sábado, diciembre 31, 2005 

El último del año

Estos tres últimos días los he pasado intentando deshacerme de los virus que invaden mi cuerpo. En la empresa a casi todos nos duele algo más o menos relacionado, ya sea la garganta, la cabeza, la nariz que gotea, el cuello, malestar general. Distintos síntomas para un mismo mal, una especie de gripe colectiva fomentada por los pinchos de jamón o tortilla con restos de cestas de los que hemos disfrutado en los últimos días tranquilos en mucho tiempo.
Por lo demás, apenas he salido de casa, la lluvia no para y en estas condiciones no había forma de quedar con nadie. He acudido a mi cita anual con el dentista para hacerme una limpieza. Esta vez me atendió la chica, me dijo que tenía mucha suerte con mis dientes y que siguiera cuidándolos tan bien.
Disfruté del primer partido de la selección gallega en muchos años, fue el jueves contra Uruguay en Santiago. Ganamos 3-2 con buen sabor de boca. Una pena no haber podido conseguir una entrada (se agotaron enseguida) para ver el partido con Carlos y Seco que sí la consiguieron.
Hoy he comido con parte de mis primos/as y mi hermano en el Bar David, con la intención de institucionalizar dicha comida una en verano y otra al final del año.
Cenaré en casa de mi abuela con mi madre, mi hermano y mi abuela. Después subiré a casa de mi tío para felicitar el año a mi padre, mis tíos/as y primos/as. Se supone que muchos de mis amigos emigrantes estarán por aquí, espero poderlos ver esta noche. Supongo que quedaremos en la cervecería “Moore” sobre la una para felicitarnos el año y dividirnos rumbo a diferentes fiestas o a casa según sean las ganas, el bolsillo y la salud. Si las fuerzas me acompañan pasaré por allí y finalmente iré a la barra libre de “Keops”.El resto de la noche/día ya se verá.

Un saludo para todos, y como dice un sms recibido esta tarde:Os deseo un feliz año y que lo celebréis con las cinco eses: Salud, suerte, sexo, sentolas y sigalas.

miércoles, diciembre 28, 2005 

Cinema de noite

Tras la vuelta a las raíces, parada en una pastelería para comer una trufa y una de esas magdalenas gigantes que mataran el hambre y el tiempo mientras no llegaba el bus que me llevaría a la última sesión de cine del año.
Sesión sorpresa en el CGAI, fuera del programa pero muy difundida por los periódicos locales. Se trataba del acto de clausura de una iniciativa pública de proyectar cine al aire libre y en 35 mm en los pueblos sin acceso a ello. Uno de los impulsores del proyecto “Cinema de Noite” fue Ignacio Benedeti, polifacético personaje del ámbito cinéfilo local que posse una colección de películas y cortometrajes originales, la mayoría de ellos imposibles de ver incluso en circuitos alternativos. Esta noche era la ocasión perfecta para deleitarnos con una recopilación de algunos de sus cortos de animación. El programa fue el siguiente (con ligeros comentarios explicativos por mi parte):

“Gertie, the dinosaur” (1914) de Winsor Mc Cay.
Se trata de una de las primeras joyas del cine de animación que fusiona imágenes reales con dibujos hechos a mano superpuestos dando sensación de movimiento como en aquellos libros para niños que si pasabas rápido las páginas veías en una esquina otra historia aparte de figuras en movimiento.

“The flying house” (1921) de Winsor Mc Cay. También del mismo autor, es un episodio de la serie “Dreams of the Rarebit fiend”. Se nota ya un estilo diferente, una evolución, fruto de los avances y la llegada del sonoro.

“The Skeleton Dance” (1929) de Ub Iwerks. Pertenece a la serie Silly Symphonie, de Walt Disney para Columbia Pictures. Un simple baile de unos esqueletos al ritmo de la música provocó las primeras risas de la noche demostrando la capacidad del humor para convertirse en atemporal cuando es bueno.

“Snow White” (1933), de Max y Dave Fleischer. Versión de Blancanieves para la serie de Betty Boop, con ella como protagonista y canción interpretada por Cab Calloway. Más risas.

“Une nuit sur le mont chavue” (1933), de Alexandre Alexeieff. Un estilo más cercano a la pintura que al dibujo y sin diálogos; que me hizo evadirme e incluso cerrar los ojos unos segundos. Recuerdo ligeras pinceladas pero del argumento no puedo decir nada.

“The Old Mill” (1937) de Wilfred Jackson. Pertenece a la serie Silly Symphony. Fue distribuida por RKO y hecha en Technicolor. Participó Walt Disney innovando con el uso de la cámara multiplano. En esta también dormí un poco.

“You Ought to be in pictures” (1940) de Friz Freleng. De la serie Looney Tunes. Mezcla vida real en un estudio de cine con las andanzas del cerdo Porky y el Pato Lucas para conseguir firmar un nuevo contrato ante el auténtico productor Leon Schlesinger.

“Red-hot riding hot” (1943) de Tex Avery. Technicolor. Momento esperado por muchos, poder ver esta versión alternativa del cuento de Caperucita Roja a manos del genial animador Tex Avery se convirtió en uno de los momentos de la noche.

“Coal Black and de sebben dwarfs” (1943) de Bob Clampett. Música: Carl W. Stalling, con Eddie Beale y su orquestra. Technicolor. Otra versión del cuento de Blancanieves interpretado por negros, parodiada con mucha ironía desde la pronunciación y escritura del título hasta ver que los enanitos pertenecen a una base del ejército estadounidense. Ese racismo irónico dejó un ligero sabor amargo en cada sonrisa.

“Tulips shall grow” (8 de mayo de 1942) de George Pal. Parte de la serie Puppetoon Madcap Models, de Paramount Pictures.Technicolor. La fecha es muy significativa en este corto elaborado con marionetas o similares. Tiene un tufillo de propaganda para evocar la valentía del pueblo holandés ante la invasión nazi, llevada a cabo en esos mismos momentos.

“Der Fuehrer´s face” (1943) de Jack Kinney. Distribuida por RKO. Technicolor. Segundo alegato consecutivo antinazi con este mítico corto que cuenta la vida del pato Donald bajo el régimen nazi en Alemania. Muchos detalles que recordar para tan poco tiempo, pero los tópicos utilizados en su momento también producen la risa ahora.

“The Gallant little Taylor” (1954) de Lotte Reiniger. Adaptación del cuento “El sastrecillo valiente”de los Hermanos Grimm utilizando la técnica de las siluetas a modo de sombras chinescas.

“What´s Opera, Doc” (1957) de Chuck Jones. Warner BROS. Eastmancolor. Homenaje a Wagner y su ópera “Sigfried” utilizando a Elmer y Bugs Bunny con guiño final. Al ver cosas como esta, te das cuenta de que lo que eran simples dibujos animados para niños escondían muchos detalles y referencias dirigidas a mayores que los niños no entendían mientras sus padres esbozaban una sonrisa.

“Bambi Meets Godzilla” (1969) de Marv Newland. Fue de lo mejor de la noche, la auténtica sorpresa que causó estragos en las gargantas de la multitud. Es mejor no desvelar nada del corto porque destrozaría su gracia. Imprescindible buscarlo en la red.

“Tony de Peltrie” (1985) de Pierre Lachapelle, Phillipe Bergeron y otros. Universidad de Montreal-NFBC. Tiene como característica más relevante ser el primer corto que se ha realizado íntegramente con ordenador. Auténtico pionero de la animación digital.

“KnickKnack” (1989) de John Lassetter. Música Bobby Mc Ferrin. Pixar. Es la primera de las joyas del equipo de animadores de Pixar, ya se aprecian su estilo y humor tan peculiar.

“Minotauromaquia: Pablo no laberinto” (2005) de Juan Pablo Etcheverry. Ignacio Benedeti Cinema. Para culminar la sesión nada mejor que el multipremiado corto producido por el propietario de los anteriores. Tenía ganas de verlo, tuve más oportunidades pero siempre surgía algo que me hacía cambiar de planes.

En fin, una grata sesión de cortometrajes en una abarrotada sala para despedir un año plagado de buen cine (proyectado en dicha sala).

 

Un toque de cultura tradicional

Al salir de otro día de curro aburrido me fui al Centro Cívico Municipal de San Diego para ver la exposición sobre ropa e instrumentos musicales tradicionales de la Asociación Cultural Donaire. Allí estaban Alex esperándome y Pablo, auténtico maestro de ceremonias. Como a Alex le tocaba vigilar desde las seis, eché un primer vistazo y nos fuimos a tomar algo y hablar. Subimos, estuvimos un buen rato viendo los artículos, atendiendo a las explicaciones de Pablo y al final, culminé mi deseo de hacerme socio al darle mis datos a la presidenta. Me despedí de Alex, sabiendo que nos veríamos un día de estos pero no en fin de año, y a Pablo ya le felicité directamente por todo dejando mi firma y comentario en la libreta de visitas. Hacen una labor fundamental para recuperar el legado cultural de nuestros antepasados.

martes, diciembre 27, 2005 

Ese camarero me suena

Cerca de las ocho, repleto de bolsas abandoné mi afán consumista, propiciado en parte por el dinero cobrado y por haberme olvidado las llaves en casa y no conseguir localizar a nadie de mi familia. Llamé a mi madre y me dijo que estaba en casa. De camino me encontré con mi hermana, le conté mi aventura y casi nos despedimos porque se iba de juerga y yo me acostaba temprano. Dejé las bolsas en casa, hablé un rato con mi madre, cogí mis llaves y salí hacia el “Dog Bollocks” donde había quedado con Tóni.
Cuando llegué, estaban también Sergio y Carlos. Después llegarían Jose Leo, Richard y el otro chico que completa el trío y nunca me acuerdo de su nombre. Se me hizo muy raro cuando llegó el camarero y era mi hermano, no buscamos ningún guiño, fue una relación puramente profesional. Tardé algo en decírselo al resto porque no quería las típicas bromas. Estuvo muy bien el reencuentro con parte de los amigos, pasamos una tarde agradable que continuamos cenando unas raciones en “La Checa”; momento de deleite gastronómico propicio para intercambiar datos sobre nuevos lugares donde comer bien y barato. Ellos seguirían pero la medianoche nos rondaba y era demasiado tarde para mí.

 

A derrochar se ha dicho

Parece que la semana se presenta tranquila en el curro. Hay que aprovecharlo para relajarse un poco y disfrutar de los descansos más largos, ya habrá tiempo para echarlos de menos. Además, hemos ido a cobrar el aguinaldo.
He comido con todos los hermanos y mi padre, juntos por primera vez en muchos meses, para despedir a mi hermana que vuelve a Londres. Regresará en menos de un mes para hacer su (esperado) último examen de su segunda carrera.
Por ello (le tenía que regalar algo por Reyes) y porque tenía que empezar cuanto antes he dedicado la tarde a comprar regalos. Pasé por Tipo para buscar alguna oferta en que gastar parte del aguinaldo corporativo, me llevé uno de los Ramones y el primero de Franz Ferdinand (poner un disco de mp3 no es lo mismo).Lamentablemente tuve que entrar en ese centro comercial fascista y discriminatorio (con triángulo verde como logotipo), única posibilidad en mi ciudad de comprar Dvds interesantes, espero que los rumores de apertura de la FNAC se concreten cuanto antes para poder hacer un boicot definitivo al C….glés. Hacía tanto que no iba que habían cambiado la distribución de toda la zona de música y cine. Sufrí un ataque consumista y empecé a ver películas muy apetecibles a precios asombrosos, conseguí reprimirme llevándome solo “Dersu Uzala” y “Ser y Tener”.Recordé que había ido a comprar regalos para otros no sólo para mí, así que di una vuelta por la zona musical y aluciné con la variedad, cuando mis ojos vieron el del Inquilino Comunista sabía que algo raro estaba pasando. No desenfundé ningún billete para mí pero sí para adquirir el recopilatorio de Battiato para la mia mamma.
Salir a respirar algo puro, previo paso por Zara para preparar las rebajas, y un ligero paseo hasta “Equilibrio” para adquirir mi dosis semanal de productos ecológicos (hay que cuidarse chicos). Siguiente parada en “Ekipos” para comprarle la camiseta del Villareal a mi hermano, fan de Riquelme (y quién no). Por fin, mi último destino: La librería Colón. Ahí si que me pasé. Primero unos libros para mi hermana: “La Tierra Explota: Superpoblación y Desarrollo” de Giovanni Sartori y la socorrida “Agenda de las mujeres 2006”. Pero después caí en la tentación de “Ediciones del Viento” y me llevé los dos últimos libros de la colección: “Inquietud en el Paraíso” de Oscar Esquivias y “Medicina para serpientes” de Alberto Denti. Pero me esperaba algo que añadir a mi carro repleto: mis números atrasados del Cahiers que no había recogido. Total que una tarde de compras me supuso cerca de 200 euros y todavía me quedan la mitad de los regalos (incluido alguno mío).Miedo me doy con estos ataques.

domingo, diciembre 25, 2005 

Navidad atípica

Otro día más que duermo casi once horas. Me tomé un yogur y fui hasta el salón para encender el ordenador y, de paso, ver si tenía algún regalo. En mi zapato había algo, lo abrí, era el libro de Punset, eso es auténtica telepatía materna. Hasta ese momento no me había dado cuenta de que no había hecho casi ninguno de los rituales caseros navideños como ir al trastero a por los adornos, escribir la carta a los reyes (obligación materna para ir sobre seguro y evitar malos rollos) y comprar algún regalo, solamente lo de poner un zapato en el salón. Incluso sabiendo que mi hermana no iba a estar en Reyes, se me olvidó comprarle algo, estos días locos tenía la cabeza en otros sitios.
Además no pasé por casa de mi abuela a probar el cocido y saludar a la parte de la familia materna que no cenó ayer con nosotros, fui directamente a casa de mi tío para comer con la familia de mi padre. Me quedé hasta las siete, tampoco comí mucho, un poco de jamón, pollo y rosbif, esperando inútilmente la llegada de mi prima con el vídeo de su boda (otra cosa dejada para la comida de año nuevo). Lo mejor fue el puteo que le cayó a mi hermano, tiene una desconocida novia alemana llamada Ramona y le pusieron la canción de Esteso de “La Ramona” con toda la familia a coro cantando “Ramonaaa te quierooo”.
Un paseo y para casa que mañana hay que currar.

sábado, diciembre 24, 2005 

Noche nada buena

Día de contrastes y noche de sopor. Dormí casi diez horas pero seguía cansado; tras casi una semana desconectado regresé a la red para hacer unos posts retrospectivos y ver los blogs conocidos. El resto fueron despertándose poco a poco, primero mi madre que me dio la mala noticia del día: ayer murió el vecino de al lado, Manuel el padre de Maria José, Manuel y Miriam. Nunca tuve ninguna relación con él, más allá de la vecindad, pero sí con sus hijos. Llevaron la enfermedad en silencio, privadamente, sin aceptar nuestra ayuda, les bastaba con saber que nos tenían ahí al lado. Repetir el trance con Santos en circunstancias parecidas en menos de un año y medio, sin poder hacer nada, resulta duro pero entiendo perfectamente la postura adoptada. Me costó tener que decírselo a mi hermano cuando se levantó. Fue demasiado cruel e injusto decirle como primeras palabras esa noticia. Desde su llegada, la madrugada del martes, a base de horarios incompatibles solo nos habíamos visto y oído durmiendo en la oscuridad de nuestra habitación.
Todas las posibles celebraciones del día quedaban eclipsadas; cada vez me gusta menos esa mezcla de hipocresía religiosa y buen rollo familiar que provocan las navidades pero me debo a ciertos compromisos aunque seguiré eligiendo decir “Felices fiestas” a decir algo que no siento como “Feliz Navidad”, lo intento pero no me sale.
El primer compromiso del día era la comida en el Artabria. La alternativa de comida familiar la deseché, no quería que empezaran las discusiones tan pronto. De camino me encontré con mi tío Miguel al que veré mañana en casa de mi abuela, el tiempo justo para felicitarnos las fiestas y darnos unos besos (con el paso de los años los besos a hombres van escaseando como si fueran algo prohibido cuando era tan natural de niño). Poco a poco, me voy introduciendo en aquel otro grupo de amigos del que estuve apartado una larga temporada. Voy conociendo a las nuevas incorporaciones y me siento a gusto. Estaban Marta, Marian, Luci, Fran y Uxía, Adriana, Sonia y Jose. No había estado nunca en el Artabria, comimos muy bien pero me resultó un poco caro.
Sirvió para relajarme y olvidar las penas recientes durante unas horas.
Nos despedimos y tuve el tiempo justo para pasar por casa de mi padre para lavarme los dientes y coger un taxi hacia el tanatorio. La misa ya había empezado y estaba lleno, me quedé fuera entre amigos y vecinos. Cuando terminó, me acerqué a estar un rato con Manuel y Maria José, a Miriam con la casi no tengo relación me limité a darle el pésame. Como mal menor, me quité la espina que tenía clavada desde que murió su madre hace más de diez años por otro cáncer y me pilló de vacaciones en Alicante y no pude volver. Había demasiada gente para ver la cremación, preferí dejarlo ahí y volver con mi madre y hermana para casa.
Había quedado con Tóni en pasarme por la Moore para felicitarnos las fiestas tomando unas cañas con los friends del “clan del Eusebio”. Al final me animé y pasé por allí. Estaba parte de la vieja guardia: Oriol, Roldán (que se casa), Pablo (hermano de Santi) y Tóni. Después llegaron Orlando, Adrián y Carlos. Entre cañas, viejas batallitas y puesta al día de los conocidos ausentes me ausenté unos minutos para ir a “El Inglés” primero y al “Dog Bollocks” después para tomar la copa con mi amigo Pepe y su familia. Volví para la despedida y preferí no quedar para salir después de la cena. Esta cita se repetirá la semana que viene en fin de año.

De la cena familiar, lo de siempre con más gente que de costumbre (estaban los de Madrid). Canapés y vinos mientras llegaba la gente, mucho marisco y algo de carne para cenar, y sorprendentemente ninguna discusión. Mi cansancio seguía siendo tal que comí muy poco y pasadas las doce se me cerraban los ojos, literalmente. Hasta tal punto que mi tía acabó llevándome a casa. Otra tía mía que regresa a Madrid nos dio sus regalos, con tan mala suerte o mala memoria que me regaló “Infancia” de Coetzee que ya me había regalado en verano por mi cumpleaños.

viernes, diciembre 23, 2005 

Alargando las horas de sueño

Al salir tengo una llamada perdida de Marta, la llamo, está con Luci y quedamos los tres en el Tren para picar algo. Cuando llego está lleno y buscamos otros sitios, con la misma suerte, acabamos tomando unos sándwiches en la hamburguesería La Torre. Más tarde fuimos al Baobar donde me encontré con Marga y con parte de los ex Nouvelle Cuisine. Allí pasaron dos hechos para olvidar y recordar al mismo tiempo.
Mi cabeza seguía sin funcionar muy bien, la conversación tenía cierta intimidad y dejé aflorar ciertas dosis del machismo latente y dormido, casi genético, que me llevó a decir unas palabras que te hacen “perder puntos” dentro del universo femenino. No las voy a citar aquí por razones obvias pero se acercarían al tópico de que “el hombre es infiel por naturaleza”.
El otro acontecimiento para recordar fue un momento de tensión que estuvo a punto de hacerme caer al suelo. Conversaba atentamente con Luci pero mi campo de visión se acercaba a la puerta. Allí había una chica hablando que tenía la mano metida en el marco de la puerta medio abierta. Charlaba sin darse cuenta que alguien entraba, yo veía que la puerta iba cerrándose y la chica no quitaba la mano. Me quedé sentado haciendo muecas de espanto, abriendo la boca para gritar pero no me salía ningún sonido, estaba paralizado ante el desastre con Luci perpleja mirando para mí. Fueron unos segundos interminables, ya veía la mano destrozada y escuchaba el grito de la chica cuando en el último instante quitó la mano. Tras el alivio y la explicación consiguiente a Luci, me fui hasta la puerta para ver si mi vista me había engañado y existía un espacio entre el marco y la puerta, pero no fue así el desastre podría haber ocurrido y yo haberme caído hacia atrás al desmayarme.
Pasado el momento de euforia, contándoselo a Marta que regresaba de hablar por el móvil, nos fuimos a casa quedando para comer mañana en el Artabria.
Ha sido un día completito justo cuando se cumple el onceavo mes de este diario.

 

El Perro Negro

Efectivamente me levanté un poco antes de las ocho. La siesta me sentó bien pero no hacía milagros. La película era “El Perro Negro: Stories From The Spanish Civil War” del húngaro Péter Forgács, documental recopilatorio de imágenes rodadas durante los años treinta por varios cineastas aficionados. La mayoría del metraje procede de las filmaciones de la familia Salvans miembros de la burguesía textil catalana y del madrileño de origen gallego José Ernesto Díaz Noriega de una clase social inferior.
En general me produjo cierto dolor al recordar lo que pudo ser y no fue, pero también no pude evitar ciertos momentos de alegría viendo algunas imágenes cotidianas de aquellos años. Había bastante gente para ser viernes víspera de grandes fiestas, amarga despedida hasta primeros de año, saludos a conocidos como David S. a otros les perdí de vista sin hablar ni despedirnos como Coco o Patricia. Otra vez será, porque todos sabemos que volveré al Cgai el año que viene.

 

Otro viernes laboral e infernal

Me desperté tarde, mal y arrastras, llegando a la oficina sobre las nueve, una hora tarde. La excusa de integrar al nuevo no coló pero me salvó que los otros dos trasnochadores no hubieran llegado aún. Enseguida me puse a currar, sabía que si me sentaba cinco minutos me quedaría dormido. Fue un auténtico infierno hasta las tres, que subimos a la cocina donde organizamos una comida improvisada a base de restos de las cestas, pan y unas tortillas. Mis compañeros de juerga no estuvieron, tenían que pasar por sendos hospitales de Ourense y Vigo. Poco antes de las cinco ya no podía con mi alma y me levanté de la mesa para apagar mi ordenador y contar los minutos que faltaban para marcharme.
Me dirigí hacia la casa de mi padre, lugar tranquilo y propicio para una siesta de unas horas esperando despertarme cerca de las ocho para ir al Cgai en la sesión final del año.

jueves, diciembre 22, 2005 

Larga comida de empresa

Ha llegado el día de la confraternidad laboral. La mañana, marcada por el poco trabajo (por fin), la preparación de los discursos de los cuatro novatos y el seguimiento del sorteo de la lotería, ha pasado rápida porque solo trabajábamos de 8 a 3.
Nos repartimos en los coches hacia el restaurante “La Cabaña del Pescador” donde degustamos variados primeros platos y dosis ingentes de carne doityourself culminados con copas de helados y cafés. Algunos se atrevieron con la Copa de la Casa, dessert compuesto por macedonia, flan, piña, melocotón, cuatro bolas de helado y todo ello cubierto de nata y unos cuantos barquillos; que llevó a una improvisada competición infantil por ver quién terminaba antes (si es que conseguían hacerlo).Los tres superaron el reto. Culminado el festín llegaron los discursos y el champán, cuatro caras nuevas pasaban por el trance intentando superar el listón dejado por mí el año pasado. Fue un nuevo estilo, en equipo, con menos ironía y más sentimental.
Abandonamos el local rumbo a la bolera, aunque ya se produjeron las primeras deserciones, fruto de compromisos familiares indispensables. Segunda doble jornada de bolos de la liga interna. Esta vez mejoramos aún más y conseguimos ganar uno de los dos partidos pero perdimos nuestras opciones al título. Pelearemos la última jornada, en fechas cercanas al carnaval, por el último puesto que también tiene premio.
Pasadas las nueve de la noche, descartada la opción de huir al Cgai, me apunté con los que quedaban para ir al karaoke a Santa Cristina. Patético, al igual que el año pasado, pero con momentos inmemorables como “Cadillac Solitario” de Loquillo cantado a cinco voces (éramos siete) o mi solitaria interpretación del “Can't Help Falling in Love” en versión de Elvis Presley (utilizada para demostrar mi nivel del inglés recibido en las dos clases semanales pagadas por la empresa).
Pasadas las once regresamos donde lo iniciamos todo, en la puerta de la empresa. Iba a ser la despedida definitiva, pero no, tres decidimos continuar de marcha. Uno del trío se fue por su cuenta porque había quedado con otra gente, no se imaginaba que fuéramos a aguantar tanto. Quedamos pues, el novato de tres meses residente en Vigo, que tenía una habitación en el NH y yo. Apenas nos conocíamos, viene un par de días a la semana a Coruña, nuestro trato es puramente telefónico. Ronda mi edad, tiene novia desde hace casi ocho años (tenemos boda el año que viene) y le apetecía conocer la noche coruñesa.
Empezamos con unas tapas en el Bombilla que le encantaron. Después unos cuantos copazos en Canal St que dieron para muchas risas y confidencias laborales. Como ya intuía sus gustos musicales (por el karaoke y porque tenía sintonizada la radio de su coche en los 40), decidí llevarle al Orzán (no era carne de Patachím o Desquite).Entre tanta basura elegí Los Elefantes, por lo menos le hacía un favor a Chechu que vigilaba la puerta equivocada. Además había fiesta de enfermería (siempre mirando por el negocio).Lo pasamos bien, aprovechando nuestra formación casi nos hacemos pasar por médicos al ver tanta belleza universitaria a nuestro alrededor. Culminamos la noche con una visita al Garibaldi, en cuya puerta nos cruzamos con el otro compañero, también había muy buen ambiente. Nos fuimos para casa y para el hotel, respectivamente, unos minutos más tarde de las cinco sabiendo que debíamos estar trabajando en unas tres horas.

domingo, diciembre 18, 2005 

Match Point

Otra jornada de muchas horas de sueño, desayuno a mediodía de chocolate con churros de Bonilla (cortesía de mi hermano) y lectura de periódicos hasta pasadas las tres con telediario incluido de fondo.
Mi padre y mi hermano se habían ido a comer a la aldea pero yo me niego a perder la tarde del domingo pasando frío y aburriéndome cuando podré ver a mis familiares en las fechas navideñas. No coló el argumento de la última visita del año.
Mi plan dominical consistía en ir al Puerto a los Filmax a ver Match Point a las cinco y comer algo antes en mi primera visita al Vips. No esperaba que fuera el lugar elegido por todas las happy familys de mi ciudad para pasar un domingo. Acabé tomándome una ensalada y un falafel en el “Firs” pasadas las cuatro, dejaré el Vips abarrotado para otra ocasión.
La película de Woody Allen me sorprendió en muchos aspectos, era un registro nuevo alejado de sus comedias inteligentes habituales, con esa carga de sensualidad a raudales aportada por los protagonistas, Jonathan Rhys Meyers y Scarlett Johansson. Parecía una pelea por mostrar los labios más apetecibles, perfecto para parejas celosas que pudieran mirar con la libertad de saber que su acompañante también disfrutaba. Lo que no me gustó fue precisamente ese cambio de género, alejado de la comedia aunque disfruté con los giros y con la perfecta sincronización de los pasajes operísticos y los sentimientos de los personajes, y de los añorados paisajes londinenses. Conseguí verla sin que me estropearan el final todos los que me había hablado de ella.
Finalmente una curiosidad a modo de cotilleo casi privado, detrás de mí estaba una pareja en la que creo que la chica era una amiga de Xurxo llamada Ceci de la que hacía mucho tiempo que no tenía noticias.

sábado, diciembre 17, 2005 

El Derby

La rivalidad geográfica es inevitable aunque no es incompatible con la lucha unida a favor del territorio común. Llevar dos años esperando repetir el doble enfrentamiento futbolístico entre el Depor y el Celta, no implica que no tuviera ganas de que tardara unos años más en repetirse.
Dejando los antecedentes a un lado, salí del cine hacia casa para ver el partido por la tele con mi padre, con el tiempo justo para un rápido aprovisionamiento de pipas y cacahuetes en el supermercado para calmar los nervios.
La excitación que me produce un partido de rivalidad hace que grite desde el primer segundo aunque sea a una pantalla de televisión. Poco a poco se pasan los minutos y llegan las jugadas clave: salto de alegría con el primer penalti y posterior gol de Diego, incredulidad y sorpresa por la genial jugada de Valerón en el segundo gol y una risa incontenible después del zapatazo de Capdevila que llevó el 0-3 al marcador al filo del descanso. Pausa necesaria para calmar los efusivos ánimos y recibir una llamada de Marta para recogerme e ir a cenar a casa de Marian. Relajación en la segunda parte, con ganas de una mayor goleada, risas por los cánticos e impotencia celestes, y satisfacción final por un resultado que agranda la distancia que nos separa.
Esperaba una llamada de algunos amigos forofos para una gran celebración, que no se produjo, por lo que acepté los planes de Marta para cenar en casa de Marian.
Me gustó mucho la nueva casa, con lo justo pero bien decorado para vivir una o dos personas. Después de cenar y volver a ver el resumen del partido nos pusimos a ver unos capítulos de Friends, porque el resto de películas disponibles o las habíamos visto o no nos interesaban. Era la décima y última temporada, me resultó extraño volver a ver una serie que dejé en su octava temporada, me costaba enlazar el argumento pero me dejé llevar enseguida. Pasaron las horas y los capítulos hasta las tres y media que ya era una hora prudente para dejarlo ahí y volver a casa.

 

Banditi a Orgosolo

Seguí con el cansancio acumulado a pesar de dormir más de diez horas. A punto estuve de no ir al cine a las seis, ocupado en ordenar la habitación para volver a hacerla habitable para dos aunque al final llegué con el tiempo justo para ver en el Cgai la película “Banditi a Orgosolo” de Vittorio de Seta. Si en la del otro día hablaba de la vida en Sicilia, ésta cuenta la vida en otra isla italiana, la de Cerdeña. Una vida dura, de gente pobre y humilde, cuya única fuente de sustento es el pastoreo propio o ajeno. Es la vida que le tocó a Michelle, que se tuerce aún más cuando se cruzan en su camino unos bandidos, ladrones de cerdos que en su huída matan a un carabinieri, siendo el pastor acusado del crimen. Esta situación le obliga a una huída hacia delante, con su rebaño y su hermano pero al final acaba asumiendo que no tiene escapatoria, él y su familia nacieron para perder. Duro retrato del pastoreo de montaña, con dosis de crítica social y judicial que nos ayuda a comprender las injusticias del mercado donde los que hacen el trabajo más duro son los peor pagados mientras simples intermediarios multiplican sus beneficios sin casi mover un dedo, pero eso ya es otra historia.

viernes, diciembre 16, 2005 

Cumpleaños con cena en La Paloma

Me levanté fatal, me dolía la cabeza, parecía seguir algo borracho y llegué media hora tarde a trabajar. Encima había mucho curro que consiguió espabilarme más que el café de media mañana.
Comí con mi padre y hermano que me dieron más detalles sobre la llegada el día veinte de mi hermana Lucía desde Londres y mi hermano Andrés desde Canarias. Esté último viene para quedarse y se trae a su novia alemana, desconocida hasta hace apenas una semana, menuda sorpresa general.
Volví al trabajo y decidí quedarme una hora más porque si no empezaría el lunes muy liado, la alternativa de ir a la sesión de las seis del Cgai la deseché porque seguramente me quedaría dormido entre la oscuridad y el silencio de la sala. Tampoco podría ir a la de las ocho y media porque estaba invitado a cenar en La Paloma porque era el cumple de Marian. Aún así me dió tiempo para dormir una ligera siesta y cargarme el segundo vídeo en dos meses (esta vez el de mi padre), creo que me pasaré al grabador digital en formato DVD aunque me lleve tiempo y dinero pasar mis viejas cintas VHS al DVD.
Llegué a La Paloma, local nuevo y pequeño, con aire encantador en pleno Monte Alto. Estaban Marian, Silvia, Marta y Alex tomando un vino. Más tarde llegarían Luci, Paula, Uxía, Fran (creo), Sonia y Bea. La cena estaba muy rica, a base de raciones, pero resultó escasa y pedimos alguna más. No conocía a la mayoría de la gente pero por segundo día consecutivo resultó genial.
La noche prosiguió en la calle de la Barrera, que celebraba una de sus nuevas fiestas en este caso un fin de año anticipado, tomándonos unos vermouths en El Otro. Me crucé con Tonecho, que iba con Fermín, el otro Sergio y Rodri, quedamos en organizar algo si ganábamos mañana el derby. Me despedí de ellos y continué con la gente hacia otro local, el Cachivache donde el dueño, (el pelirrojo Miguel) nos enseño una foto de su hijo recién nacido. Yo seguía cansado y además la noche no prometía grandes juergas, la cosa se fue apagando con un único momento para recordar, ya en plena despedida, la situación tragicómica provocada por una llamada de Uxía al Teletaxi.

jueves, diciembre 15, 2005 

Punset en el COAG

Tengo que reconocer que tenía otros planes más cinéfilos para hoy pero la casualidad quiso que, por la mañana de camino al trabajo leyera en un periódico gratuito que había una conferencia de Eduardo Punset en el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia que servía como presentación de su exitoso último libro “El viaje a la felicidad” (espero que sea uno de mis pocos regalos de Reyes).
Tuve algunos problemas para encontrar el sitio, me confundí el nombre de la calle y tuve que llamar a Bea que también iba (mandó un mail para avisar a sus amigos).Al llegar, afortunadamente, no había cola, era una masa pequeña e irregular de gente de todas las edades. Llegaron Bea y Loli, se abrieron las puertas y entramos. Pudimos coger sitio para sentarnos, peor suerte tuvo la gente que llegó con el tiempo justo que se tuvo que quedar de pie sin ver o escuchar bien la charla. Es paradójico que un recinto como ese, sede del colegio de arquitectos, no tenga un espacio adecuado para realizar una conferencia, incluso una columna tapaba la visión de muchos de los que estábamos sentados, y la acústica dejaba mucho que desear.
Se llenó, había muchos conocidos como Javi Doc (amigo de Carlos y cía), Felipe (conocido de Salesianos) o Iria (la amiga de Pepi y David S.), los inevitables políticos de turno como Mar Barcón o Henrique Tello, o algunos amigos de Bea distinguidos a duras penas entre las demás cabezas; se echó de menos gente del ámbito cultural como escritores o actores.
La conferencia fue estupenda, el Punset ejerció de profesor dando una clase magistral que mezclaba parte de su libro con un poco de sus últimos programas de “Redes” formando un todo que resultó casi perfecto. La parte final dedicada a preguntas se prometía apasionante pero la falta de tiempo limitó su duración a solo tres preguntas.
Después pasamos a la zona del vino y pinchos donde conseguimos juntarnos con el resto: Jesús, Arturo y Julio. Entre copas de vino tinto, pinchos de jamón, brie con frambuesa (¿copiado de la cercana Casa Pilar?) y fruta con chocolate fuimos entablando una muy agradable conversación sobre Punset y Redes, la educación, la sociedad y cualquier otro tema, incluso de política. Mientras Punset seguía firmando dedicatorias y atendiendo a los medios sin probar bocado, nosotros seguíamos hablando, comiendo y bebiendo hasta que decidimos (principios de la “felicidad” etílica) ir a llevarle un vino y unos pinchos a Punset. Evidentemente no era lo adecuado pero su evasiva y sobre todo, el tono de su “disculpe” nos sentó fatal aunque luego lo remediara aceptando las disculpas de Julio. Un pequeño borrón que no se lo tendremos en cuenta, quedarán para el recuerdo las fotos posteriores y el papel del discurso de bienvenida del presidente del COAG que me llevé para casa.
Pero lo que parecía un agradable fin de tarde se convirtió en una gran noche cuando al acabar el acto continuamos tomando vinos y tapas en Casa Ponte, ya con la presencia de Silvana y Alejandra. Julio y yo conocimos a dos chicas, Leire y Marka (creo) con las que sostuvimos una corta pero interesante conversación sobre el libro (que ellas habían comprado) y las dedicatorias aunque acabamos hablando del Parkinson y los afásicos (eran logopeda y trabajadora social respectivamente).
Por último, pasada la una decidimos acabar la noche tomando un chupito, buscando un sitio abierto por la zona encontramos el “Amigos y Vecinos” lleno de gente mayor y con música en directo. Me sorprendió el ambiente pero como estaba rodeado de arquitectos me informaron que la mayor parte de la gente eran constructores que se reunían en ese local los jueves. La elección del local hecha, tocaba decidir qué chupito tomar, la mayoría nos inclinamos por el Pacharán con un hielo (estaba rico a pesar de que odio el anís). Pasaban de las dos y me tenía que levantar a las siete, me lo estaba pasando genial pero era hora de irse, aproveché el momento en que se iban Bea y Loli para irme con ellas, dejando al resto que seguirían de fiesta.

martes, diciembre 13, 2005 

Salvatore Giuliano

Un martes y trece en el que no tuve mala suerte y felicité a mi hermana por su cumple y santo y me acordé de todas las Lucías que he conocido últimamente aunque solo felicité a la amiga de Marian.
Otro día consecutivo que ceno a la inglesa, antes de las ocho, porque la película que echan en el Cgai dura demasiado para poder cenar después y acostarse a una hora prudente. La cita era con el nuevo cine italiano, la película “Salvatore Giuliano” dirigida por Francesco Rosi, es una biografía de un personaje fundamental para la Sicilia de los años cuarenta. Mitad héroe, mitad bandido que se refugia en las montañas tras matar a un “carabinieri” y se disputa el terreno con los mafiosos e independentistas hasta que le traicionan. Su orden para efectuar una matanza indiscriminada un primero de mayo en un mitin comunista acarreó su asesinato y un juicio sumarísimo posterior que también es parte fundamental de la película. El retrato sociopolítico de aquella Sicilia nos aporta una visión precisa, una vez más, de la idiosincrasia de cada territorio, tan útil para poder comprender los aires separatistas que nos rodean.

lunes, diciembre 12, 2005 

Man No Run

Primera cita cinéfila de la semana con este documental de Claire Denis que recoge la primera gira por Francia del grupo camerunés “Les Têtes Brulées”. El título viene de una expresión acogida por el grupo para expresar un sentimiento vital. Fue una grata experiencia conocer a este grupo por todo lo que les rodeaba, la fusión musical entre los ritmos y voces tradicionales de su país y el rock. Su actitud escénica llamaba mucho la atención, salían pintados y disfrazados de vivos colores, contagiando al público con su energía. Sus actuaciones pasaban de los grandes escenarios de los festivales de músicas del mundo a pequeños palcos-tipo-orquesta-verbenera-de-pueblo donde tocaban para gente de todas las edades. Dejando a un lado las virtudes puramente musicales hay que destacar las profundas conversaciones de sus componentes que consiguen acercarnos al punto de vista de un continente incomprendido; que vio como el colonialismo separaba o juntaba etnias o pueblos con una división tan particular de la superficie, a base de regla y cartabón, que ha sido fuente principal de conflictos y guerras acentuados por el interés de las potencias mundiales en la explotación de sus recursos naturales.

sábado, diciembre 10, 2005 

Nénette et Boni

Pocas veces se conjugan varios motivos para ver una película. Por un lado, continuar con el ciclo de Claire Denis, en una sesión marcada por la presentación inicial y el posterior coloquio, razones suficientes para asistir. Pero la razón fundamental que me llevó a ver esta película era su banda sonora a cargo de uno de mis grupos preferidos los Tindersticks. De hecho ya la había grabado en su día cuando la pusieron en la cadena francófona TV5, pero me había resistido a verla como tantas veces, a la espera de poder verla en pantalla grande, además la grabación era original con subtítulos en francés y era demasiado difícil para mi remoto francés.
Está ambientada en Marsella (como curiosidad aparece uno de los actores fetiche de Robert Guediguian que parecen los actores gallegos de la TVG que están en todos los rodajes de por aquí), y cuenta una historia de marcado carácter social y marginal pero contada con un estilo diferente al de los hermanos Dardenne o el mismo Guediguian.
Dos hermanos se separan al divorciarse sus padres y no vuelven a encontrarse hasta años después, con la madre ya fallecida, cuando la hermana regresa embarazada en busca de ayuda a casa de su hermano, que vive con otros amigos en su casa y trabaja en un puesto ambulante de pizzas. Los rencores y las diferencias parecen insalvables pero poco a poco van limando asperezas e intentando reconciliarse. Pero parece difícil. Otras historias secundarias completan esta película coral en la que nada parece tener relación hasta que los caminos se cruzan.
El coloquio posterior fue interesante, a pesar de solo quedar media docena de personas, aunque dejamos a un lado la película y nos pasamos más de una hora hablando sobre la programación de los festivales, la nula distribución o estreno de algunas películas con su alternativa de conseguirlas a través de la red o de la sorpresiva y amplia oferta del formato DVD.

 

I Basilischi

El puente casi ha quedado atrás y no he hecho nada más que ir al cine. Salvo ayer que estuve un rato con Sergio y Tóni al acabar la primera sesión; y varias horas con Marta, Alex, Sonia, Marián y compañía al acabar la segunda sesión de la tarde-noche.
Creo que hoy me limitaré a ir al cine, sin ningún encuentro nocturno más.
Primero, a las seis “I Basilischi” de Lina Wertmüller, nuevo cine italiano de los años sesenta que retrata la vida de unos eternos estudiantes en un pueblo sin futuro, que acomodados prefieren quedarse a emigrar a Roma para vivir una vida diferente. Me quedo con el excelente retrato de la sociedad, gracias a una narración sentimental y hasta moralizante, cargada de detalles y sobre todo esa secuencia inicial que describe de forma inmejorable la hora de la siesta.

viernes, diciembre 09, 2005 

Punk: Attitude

Apurando la hora de descanso tras la sesión anterior, quedando con Sergio y Tóni para un encuentro fugaz de apenas media hora, volví al Cgai para una cita tan inevitable como ineludible, el único pase del documental “Punk: Attitude” de Don Letts, típico protagonista de todo aquello. Lleno a rebosar, con muchas caras conocidas; gente que ha bailado a mi lado canciones punk y algunos punks de espíritu.
El documental intenta mostrarnos qué significó el movimiento punk surgido a un lado y otro del charco, de NY a Londres y viceversa. Lo consigue a base de declaraciones de todo tipo de personajes, desde Jim Jarmusch, hasta críticos musicales, editores de revistas y sobre todo, miembros de antiguos grupos de la escena punk, todos ellos muy envejecidos y algunos todavía excéntricos. Por supuesto mezclado con mucha música, incluidas actuaciones en directo. Tengo que reconocer que tenía algunas lagunas e ideas preconcebidas sobre lo que fue el punk pero esta película me aclara casi todas. Aparte de los grupos indispensables como los Ramones, The Clash, la Velvet o Sex Pistols, están otros que fueron tan o más importantes pero menos conocidos por el público no profano: Televisión, The Stooges, MC5,… y un largo etcétera de grupos menores que no llegaron a sacar vinilos pero influenciaron o sirvieron como inspiración a grupos posteriores. En el difícil repaso o evolución de géneros se adentra en la parte final en el hardcore o el grunge, cuando las multinacionales y televisiones comenzaron a dictar la dirección musical de las nuevas generaciones.
Me hizo recordar cuando vimos por primera vez la portada del “Nevermind” de Nirvana en el escaparate de Discos Portobello en nuestra ciudad y alguien comentó (pude ser yo) algo así: “ah ese el grupo que le quitó el número uno a Michael Jackson en los Usa, creo que son buenos”. Unos meses más tarde ya sabíamos de memoria quienes eran todos, desde los casi mayoritarios Nirvana o Pearl Jam, a otros menos conocidos como Soundgarden, Primus o Fugazzi. Después llegarían los comics de Peter Bragge, la cultura grunge se expandiría teniendo que soportar a los Offspring o RATM y conoceríamos a un montón de gente que diez años más tarde seguirían formando parte de nuestras vidas y ya paro que voy a acabar poniéndome sentimental y nombrando sitios como el Funhouse o el Caimán.

 

La Isla de Arturo

Película perteneciente al ciclo de cine italiano titulada “L' Isola di Arturo” del director (con rimbombante nombre) Damiano Damiani. Cuenta la historia de Arturo, un chico que espera por su padre recluido en una isla hasta cumplir los dieciséis años. Forma curiosa de ejercer la paternidad, dejar a su hijo (causante indirecto en su nacimiento de la muerte de su mujer) desde los tres meses a cargo de un viejo marinero en una ruinosa mansión. El chico vive a la espera de las visitas esporádicas de su padre, esperando casi a diario y pacientemente, la llegada del ferry al puerto. Cuando llega, el hijo intenta exprimir cada segundo al máximo porque puede que tarde meses en repetirse. Su padre idolatrado presenta el aspecto de un galán: impecablemente vestido, alto y apuesto. Un auténtico playboy que no desentonaría en un anuncio navideño de colonias. En una de estas visitas aparece el padre recién casado con una joven acompañante. A partir de ahí surgirán, en la mente del joven, primero los celos y después el amor. Pero las cosas no cambian, el padre desaparece dejando a los dos jóvenes juntos. Pasa el tiempo y se van adaptando a la nueva vida (tiene doble sentido la chica está embarazada). El padre tarda más de un año en regresar y cuando lo hace parece otra persona, ha perdido su elegancia y no se inmuta cuando le enseñan a su nuevo hijo, algo le ha pasado que le preocupa. Su llegada coincide con los días anteriores a que su otro hijo cumpla los dieciséis y él tenga que cumplir su promesa de llevarlo consigo de viaje. Pero sucede algo que le impide cumplir su promesa.
Quizás me he centrado demasiado en la historia pero es que hay veces que te atrapa de tal forma que dejas a un lado los aspectos técnicos del filme.

miércoles, diciembre 07, 2005 

Keep It for Yourself / Us Go Home

Debido al torneo corporativo de bolos contaba con no llegar a tiempo al Cgai para ver una doble sesión de Claire Denis, pero afortunadamente pude llegar. Al ser una sola sesión de dos mediometrajes seguidos sin descanso voy a hacer las críticas en una sola crónica.
Primero era “Keep It for Yourself”, típico ejercicio coral con una historia aparentemente intrascendente que ocurre una noche en NY, rodado en blanco y negro con la presencia de algún icono del cine independiente en un pequeña colaboración, como Sara Driver (esposa de Jarmusch) o Vincent Gallo. Para más detalles, podríamos decir que la sombra de Jim Jarmusch es alargada, el corto lleva su marca de fábrica.
Como segundo plato ponían “Us Go Home” de la misma directora. Es una de mis frases favoritas aunque no sea exactamente una frase. Pertenece a mi ideario particular en su alternativo “Yankees go home”.Pero como diría Umbral “yo he venido a hablar de mi libro”, bueno en este caso, de cine. Este título se trata de un encargo hecho por la cadena Arte a Claire Denis de un capítulo para una serie sobre recuerdos de adolescencia. Está ambientado en los años sesenta en una pequeña ciudad francesa que tiene una base estadounidense situada en los alrededores. Dos quinceañeras esperan con ansiedad las primeras fiestas para poder enrollarse con algún chico. Tienen un plan pero para poder llevarlo a cabo necesitan la colaboración del hermano mayor de una de ellas. Van a la fiesta que les corresponde por edad pero se dan cuenta que es demasiado aburrida e infantil con presencia y colaboración de padres incluida. Se van y buscan otra más arriesgada, de chicos mayores de edad. Llegan a una en la que está el hermano, intentan pasar desapercibidas integrándose en el ambiente, bailando y fumando pero el resto sabe perfectamente que son demasiado jóvenes para estar allí e intentan aprovecharlo. Sin dudar de otras virtudes, el relato se apoya en una banda sonora llena de hits sixties que casi me hacen olvidar lo que estaba viendo localizando mi atención en la música con mis pies y mis labios sin parar de moverse. Para completar el enredo una dosis final de antiamericanismo que aumentó mi entusiasmo.

 

Bolos corporativos

Hoy era un día especial en el trabajo. Por un lado, podía ser muy duro al tratarse de una víspera de festivo entre semana y por otro, algunos librábamos el viernes y teníamos que adelantar trabajo para ayudar al resto a superar nuestra ausencia hasta el lunes.
Pero lo realmente importante era que teníamos las dos primeras jornadas de nuestra competición de bolos, ese nuevo invento para fomentar el compañerismo. Había cuatro equipos, los premios eran para el mejor y el peor (individual y equipo).Mi equipo era el peor, los formábamos dos novatos (en la empresa y en los bolos) y yo que nunca me he caracterizado por ser tener buena puntería ni ser deportista. Nuestro nombre era muy apropiado “Los increíbles” ya que lo formábamos un miope de brazos delgados, un tío grande de casi dos metros y una chica mezcla de los dos, grande y miope. Panorama desolador a la par que divertido, los demás hacían strikes y nosotros aspirábamos a tirar algún bolo, nuestros strikes los celebrábamos como una hazaña.
En la primera partida casi nos doblaron el marcador, yo conseguí 66 puntos en una remontada espectacular en mis últimas tiradas con mis dos únicos strikes que me llevaron a quitarle el penúltimo puesto individual a mi compañera por un punto.
La segunda partida fue más igualada, conseguimos mantener el tipo hasta más allá de la mitad, llegando a ponerles nerviosos aunque al final nos hundimos, mejoré mi registro anterior consiguiendo 81 puntos.
Analizando lo ocurrido, resultó una buena jornada extra-laboral, pero a título particular creo que la estrategia de mi equipo va a ser luchar por el premio del último clasificado.
Lo importante es participar y divertirse, dicen, pero que te humillen es demasiado.

martes, diciembre 06, 2005 

Un Cuento

Relación acabada

Han sido casi tres años desde que nos vimos por primera vez. Al principio me costó decidirme, nos miramos muchas veces pero no supe dar el paso. Finalmente decidí que era el momento, o nos íbamos juntos o vendría otro y se adelantaría. Entré decidido con paso firme y encajamos a la perfección. A partir de ahí, hubo momentos inolvidables, películas y conciertos, charcos que saltar y noches sin fin. Pero el tiempo cambió, llegó el verano y nos sentimos incómodos, nos separamos.
Acabó el verano y nos dimos otra oportunidad, tuvimos otro año bueno, supimos vencer las piedras del camino, esos saltos complicados para llegar a la otra orilla sin mojarnos y volvimos a estar juntos. Volvieron los paseos, las noches de juerga, los conciertos que nos llenaban de sudor y los gritos cuando nos pisaban pero volvió el verano siguiente que se repitió la historia. Esta vez intentamos estirar algo que ya no daba más de sí, no había por donde cogerlo, todo salía mal, cada vez que salíamos llovía y el agujero iba creciendo en nuestro interior. Finalmente aceptamos nuestro destino. Siempre conmigo, pero todo se acaba, esta vez definitivamente. No volveremos a estar juntos, quedarán los recuerdos, nuestras fotos, pero ya no estarás en casa cuando me levante.

Podría haber sido una gran historia de amor, y en cierta medida lo fue si es que puede existir el amor entre unas botas y su dueño.

…………..aquí vendría el copyright de mi relato y todo eso, espero que a nadie se le ocurra cogerlo y publicarlo sin mi permiso.

 

Antes de la Revolución

Me faltan las palabras para reproducir la impresión que me ha causado el visionado de la película “Prima della Rivoluzione” de Bernardo Bertolucci. La considero dentro del Top Five de las películas vistas este año e incluso me atrevería a meterla en mi Top Ten particular de toda mi vida. Quizás me haya dejado influenciar por los efectos de una sesión mágica plagada de cortes e interrupciones y mucho calor, en una sala casi llena.
Quizás el hecho de que la chica que tenía al lado se fuera desvistiendo a la vez que yo, y repitiera parte de mis posturas o gestos, o simplemente oliera tan bien pudieron influir en mi decisión aunque tal nivel de compenetración todavía no alcance al que tengo con una habitual que acompasamos perfectamente nuestras risas y suspiros. Distinguir, en plena oscuridad de una sala con más de cincuenta personas, entre todos los ruidos cuando alguien muy concreto se ríe o suspira es demasiado fuerte para que no pase algo más entre nosotros.
Volviendo a la película, decir que cuenta con todos los ingredientes necesarios para que me guste: buena historia, magníficas interpretaciones, música deliciosa y un director arriesgado. Además ciertos hechos secundarios ayudan: cierto debate político-social, un amor pasional y prohibido, guiños cinéfilos y el toque de humor indispensable. Es, por tanto, una firme candidata a regalo de reyes si es que existe una buena edición en DVD.

 

Impresiones con Alex

Mañana totalmente desaprovechada en la cama. Por la tarde quedé con Alex a las cinco.
Quedamos en el Macondo pero estaba cerrado así que buscamos un café por allí cerca, también desechado el pequeñito de la calle Huertas acabamos tomándonos un buen capuchino en uno que está enfrente a la Cámara de Comercio. Hablamos de nuestras espléndidas noches, por separado, el sábado pasado en el Desquite aunque no pudimos coincidir y nos pusimos al día de la gente conocida. Fuimos a la Barrié para ver la exposición del Impresionismo (motivo principal de nuestra cita) y volvimos a tomar algo, esta vez en el Cascarilla. La conversación se centró en los rumores sobre las nuevas ubicaciones de dos locales emblemáticos: A Cova Folk (derriban la casa) y el Patachím (acaba contrato y busca un nuevo local para bailar dejando el de siempre en plan café como antaño).Repito son solo rumores. Una cosa nos lleva a la otra y nos reímos al descubrir que los dos habíamos leído la entrevista a Leonor Watling en “Mujer de Hoy” y habíamos llegado a la misma conclusión, que no solo tenía una belleza especial que supimos ver cuando era una simple secundaria, antes de su papel protagonista en “Raquel busca su sitio” si no que además tenía la cabeza muy bien amueblada respondiendo a las preguntas como nos hubiera gustado que respondiera la chica de nuestros sueños si alguna vez soñáramos con ella. Le informé del concierto del próximo jueves en la Capitol de Santiago y quedamos en intentar ir y llamar a Bea para ver si se apunta y de paso ver la exposición de Frida. Apuramos la tarde hasta casi las ocho que nos separamos, yo iba al cine y él había quedado con Bea.

lunes, diciembre 05, 2005 

Chocolat

Es curioso que una sola palabra evoque tantos placeres y varias películas. De hecho he tenido que modificar mi base de datos sobre películas vistas en el cine porque había dos películas con el mismo título. Una, la de Lasse Hallström con Juliette Binoche y Johnny Depp del año 2000 y la otra la que he visto esta tarde en el cgai.
Película del año 1988 de Claire Denis que relata la situación en el Camerún cuando era colonia francesa. La vida desde los ojos de una niña francesa cuyo padre ejerce de gobernador y viven en una hacienda. Las relaciones de poder, el racismo, las religiones, los secretos y deseos, la inocencia infantil o el futuro son conceptos que están presentes en toda la película trazados con gran inteligencia por la directora que pasó buena parte de su infancia viviendo en las colonias aportando con ello la veracidad autobiográfica necesaria para poder retratar fielmente la trama. Me recordó en cierta medida a otra película “En Un Lugar De África” de Caroline Link vista el año pasado después de haber leído la novela de Stefanie Zweig en la que se basaba.

 

Puente desequilibrado

Esta semana atípica comenzó con las calles medio desiertas y lluviosas. El ajetreo natural que hace los lunes odiosos no estaba presente. Incluso el trabajo fue más tranquilo que de costumbre, cosa no habitual cuando hay festivos entre semana. La mitad de compañeros libraban lo que podría haber convertido la jornada en inacabable.
Comer en casa acompañado de mi madre y mi prima Alicia a la que renovaron una semana más en el colegio donde cubre una baja fue motivo de alegría tras días sin hacerlo.
De vuelta a casa encuentro apresurado con Ana L. que aprovechamos para felicitarnos el año porque no sabemos si la llegada de nuestros amigos comunes no permitirá que nos veamos antes. Por la tarde otro encuentro fortuito, bajo la lluvia, con otra prima, Lara, momento aprovechado para preguntarle por mi futuro piso de alquiler, que está pendiente de que se marchen sus inquilinos (vecinos de su novio). Llevo esperando desde Septiembre, como se alargue mucho tendré que buscarme otra cosa en Primavera.
Curiosamente, esta tarde, en el trabajo alguien se dejó en la fotocopiadora los impresos de solicitud de las viviendas de protección oficial de la Fábrica de Tabacos lo que motivó que varios cogiéramos copias. No creo que las cubra, por un lado dentro de mis principios vitales se encuentra vivir de alquiler y además me sentiría fatal si me dan uno: mi situación personal no es buena con un salario pésimo pero mi padre posee suficiente patrimonio para ayudarme de forma indirecta (avalarme) para poder comprar una casa (si las circunstancias me obligan a un cambio de opinión).

domingo, diciembre 04, 2005 

Llegó el Desquite

Hay veces en que decisiones aparentemente intrascendentes como salir del cine y parar en el Hut para comprarte un perrito y comértelo de camino a casa en vez de irte directo te cambian los planes nocturnos por completo (ir al concierto de Nadadora en el Playa y a la sesión posterior de Guille en la Nordic). Si no lo hubiera hecho no me habría visto Bea y su amigo que salían de A Nova Pataca y no me iría a tomar algo con ellos. Pero evidentemente sucedió. Una inocente parada en el Bombilla fue el preludio de una larga noche de animadas conversaciones sociopolíticas con una amiga y un catalán residente en Madrid que nos llevarían a tomar unas cañas en O Alfaiate, una mezcla explosiva de caña, carajillo y cacahuetes el Abobar (look nocturno muy diferente al diurno) y un chai en el Art-Té (local nuevo y sugerente a incluir en el boom de las teterías).
Con una bola creándose en el estómago y bajo la lluvia nos retirábamos a casa cuando me percaté de un sms de Alex enviado casi una hora antes que me aconsejaba acercarme al Desquite para ver a una antigua ninfa. Le llamé pero no me contestó, aunque fuimos igual pero ya no estaban ni él ni aquella que nos hizo suspirar.
Había estado otras veces por la tarde en el Desquite pero desde que lo pillaron Juan y su trouppe no había vuelto. Resultó una experiencia enriquecedora que me devolvió a tiempos más festeros. Fue asomar la cabeza y comenzar a sentir que la música volvía a recorrer mi cuerpo y las ganas de bailar se disparaban. Encuentros insospechados se sucedieron desde ver a Mimi bailando subida a una mesa hasta ver a la taquillera del cine del Forum por primera vez fuera de contexto con sonrisa mutua o la alegría de Sara al verme salir un día después de que ella me animara. Éstos intentaban sacar fuerzas y yo me encontraba en pleno subidón de adrenalina. Entonces apareció Iván con más gente, entre ellos estaba Alba conocida de vista y oído e integrante de un clan familiar que conjuga talento y belleza (quizás me he pasado pero me quedó bonito). Me siento en tierra de nadie, en medio de un puente cuyos extremos me reclaman. Dejo que la situación se resuelva por si sola; Bea y su amigo se van y me quedo con el grupo de Iván y Alba. Los hits comienzan a agitar mi cuerpo, acepto los pitillos buscados por Iván y me dejo llevar. Aparco las palabras, priman los gestos: alguna mirada furtiva, bocanadas de humo y tragos de cerveza. Pasadas las cinco, cierran el local, la noche se acaba, mi cuerpo camina hacia casa satisfecho por los reencuentros y descubrimientos mientras escucho las confesiones de un amigo al que le espera un largo paseo para un rápido sueño por tener que jugar un partido de fútbol unas horas después.

sábado, diciembre 03, 2005 

Lost In La Mancha

Después de un descanso aprovechado para devolver la llamada perdida de Tóni (nos (veremos mañana), beber algo y evitar el síndrome de la clase turista con un paseo, regresé para continuar mi doble sesión sabatina. Encuadrada dentro del ciclo dedicado al Quijote, constaba de un corto de dibujos animados que me recordó a la serie de tv de mis años mozos y el documental “Lost In La Mancha” de Keith Fulton y Louis Pepe sobre el rodaje frustrado del Quijote de Terry Gilliam que te ayuda a comprender lo difícil que resulta realizar un rodaje. Toda esa gente que sale en los títulos de crédito tiene perfectamente delimitadas sus funciones y cualquier imprevisto puede dar al traste con muchos años de trabajo. Sobresale, sin duda, la personalidad de ese genio llamado Terry Gilliam capaz de poner una sonrisa frente a la adversidad que aún continúa en su empeño de hacer lo imposible para sacar el proyecto adelante.

 

Le Filmeur

Tras una comida familiar de lujo (cochinillo incluido) con motivo del pasado santo de mi padre, pasamos por el hospital Modelo a ver a Pepe, un amigo de la familia y cura para más señas aunque esto último nunca ha influido en nuestras relaciones. Como muestra basta decir que mi padre, divorciado dos veces y no practicante, continúa siendo su amigo desde la juventud. Siempre ha respetado nuestra postura (yo no hice la comunión) y es un hecho que le honra y siempre le estaré agradecido.
El resto de la tarde me esperaba una de mis dobles sesiones de cine en el cgai. Primero, a las seis Le Filmeur de Alain Cavalier. Filmar diez años de tu vida y condensarlos en apenas dos horas se hace una tarea difícil; decidir entre detalles superfluos y situaciones demasiado personales crea una responsabilidad autobiográfica que martiriza y poner un límite a la intimidad sin dejar coja la historia, son los dilemas del autor en este relato fílmico en formato vídeo. Merece un visionado, mas por sus virtudes sociológicas que por sus carencias técnicas.

viernes, diciembre 02, 2005 

Las Manos En El Bolsillo

Segundo pase de la tarde en mi filmoteca favorita. Este mes va a estar plagado de dobles sesiones debido a que se juntan ciclos interesantes con la circunstancia de que muchas películas las echan solo una vez. Menos mal que la programación del Forum puedo descartarla casi entera; por un lado, el ciclo de cine australiano me resulta bastante lejano y desconocido y por otro, el de Truffaut me lo he visto casi todo.
Cuando asistes a una doble sesión te congratula saber que no eres el único raro que hace doblete y no tiene nada mejor que hacer una tarde de viernes, la presencia del viejo no te alivia pero ver que una chica de tu edad repite te hace sonreír.
Me estoy enrollando demasiado con los preliminares y todavía no he comentado la grata conversación que tuve con Sara y Raquel a base de los motivos de mi ausencia nocturna y los enredos provocados por la ida y vuelta de mi botella de agua en un recinto donde no está permitido comer o beber.
Ya es hora de hablar de la película. Se trataba de “I Pugni In Tasca” del italiano Marco Bellocchio, primera película del ciclo sobre Nuevo Cine Italiano realizado gracias al Festival de Gijón. Es de esos títulos que te suenan, pero no me esperaba que fuera tan buena, rozando la obra maestra. Cuenta la historia de una familia peculiar: sin padre, con una madre ciega, un hijo retrasado, otro epiléptico, el mayor que ejerce de cabeza de familia y una hermana inocente pero bellísima. La situación vital se hace insostenible para el hermano mayor pero se sacrifica, su hermano consciente de dicho sacrificio busca una solución al problema familiar pero no parece la más indicada. Todo se desmorona entrando en una espiral sin vuelta atrás. Magníficamente interpretada y dirigida y además cuenta con la banda sonora de Ennio Morricone.
Al salir podría haber ido a ver a Ovni y Pech Blenda al MardiGras, concierto organizado por el colectivo Pulso pero cambié de opinión tras hablar con Carol esta tarde que me confirmo que Junkfood, el grupo de Manuel (su ex y mi amigo) se había caído del cartel a causa de la reciente paternidad de un componente del grupo. En lugar de eso preferí una vuelta a casa para ver en La 2 “En la ciudad” de Cesc Gay que me perdí en su día porque en los cines comerciales de esta ciudad no pasó de dos semanas y lo fui dejando hasta que ya la habían quitado. Me gustó mucho, no quiero extenderme porque me está quedando un post bastante largo.

 

Cinéma de notre temps:Jacques Rivette - Le veilleur

Primer acercamiento del mes al Cgai para ver este documental de Claire Denis, que consiste básicamente en un diálogo entre el director Jacques Rivette y Serge Daney ante la atenta mirada del objetivo de la cineasta Claire Denis. Entre dichos diálogos se nos muestran declaraciones de otras personas del mundillo y fragmentos de películas de Rivette. Se estructura en dos partes: el día y la noche, ambas reveladoras de conversaciones trascendentales para comprender a la persona que está detrás del director francés y cómo influye su vida en su cine. Es una forma de vida tan alejada de las fiestas y similares, centrada en ver cine y leer que ha sido paralela a la mía en los tres últimos meses en lo que a horas de ocio se refiere.

jueves, diciembre 01, 2005 

Dog's Bollocks Theatre

Hoy era el gran día. Mi amigo Pepe y sus socios inauguraban su nuevo local, a partir de las diez de la noche con rigurosa invitación. Mi presencia ante la jetset coruñesa era una ocasión propicia para ver y oír como se manejaban las altas esferas de la sociedad en un acto social restringido. El local está bien situado, la decoración en tonos rojizos no es muy recargada, una docena de mesas dispuestas a dos alturas permiten intimidad y a la vez sirven para disfrutar de las actuaciones en vivo en el escenario situado al fondo del local que cuenta con telón y timbre.
Para dicha inauguración contaban con la presentación de Isabel Blanco, la actuación de seis monologuistas y la degustación de grandes bandejas de cerezas y fresas bañadas en chocolate y bebidas variadas.
Llegué a las diez y veinte, había gente pero se estaba cómodo. Saludé a Pepe y a varios conocidos. Fui hasta la barra a beber algo y probar las cerezas y fresas. Me costó más alejarme de las bandejas que llegar hasta ellas. El local se empezó a llenar y dieron paso a las actuaciones. Se veía mucha gente conocida de la TVG y la cara de algún político. Breve presentación de la actriz y presentadora Isabel Blanco que dejó su sitio al primer actor, no me acuerdo de su nombre pero estuvo muy bien, se definía como cuenta-movidas y conectó con el variopinto público a base de humor local, improvisación y gesticulación. Me sonaba de verlo alguna vez en algún zapping de Telecoruña, creo que es uno de los clásicos de mi ciudad. El siguiente monologuista era de Carballo y con buenas dosis de humor local, interactuando con el público pero menos dado a moverse, hizo que se le saltaran las lágrimas a más de uno, como le pasó a la gaiteira Susana Seivane que estaba en primera fila en una mesa. El tercero ya tenía un estilo más diferenciado, sentado en una silla y en tono serio iba soltando comentarios irónicos. Ese tipo de humor inteligente le costaba conectar pero al final lo consiguió.
Aproveché el intermedio para echar un vistazo por ahí y al no ver a nadie salí fuera a llamarles por teléfono pero en la puerta estaba mi amigo Pepe, su madre y su novia. Estuvimos charlando un rato, encendí mi móvil, no tenía ninguna llamada perdida y eran más de las once y media, como todavía quedaba otra hora y media decidí marcharme para casa. Se me hacía muy tarde, iba a perder la calabaza.

¡¡¡ Mucha mierda Pepe y compañía !!!

Powered by Blogger
and Blogger Templates