, porque me quedaban veinte minutos para atravesar la ciudad y llegar al estadio para ver el partido entre el Depor y el Valencia.

 

Comienza el VI Naciones

Un año más me he propuesto ver el VI Naciones de rugby en directo, he buscado locales donde poder ver los partidos y me he encontrado con algunos cerrados, otros vacíos pero que preferían dejar puesto un canal musical, y uno en el que podría verlo pero se les había estropeado el receptor pero me consuela la confirmación de que la segunda jornada la podré seguir allí. Tendré que hacer como los años anteriores, verlos en diferido por Sportmanía intentando no saber el resultado de los partidos.

Volví para casa y a falta de rugby me pasé toda la tarde viendo la Copa de África de fútbol y el pase a la final de España en el Campeonato de Europa de balonmano.

viernes, febrero 03, 2006 

La Pocilga

Antes de la segunda sesión tuve tiempo para tomar el aire y reponer fuerzas. El inicio se demoró porque se aprovechaba la sesión para presentar el libro “En torno al nuevo cine italiano. Los años sesenta: realismo y poesía.”, con la participación de José Enrique Monterde (coordinador), José Antonio Hurtado (IVAC-La Filmoteca) e José Luis Cienfuegos (Director del Festival de Cine de Gijón).Interesante presentación, sobre todo porque llega cuando finaliza el ciclo de nuevo cine italiano, que no tuvo su continuidad en un debate posterior a la proyección de “Porcile” de Pasolini.
Es una película difícil, llena de simbolismos, no recomendable para los que busquen un poco de diversión o entretenimiento. Cuenta dos historias paralelas que transcurren en distintas épocas pero están indirectamente relacionadas. En una un chico vaga por una zona inhóspita alimentándose de todo lo que encuentra, ya sean animales o personas. Come de todo como hacen los cerdos. La otra historia narra las vicisitudes de un rico industrial alemán y su familia en los años posteriores al fin del nazismo donde su decadencia se hace más patente al observar a su hijo que tiene una extraña filia por los cerdos. Ambas historias sirven como telón de fondo para que Pasolini, entre otras cosas, deje clara su postura moral e ideológica sobre la recién estrenada revolución del mayo francés utilizando como actores a personajes relevantes de las corrientes culturales de la época.

Al salir del cine me pasé por el “Crápula” para ver el ambiente del mini-festival “She Comes In Colours Weekend” pero estaba cerrado. Como no me encontré a nadie que quisiera ir me quedé en casa y no volví más tarde.

 

Sólo Dios lo sabe

Una tarde de viernes más con doble sesión cinéfila en el Cgai. Primero, a las seis “Heaven Knows, Mr. Allison” de John Huston. Cuenta la historia de un marine (Robert Mitchum) que salva su vida en una lancha a la deriva llegando a una isla casi desierta del Pacífico cuya única habitante es una monja (Deborah Kerr) durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando están adaptándose a la nueva vida, llega una expedición nipona y se encuentran rodeados de japoneses.
La presencia de dos de los estamentos más detestados por mí, como son la Iglesia y el Ejército (no importa en que orden) no era un aliciente para ver la película pero con la trayectoria del director esperaba que les diera un buen repaso, como así fue, aunque no pudiera evitar un final con cierta exaltación patriótica.
Como curiosidad final Robert Mitchum vuelve a demostrar sus dotes para la canción interpretando “Don't Sit under the Apple Tree” recordando aquella sublime “Leaning on the Everlasting Arms” que cantaba en la obra maestra “La noche del cazador”.

jueves, febrero 02, 2006 

Planeta Prohibido

Esta tarde he visto “Forbidden Planet” en el Forum. Me lo esperaba lleno de frikis pero solamente éramos unos pocos, frikis pero pocos. Mítica película de ciencia-ficción de finales de los años cincuenta, está dirigida por Fred M. Wilcox y supuestamente es una adaptación de la obra de teatro “La Tempestad” de Shakespeare llevada al terreno de la ciencia-ficción que descontextualiza totalmente la obra original.
Contiene todos los ingredientes del género: viajes interplanetarios, naves espaciales, rayos láser, robots, un científico loco, una civilización muy avanzada y desconocida, un enemigo invisible y poderoso, los típicos salvadores del universo y una historia de amor con final feliz.
Pero es algo más que una película del género fantástico. Las ideas que subyacen entre los personajes nos llevan del pensamiento filosófico al psicoanálisis. Además tampoco podemos olvidar sus virtudes técnicas y estéticas con unos decorados a años luz (perdón por el chiste fácil) de los de la época y el empleo de los sintetizadores para crear esos sonidos electrónicos que serían música para nuestros oídos futuros. Para los efectos visuales contaron con la colaboración de la factoría Disney.
Como curiosidad final hay que comentar que Leslie Nielsen, ese actor de pelo blanco de comedias absurdas que parodian otras películas, es el protagonista del film y el robot Robby se ha convertido en un icono del género haciendo sus cameos en otras series o películas.

miércoles, febrero 01, 2006 

La Batalla de Argel

Un nuevo mes empieza y sin que sirva de precedente, he vuelto a quedar. Alex me ha venido a buscar al curro, se ha quedado alucinado cuando ha visto el cartel de la Agencia de Modelos que van a abrir a unos metros de mi empresa.
Hemos ido hasta casa de Marta a recogerla y hemos bajado al Contertulia. Pasamos dos horas cotilleando sobre nuestros amigos y haciendo planes para vernos más a menudo.

Después fui a la biblioteca infantil a devolver un cómic, un libro y un Dvd. Como ya me sabía la programación del Cgai he entrado para ver “La Battaglia di Algeri” de Gillo Pontecorvo. Ya la conocía, había leído algo sobre ella y había estado a punto de cogerla de la biblioteca pero no encontraba “el momento revolucionario adecuado”. Bromas aparte, la cita era obligada. Es una película que nos relata la lucha del pueblo argelino por su independencia centrándose en los sucesos ocurridos entre los miembros del Frente de Liberación Nacional de Argelia (FLN) y las autoridades coloniales francesas en la ciudad de Argel a finales de los cincuenta.

El empleo de la violencia por el FLN se centra en un principio en atentados contra los policías franceses. Viendo la repercusión de sus acciones dan un paso hacia delante colocando bombas en diversos lugares. La policía responde “de incógnito y con nocturnidad” dejando bombas en la Casbah, el barrio árabe de la ciudad. Se puede ver la ira del pueblo que clama venganza mientras parte de los activistas empiezan a buscar vías más pacíficas pero los atentados contra civiles franceses continúan.Las imágenes de dichos atentados están realizadas con gran verosimilitud. Muchos inocentes mueren por la intransigencia de un gobierno colonialista, demasiado alejado del conflicto, que no está dispuesto a ceder ante un pueblo argelino.
Los independentistas declaran unos días de huelga general para mostrar su fortaleza y lograr un pronunciamiento favorable de las Naciones Unidas. Francia se dispone a contraatacar enviando al cuerpo de paracaidistas para frenar la insurgencia.La fuerza militar es consciente de su papel y comienzan a aplicar todo tipo de torturas y estrategias para desmantelar la organización del FLN. Éstos, cada vez más debilitados, responden con atentados contra cualquier representante del enemigo, civil o militar. Pero las medidas represivas consiguen que vaya cayendo la cúpula del movimiento.
Francia ha ganado la batalla pero el espíritu del levantamiento contra el colonizador ha calado en el pueblo argelino y en buena parte del país galo. El levantamiento resurgirá optando por la vía pacífica que les llevará a conseguir su libertad años más tarde.

Se podría hablar de muchas cosas referentes a la película. Está rodada en italiano, en blanco y negro, estuvo prohibida en Francia hasta los años setenta y participaron en el rodaje ciudadanos argelinos que vivieron dichos acontecimientos incluso miembros del FLN. Asimismo se podrían hacer diversas reflexiones sobre el colonialismo, el uso de las vías no violentas para conseguir la independencia, la situación incongruente de pedir Gibraltar y no abandonar Ceuta y Melilla o se podrían encontrar muchas similitudes con la actual situación en Irak pero el post resultaría demasiado extenso.

Por último, comentar que nada más salir del cine pude ver los minutos finales de la otra “batalla” del día, sufrir viendo al Depor empatar con el Valencia y clasificarse para semifinales de la copa con mi madre totalmente fuera de sí, excesivamente nerviosa.

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