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viernes, julio 01, 2005 

Odeon presenta

Empieza un mes en el que el verano está más cerca y los amigos emigrantes también. Como suele pasar últimamente, en el curro hubo novedades, primer día de vacaciones de algunos compañeros puede suponer algún problema para el resto pero menos mal que fue un día tranquilo. Una vez más la falta del suministro necesario de café, porque la máquina no funcionaba y para la cafetera de emergencia no había café, pudo provocar una catarsis colectiva de no ser porque los jefes se estiraron y nos mandaron a por unos cafés a cuenta de la empresa. La situación provocó que los diferentes turnos para la pausa se convirtieran en uno común, momento aprovechado para informarnos que causaba baja en la empresa Bibiana que recibió una oferta más tentadora por parte de una multinacional. Llevamos unos meses de entradas y salidas que crean cierta ansiedad en el resto, demasiados cambios en poco tiempo.
Tras salir y desearle unas buenas y envidiadas vacaciones a Carlos y Alicia me vinieron a buscar Alex y Marta. Fuimos a comer a la Taberna Lizarrán de Cuatro Caminos pero no pude ver si estaba David en la cocina, me gustó eso que las tapas eran escasas porque eran casi las cuatro. Después rumbo a Narón al Centro Comercial Odeón para ir al cine a ver la última de Star Wars. Nos sobraba mucho tiempo así que pudimos pasear y echar un vistazo a las rebajas (tomé nota de algunas cosas interesantes). Era muy espacioso, no tenía los pasillos agobiantes de Los Rosales o el C.C.4 Caminos.
La película que cerraba el círculo galáctico Star Wars III:La Venganza de los Siht deja un poso de amargura por el final de un mito y la esperanza de saber que ha conseguido remontar el vuelo tras la caída libre iniciada con las dos anteriores. Algunos de los misterios que alimentaron nuestra infancia y adolescencia se descubren: la lucha interna entre hacer el bien o el mal, el poder irracional del amor y la soberbia conducen al lado oscuro, ver el peligro de la existencia de un único líder, la posibilidad de la inmortalidad y otra clase de reflexiones y repuestas a preguntas vitales que dejan en un segundo plano las peleas y escenas de acción de videoconsola. Sobre la sala decir que era un lujazo, butacas más grandes y cómodas, disposición de las filas inclinadas que permitían ver toda la pantalla aunque se pusiera Fran Vázquez delante y un sonido envolvente y volumen adecuado. La pena es que en los cines comerciales tienes que aguantar a todo tipo de personajes pero lo que no esperas es que tus amigos se pasen toda la película hablando y encima te veas forzado a intervenir respondiendo a sus comentarios que es algo que no soportas.
La vuelta se me hizo eterna estaba cansado y me perdía en los cotilleos sobre desconocidos, no eché una cabezadita porque no me lo perdonarían. Al volver a la city una parada en el Tequeño a tomar tres tapas cada uno (pastiche, pequeño y ensaladilla), una pugna entre Colón y La Italiana para tomar el helado (tuve que ceder) y despedida por el cansancio acumulado mientras ellos iban al encuentro de Bea.

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