domingo, julio 31, 2005 

La gran comilona

Tal como habíamos quedado ayer, mi primo Juan Carlos pasó a recogernos a mi hermano y a mí para ir a la aldea a comer a casa de los parientes de su mujer. Fue llegar, saludar y marcharnos a un bar a ver la carrera de Fórmula Uno. Allí coincidimos con Vanessa, paisana y compañera de curro que me comentó el auge de las minimotos por aquella zona. Mientras mis primos sufrían como auténticos fanáticos con Alonso (son asturianos, estoy convencido que más nacionalista que un asturiano no lo hay).Debido al resultado volvimos un poco antes de que acabara. Empezaron las interminables presentaciones de desconocidos empeñados en saber de quién eras hijo y en qué trabajabas mientras no dejaban de llenarte la copa de vino en cuanto bebías un sorbo. El vino ayudó a digerir la cantidad de platos que iban a pasar por delante de mi cara. Primero tocaron unos trozos de empanada como aperitivo, de primer plato había sopa. Unos instantes de respiro y llegaron los segundos. El cocido llevaba de todo y cuando me quise dar cuenta tenía el plato lleno con tres patatas, un trozo de lacón, medio chorizo, una montaña de garbanzos y repollo. Menos mal que no me gustaba la oreja y pasé de la carne fresca. Eso sí, no pude evitar coger dos trozos de delicioso tocino blanco que degusté con las patatas que me sobraron y con el pan de boya tan delicioso. Otros minutos de rogado descanso, ante las insistencias para que repitiera o probara la carne asada (el otro segundo) no tuve más remedio que probar un trozo para que me dejaran tranquilo, y llegaron los postres. Había tres tartas caseras, dos barras de helado y algo de bizcocho. Casi me sirven un trozo de cada, me salvé del bizcocho y de uno de helado. Las tartas eran un brazo de gitano, una milhojas y una que llevaba de ingredientes unas rodajas de piña y melocotón (que el trozo de mi plato tenía dos rodajas de cada). Por primera vez en mucho tiempo no conseguí acabar todo lo que tenía en el plato, llegó un momento en que al tragar el trozo no bajó de la nuez, no había más sitio. Salí a pasear un poco mientras acababan y traían el café de pota. Tomé una taza sola pero pasé de chupitos o aguardiente. Tres horas después de llegar estábamos en casa de mi tío que había invitado a comer a sus hermanos. Momento para escuchar historias familiares de privilegios sobre las casas y tierras, anteriores a la época de los Reyes Católicos y otros documentos incunables y de valor actual incalculable que habían visto mis tíos pero que una familiar había destruido la mayoría por ser papeles viejos. Estaban en un baúl y llegó allí decidiendo hacer limpieza y quemarlos, menos mal que los que estaban por allí vieron la hoguera y pudieron salvar algunos. Lo peor de esta anécdota es que pasó hace menos de cuarenta años y serían documentos muy valiosos para analizar y conocer la historia de la zona, dejando a un lado su valor monetario. Cuando nos íbamos a marchar con mi padre la batería no le funcionaba y el coche no arrancaba. Comenzó un esperpéntico show entre mis primos y mis tíos, todos abriendo sus coches y buscando si sus baterías estaban donde el motor o en el maletero. Finalmente pudimos arrancar y volver a Coruña. Eran casi las diez, cogí mis cosas y fui hasta los jardines para ver las actuaciones de música tradicional, no llegué a Ruote (el grupo de Olga y Pablo) pero por lo menos estuve con Marta, Sonia y su novio Jose. Juntos vimos a Pablo que nos contó que nuestro amigo común, Alex, se había marchado un poco antes. Como mis amigas y novio se iban a cenar y yo no quería ver comida delante en las siguientes horas no les acompañé y me fui para casa.

sábado, julio 30, 2005 

Tradición familiar

Ligera resaca superada con casi ocho horas de sueño y una ducha. Diversas paradas con mi padre para recoger a las primas brasileñas y a mi hermano Juan. Este es el primer año en que la comida familiar anual de mi aldea no se hace en casa de alguno de mis dos tíos, fuimos todos a un restaurante “O’Garfo” en el cruce de Irixoa. Sesión de saludos, rencuentros y sorpresas porque las siguientes generaciones pegan fuerte y ya me pasan siendo menores de edad. Comida interminable con un primer plato al que le seguía otro primer plato y así durante cuatro veces seguidas, de hecho cuando llegaron el cordero y la carne asada ya no me cabían. Una larga sobremesa con un café de pota reparador, alargada con el reparto de las invitaciones de boda de mi prima y su novio.Salida y parada en las dos casas de mis tíos, en la primera con pachanga de basket incluida entre mi prima brasileña Sabrina, mi hermano Juan y yo. Entre unas cosas y otras no llegamos a Coruña hasta casi las nueve.
Tiempo justo para cenar unas pizzas recogidas en Donato (donde me encontré con mi vecino Daniel y hablamos mientras esperaba). Justo al acabar de cenar me llaman mis primas para salir todos juntos por la noche, no había plan alternativo. Quedamos delante del puto y abarrotado McDo (así revienten de comida basura habiendo ricas tapas a la vuelta de la esquina). Como mi prima Lara tardaba en bajar de la nueva casa de su novio, nos invitaron a subir para verla por dentro. Escaleras de madera y portal antiguo reformado, pero sin ascensor. Su piso era el cuarto y último, un pequeño ático a dos alturas. Abajo un salón abierto en plan loft con la cocina y el baño como únicas puertas; arriba, subiendo unos diez escalones sin pasamanos, el dormitorio abuhardillado con armarios empotrados. Era lo que yo buscaba para independizarme, interrogué a René (el novio de mi prima) sobre cómo había conseguido ese ático y por cuánto. Me respondió que por 360 euros y por una agencia. No tenía calefacción pero sus vecinos, otra pareja joven, le dijeron que no hacía falta que ellos no la necesitaron el invierno pasado. Además me comentó que sus vecinos tenían pensado irse y ellos cambiarse al otro porque tenía otra habitación más y mejores vistas. No me pude resistir y le dije que me avisaran para que yo me quedara con el suyo e independizarme. Lo tiene todo: es un ático con suelo de madera, amplio salón con posibilidad de poner colchones para futuras visitas y dormitorio aislado; a dos minutos de la parada del bus que cojo para ir al trabajo; a diez minutos de la casa de mi madre y algo menos de la de mi padre, a cinco minutos del cine del Cgai y del nuevo centro comercial del Puerto. El único inconveniente es el precio, algo excesivo para mi actual sueldo pero tiraré de un año de ahorros hasta firmar el definitivo y (espero) gran contrato de Marzo. Cuanto más tiempo tarden en mudarse mejor, pero por si acaso no me iré de vacaciones muchos días para evitar sorpresas y continuar ahorrando.
La noche con mis primas fue muy suave, había compromisos culinarios dominicales, nos llevó desde pasadas las once hasta las tres de la mañana. Estuvimos en tres sitios (dos bares y un pub), a base de cervezas por mi parte, primero en O’ Lorcho, después en As Cavas (o algo así) y por último en el pub Hándicap Cero. Lugares extraños para mí alejados de lo indie pero sin llegar a ser pasteleo comercial, no llegué a sufrir por mis oídos. Estábamos tan animados como cansados, por lo que se quedó en lo que pudo ser y no fue, es decir de una noche de juerga familiar se pasó a tomar unas cañas con mis primas y novios.

viernes, julio 29, 2005 

Ataque masivo vs. Comportamiento pasivo

La llegada de Álvaro con las jornadas gastronómicas sucesivas merece una ración de gimnasio mañanero. Vuelta a casa para dejar la bolsa y volver a salir hacia el Gasógeno donde había quedado con mi padre, hermano y diversos primos (los de Alicante y las de Brasil). Tras las presentaciones y diversas puestas al día, nos separamos de la sección alicantina y fuimos a La Masía a comer con Marisa y su hija Sabrina (las de Brasil). Me acordé de coger los Cds para dejárselos a Carol después de comer pero no estaba en casa, comía en el Utopía con unas amigas. De regreso a casa me crucé con un antiguo amigo, Dani que seguía más o menos como siempre pero quedó claro que habíamos perdido toda relación, incluso cambió de móvil pero no me dio el nuevo (daré por perdido el disco que le dejé). Otro encuentro fue con el dúo dinámico Jose Leo-Richard sin nada interesante que destacar. El resto de la tarde la pasé en casa, con llamada a Marta parafelicitarle su santo y sin noticias de Álvaro que no estaba en casa de sus padres. Recibí una llamada de Tóni con cita incluida (a las ocho en La Bottega con Sergio) a la que acudí. Como era el último día de la Feria Medieval decidimos ir. Allí me timaron unos maravedíes a costa de una pizza artesana y de postre opté por un trozo de tarta de chocolate con mermelada de fresa en el interior (que me recordó a épocas de cumpleaños infantiles) y por otro de tarta arroz con leche. El paseo, los empujones y la bola que giraba y no caía nos hicieron sentarnos en el mítico Moreta a tomar unas estrellas. Ya había recibido antes un sms de Juan que estaba con Álvaro, quedamos en vernos a las diez en la última Seoane Session. Fue otra propuesta mía porque pinchaban boogaloo, soul, reggae y funky, una mezcla explosiva en un marco incomparable como la Fundación Luis Seoane. Mis incrédulos amigos pensaban que no iba a haber nadie pero allí estaban (aparte de Juan y Álvaro): asiduos del Bar de Juan (con el propio Juan en la barra) y allegados como Flashback; a los platos Dj Arturo Lezcano Jr con (¿su ex?) Carmela de aquí para allá, Cristina “Qué” con la que hablé un rato y me dijo que se iba a Escocia de vacaciones; también estaban unas antiguas compañeras mías de la universidad Susana y (creo recordar) Sumaia a las que no dirigí ni una palabra aunque llevaba varias cervezas y estaba algo ciego. La interesante sesión acabó demasiado pronto y pasamos por el Bombilla para que comieran algo, momento aprovechado por Juan para marcharse. Después estuvimos en otro local sin nombre de la Barrera y en la terraza de la Taberna del Buda adornada con velas y con improvisado flamenco en su interior. Todo ello nos empujó al Patachím demasiado temprano. Mi intención era tomarme unas cervezas, bailar un poco y ver si aparecía alguien conocido. Sin embargo parecía que nos encontrábamos en una misión secreta cuyo objetivo era el acoso y derribo de Lucía. Por allí apareció ella con Eva e Item (compañía masculina = misión abortada) y comenzó la primera oleada de ataques con Sergio de kamikaze y Álvaro calentando motores mientras Tóni y yo flipábamos desde la supuesta base. Las intenciones de Sergio eran tan claras como propias, en cambio Álvaro estaba en ello con la única intención de ayudarme (sin que yo le hubiera pedido nada). En tal situación me encontraba que me mantuve al margen sin importarme lo que hicieran los dos, incluso dándoles la espalda .Llegaron conocidos, que me sirvieron para evitar observar el campo de batalla; como Miri o Dani (breve charla), el grupo de las Cuba con Reme, Patricia o Sole (simple saludo), o Cristina “Qué” (sin nadie más conocido por lo que pasé de interrumpirla).Tóni decidió que tras el fracaso de Sergio lo mejor era irse y se lo llevó dejándome solo con Álvaro. Seguí con una especie de patético orgullo y prejuicio para acercarme a saludar (si ellas me habían visto y no se acercaban porqué tenía que arrastrarme yo) llegando Álvaro a gritarme que me diera la vuelta (¡¡Pablo date la vuelta!!) tantas veces seguidas y tan fuerte que un tío que estaba al lado me llamó por mi nombre y me pidió por favor que le hiciera caso que le estaba dejando sordo. Decidí aprovechar para ir a la barra y hablar con Eva que me encontró raro, después hubo una especie de aclarado dejándome a Lucía delante, tendría que hablar con ella y hasta disculparme por mis amigos pero en vez de hablar de mí me puse a hablar de Item y se acabo yendo con él porque estaba solo (vale, se lo puse en bandeja pero no hizo nada por evitarlo). Me puse a bailar en la tarima como terapia con Reme y para evitar al pesado de Álvaro. La caja de sorpresas musical de Juanjo puso la pegadiza “Nada Fue Un Error” que me sonó más patética y profética que nunca mientras Lucía y compañía ya se habían ido. Me tenía que haber marchado mucho antes porque mañana me recogen a la una para la comida familiar anual en mi aldea; pero mi amigo me arrastró hacia el Mardi Gras. Ya no aguantaba más, no sé si buscaba resolverme la vida o estaba tan pasado que no se enteraba de nada pero el caso es que llegó al extremo de mendigar una copa con la mano llena de insuficientes monedas sabiendo que me quedaban varios billetes en el bolsillo. Fue la gota que colmó el vaso si quería seguir haciendo el ridículo que lo hiciera él solo, lo deje allí sin ningún tipo de remordimiento y me fui para casa. Eran las cinco y ya debería estar durmiendo hace unas horas.

jueves, julio 28, 2005 

Friends will be friends

Una vez asimilada la imposibilidad de ir a Ons o As Cíes (por falta de plazas) dedico las mañanas de mis vacaciones a dormir y vaciar mi disco duro en cds para poder seguir descargándome música apetecible. Además hay que aprovechar para rendir visita a las tiendas de ropa buscando la ganga final de las rebajas, aunque luego acabes devolviendo la mitad de las cosas por haberlas comprado por impulso debido a su bajo precio. Las tardes, últimamente nubosas o lluviosas, dedicadas a la lectura, escuchar música o a hacer sudokus tocan a su fin porque comienzan a llegar los amigos emigrantes. Álvaro llegó esta tarde y me acompañará como una sombra las dos próximas semanas (si no lo remedia algún viaje de última hora) en una ruta gastronómica y alcohólica sin fin por estas tierras. Hemos quedado en la esquina de siempre para pasear por la feria medieval y bebernos algo en La Gloira y en A Repichoca. Después hemos ido al Polvorín donde yo había quedado con Alex, Bea, Marta, Sonia y Susana para tomar algo y recibir mis regalos de cumpleaños: una irónica agenda, una camiseta de O Rei Zentolo y un libro muy interesante La Tierra Herida de los Miguel Delibes (padre e hijo). De la variada conversación me quedo con las clases de estilismo de Bea que nos dejó impresionados con sus conocimientos acerca del tipo de ropa que más nos convenía a cada uno. Me sirvió para descubrir que yo llevaba un jersei color pastel y debería elegir colores más crudos (mi paleta de colores se basa en colores primarios no entiendo de pasteles ni de crudos, me tendrá que enseñar).Quedamos en hacer un trueque, ella revisa mi fondo de armario y yo le consigo música de una lista que me va a pasar. Nuestros estómagos iban en direcciones opuestas; Álvaro y yo queríamos seguir de tapas y el resto prefería tomar unos sándwiches o similares, por lo que nos separamos. Nosotros fuimos al Tren donde degustamos tres raciones que nos rebosaron y decidimos recuperarnos bebiendo algo en el Patachím, pero no quisimos alargar mucho la cosa el primer día y cerca de la una ya estábamos en casa.

martes, julio 26, 2005 

Como nuevo

Ya estoy bien, esa especie de resfriado- gripe que me ha tenido en cuarentena se ha ido. Han sido cuatro días tirado en casa, si no cuento que el sábado salí a comer fuera. Me han servido para reflexionar sobre otro año que se fue, las cosas que hice bien, lo que hice mal, lo que no hice y tenía que haber hecho,…En general puedo considerar que ha sido un buen año, sin duda el mejor de los cinco últimos (y alguno más).
En el terreno laboral he dejado atrás mi primer año de prácticas, me encuentro en un buen momento asumiendo mi papel y conectando con el grupo.Además he vuelto a coger el coche y hacer deporte, cosas que no hacía desde casi una década y me encuentro físicamente muy bien, los kilos se han repartido mejor y algunos han desaparecido. He viajado y conocido a gente estupenda, he profundizado en las nuevas amistades descuidando un poco las antiguas por falta de tiempo. Sin embargo, en el amor he tenido mis momentos aunque cuando buscaba algo serio y por fin, me iba a decidir era demasiado tarde (tengo la habilidad de hacer desaparecer a las chicas que me gustan o se echan novio o ponen tierra de por medio) y volvía al punto de partida. En el ámbito familiar he tenido altibajos, mi relación con mi padre se hizo más fuerte cuando estuvo enfermo pero meses después dio un giro inesperado y estuvimos un mes sin hablarnos, ahora estamos intentando volver a donde lo dejamos. Con mi madre me siento culpable por acabar discutiendo con ella a causa de mis malos rollos, lo intento pero hay veces que no puedo evitarlo. Con mis hermanos ausentes he tenido poca relación, sabiendo como les va a través de mis padres, no me gustan las relaciones telefónicas. Lamentablemente alguna gente ya no está con nosotros, se ha hecho duro ver sufrir a los que te rodean con estas pérdidas pero sé que me han hecho más fuerte para soportar las siguientes que lleguen.
Tras este discurso sentimental, hoy he salido a la calle, tenía que hacer algunos recados. Me he puesto los cascos (escuchando el último de Nosotrash que llevaba sin abrir desde que lo compré en el Primavera Sound) y he pasado por la librería Colón a por mis dos ejemplares atrasados del Cahiers du Cinema, y me he comprado un libro de pasatiempos del Sudoku. También estuve en Zara, eran últimos días de rebajas, me compré un pantalón, un polo y un jersey por 27 euros. Hice los encargos prometidos (pan, leche y patatas) y volví para casa.
Por la tarde, un poco de lectura (Historias de Amor de Bioy Casares) y acabé mi primer Sudoku. Es el segundo libro de relatos de amor que empiezo, cogí los dos el viernes en la biblioteca y ya me terminé el de Cuentos de Amor de Hermann Hesse. Después he vuelto a la calle, más compras (dentífrico y otro pantalón en otro Zara) y quedé con Tóni y Sergio en La Bottega. Justo un finde que no salgo, van y salen el viernes. Nos tomamos la última en el Polvorín, como llovía me apetecía algo calentito pero la hora descartaba un café, y a falta de chocolate opté por un Colacao que hacía años que no tomaba y no solo porque en mi casa fuéramos de Nesquick. Al salir me llamó Alex para ir al cine a ver Los 4 Fantásticos a Los Rosales, me dejaron en la puerta y quedamos en vernos el viernes o sábado. Breve charla con Alex antes de la peli, lo justo para saber como iban las cosas a Marta, Sonia y compañía. Dio la casualidad que iban a la misma película Tonecho, David Ago y el otro Sergio, nos pusimos al día en dos minutos y les dije con quienes había estado apenas media hora antes. La película se puede considerar una digna adaptación del cómic con algunos efectos especiales muy logrados que siguen asombrándome que puedan conseguir adaptar a tantos superhéroes con tanto realismo.No es un peliculón ni mucho menos, a estas cosas ya sabes a lo que vas, otro mito infantil que sale en la gran pantalla. Cuando acabó, Alex me trajo a casa y quedamos en vernos un día de éstos.

sábado, julio 23, 2005 

Treinta y uno

Me he levantado a las nueve, me siento fatal, debería estar feliz porque estoy de cumpleaños pero tengo una mezcla de dolor físico por el resfriado y espiritual por no poder celebrarlo como quería. Desde que dejé atrás mi infancia y la adolescencia nunca he sido partidario de hacer fiestas de cumpleaños, quizás por un gesto de rebeldía contra las tradiciones de la tarta, las velas e invitar a los amigos o simplemente por una forma de avanzar hacia la supuesta madurez. El caso es que todos los años sigo aceptando los tirones de orejas y la ceremonia familiar de la tarta y la velas de postre si comemos en casa pero nunca hago fiestas. Si coincide en fin de semana me lo tomo como uno más solo que pago muchas rondas. Por todo ello, los días anteriores estoy inquieto porque se me ocurre celebrar algo distinto pero no aviso a nadie porque al final me echo atrás y no hago nada especial. Pero nunca me había pasado un cumpleaños enfermo en bata de los años setenta, boxers, camiseta blanca de tirantes, con barba de tres días, ojeras y toda la mañana delante del ordenador como si fuera uno de esos hikikomori asiáticos que se pasan los días sin salir de su habitación conectados. Puede que dentro de diez años añadiéndole al cuadro una mujer con rulos que no sea mi madre y unos niños gritando, la imagen se convierta en realidad pero a los 31 no me imaginaba que iba a tener esta pinta. Mi malestar proseguía tras mantener una conversación en el soulseek con Alfonso y contestar a varios sms felicitándome. Después de ducharme salí con mi madre hacia el restaurante El 10, lugar elegido para comer con mi padre, intenté animarme pero mi cuerpo no me dejaba. Un poco de empanada, unas almejas, un kilo de cigalas a la plancha y una caldeirada de pescados parecieron subirme la moral pero solo fue un efecto pasajero porque no podía quitarme de la cabeza tenerme que quedar en casa y no poder irme mañana de camping en As Cíes con mis amigos. Como hice el año pasado pagué la cuenta con discusión materna por mi excesiva propina (si llego a dejar el 10% que dan en otros países como acabaría la cosa). Vuelta para casa con intención de no salir hasta estar bien, mi padre me dió dinero como lo dan en su familia a escondidas como sin querer (memorable frase de despedida de mi padre: “como te pases varios días en casa te vas a hundir”). Me cambié de ropa y me tumbé a ver un rato del partido del Depor en la Intertoto pero me quedé dormido y desperté tres horas después porque mi madre había salido sin avisar y llamaban a la puerta. Eran mi tía materna Rosa y mi abuela que venían a hacerme una visita y felicitarme. Mi tía me regaló dos libros: La trilogía de N.Y de Paul Auster (aunque parezca increíble era el único libro que me faltaba por leer de este escritor) e Infancia de J.M.Coetzee (que me apetecía mucho).
Pasé el resto de la tarde-noche escribiendo y contestando llamadas o mensajes de familiares y amigos hasta que el cansancio se apoderó de mí y me metí en la cama tratando de olvidar un día en el que mi yo físico cumplía 31 años y mi yo virtual (polpita o mi blog) cumplía seis meses.

viernes, julio 22, 2005 

Ya están aquí

Los virus han invadido mi cuerpo en mi último día de trabajo antes de las vacaciones. Mis planes de acabar con todo lo pendiente cambian a media mañana cuando tengo que ir con un compañero a diversos recados, entre ellos coger unos documentos urgentes que me dio mi padre y se me olvidaron de traer esta mañana. Tenía pensado coger unos pasteles para celebrar el comienzo de mis vacaciones y mi cumpleaños pero cuando volvimos a la empresa había muchas cosas que hacer. Se me echó el tiempo encima y no pude terminar todo lo que quería. Quedé para comer con mi padre y hermano. Después de pasar por su casa y responder negativamente al mensaje de Xurxo de vernos en la playa, voy a pasear un rato pasando por la biblioteca de la Diputación para coger nuevos libros. Durante dicho proceso recibo una llamada de David C. que se había confundido al marcar en la agenda y en realidad quería hablar con su padre, siguiente de la lista (es la segunda vez en unos días que alguien se equivoca al llamarme en vez del anterior o posterior de su lista). Nos ponemos al día y sobre su posible empleo de arquitecto en Méjico o la República Dominicana para construir complejos turísticos me informa que por culpa de los huracanes se ha parado el tema y que vendrá con María en agosto a Coruña. Voy para casa, donde comienzo a ver que estoy fatal, el paseo no ha servido de nada y necesito meterme otros “ilvicos”. Por ello, rechazo la invitación de Marta para cenar con el resto esa noche en A Pérgola, mejor un té caliente y a la cama que sentirse mal y poner cara de foto e intentar disfrutar cenando con los amigos. Llevo casi un mes acostándome pasadas las doce y media, durmiendo menos de siete horas y esta noche me acuesto incluso antes de las doce.

jueves, julio 21, 2005 

Hipocondríaco en alerta

Me quedan dos días de trabajo y ya sé que estoy pillando algo. Me pica la garganta y tengo ese malestar previo a una gripe o similar que hace que te sientas cansado y te duela todo el cuerpo. He conseguido avanzar con lentitud y no voy a poder terminar todo lo que quería en el curro antes de las vacaciones. Llego a casa a comer y veo a mi madre toda alterada porque habían vuelto a atentar en Londres y esta vez mi hermana no se había quedado en casa, la habían desalojado del metro y tenía miedo. Además había llamado mi padre diciendo que mi hermana tenía que volverse para Coruña, todos un poco histéricos y el teléfono que no paraba de sonar. Buen día para dolerme todo. Tras descansar y leer un rato llamo a Bea para decirle que no voy al concierto de Santiago y me contesta que ella tampoco, otro golpe a mi moral perderme por segunda vez en dos meses a Antony & The Johnsons. Ni un sms de Cristina diciéndome que ya tenía las fotos del viernes consiguió animarme. Iba a llamarla temprano y al final no salí de casa hasta pasadas las ocho para ver si un paseo me sentaba bien. Me dijo que me pasara por la redacción del periódico, tantos años soñando con ver una y ahora que mis sueños habían cambiado tengo esa oportunidad. Me invita a pasar para saludar a Iago y Ana, charlamos un rato sobre las fotos y el periódico, los horarios, las vacaciones y nuestras enfermedades. Empieza a pasar gente por nuestro lado y comienzo a sentirme incómodo por estar entreteniéndolos y me marcho. Aprovechando la cercanía de la biblioteca infantil para devolver el libro El Arte de Amar de Eric Fromm que me ha servido como terapia para entender mis miedos y comprender algunas causas de mis últimos fracasos amorosos. Mi cancelación del plan del concierto me recuerda que tenía como plan alternativo ir a ver El Cielo Gira de Mercedes Álvarez al CGAI y como me sobran unos minutos para que empiece decido entrar. Hay presentación previa a cargo de la directora que nos cuenta como se originó toda la idea del film. Retrata entre la realidad y la ficción, la vida del pueblo de su infancia donde fue la última niña en nacer y su viaje de regreso durante un año para mostrar a los escasos y ancianos habitantes del mismo. Me hizo recordar la importancia de la sabiduría de los mayores que, sin haber estudiado o conocido mucho mundo, saben mucho de la vida por su propia experiencia. Lamenté no haber podido tener mayor relación con mis abuelos por ser demasiado joven cuando fallecieron para aprender cosas de ellos y me propuse visitar más a mi abuela para intentar resarcirme.

miércoles, julio 20, 2005 

Xurxo on the beach

Otra mañana tranquila en el trabajo donde Alicia estaba de cumple, trajo un roscón para tomar con el café y nos pusimos como cerdos. En casa, le mandé un sms a Xurxo con diversos planes a elegir para esta tarde. Decidimos bajar a la playa. Fueron dos horas de sol y confidencias, necesitábamos esa puesta al día más íntima y directa que la lectura de nuestros respectivos diarios en la red. Quedamos en vernos otro día, yo estaba citado con Tóni a las siete y media en La Bottega (también llegó Sergio). Les conté mis andanzas festivaleras de viernes y sábado e intenté sacarles alguna que otra novedad pero no había nada digno de mencionar. Estuvimos en el Patachím, cuanto tiempo sin ir por la tarde, y cuando parecía que íbamos a otro sitio decidimos marcharnos a casa. Por el camino aproveché para llamar a Bea para informarle y saber si iba a ir al concierto de Antony en A Quintana, me dijo que no sabía nada pero que le apetecía y que le llamara mañana para ver lo que hacíamos.

martes, julio 19, 2005 

Síntomas de incubación

Me temo que estoy pillando algún virus, no sé si será el calor insoportable que hace en mi mesa que contrasta con el frescor del almacén y ese continuo subir y bajar o en realidad las tardes de playa empiezan a pasar factura. Proseguí mi propósito de dejar todo al día en el curro y por la tarde bajé a la playa. Como se suponía que iba a estar Tóni decidí sacar el coche para ir As Lapas. Lo aparqué bien cómodo pero bastante lejos, no me esperaba que quedaran tantos sitios libres cerca. Llamé a Tóni para ver donde estaba pero me dijo que cambió de planes y no bajaba. Colgué y aproveché para llamar a Marta y que me contara novedades acerca de lo de ir a Ons o Cíes. Me dijo que se iba unos días fuera pero que el viernes había una cena y que llamara a Bea por lo de las islas, ayer se olvidó de venir al cine. Me metí un baño a pesar de que el agua estaba sospechosamente caliente, sucia y olía raro (mal sitio para mí y bueno para los virus).Mi cuerpo me mandaba señales de que no me metiera, de hecho lo intenté tres veces pero al final pudo más el calor. Unos largos me vinieron muy bien para desentumecer mis algo anquilosados músculos y unas páginas de lectura completaron la jornada playera. En la vuelta al garaje tuve un par de pequeños roces con algunas paredes que todavía no había probado y sudé la gota gorda para poder aparcarlo decentemente (salí del coche por la puerta del copiloto). Como ya estaba sudando salí a correr un poco. En este intervalo recibí un mensaje de Xurxo que estaba en la ciudad hasta el domingo, quedamos en vernos mañana. Me fui al CGAI a ver un nuevo ciclo Mutaci(o)nes con estrenos de una película inédita y transgresora cada mes. Como presentación trajeron a Javier Porta Fouz, crítico argentino, que explicó porque eligió la película Shara de Naomi Kawase. La propuesta parecía interesante pero no sé si fue el virus o la propia cinta lo que me llevó a evadirme mentalmente de la proyección quedándome medio dormido durante algunos momentos. Con lo cual el argumento me quedó algo descolgado y no llegué a comprender todos los detalles. Después hubo coloquio que me sirvió para completar el rompecabezas y curiosamente participó una vieja argentina que en su eterno diálogo con el crítico pensé que nos iban a matar con tantos rodeos y frases bonitas. Además la vieja estaba sentada al lado de la supuesta madre del crítico (a sus años y viajando con mamá me recordó con quién “comparto” piso) con lo que parecían un conclave argentino. De nuevo para casa sin ver a nadie conocido.

lunes, julio 18, 2005 

Boxeo y chinos

Mi último lunes antes de las vacaciones me ha servido para adelantar bastante trabajo de la semana y comenzar a dejarlo todo atado y bien atado para evitar problemas durante mi ausencia en la empresa. Sé muy bien que no soy imprescindible, pero cuando tienes cosas de tu mano y el resto no sabe como están, tienes que dejarlas actualizadas y lo más claras posible para que los que hagan tu trabajo se encuentren cómodos.
Por la tarde he bajado a la playa, esta vez al Orzán. Tumbado dormitando he oído las voces de unos niños detrás de mí; todo parecía normal era la típica familia de abuelos con sombrilla, hija y nietos hasta que abrí los ojos, me puse boca abajo y los miré. La única diferencia era que los niños eran chinos, parecían hermanos de verdad. Se les veía muy felices jugando y riéndose con su abuelo adoptivo que los llamaba por sus nombres en chino (que no voy a escribir por razones obvias).Me pareció enternecedor, se podía respirar mucho amor en esa familia. He dicho familia, palabra que están destrozando últimamente los defensores de otra llamada matrimonio. Me gustaría que supieran que la felicidad de los niños depende del cariño con que se les trate. Da igual el sexo, la raza o la edad de los padres, la educación que reciba será la que demuestre si puede vivir en sociedad con el resto del mundo, y buena parte de esa educación se le enseña en los colegios independientemente de cómo sea su familia.
Pasé por casa para ducharme y cambiarme y salí para el CGAI. Se suponía que Marta me iba a llamar para venir conmigo si no fue el viernes pero como no recibí ninguna llamada supuse que ya habría ido. El abarrote estaba cantado, ponían en versión original Million Dollar Baby de Clint Eastwood. De nuevo el boxeo, eso me recordó que tengo que volver al gimnasio, con dos viejunos y excelentes actores como Clint y Morgan cuyas voces me dejaron flipado. La chica, Hillary Swank también hacía un buen papel y en general la película me gustó mucho aunque algunas partes de la historia no me acabaron de convencer sobre todo ciertas lagunas argumentales y el ritmo que se venía abajo por momentos como si fuera un boxeador noqueado. No me encontré con nadie conocido y me fui para casa al terminar.

sábado, julio 16, 2005 

Segundo viaje musical

Amanecí sin resaca ni dolor de barriga, cosa rara después de los excesos de ayer. Tenía otro día intenso por delante de música y carretera. Quedé para comer con mi padre y fui con la bolsa preparada para marcharme. Había quedado con Alfonso para ir a Caldas de Reis al Cultura Quente. De nuevo juntos dos espíritus mod; con ganas de divertirse e intentar arreglar el mundo; desde dos ciudades costeras pero con mares diferentes; el emigrante y el que se queda, políglotas ambos y unidos por ese grito común de “Salud, tierra y libertad”. Tras la grata experiencia del año pasado había que repetir aunque el cartel era menos atractivo. Como él salía desde su aldea, en Arzúa, quedamos en que me recogería en Santiago. Llegué en tren pasadas las cinco y media, como Alfonso iba a tardar me fui a tomar algo fresco en la terraza del Derby mientras esperaba, después al sol en un banco cerca de la policía en la zona de la Alameda. Me recogió y nos pusimos en marcha poniéndonos al día durante el trayecto hasta Caldas. Llegamos con tiempo para echar un primer vistazo a los escenarios e irnos a tomar las primeras cañas y comer unas raciones donde el año anterior. Había varios puestos de camisetas chulas tipo de los que cogí varios catálogos (O Rei Zentolo entre ellos). También había un stand con kits de supervivencia sexual (condón, espermicida e instrucciones) pero solo cogimos las dos primeras veces (no por tener más te van a caducar antes). No podía faltar la decena de puestos de hippies-anarkos y similares, todos con la misma estética, ropas o pulseras y sus famosos perros (abogan por un estilo de vida diferente pero no se dan cuenta que no piensan individualmente siguen al grupo como el resto del mundo). El primer grupo en tocar fueron Steelwood que ya había visto varias veces y sigo sin entender que pinta ese patético bajista en un buen grupo. Entre la multitud pude ver a Adrián (hermano de Xoel), entre saludos y charla a gritos (estaba en primera fila) me señaló a Iván con el que repetí la operación mencionándole el viaje a Ferrol con Cristina y el resto. A su vez me señaló a Koka y compañía, se sorprendió, me resultó rara su mirada era la primera vez que la veía sin los ojos pintados de negro. Nuevo paseo para dejar en el coche las revistas y catálogos que habíamos cogido. Nos cruzamos con Pablito, David yogurin y otro colega, les dije donde estaban Iván y los demás, le dimos un repaso a lo que quedaba de cartel y quedamos en vernos para el concierto de Anthony and The Johnsons el próximo jueves en Santiago. La siguiente actuación fue la de Second, indies españoles ganadores de un concurso de un medio de comunicación británico. Me había bajado su disco y me gustó pero no sabía que tenían un cantante guaperas, estaban algo crecidos y eran muy buenos en directo. Los siguientes eran los Avant Garde, novatos, desconocidos y sin referencias positivas a los que Alfonso concedió escasos diez segundos de prueba y nos fuimos a tomar unas cañas a un bar donde vimos unos minutos del partido del Depor de la Intertoto. Llegaba el plato fuerte de la jornada Love with Arthur Lee, había una expectación por ver que tipo de Arthur Lee salía a escena si el patético borracho y drogado o el de las grandes citas. La duda se resolvió de la forma más inesperada con un discurso en inglés y mal castellano de un componente del grupo lamentando la ausencia de Arthur Lee por estar enfermo y no poder viajar. Sonaba a tongo porque el grupo solo tenía dos componentes originales de Love, el resto podían ser sus hijos o sobrinos. Nos sentimos como si estuviéramos en un pueblo y viniera una orquesta a tocar canciones de otros, pero una vez que empezaron se notó que querían agradar y fueron contagiando al público centrando su repertorio en el “Forever Changes” que sonaba distinto, con más fuerza que el casi acústico original. Se podría decir que salvaron los papeles. Escuchamos un par de temas de Vacazul que era el siguiente grupo pero no nos convencieron y volvimos al mismo bar a beber más cañas. Como sabíamos que cumplían el horario a rajatabla estuvimos algo antes para ver a Deluxe, tiempo aprovechado para ver que media Coruña estaba allí con habituales del Soho y del Patachím. Empezó a llenarse y decidimos coger sitio por el medio. Entre la banda de Xoel pude distinguir al polifacético Juan de Dios que si no recuerdo mal fue otros de los componentes de aquellos Beatles que fueron a menudas estrellas, quién se lo iba a decir a ellos que volverían a tocar juntos pero en serio. Empezó con la canción que da nombre a su último disco “Los Jóvenes Mueren Antes De Tiempo” y siguió con otras más del mismo. Sorprendía ver a la gente que se sabía todas las letras cuando yo apenas había escuchado el primer single. Con un público ya entregado completamente fue intercalando temas de sus discos anteriores y algunos hits. Creo recordar que sonaron dos temas del primer disco “I’ll See You In London” y “My Beautiful Thing”.El segundo sonó casi entero con temas como “Que No”, “Three Months Of Glory”, “If Things Were To Go Wrong”, “No Money To Spend” o incluso “Caetano Veloso”. No paramos de gritar y saltar (algunas veces abrazados) aunque había una especie de enano-saltarín-con-gorro-peruano que se llevó unos codazos por pesado y decidimos cambiarnos de sitio para evitar darle algo más. Disfrutamos de los últimos temas y de los dos momentos mágicos: cuando enlazó el final de un tema con estrofas del “Bring it On Home to Me” del gran Sam Cooke que descubrí al primer acorde y pensé que me iba a dar algo; repitió la misma operación con otro tema y el “With or Withouth You” de U2 (que nos trasladó a cualquier sábado de madrugada en el Playa). Se nota que había disfrutado cuando es él quien aplaude al público con reverencias incluidas. No nos habíamos recuperado del todo cuando en el otro escenario empezaron Atom Rhumba con un look sixties-seventies (el teclista parecía el Dr.Who) con mucha energía pero Alfonso estaba reventado y nos fuimos a la mitad. Hubiera sido fácil encontrar a alguien conocido y quedarse hasta el final pero Alfonso no se merecía eso ni lo que quedaba era imprescindible. El viaje de vuelta se hizo largo y eché alguna cabezadita. Llegamos sobre las cuatro y media a Coruña.

viernes, julio 15, 2005 

Concierto a domicilio

Ha llegado el día. Me levanté con una sonrisa, miré por la ventana y estaba despejado. Dejé el libro como compañero de viaje habitual en el bus, era necesario paladear las canciones que escucharía esta noche en directo. Mantuve la sonrisa durante toda la jornada laboral que culminó una semana de trabajo muy tranquila.
Esperaba comer con prisas pero una llamada de Cristina me informó que tardaríamos en salir. Comí tranquilo y me conecté para saber las últimas novedades hasta pasadas las cinco que recibí otra llamada de Cris, quedamos a las cinco y media delante de su casa.
Nos acompañaban Xaquín y Cristóbal, ya los conocía de vista pero no pude evitar sentirme incómodo por ser el acompañante desconocido. Tenía dos opciones durante el viaje: quedarme callado escuchando a La Costa Brava o ir metiendo baza en las conversaciones ajenas. Como se suele decir en el término medio está la virtud y me limité a observar, escuchar y seguir mi instinto de persona extrovertida pero tímida al principio. En esas estaba cuando a la altura de Fene veo que paran el coche, no sabía qué había pasado, me bajé y comprendí que habíamos pinchado. Mal rollito, sentí que podía ser el comienzo de una noche fatal pero me equivoqué. Menos mal que ocurrió delante de una gasolinera y lo puso todo más fácil. La eterna duda entre qué es ayudar y qué es estorbar me hizo mantenerme en un segundo plano durante el cambio de la rueda, además no había visto nunca cómo se hacía y no tenía experiencia que aportar. Al final una colaboración testimonial y una ligera mancha en los dedos fue toda mi ayuda. De nuevo en marcha el momento irónico del viaje: la primera canción que sonó era Desastre de LCB. Nueva parada para recoger a otro chico, Carlos, el coche completo. Nos guió hasta la dirección exacta, calle Alegre (de ahí el nombre de La Casa Alegre).Como estaba la puerta abierta entramos despacio por si acaso, enseguida nos cruzamos con gente en el pasillo y ya nos explicaron como iba el tema, libertad total para comer y beber lo que queráis. La casa era de esas típicas: antigua, alargada, con las ventanas de madera, jardín, pozo o similar, parra, flores y árboles; una piscina grande de hinchar y al fondo un espacio cementado a modo de trastero para acumular cosas. El escenario estaba en ese espacio tras el jardín. Empezamos despacio con unas cervezas, pero una vez que encontramos un sitio donde ponernos fueron continuas las idas y venidas a por comida o bebida. La gente se distribuía uniformemente en grupos pero cuando llegabas a zonas comunes se podía apreciar la sensación de buen ambiente general. Algunas caras conocidas del Patachím y grata sorpresa coincidir y hablar con Adela, una vecina; pero mi esperanza de que estuviera “la desaparecida” se disolvió enseguida. Comenzaron las conversaciones, las risas y las fotos mientras Fran y Richi (dos de LCB, el otro de los presentes Sergio Algora estaba missing) dormitaban la siesta en una hamaca entre dos árboles. Sangría, unas pelotas de arroz que eran pesadísimas (más sangría), varias clases de tartas de queso y el primer grupo (Fuckin Funky o algo así) comenzaba la función. Me gustaron, se les veía experiencia aunque echaba de menos un cantante para ponernos a bailar a todos. Otros vasos de sangría me obligaban a sentarme un poco y escuchar a mis acompañantes. Hice y me hicieron fotos en las que casi siempre aparecía alguna chica dentro de cuadro aunque fuera casualidad. Les dejé allí medio tumbados para ver de cerca a “Verano en Lisboa” que sorprendentemente tocaban de segundos cuando lo más lógico sería que fueran los últimos antes de LCB. Me gustaron mucho pero estaban muy parados, una ligera coreografía no vendría nada mal. Llevaba tiempo intentando bajar su música en el Soulseek porque solo conocía tres temas, entre ellos la primera gran satisfacción musical de la noche “L’amour s’en va”. Descanso y vuelta a comer y beber aunque esta vez me tomé un vaso de café solo y cargado porque ya tenía un puntillo y no quería joderme la noche. Comprendí que teníamos los estómagos a prueba de bombas cuando tras varias horas al sol seguíamos comiendo lo que fuera: huevos con mayonesa y bonito, tortilla, tarta de chocolate (riquísima),… sin importarnos futuras o posibles salmonellas; todo ello regado con variado alcohol (para que luego digan que mezclar es peligroso). Se cayó un grupo del cartel y actuaron “Foley” con un rock enérgico y clásico, tocaron algunas versiones y el barbudo cantante era de esos que se ponen rojos y parece que les va a estallar la garganta hizo un par de comentarios intentando ser gracioso pero no era lo suyo. Un breve descanso aprovechado para probar o ver las últimas delicias culinarias, apurar los tragos finales y coger sitio para el concierto de La Costa Brava. Parecía todo como un poco improvisado, como si fuera un ensayo, supongo que será la ventaja de estar en primera fila y escuchar sus comentarios desde dentro como si fueras un miembro más. Por si me falla la memoria en cuanto al repertorio revisaré el tracklist que me cogí al final del concierto. La cosa estuvo estructurada por discos no por temas. Primero tocó repasar “Déjese Querer Por Una Loca” y enlazaron “Hazte camarera”, “En el fondo está bien”, “Lentillas de colores”, “Desastre” (con sonrisas cómplices), “Dos científicos”, “Mal menor”, “Déjese querer por una loca” y “Gwen Stacy”. Yo ya estaba en una nube, cantando y con una sonrisa permanente y todavía faltaban tres discos. Pero eso no evitó que me pareciera que Fran estaba out, Sergio en su salsa y Richi pasado. Una mínima concesión a “Los Días Más Largos” con “Canción de regalo” y “Natalia Verbeke”, las cosas iban mejorando aunque paradójicamente parte del público parecía desinteresado. Llegó la etapa “interesante” con “La condesa aragonesa”, “Copas de yate”, “Dos ostras” y “Favorita” donde comprendí que el gran Sergio Algora estaba dando una exhibición y Fran ya estaba casi a su altura (Richi hacía lo que podía, por lo menos se divertía). Creo que fue este el momento elegido para el primer descanso, los artistas también tienen sus necesidades. Había un par de individuos que estaban borrachos y empezaban a decir estupideces como pasa en los conciertos del Playa, me ponían de los nervios pero me concentré en el concierto y pasé de ellos. Volvieron con “Llamadas Perdidas” y sus “Confianza ciega”, “Adoro a las pijas de mi ciudad” (momento hit), “Mi última mujer”, “El cumpleaños de Ronaldo” y a partir de ahí se confunde el orden entre mis recuerdos y el tracklist. Recuerdo que no me gustó (y no fui el único) que tocaran “La vida sigue igual” pero lo compensaron con otros momentos. Sergio hizo una de sus reflexiones acerca de la serie “Acapulco Heat”; alcé los brazos y me levanté (nostalgia del concierto del Mardi saltando y abrazado a Javi) para cantar una versión extra larga del “Nada me importa”; me encantó 33 (a pesar de mis cercanos 31); me emocioné con los momentos acústicos solitarios de Fran con “Amor en Japón” o “Tres Años”; me partí de risa con una versión etílica de Beck (creo que era “Jack-Ass” aunque no me acuerdo) a cargo de Richi; pedí a gritos “Tóni” y fui recompensado. Todo este final con el aviso previo de la policía y casi noche cerrada. Momento para la reflexión, pedir y coger el track-list en los agradecimientos al grupo, Alberto y compañía, un último vistazo a la mesa de comida con teoría culinaria por parte de los presentes acerca de un plato de algo parecido a espinacas, unos tragos de agua para reponer la agitada garganta y el inevitable chapuzón de unos de la fiesta (estaba claro que la piscina sería utilizada).En la salida nos cruzamos con Sergio con un momento para los elogios mutuos y un relato surrealista sobre un hall de un hotel llamado “Almendra” (llavero de la misma forma) y un viejo extraño que grita que quiere una mesa. Será éste el secreto de las letras de Sergio que realmente no es el poder de su imaginación, si no que ha alcanzado un nivel superior que atrae las historias surrealistas. Dejamos por allá a Cristina y Carlos y regresamos a Coruña llegando pasadas las tres con entretenida conversación musical. Me parecieron dos chicos muy interesantes con mucho que aportar. Un último mensaje a Cristina para darle las gracias e informarle de que habíamos llegado sin problemas y caminata hasta casa.

jueves, julio 14, 2005 

Encuentros familiares y viajes solucionados

Ante el fin de semana tan viajero que me espera he llamado a mi padre para comer con él y explicarle mis planes del viernes y sábado. Después he subido a visitar a mi abuela y tomarme un café descafeinado de los suyos, todavía estaba mi madre allí. En vez de irme con ella me quedé más tiempo disfrutando al ver a mi abuela en el patio cogiendo nuevas y variadas flores para el jarrón y recordando los tiempos infantiles en que las flores y las hojas no tenían secretos para mí (ahora me costaba reconocerlas). Cuando ya me preparaba para irme aparecieron dos de mis tías (Luly y Mapi) que hacía semanas que no veía, me volví a sentar para conocer sus novedades. Venían de dejar a mi prima de exponer su trabajo en la última prueba de la oposición de magisterio (suerte Ali) y tenían muchas cosas que contar. Entre las relativas al cambio de gobierno gallego me quedo con la destrucción y borrado de archivos peligrosos, pero lo más patético era la orden de un alto cargo de borrarlo pero guardarlo impreso y encanutillado, por si acaso, con lo cual estaban las impresoras que echaban humo (lo más lógico sería grabarlo en un Cd y pensar que llegó a ser alto cargo, menudas luces). Me llamó Marta para preguntarme cuando echaban Million Dollar Baby en el Cgai, yo le pregunté que tal iban los planes para pasar unos días en Ons. Esta interrupción me servía para despedirme pero cuando me iba a marchar llegan mis tíos y primos de Madrid (Rosa y los joses). Vuelta a más besos, abrazos, saludos y anécdotas como detalles sobre las faltas de ortografía en selectividad. El más impactante lo reproduzco a continuación: “como puede verse asi en plevista” (se nota que había escuchado la expresión a simple vista pero nunca la había escrito. Me salió una tarde familiar completa matando varios pájaros de un tiro. Pasé por el gimnasio a pagar el mes (entre el buen tiempo y los amigos llevo dos meses sin ir) echándome la bronca Antonio que no le vale que nade en la playa o salga a correr alguna tarde. Hice otras paradas en Adolfo Domínguez y Purificación Garcia para ver las rebajas de paso que iba a mi encuentro con Tóni y Sergio en San Andrés para tomar algo. Fuimos al Polvorín donde estaba un grupo de gente entre los que distinguí a la cotorra del bus 17, lo que me faltaba ni en mis ratos de ocio dejo de oírla. Les conté lo de mi futuro finde y puede que fuera eso lo que hizo caer la coca cola de Tóni en sus jeans. Bajamos la cuesta y antes de entrar en casa llamé a Cristina para saber como era el plan de mañana. Para no conocernos de casi nada resultó una conversación muy agradable. Acto seguido y solucionado un viaje quedaba el otro, así que llamé a Alfonso para ver cuales eran las opciones del viaje al Cultura Quente del sábado. Escucho el final del programa de Guille antes de cenar, me sorprendo que no diga nada de los conciertos a domicilio pero disfruto de sus elogios a mis queridos Nouvelle Cuisine. La satisfacción por el deber cumplido y los flecos solucionados me permitieron dormir placidamente.

miércoles, julio 13, 2005 

Get back soon, amic

Lo más importante de la mañana ha sido que he efectuado el ingreso en la cuenta de Alberto como pago de la entrada del concierto a domicilio de La Costa Brava en Ferrol.
Hoy es la despedida de Santos, mañana vuelve a BCN. Atrás han quedado diez días de playa, cañas, tapas y salidas nocturnas que me han llevado a dormir cerca de seis horas. La próxima vez que nos veamos se habrá marchado de Barcelona tras cinco años, dejando a Iria y Oriol como únicas posibilidades de futuras visitas con alojamiento gratuito. Emprende una nueva etapa en otoño en Madrid, con más oportunidades de trabajo, más antiguos amigos en quienes apoyarse y más posibilidades de regresar con frecuencia a pasar unos días en casa de su madre y visitar a los inamovibles como yo.
Para celebrarlo, algo sencillo pero no menos entrañable unas cuantas cañas y algunas tapas en la tarde-noche coruñesa. Comenzamos los dos solos en el Dublín aunque más tarde llegarían Sergio y Tóni. También pasamos por L’Abadía, A Casa Da Moura (en donde coincidimos con Adrián, hermano de Carlos), el Canal St o la cervecería enfrente al Mesón Barrera. Momentos para sentimentalismo, futuro incierto y como no, algunas fotos. Despedida en el portal con un entrañable y cascarilleiro“Abur nenu”. Ojalá que te vaya bonito, nen.

martes, julio 12, 2005 

¡Tengo entrada!

Nada más llegar a casa de currar, y antes de sentarme a la mesa a comer enciendo el ordenador rumbo a la web de Fran y ¡¡tengo respuesta!! Alberto el organizador del concierto de Ferrol me mide que le mande un correo para contactar conmigo. No tardo ni un minuto y le doy hasta mi móvil. Emocionado me siento a comer y entonces suena el teléfono, le oigo fatal pero veo que es un fijo de R así que aprovechamos la llamada gratuita y le llamo desde el fijo. Me ofrece varias pero me dice que si voy solo mejor, me pregunta si conozco a Cristina, le cuento toda la movida y me explica como tengo que hacer, quedo en ponerme en contacto con Cristina y pedirle el móvil para Alberto.
Viene Santos a grabarse unos Cds y dejarme grabar sus tres cortos, nos lleva más de lo que pensábamos y entre que bajamos al garaje a coger el coche (dos días seguidos) y llegamos As Lapas nos dan las seis y media. Bañitos, sol, fotos varias, helado y agua.
Me llama Carol desde el móvil de Beti, que están en la terraza del Playa y nos esperan. Con dos horas de playa tenemos bastante y vamos hacia allá. Decido aparcar en donde está el palacio de deportes. Hago una maniobra patética que me deja muy pegado al coche de mi derecha, el desastre estaba a escasos milímetros, tras muchos nervios y volantazos acabé subiéndome a la acera para arreglarlo con la ayuda de Santos desde fuera. Nos sentamos con las chicas, el agua calmaba sed y mi boca seca, nos contaron sus novedades y alabaron mi cambio de imagen. Carol continuaba con su síndrome post-oposición con fracaso colectivo de varios conocidos, y Beti relataba sus andanzas comerciales puerta a puerta y el juego sucio de las editoriales con la letra pequeña de los contratos que incluían la estafa encubierta de las actualizaciones. Santos llevaba varios días con el antojo de ir a O’Portiño pero el mal tiempo o las circunstancias nos lo habían impedido hasta ahora. Por ello, fuimos todos en mi coche para allí previo repostaje de gasolina en cuya cola se me caló varias veces seguidas. Para la ida escogí el camino por Los Rosales dejando para la vuelta el nuevo paseo marítimo. Hacía tiempo que no iba por ese idílico lugar, estaba cambiado había dos parkings gratuitos pero la terraza seguía abarrotada. Un ambientillo muy cool con la música tranquila, muchas conversaciones y otra sesión de fotos en la cual sale una foto mía horrorosa, por moverme en el último momento el grosor de mi cara y cuello se multiplican haciéndome parecer un alter ego de Alfred Hitchoch. Cuando el sol acabó de ocultarse dejaba todo medio a oscuras y el frío empezaba a notarse (estar en bañador y camiseta no ayuda) decidimos irnos. Las dejé cerca de su coche y en mi garaje me costó aparcar bastante esta vez pero mi Luis Moya particular me ayudó y solo pasó un cuarto de hora (que barbaridad). Lo que se había convertido un gran día se convirtió en un día perfecto cuando leí el correo de Cristina que me ofrecía plaza en un coche para ir a Ferrol y se culminó con una llamada de Alberto para interesarse por si iba mi viaje al concierto estaba solucionado.

lunes, julio 11, 2005 

Conductor novel

¡¡Por fin me he atrevido a coger el coche!!Han pasado doce años desde que lo saqué y solo practiqué un par de veces siempre acompañado. Hace unos meses me reciclé con unas nuevas clases prácticas y hoy ha sido el día en que dejé atrás mis temores. Tras una relajada mañana en el curro (viva julio) he quedado con Tóni para ir As Lapas. Como no encontraba el carné le dije que me recogiera, me contestó que estaba liado e iba a tardar casi una hora con lo cual yo no estaba dispuesto a perder media tarde y me decidí a buscar otra vez el carné o irme andando. Finalmente lo encontré y bajé al garaje a coger ese coche por primera vez (un Volvo 850 que era de mi padre).No me resultó tan difícil salir de allí (parecía más complicado cuando eres pasajero) y por el camino se me caló una vez, conseguí aparcar en batería ocupando dos sitios y bajé a la playa. Todavía no había extendido mi toalla cuando me encontré con Lucía que ya subía porque hacía demasiado calor. Le conté que había estado en el garito de Grobas, que había visto a su novio Fernando con nuevo look y me dijo que le quedaba bien pero que ya no era su novio. Me reí y le dije que le duraban poco, su respuesta (sobre dos años) no me cuadraba, o era muy discreta en sus relaciones o no me salían las cuentas. Se fue y al rato llegó Antonino. Charla variada y puesta al día de amigos varios, nos alternamos los baños aunque yo sólo me bañe una vez y me costó mucho entrar pero luego me eché unos largos e hice el muerto un poco. Entre la gente de alrededor pude apreciar en la lejanía la presencia de una antigua compañera de carrera llamada Patricia (otra vez ese nombre) que me pareció interesante pero que desapareció de la escuela demasiado pronto y le perdí la pista. Nos fuimos a duchar y cambiarnos, yo a casa y Tóni al Club, quedando en vernos en una hora por el Polvorín. Tardé un rato en conseguir aparcar en el garaje, incluso llamé a mi madre al móvil para que me contara su técnica. Me costó cogerle el punto a la marcha atrás pero al final lo clavé de un intento. Le conté el plan a Santos y subimos juntos al Polvorín. Nuevas e interesantes charlas nos llevaron a tener ganas de comer algo y empezamos una odisea en busca del local perfecto para tomar unas tapas. Cada vez que se nos ocurría un nombre estaba cerrado (apuntar lunes como mal día para ir de tapas).Recordando los viejos tiempos cuando en nuestra ruta estaba O’Aguillón con litros, cubatas e Iñigo haciendo favores; fuimos a comer unas raciones en A’Tixola con fotos incluidas. Otra vez para casa, tarde y medio ciego me conecto a la red y leo la respuesta de Cristina que no me deja otra alternativa para conseguir entrada que dejar un mensaje en el blog de Fran y acostarme soñando con la respuesta.

domingo, julio 10, 2005 

Conversaciones ajenas y libros sagrados

Ayer no hice nada salvo bajar a la playa una hora. Le mandé un correo desesperado a Cristina por el concierto a domicilio de LCB. Nadie bajó y no me animé a pasar por el Soho para el segundo día del Lex Luthor Weekend. Encontré una alternativa en los canales de R con un fantástico concierto de Scissors Sisters en Sol Música en el que no paré de bailar y saltar como si estuviera allí en uno de esos teatros londinenses, y de relax unas risas con la repetición del último capítulo chanante.
Esta tarde solitaria en la playa mientras dormitaba llegaron unas chicas y se pusieron cerca de mí, poco a poco me fue atrapando su conversación y comencé a imaginar cómo serían, parecían compañeras de trabajo que iniciaban una amistad porque si fueran amigas sabrían qué método de depilación usaban cada una o si comían mucho, porque leían ese libro (momento clase media cuando una dijo que en su casa siempre recordaba El Quijote y La Biblia aunque apenas se usaran) o si les gustaba algún tipo de música. Cuando desperté seguían allí, me puse a leer y de reojo pude ver que no eran como me las había imaginado. Me llamó Tóni para tomar algo en La Bottega (para variar), avisé a Santos pero bajó más tarde. Le esperamos y fuimos al Gloira a tomar un té moro. Poco después apareció Sergio que había recorrido media ciudad andando para vernos (desde la rue Barcelona).Santos no paraba de hacer fotos con su nueva cámara, parecía un niño pequeño. Necesitábamos algo sólido y decidimos tomar unas tapas en el mesón Barrera, hacía siglos que no tomaba la mítica de “pollo al champiñón”.Sesión de fotos final y a casa donde le pregunté a mi madre si teníamos una Biblia (y se asustó) pero me tranquilizó su respuesta negativa.

viernes, julio 08, 2005 

Apple-house

Me levanté con la sensación extraña de no reconocerme en el espejo y no tener que lavarme la cabeza, poco a poco me iré acostumbrando. Últimamente no gano para sustos, si no fue suficiente con el llamado 7-J, hoy a eso de las nueve un coche volcó unos metros delante de mi empresa, hubo parón casi total para ver el rescate con las ambulancias (contamos cinco), las oportunistas grúas, los bomberos, toda clase de policías, los curiosos ociosos y los rezagados periodistas y fotógrafos (eso que los de Radio Voz tienen las oficinas ahí al lado). Solo nos faltó hacer apuestas para ver quién acertaba con el número de pasajeros (tres, un hombre y dos mujeres).El resto de la jornada fue tranquila salvo los minutos finales en los que entran muchos pedidos por el fax y acabamos saliendo más tarde con las tripas muertas de hambre. Tarde de playa en la que me puse las lentillas (ya de hacer cambio de imagen que sea completo) pero me las quité para salir por la noche. Quedamos con Tóni para tomar algo donde siempre (ya estoy harto de publicitar La Bottega) pero Santos se encontró con su madre por el camino y la acompañó a comprar su cámara digital en Artús. Apareció después todo flipado con su cámara (lo que se nos viene encima), nos tomamos algo en el Universal y quedamos en cenar en nuestras casas para volver a bajar a medianoche. Me conecté a Internet para pasar el rato y descubrí que me había confundido con las fechas de los conciertos de LCB. Pasaban de las doce quedé con Santos en el portal y caminamos hacia el Canal St nuestro punto de encuentro, Carolo y Anita no bajaban, la noche no prometía mucho. Rodeados de lo más chic de la city pude comprobar que una de las camareras me sonaba, puse en marcha el disco duro y a la segunda copa de whisky con manzana me acordé que era Sonia y que trabajaba en la academia CAU a la que acudí para conseguir acabar la maldita carrera. Le pregunté si seguía por allí y me comentó como le iban las cosas a Miguel & co. La noche electrónica tuvo su primera parada en el Telefunken donde me fui integrando en el mundo del house tomándome un trina de manzana y pude apreciar las patéticas maniobras de acercamiento de una chica que no paraba de buscar presa. Mis amigos conociendo mis gustos poperos me concedieron tomar una en el Pata, es un gesto que les honra. Como punto final fuimos al nuevo local de DJ Grobas, se llama Nite Spot y está al lado del Gasthof que hay cerca del Playa. Me esperaba estar rodeado de bakalas y tuneados pero la gente no parecía muy desfasada. Reconocí a Fernando (el novio de Lucía) y su amigo. También estaba una de las nuevas adquisiciones del cgai una chica rubia de rizos y punk-style (nuestras miradas decían no esperaba encontrarte aquí). Descubrí que incluso podía llegar a gustarme el house porque me dejé llevar y no paré de bailar hasta que cerró sobre las cuatro y pico (demasiado temprano pensábamos que sería en plan after). Yo estaba en un punto álgido de adrenalina, necesitaba bailar más, ellos se fueron para casa y pasé por la boîte del Playa para disfrutar de una hora del Lex Luthor Weekend rodeado de mods y volver a sentir nostalgia de mis patillas.

jueves, julio 07, 2005 

Contrastes

Hoy empieza san Fermín, esa fiesta-jolgorio navarra y universal pero excesiva según mi punto de vista. Tengo que reconocer que odio la “fiesta nacional” pero me encanta ver los encierros porque es el único momento en que hombre y toro están frente a frente sin ayuda externa de por medio. Otro año grabando y viéndolo después de comer con mi madre gritando, viendo a los habituales “ahí va el calvo, mira el de la camiseta de rayas, ese guiri despistado…” y buscando en un alarde de patriotismo la camiseta del Depor o una de Monte Alto (ya sería lo máximo).
Esta mañana me despedí de mis patillas, otra vez me calló alguna lágrima mientras me las afeitaba y volvió esa sensación de tener mejillas. La mañana transcurrió tranquila hasta que la casualidad me hizo escuchar las noticias de las doce por la radio en el almacén: atentado en Londres. Cuando escuché los detalles estaba seguro que por la zona y la hora era imposible que le hubiera pasado algo a mi hermana. Llamé a mi madre para intentar tranquilizarla, me fue difícil pero creo que lo conseguí, aunque ella no había conseguido hablar con mi hermana. Como mi madre estaba todo el rato con el teléfono mi familia empezó a llamarme al móvil para saber algo. Incluso hubo varias veces que hablaba por dos líneas a la vez, llegó un momento en que no sabía si la tecla roja era la de colgar o descolgar. Todo esto intentando seguir con el trabajo. Por fin, mi madre me llamó para decirme que Lucía estaba bien, no había salido de casa y tenía el móvil apagado. Volví a llamar a los que me habían llamado pero hubo un rato de mucho curro, tuve que parar de llamar y se me olvidó avisar a mi padre que me llamó para comer juntos y me echó una merecida bronca.
Después de comer iba hacia la playa porque a las seis tenía cita en Fatall para cortar el pelo, me encontré con Alex y Marta que me liaron aún más y cuando iba a la bajada Santos subía y le convencí para que bajara un rato conmigo. Cambiamos de zona y pudimos ver el paso del tiempo en una zona de vecinos y vecinas.
En la peluquería no estaba Oscar y me lo cortó ella. Mi intención era cortarme bastante por detrás y por los lados dejando por arriba algo de mis rizos pero me dejé llevar por la intuición femenina y cuando salí del trance tenía el pelo tan corto como una vez a los 17 o así. Además le pregunté porque no me cortaba las cejas como Oscar y me dijo que era más partidaria de quitar algunas escogidas con pinzas y allá fue (tanto dolor para tan poco efecto).Descubrir que se puede vivir sin patillas y que el cuello y la nuca existen es un gran paso adelante para incorporarse al mundo de los normales (adiós físico al mundo freak).
Llamé a Santos al salir, había quedado en un cuarto de hora con Tóni que lo venía a buscar en coche y me apunté. Pasé por casa para pasarme un agua y quitarme los pelillos; cambiarme de ropa optando por ponerme mi camiseta con grafía árabe para recordar a los intolerantes que no todos los árabes son musulmanes ni todos los musulmanes son terroristas. Fuimos a la cafetería de la universidad a tomarnos unas colas en la terraza (la mía sin limón por supuesto a pesar del vacile subsiguiente).Más tarde, me acercaron al CGAI para ver Sideways de Alexander Payne. Es más conocida por su traducción “Entre Copas”.Cuenta el viaje de dos amigos, en edad para sentar la cabeza, por los viñedos de California durante una semana para “celebrar” la cercana boda de uno de ellos. Son antagonistas; uno rico, fuerte, guapo, sexy pero sin cerebro (parecido físico con Arnold Swazenegger), y el otro pobre, feo, gordo pero tan culto y experto en vinos que resulta algo cargante pero adorable (físico cercano a Hommer Simpson). Por decirlo claramente uno solo piensa con la polla y el otro solo con el cerebro. La de veces que he intentado dejarme llevar por mis instintos primarios pero siempre aparece el cerebro que tiene algo que decir y me devuelve al mundo de los analizadores compulsivos. La película es muy divertida porque la “química” entre los dos mundos es muy intensa y propicia situaciones tragicómicas cercanas al espectador. Me temo que caeré en la tentación de comprar el DVD. Si todo este amalgama de sensaciones se acompaña con la presencia en la sala de la chica que te sonríe y mira para el suelo (y tú le devuelves la sonrisa) varias veces a la semana en el camino desde la parada del bus hasta casa y que has visto por primera vez fuera de vuestro ámbito y resulta que también se ha cortado el pelo e intenta no verte pero le dice a sus amigas que te miren durante la proyección; hace que te suba el ego y te vuelvas a preguntar si dejaras de ser tan cerebral alguna vez y te dejaras llevar. Sales con una sonrisa buscando un cruce de miradas que no se produce y cuando vas hacia casa te cruzas con Lucía, que no habías visto en el cine pero que también había ido, alaba tu cambio de imagen y os pasáis diez minutos hablando de la peli, las vacaciones o los planes del próximo finde. Le comento que iré a Ons o As Cíes unos días y volver a hacer nudismo y me dice que estuvo sola el año pasado, se lo pasó genial y estuvo en la nudista. Vas para casa con la idea presente de que el carpe diem o el amor tienen que volver a instalarse en tu vida y sueñas con dejarte querer por una loca.

martes, julio 05, 2005 

Bucle playero gastronómico

Es curioso como la rutina se convierte en insoportable cuando se trata de hacer cosas poco gratificantes y sin embargo si te lo pasas bien te gustaría que se repitiera. Las ganas de ir a la playa nos tuvieron pendientes del cielo al acabar de comer viendo si abría o no abría, eterna duda playera. Al final nos arriesgamos y resultó perfecto, las nubes se disiparon y disfrutamos de unas horas al sol. Subida de media hora para ducharse y cambiarse de ropa y comenzar un nuevo certamen culinario. Esta vez preferimos beber antes de hincharnos a comer. Estuvimos en la terraza de la cafetería de la Uni donde el dique y la torre de telecomunicaciones, estaba nublado pero temperatura agradable. La cita siguiente era en La Gloira con la intención de tomar un chai pero no había entre semana por lo que optamos por un té moro (gran descubrimiento). El hambre, o mejor dicho las ganas de comer algo, nos llevaron cerca del Hispano a un bareto donde degustamos unas raciones de mejillones al vapor y pimientos de padrón. El picor pimentero o el subidón de ribeiro nos pedían algo dulce para terminar y el destino era La Bottega. El café no era lo más apropiado así que elegimos un mokalatte o algo parecido que era chocolate, leche condensada y muchísima nata. Nuestras papilas y las endorfinas nos lo agradecieron.

lunes, julio 04, 2005 

Light my fire

Curiosa mañana de lunes en la que cogiendo el 17 pude presenciar un hecho insólito para los habituales pasajeros de esa línea: la cotorra que se sienta en el primer asiento iba callada por primera vez, debió de ser porque era otro conductor. Reconozco que no la soporto, no para de hablar y encima gritando, tiene una de esas risas inaguantables y espera hasta el último segundo para levantarse del asiento y bajarse.Sinceramente creo que se mete algo porque no es lógica esa energía matutina. Llego al curro y me encuentro mi ordenador jodido y todos cerca de mi mesa. Me explican que el viernes por la tarde se fue la luz y Carlos el contable vino para acabar unas cosas antes de irse de vacaciones, avisó por teléfono a Paco, uno de mis primos y cuando estaban intentando ver que pasaba empezaron a escuchar estallidos del piso de arriba, subieron y vieron el ordenador de la mesa de mi izquierda ardiendo y los tubos fluorescentes reventando. Vinieron los del servicio técnico informático a evaluar los daños se jodieron varios ordenadores e intentar arreglarlos. La causa fue que entró corriente a 380 por el neutro en vez de a 220. Esta mañana no funcionaban varias líneas de teléfono y fax, se repartieron los pocos ordenadores intactos por departamentos para que pudiéramos trabajar. Fue un día caótico con el consuelo de saber que habíamos tenido suerte, pudo ser una catástrofe.
Por la tarde, a la playa del Orzán con Santos. Cuando nos íbamos apareció Carmela y hablaron un rato (está trabajando en el archivo de la Fundación Luis Seoane).Subimos y volvimos a quedar una hora más tarde, primero para entregar un sobre de María en la tienda de su madre y después para comenzar nuestra ruta gastronómica. Nos cruzamos con Javi de Nouvelle Cuisine, le conté lo de los conciertos de LCB y me dijo que ellos tocaban el viernes en el Torgal en Ourense, un día antes que Fran. Entramos en A Nova Pataca tomamos vino y tapas de “ovos de paspallas” (yo) y “orelha á feira” (Santos).La siguiente parada unos cortos y “piroliños” en O’Corno para finalizar en el Hispano con un café bombón. Pasamos por mi casa para que se llevara unos dvds, cds y el libro de Los Planetas para sus mañanas ociosas y aburridas.

domingo, julio 03, 2005 

Domingo rebajado

Amanecí tarde con resaca y el tiempo justo para ver las últimas vueltas del gran premio de automovilismo y un nuevo triunfo de Fernando Alonso. La ligera comida y la lectura de periódicos de rigor escuchando diario pop dieron paso a una rápida salida a las tiendas del imperio Inditex para echar un vistazo a las rebajas aprovechando el dinero regalado por mi santo. Me compré un pantalón por 9 euros y una camisa por 16 pero que es posible que devuelva porque no me acaba de convencer que sea de manga larga.

sábado, julio 02, 2005 

Llegada inesperada

Fui a comer a casa de mi tío con la emoción del rencuentro de la familia brasileña que regresa como cada verano a pasar varios meses. Sin embargo, no aparecieron, llegaron ayer y estaban cansadas del viaje. Me lo estaba pasando bien pero no era plan alargar la sobremesa y perderse una tarde de playa, así que me marché a casa para cambiarme y bajar a la beach. Pero por el camino pude apreciar que se estaba nublando y antes de llegar ya se había jodido la tarde. Este cambio de planes me llevó a leer, escuchar música y conectarme a Internet hasta el debut del Depor en la Intertoto que seguí a ratos por la tele, un resultado abultado pero aburrido (3-0).
Contaba con no salir y cuando empezaba a acomodarme recibí un sms de Santos que estaba en Coruña. Como estaba c acompañado de Iván y mi hermano pidió cena para dos me cené en casa. Quedamos en el Soho, llegué un poco antes, estaba Sole con sus amigas pero casi ni nos saludamos. Llegaron Iván y Santos, al rato comenzó a aparecer gente, nos presentó a una chica y un chico pero no me quedé con sus nombres se veía que pasaban bastante de nosotros. Luego vino Coco y para completar el grupo llegó parte de la “sección Qué” (Iago y Ana) halagando mi faceta de salvavidas con Cristina en sanjuán. Al salir, un breve saludo al Javi Doc y pateada hacia el Pata. Hacia casi un mes que no estaba de noche por allí, conseguí ver a Rubén después de mucho tiempo en que nunca curraba y charlamos unos segundos sobre antimilitarismo. Mirara para donde fuera había gente conocida: les femmes d’ourense,Guille, Sole & girls…Cuando pensaba a quién hablar o saludar aparecieron Cristina y Oliva.
Momento emocionante cuando el héroe recibe el eterno agradecimiento de la chica. La consabida respuesta humilde del socorrista no evita tener que contar de nuevo el hecho acontecido. Lo más duro de salvar una vida es tener que enfrentarse a los periodistas para relatar la hazaña una y otra vez. Perdón por este momento ególatra (párrafo irónico y con doble sentido incluido). Conversando sobre música con Iago salió el tema de LCB y sus próximos conciertos gallegos. Para devolverme el favor, Cristina me contó por encima de que iba el tema del concierto a domicilio y se ofreció a darme más detalles por el mail de Iago. Regresé con Santos y Coco que parecían algo perdidos entre tanto desconocido y charlamos un buen rato hasta que llegaron las amigas de Coco y todo se fue deshaciendo. Iván, Santos y yo fuimos con el chico y la chica al Velvet donde me dio el bajón la sesión excesivamente electrónica; el grupo periodístico fue hacia el Rock’n’roll (ya no los volvimos a ver) Coco y sus friends destino desconocido. En el Playa no entré gratis, parece que el efecto gym ha acabado y tuve que pagar. Más de lo mismo, nada en la Nordic, intenté superar el bajón anterior bailando pero no había nada que hacer y el alcohol hacía tantos estragos que llegué a aceptar un pitillo (ofrecer uno a un miembro de la liga anti-tabaco es como darle un condón a Fraga) y tarimear un poco. Se fueron Coco y Raquel, paramos en la Nordic y vimos a Seco “teacher”. Ni la visión de Carmela nos inmutó en nuestra apatía. No esperamos al final.

viernes, julio 01, 2005 

Odeon presenta

Empieza un mes en el que el verano está más cerca y los amigos emigrantes también. Como suele pasar últimamente, en el curro hubo novedades, primer día de vacaciones de algunos compañeros puede suponer algún problema para el resto pero menos mal que fue un día tranquilo. Una vez más la falta del suministro necesario de café, porque la máquina no funcionaba y para la cafetera de emergencia no había café, pudo provocar una catarsis colectiva de no ser porque los jefes se estiraron y nos mandaron a por unos cafés a cuenta de la empresa. La situación provocó que los diferentes turnos para la pausa se convirtieran en uno común, momento aprovechado para informarnos que causaba baja en la empresa Bibiana que recibió una oferta más tentadora por parte de una multinacional. Llevamos unos meses de entradas y salidas que crean cierta ansiedad en el resto, demasiados cambios en poco tiempo.
Tras salir y desearle unas buenas y envidiadas vacaciones a Carlos y Alicia me vinieron a buscar Alex y Marta. Fuimos a comer a la Taberna Lizarrán de Cuatro Caminos pero no pude ver si estaba David en la cocina, me gustó eso que las tapas eran escasas porque eran casi las cuatro. Después rumbo a Narón al Centro Comercial Odeón para ir al cine a ver la última de Star Wars. Nos sobraba mucho tiempo así que pudimos pasear y echar un vistazo a las rebajas (tomé nota de algunas cosas interesantes). Era muy espacioso, no tenía los pasillos agobiantes de Los Rosales o el C.C.4 Caminos.
La película que cerraba el círculo galáctico Star Wars III:La Venganza de los Siht deja un poso de amargura por el final de un mito y la esperanza de saber que ha conseguido remontar el vuelo tras la caída libre iniciada con las dos anteriores. Algunos de los misterios que alimentaron nuestra infancia y adolescencia se descubren: la lucha interna entre hacer el bien o el mal, el poder irracional del amor y la soberbia conducen al lado oscuro, ver el peligro de la existencia de un único líder, la posibilidad de la inmortalidad y otra clase de reflexiones y repuestas a preguntas vitales que dejan en un segundo plano las peleas y escenas de acción de videoconsola. Sobre la sala decir que era un lujazo, butacas más grandes y cómodas, disposición de las filas inclinadas que permitían ver toda la pantalla aunque se pusiera Fran Vázquez delante y un sonido envolvente y volumen adecuado. La pena es que en los cines comerciales tienes que aguantar a todo tipo de personajes pero lo que no esperas es que tus amigos se pasen toda la película hablando y encima te veas forzado a intervenir respondiendo a sus comentarios que es algo que no soportas.
La vuelta se me hizo eterna estaba cansado y me perdía en los cotilleos sobre desconocidos, no eché una cabezadita porque no me lo perdonarían. Al volver a la city una parada en el Tequeño a tomar tres tapas cada uno (pastiche, pequeño y ensaladilla), una pugna entre Colón y La Italiana para tomar el helado (tuve que ceder) y despedida por el cansancio acumulado mientras ellos iban al encuentro de Bea.

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