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viernes, julio 08, 2005 

Apple-house

Me levanté con la sensación extraña de no reconocerme en el espejo y no tener que lavarme la cabeza, poco a poco me iré acostumbrando. Últimamente no gano para sustos, si no fue suficiente con el llamado 7-J, hoy a eso de las nueve un coche volcó unos metros delante de mi empresa, hubo parón casi total para ver el rescate con las ambulancias (contamos cinco), las oportunistas grúas, los bomberos, toda clase de policías, los curiosos ociosos y los rezagados periodistas y fotógrafos (eso que los de Radio Voz tienen las oficinas ahí al lado). Solo nos faltó hacer apuestas para ver quién acertaba con el número de pasajeros (tres, un hombre y dos mujeres).El resto de la jornada fue tranquila salvo los minutos finales en los que entran muchos pedidos por el fax y acabamos saliendo más tarde con las tripas muertas de hambre. Tarde de playa en la que me puse las lentillas (ya de hacer cambio de imagen que sea completo) pero me las quité para salir por la noche. Quedamos con Tóni para tomar algo donde siempre (ya estoy harto de publicitar La Bottega) pero Santos se encontró con su madre por el camino y la acompañó a comprar su cámara digital en Artús. Apareció después todo flipado con su cámara (lo que se nos viene encima), nos tomamos algo en el Universal y quedamos en cenar en nuestras casas para volver a bajar a medianoche. Me conecté a Internet para pasar el rato y descubrí que me había confundido con las fechas de los conciertos de LCB. Pasaban de las doce quedé con Santos en el portal y caminamos hacia el Canal St nuestro punto de encuentro, Carolo y Anita no bajaban, la noche no prometía mucho. Rodeados de lo más chic de la city pude comprobar que una de las camareras me sonaba, puse en marcha el disco duro y a la segunda copa de whisky con manzana me acordé que era Sonia y que trabajaba en la academia CAU a la que acudí para conseguir acabar la maldita carrera. Le pregunté si seguía por allí y me comentó como le iban las cosas a Miguel & co. La noche electrónica tuvo su primera parada en el Telefunken donde me fui integrando en el mundo del house tomándome un trina de manzana y pude apreciar las patéticas maniobras de acercamiento de una chica que no paraba de buscar presa. Mis amigos conociendo mis gustos poperos me concedieron tomar una en el Pata, es un gesto que les honra. Como punto final fuimos al nuevo local de DJ Grobas, se llama Nite Spot y está al lado del Gasthof que hay cerca del Playa. Me esperaba estar rodeado de bakalas y tuneados pero la gente no parecía muy desfasada. Reconocí a Fernando (el novio de Lucía) y su amigo. También estaba una de las nuevas adquisiciones del cgai una chica rubia de rizos y punk-style (nuestras miradas decían no esperaba encontrarte aquí). Descubrí que incluso podía llegar a gustarme el house porque me dejé llevar y no paré de bailar hasta que cerró sobre las cuatro y pico (demasiado temprano pensábamos que sería en plan after). Yo estaba en un punto álgido de adrenalina, necesitaba bailar más, ellos se fueron para casa y pasé por la boîte del Playa para disfrutar de una hora del Lex Luthor Weekend rodeado de mods y volver a sentir nostalgia de mis patillas.

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