Estoy en el CGAI

Ha sido una mañana de actualizaciones y papeleos varios, más tarde paseo y comida con padre y hermano para finalizar con visita y compra de Cds en Gong. Pasé por la tienda para recoger el móvil que le voy a regalar a mi madre y no lo tenían, con lo cual tengo que esperar hasta el lunes, un día más tarde de lo debido (sentimiento de culpabilidad por unos instantes acompañado de ira y resignación).Para recuperarme del mal rollo me fui al CGAI a ver Carlota Joaquina, Princesa do Brasil de Carla Camurati, considerado el primer gran éxito de crítica y público da Retomada. Empieza en la costa atlántica con el mar bravo y un escocés que le cuenta la historia de una princesa a una niña. La corte española retratada como si fuera la francesa pero más vulgar y en vez de música de cámara flamencadas, eso sí los actores portugueses hablaban un español casi perfecto era gracioso y esperpéntico. Muchos tópicos y burlas hacia España y Portugal con mucha ironía. Aún así se me hizo un poco larga y la reconstrucción histórica me pareció algo exagerada y sesgada.
Llamé a Carolo para saber cuando empezaba la fiesta de cumple de Mimi. Me dijo que sobre las 9 y que iban a comprar bebida y un regalo. Pasaron a recogerme en el Pandita de Anita. Llegamos y había poca gente, pero enseguida fue un continuo ir y venir. Al final éramos unos cuantos: la compañera de piso (no me acuerdo de su nombre pero ha sido novia de Pablito), sus amigas Iria y Lucía, Pablito y David (que se fueron pronto porque pinchaban en el Electra) y otro David (que era cocinero en Lizarran). Tuve que improvisar un regalo y me deshice de mi amado pin de Family pero por lo menos sabía que le iba a encantar. Tras una velada con buen rollito, comida variada, conversaciones esperpénticas y muchas risas, apagar las velas de su tortilla de cumpleaños (sí, has leído bien) y darle los regalos nos fuimos al Electra. Aunque sabía que era joven no me esperaba que cumpliera 21 y sus amigas por ahí, eso me hizo cortarme un poquito a la hora de conocerlas. Recibí un mensaje de Carol que bajaba y que también habían venido David, María y Carlos desde Madrid, quedamos en que se pasarían por el Electra. Enseguida aparecieron con Tóni, Beti, Guerra y Susana. Estos reencuentros dan para muchas conversaciones y novedades, dejé algo apartado al grupo del cumple. Pablito finalizó la sesión con LCB y nos fuimos todos al Velvet donde me volví al grupo del cumple. Las circunstancias me impidieron hacer una visita al Pata, y después de cerrar el Velvet decidimos ir al Playa. Cuando llegamos quedaban diez minutos para cerrar y hubo gente que entró y otra que nos quedamos fuera con lo cual fue un caos volver a encontrarse todos. Apareció Iván con Coco y Ato. Unos se fueron para casa, otros desaparecieron aunque después supimos que habían ido al Gado-Gado y el resto nos fuimos a Soweto. Hacía meses y meses que no iba y me gustó el cambio, más luz y mejor música. Como curiosidad andaba por allí Nancho Novo. Eran casi las 9 cuando salimos hacia casa de Mimi por culpa de la lluvia estábamos empapados hasta las rodillas. Nada más llegar puso el Cd de Family e intentábamos alargar la cosa tomando el último cubata (yo no pude).Me quedé medio dormido y me fui cuando acabó el disco, llegando a casa a las diez de la mañana que aproveché para mandarle unos mensajes a mis hermanos para recordarles que era el día de la madre y que la llamaran.

El jueves fue otro día tranquilo en el trabajo y la tarde era propicia para pasear y hacer varias cosas. Este año me toca elegir y comprar el regalo para mi madre a mí solo, la emigración voluntaria o forzosa de mis hermanos me deja como único responsable. Las opciones música, libros, flores o perfumes quedaron descartadas por habituales; la ropa por desconocer tallas y gustos; los objetos para casa por ser para casa y no para ella (si inventan alguna vez “el día de la casa” nuestros hogares estarían agradecidos), por lo tanto solo quedaba la opción sorpresa: introducir a mi madre en el mundo de la telefonía cuando a mí me costó años y años decidirme a dar el paso. Fui a una tienda y la añadí a mi contrato, debía volver el sábado para formalizar la compra del móvil (el más barato y sencillo por su comodidad y necesidades).Por otro lado aproveché para ir a donar sangre casi dos años después de mi última experiencia cuando me dejaron un negrón que me cubrió medio brazo durante dos semanas obligándome a llevar manga larga en pleno mes de junio. Tenía ganas de volver a dar el paso, físicamente me encontraba muy bien y hacía muchos meses que no cogía un resfriado ni me atacaba la alergia. Además los del Centro de Transfusión ya me tenían harto de sus llamadas y cartas solicitándome mi sangre (esta misma semana me llamaron y recibí una carta).Me puse nervioso y la tensión se me disparó pero me tocó el autobús nuevo (ya era hora) y conseguí ponerme mirando hacia los jardines con mi discman a todo volumen intentando olvidar donde estaba y para qué. Afortunadamente todo salió bien y me fui para casa sano y salvo, donde me deleité con la escucha del Anorak en Cuac Fm. Fue un programa estupendo, lleno de sorpresas y telepatía porque Guille ponía casi todo lo que yo quería oír en ese momento (Brel, Escarlatinas, LCB, Nouvelle Cuisine…), y donde me enteré de los resultados de los concurso de maquetas del Contempopranea y Fib. Pegué saltos de alegría al enterarme del sexto puesto de mis adorados Nouvelle Cuisine en el primero (con single en recopilatorio del festival incluido) y el mismo puesto de TAB en el Fib. Aunque me acordé de “la letra pequeña”, vistas las clasificaciones estaba claro que era un buen puesto teniendo en cuenta que no tienen enchufes ni padrinos pero eso no quitaba que fueran bastante mejores que otros grupos que les superaron. También me enteré de la nueva iniciativa de Pulso con un macroconcierto la semana que viene donde van a actuar los Junkfood (Go Manuel) y creo que me lo perderé por que tengo una cena de la empresa (duro dilema elegir entre trabajo o amigos).
Hoy he quedado para comer con mi padre y nos llevó muy poco tiempo, a las 3 ya había acabado el café y me quedaba una hora para volver al trabajo así que pasé por la biblio del Forum para pasar el rato. Tras buscar en el ordenador algún libro interesante me puse a ojear diversas revistas y en la GQ, una típica revista para tíos, hacían un ranking de las 100 mujeres más sexys del mundo. Me llamó la atención que no conocía a la mayoría de ellas, a pesar de que intentaban describir sus cualidades era un auténtico disparate centrado únicamente en su físico. Pero la sorpresa fue mayúscula cuando vi entre las elegidas a Yolanda Castaño y la describían como probablemente la mejor poeta española viva. Me entran ganas de entrar en su web y decírselo, supongo que no le hará mucha gracia. Al salir de trabajar he ido hasta la cafetería de la uni (donde esta la Torre de Comunicaciones del puerto) que tiene una terraza muy apetecible y abarrotada si hace bueno. Me estaban esperando Tóni, Sergio y David el Ago, más tarde apareció Tonecho. Después estuvimos en el Polvorín, fue una sensación extraña lo encontré un poco cambiado como si la gente fuera diferente, no sé si la ausencia de Natalia tendría algo que ver. Tras la tertulia de rigor y como es habitual los viernes, nos piramos para casa. De camino recibí una llamada de Santos (por fin), me contaba que en su casa solo había sitio para dos, que no iba a ir los tres días al Primavera Sound y que teníamos que decidir quienes íbamos a su casa pero lo más lógico sería que fuéramos Iván y yo mientras Álvaro y Raquel tendrían que ir a casa de la amiga de ésta. Le mandé un correo a Álvaro para explicarle la situación y que se movieran para conseguir sitio.

Parece que al fin llega la primavera, te levantas miras por la ventana y ves el cielo despejado, todavía no sabes si hará frío o no pero ya tienes ganas de empezar a vestirte más veraniego (¡¡abrigos y chubasqueros fuera!!).Enfrentas con otras ganas un nuevo día de trabajo aunque sea igual de duro. Incluso en vez de correr para coger el bus, sales antes y te apetece ir andando y saboreando los rayos de sol que bañan el puerto.Las caras de la gente no muestran el agobio habitual, las sonrisas llenan los buses. Es un subidón tan fuerte que te recuerda la lejana sensación de estar enamorado.
El martes fui a comer a casa de mi abuela. Hacía tiempo que no la visitaba, es que no me gusta llegar, comer y marcharme a currar sin poder charlar ni ayudarle a hacer los crucigramas del periódico como le recomienda su médico para ejercitar la memoria, en cuanto empiece el horario de verano y salga a las 3 ya podré estar más tiempo con ella.
Por la tarde, cuando estaba a punto de salir de currar me llamó Carol para ir a ver Samaritan Girl de Kim-ki-duk a los Equitativa, es curioso que echen las dos películas de este director a la vez y en el mismo cine. Como ella tenía compañía no me sentí forzado a ir ya que tenía pensado ir al CGAI y además aunque me apetecía ver las dos de este director cada vez odio más el cine en versión doblada y en una sala ridícula, con lo cual hasta la de Star Wars no creo que vaya al cine doblado. La película del CGAI era Mr. Death: The Rise and Fall of Fred A. Leuchter, Jr. de Errol Morris. Cuenta la vida y milagros de un singular personaje que te provoca sentimientos encontrados, no sabes si es estúpido o realmente es un listillo que se aprovecha de la ignorancia del resto para vivir. Entre sus hazañas están mejorar las máquinas usadas para aplicar la pena de muerte con la intención de causar el menor sufrimiento para el preso (¡¡cuanta amabilidad!!) y negar el holocausto a partir de unas muestras recogidas en diversos campos de concentración provocando la ira de los judíos, de la comunidad científica y el aplauso de los revisionistas históricos y de los fascistas. Podéis encontrar más información sobre él en Internet.
El miércoles hubo novedades en el curro, se marcha Montse una compañera y deja un puesto muy apetecible en contabilidad. Pero sé que no voy a ser yo porque no sería lógico cambiarme de puesto cuando después de más de un año ya empiezo a controlar del mío y volver a empezar de cero sería una pérdida de tiempo. Sin embargo, si me necesitan de forma provisional hasta que se incorpore otra persona soy el más indicado del resto para echarle una mano al Carlos, el contable. Por lo demás, como persona es una pena que se vaya, me parecía muy maja e interesante. Espero acercarme algún día a Pontevedra a visitarla y que me presente a su marido, aunque trabaje en Vigo. Por lo demás, me acerqué a Tipo y una vez más no pude encontrar lo que buscaba pero como todavía me estoy desenganchando de LCB me compré dos Cds, el de Scissors Sisters y el de Adam Green que ya tenía en mp3 pero me gustan mucho y me apetecía tenerlos físicamente. Tras un largo paseo fui al CGAI a una doble sesión del “cinema verité”de Jean Rouch. Primero un corto Au Pays des Mages Noirs de Pierre Ponty y Jean Rouch. Un documento histórico sobre la vida de una tribu africana que a finales de la década de los cuarenta seguía viviendo de forma ancestral. Para completar la jornada otra película tipo documental, la famosa Chronique d'un été de Edgar Morin y Jean Rouch. Diálogos y monólogos ante la cámara de un grupo de personas diversas en el que la subjetividad de la narración se convierte en el hilo conductor que acompaña a las imágenes que provoca la interpretación personal del espectador, donde la realidad y la ficción se acercan y se alejan dependiendo del momento, creando una mágica ruptura en el espacio y en el tiempo.

Es una sensación extraña ver que eres el primero en levantarte de toda la casa, un domingo. Visto que no puedes soportar dormir más de 10 horas, te levantas te duchas y decides salir a la calle a tomar un café, comer algo y leer algún periódico. Eliges ir al Macondo y está cerrado, La Bottega también y acabas en Bonilla tomando un chocolate con churros que te recuerda aquellos sábados que acababan allí desayunando antes de irse a casa a dormir. Después te acercas a los jardines a ver el stand de Intermón y te acuerdas de los otros “Días de La Esperanza”, de la gente que te acompañó y de lo que hiciste. Los años en que tenías tiempo para colaborar y no diste el paso y ahora solo colaboras con dinero porque no tienes tiempo. Entonces se acerca una voluntaria a hablar contigo para conseguir socios y te pasas casi media hora hablando con ella de las organizaciones, la educación, la inmigración, el medio ambiente, la vida que nos espera y te dice que todavía tienes mucho que ofrecer que le has alegrado el día y que le ha encantado hablar conmigo y que me anime a pasar por la sede. Un señor nos interrumpe y la dejo seguir con su labor, me sentía culpable por haber ocupado un tiempo que podría haber utilizado en convencer a otro, nos dimos las gracias sin palabras con la mirada. Seguí mi camino hasta la Fundación Caixa Galicia donde tenía pendiente ver la exposición de las Brigadas Internacionales, me volví a emocionar y sentí nostalgia del futuro perdido de haber ganado la Guerra Civil y los años perdidos de atraso que fue la dictadura. Otro largo paseo hasta casa para grabar la carrera de coches mientras te vas a comer fuera con tu padre y tu hermano. Vuelves, ves la carrera, gritas y te emocionas con la victoria de Alonso y te crees que el partido del Depor también será igual pero dos horas después sabes que no ha sido así, que se acaba un ciclo y echas de menos el espectáculo de otros años y piensas que os diréis Walter y tú en el CGAI la próxima vez que os veáis.

Paradojas de la vida, ayer fue un día fantástico y esperaba que hoy fuera algo parecido. Empezó muy bien, otro sábado más que me levanto temprano por la mañana. Estuve en casa hasta la una en parte porque tenía cosas que hacer y también porque no había agua caliente, no estaba dispuesto a congelarme por nada. Aproveché bien el tiempo y pasada la una me fui hasta correos a por el pedido de Grabaciones En El Mar (efecto secundario del pasado concierto de La Costa Brava) eran los libros de poesía de Sergio Algora, un pequeño homenaje a su ausencia. Para apoyar la emoción me puse el Cd de Los Días Más Largos para escucharlo por el camino. Para proseguir con el día del Libro hice una parada en la Librería Colón y me compré Noventa y dos días de Evelyn Waugh, otra joya más de Ediciones del Viento. Me regalaban otro libro a elegir, cogí uno de relatos de otoño de varios autores. Un paseo, aprovechando que no llovía, hasta la casa de mi tía donde había quedado para comer. Estuvimos viendo fotos antiguas (menudas pintas) y me enseñó un retrato de un pariente suyo que había sido contrabandista de alcohol en la época de la Ley Seca en los USA (quedé alucinado parecía Al Capone).Por la tarde tocaba sesión de cine brasileño en el CGAI, echaban Como Nascem os Anjos de Murilo Salles. Trata de un tío algo retrasado que mata por error a uno de los jefes de la favela. Como peligra su vida decide huir le acompaña una niña de 12 años que dice ser su mujer, y en el último momento se une un niño amigo de ésta, juntos secuestran un coche y huyen entre balas. Cuando circulan por una zona rica, paran porque el tío se está meando y la conductora aprovecha para huir. Deciden caminar hasta que ven que se abre la puerta del garaje de un lujoso chalet y piden permiso para mear. Entonces una sucesión de fatalidades los convierte en secuestradores de la familia de la casa que resultan ser de los Estados Unidos. Destaca la interpretación de los niños y el mensaje de que el azar lo domina todo y que los que no tienen suerte no tienen ninguna oportunidad para que cambie su situación. Su propio mundo les acaba atrapando. Al salir llamé a Bea para ver si quería las dos entradas para el Jazz de esa tarde que le regalaron a mi padre, pero ante su negativa fui hasta el Palacio de la Ópera se las di a unas viejas que quedaron encantadas y me fui para casa con la intención de descansar un rato, leyendo y escuchando música mientras esperaba para salir. Llamé a Tóni que me preguntó por la traductora de ayer y no me corté un pelo aunque me dijo que era su prima (qué corte), por lo menos le reconoció que tenía que haber leído antes algo sobre cine, una vez más se demuestra que el mundo es un pañuelo. También me contó que no bajaba porque tenía que trabajar de noche, una sustitución de última hora, y le parecía que Sergio si iba a bajar. Le mandé un mensaje y estaba cogiendo pelis en el videoclub, con lo cual nada. Me estoy empezando a hartar, llevan casi un mes sin bajar por la noche. No me apetecía quedarme en casa otro sábado más, y lo intenté todo, primero llamé a Carol, que estaba sola en casa y a pesar de estar hablando casi diez minutos no conseguí convencerla (pierdo facultades) y tampoco quería ir a su casa a ver la tele pero me dijo que Manuel y Richard iban a un concierto country-punk en el Mardigras y decidí buscarlos más tarde. Dejé pasar un tiempo prudencial y salí a la una, pasé por el Soho y nada, en el Pata tampoco, en el Mardi ya no quedaba nadie y como Manuel no tenía móvil (the last) y el de Richard no lo sabía me pasé por el Rocknroll como último recurso (estaba desierto).Una hora dando vueltas para nada, rumbo a casa porque la alternativa de emborracharme solo o pegarme a alguien no me gustaba (aunque si me hubiera encontrado con alguien interesante la cosa podría haber sido distinta).Toda esta aventura para celebrar otro aniversario mensual de mi diario virtual, momento idóneo para cambiar de nombre y dejar a mi alter ego polpita y su "askmepolpita.blogspot.com".

Hoy era uno de esos días inolvidables para un cinéfilo como yo. Para ello decidí afeitarme y ponerme algo elegante porque la ocasión lo merecía, venía a mi ciudad el director norteamericano Arthur Penn. Como suele suceder en estos casos la expectación era máxima, y por lo tanto habría una gran cola en el CGAI. Al salir de trabajar (por fin un viernes relajado),llevaba unos papeles con la intención de dejárselos a mi padre en su casa pero por precaución y sexto sentido decidí pasarme antes por el cine para ver si había cola y aunque faltaba una hora ya había gente y preferí no arriesgarme cogiendo sitio. La espera se hizo larga y pesada, estaba aburrido y tenía sed, pero me animó volverla a ver aunque me volviera a pedir un pitillo (creo que voy a empezar a fumar).
Comenzaron a llegar los medios de comunicación y enchufados varios que casi llenan las primeras filas. Durante la cola aguanté como pude al típico señor pesado que quiere entablar conversación, menos mal que la chica que tenía detrás se animó a echarme un cable y no tuve que aguantarlo yo solo. Por fin, entramos y conseguí sentarme en mi sitio aunque me tocó detrás un cámara de la TVG. Apareció Arthur Penn y desde la primera impresión sabía que me iba a fascinar. Con sus primeras palabras demostró su humildad y agradecimiento. Le acompañaban Miguel Anxo Fernández crítico de cine de La Voz y una traductora que casi se convierten en los protagonistas del evento. Por un lado, el crítico quiso dejar claro que se sentía protagonista con su prepotencia y “sabiduría” como si fuera el único en la sala que sabía de cine y encima no sabía medir sus palabras interrumpiendo a la pobre traductora que no sabía bien donde se había metido. La traductora me puso de los nervios, una cosa es que sepas el idioma pero por lo menos prepara un poco el tema porque no conocía ningún nombre o título que salían en la distendida charla, y sinceramente mi inglés es corriente pero con la tranquilidad y facilidad como transmitía Arthur Penn sus anécdotas cualquiera hubiera podido hacer la traducción. Me puse un poco borde porque tenía la impresión de que se podían cargar el momento histórico. Volvió aparecer the girl que con fina ironía y excelente sonrisa me dijo ¡¡qué listo eres!! ( justo lo que le querría decir yo a Miguel Anxo).La charla se desarrollaba con preguntas del público, cuando el puto crítico no se empeñaba en corregir a todo el mundo, un poco tópicas pero el director las resolvía con maestría aportando a sus respuestas algunas anécdotas que era la primera vez que contaba y que nos hacía sentir el privilegio que estábamos viviendo. Aporté una pregunta sobre su trayectoria teatral porque se había centrado en el cine y la televisión.
Con la sonrisa en los labios y la piel de gallina por lo vivido, esperé a que saliera la gente y me acomodé para ver la película del director Little Big Man con una gran historia detrás y una gran interpretación de Dustin Hoffman (era clavado a Xurxo). Ya la había visto pero doblada y en pantalla pequeña hace muchos años, la pude disfrutar en toda su extensión salvo un instante en que se cortó la proyección durante unos minutos. Como era larga y estaba cansado del trabajo semanal y no tenía ninguna perdida en el móvil me fui a casa a cenar (desde las 3 no había comido nada) y dormir.

Esta siendo una semana bastante relajada en el curro, estoy consiguiendo poner al día esas cosas pendientes que por el simple hecho de que no tienen fecha tope para hacerlas se van acumulando y acumulando. Eso me ha animado un poco, me sigue doliendo un pie pero ya puedo caminar sin problemas. Me esperaba una tarde de gastos, primero pasar por Lagares a recoger mi discman y pagar 16 euros por la reparación, aunque la pieza de plástico que abría y cerraba la tapa no tiene arreglo y me va a obligar a ponerle una goma para sujetarla. Método chapucero pero eficaz. Una vez que has empezado a gastar te lanzas y vas a las casetas de los jardines que han puesto por el futuro día del libro y te compras unos cómics de tus fieles Odio y Monsieur Jean agradeciendo que tengas que ir al CGAI y vas no te da tiempo a comprar más. Había programa doble: primero un corto que me recomendó Guille Anorak, y como perfecto complemento parisino Casque D’Or (más conocida como Paris Bajos Fondos) que ya había visto tres o cuatro veces (una de ellas con coloquio de Garci incluido).Llegué y mal rollito, la sala abarrotada y un viejo me había quitado MI SITIO, fue patético pero juro que me entró el pánico no sabía donde ponerme, al final me puse delante pero me sentía incómodo. Además una especie de rusos, polacos algo así (supongo que no serán una avanzadilla de una futura invasión del cine por tropas de Erasmus hambrientos de buen cine) no se callaban cuando empezó Paris La Nuit de Jacques Baratier y Jean Valère. Pero una vez más, me sumergí en esa maravilla y dejé de oír las voces centrándome en esa noche parisina en blanco y negro. Casi se me saltan las lágrimas.Para reponerme nada mejor que una sesión de mp3, un poco de M.I.A. mientras bajaba unas canciones de Las Escarlatinas (dos grandes descubrimientos musicales) y elegía algún libro que comprar el día del libro en la Librería Colón.

Me encanta la lluvia aunque suponga pisar los charcos, paraguas en mano, en una carrera contrarreloj para coger el bus y acabar llegando tarde a currar (como siempre) pero empapado de rodillas para abajo. Si le añadimos que en la loca carrera piso mal y me jodo un pie y dejaré otra semana más sin hacer deporte (y van tres) cuando ya llegó a los kioscos el Especial Culos de la Elle de todos los años y las revistas de tíos ponen abdominales imposibles en sus portadas y no me gusta volver a sacar la ropa de abrigo, me dejan con el ánimo por los suelos. En estos casos, necesitas quedar con tus amigos o la socorrida terapia cinéfila. Como los habituales llevan tiempo en una especie de retiro y no bajan nunca, y los no habituales son incompatibles con tu escaso horario no queda otra alternativa que acudir al CGAI. La planificación cinéfila semanal suponía tres días seguidos y un viernes imprescindible. El lunes y martes Brasil volvía a agitar conciencias con dos excelentes películas. El primer día Amarelo Manga de Cláudio Assis donde las vidas miserables de sus personajes se entrecruzan creando una sensación de pertenencia a una sociedad individualista, homófoba y violenta.
El martes por la tarde recibí el esperado mensaje de Tóni que estaba con Sergio viendo la exposición del Kiosco Alfonso del fotógrafo chino (de la que ya hice una crónica otro día) y quedé en verlos en la puerta después de salir del curro. Tomamos un coffe en el Hispano poniéndonos al día de sus ausencias y mis escasas noches de juerga quedando en vernos el sábado por la nuit (¡¡milagro vuelven a salir!!).Como segundo plato me fui al CGAI a ver Bicho de Sete Cabeças de Laís Bodanzky con ese sex-symbol latino Rodrigo Santoro en una interpretación estelar de una historia real sobre un chico forzado a internarse en un psiquiátrico por un padre autoritario temeroso del contacto con las drogas blandas de su hijo. Si estas premisas iniciales ya apuntaban dureza aún quedaba lo peor, la denuncia de las condiciones inhumanas a las que trataban a los pacientes. Salí con ganas de gritar contra el mundo y con una canción que no me podía quitar de la cabeza. Llegué a casa, me tomé un bocata y al ordenador a buscar la canción en mp3, me costó pero la encontré y conseguí bajármela. Era “O Seu Olhar” de Arnaldo Antunes y Marisa Monte. También descubrí que tocaba a finales de Mayo en Santiago pero no podré ir por ser un Domingo.

Como hasta las 11:30 no tenía hora en la peluquería aproveché para pasarme por la Biblioteca Provincial pero estaban todos los puntos de consulta ocupados y me cansé de esperar y me fui hacia mi cita con Oscar en Fatall. Me preguntó si lo quería “como siempre” y le dije que estaba un poco cansado del todo o nada (corto y dejarlo crecer hasta tres o cuatro meses).Me aconsejó un corte despeinado y rematado con cera pero sin ser extravagante. Me arriesgué y me gustó el resultado aunque echaré de menos el largo de mis patillunis. Volví a casa para verme mejor y afeitarme. Como tenía que volver a salir y la pelu me quedaba de camino pasé por allí para que Oscar viera su creación bien afeitadita, me lo agradeció. Caminé hasta Lagares a por mi discman pero aún no lo tenían, siguiente parada en la Biblioteca Infantil y Juvenil donde leí La Voz y me llevé varias cosas. Todavía faltaban casi dos horas para ir a comer a casa de mis tíos así que decidí irme hasta Carrefour a por las lentillas de oferta (tranquilos que por culpa de las horas frente al ordenador del curro seguiré con mis gafas) que me llamaron porque cambiaban de marca y me reservaban algunas si las quería. Ya habían pasado dos meses desde que me telefonearon pero aún así seguían esperando, a eso le llamo yo atención al cliente. Llegué a tiempo para la comida, disfruté de ella y de la sobremesa familiar hasta que salí para el CGAI a disfrutar de otra doble sesión consecutiva. Esta vez eran dos películas brasileñas sobre los límites del amor. La primera Separações de Domingos de Oliveira que también era el protagonista, donde un grupo de amigos experimenta todo tipo de situaciones respecto al amor. Muy interesante con un gran reparto y formato circular ya que comienza y finaliza con una cena entre todos. Una pequeña pausa para estirar las piernas, descansar la vista y tomar un café en el Macondo y vuelta a la sala. Mi segundo doblete en dos días finalizaba con Um Céu de Estrelas de Tata Amaral, pequeña de duración pero desgarradora desde el primer minuto hasta el último con una tensión inquietante. Una metáfora sobre el amor y la vida que pueden hacerte pasar de tocar el cielo a vivir un infierno.
Para pasarme más horas sentado me fui a casa de mi padre a ver al Depor mientras cenaba. Después quedé en el Soho con Carolo y con Mimi, hermana de su novia Anita.También aparecieron más tarde Iván, Pablito, David y otro tío. La noche transcurrió con mucha charla y buen rollito. No hacía falta cambiar de sitio estábamos cómodos así. De hecho, nos fuimos al Velvet cuando cerraban. Allí más de lo mismo, disfrutando de las conversaciones con buena música de fondo. Cerraron y destino incierto, Iván se fue ya que tenía partido por la mañana, propusieron el TBO pero ya no nos dejaron entrar, probamos en El Paso (mítico local de rockers al que nunca fui por parecer sectario).Pero lo mejor de la noche ocurrió antes, bajo la lluvia. El resto se había adelantado un poco y yo iba hablando con Mimi por delante de La Gata cuando oí un ruido detrás de mí, me di la vuelta y la vi. tirada en el suelo había tropezado con un bloque rectangular de hormigón del suelo. Me acerqué intentando no reírme y le pregunté si estaba bien y me dijo que ella también se estaba riendo, entonces seguimos así diez minutos riéndonos sin parar una tirada en el suelo y otro apoyado en un coche hasta que nos vio David y nos piramos para el Paso. Allí la conversación dio un giro para recordar otras míticas caídas y anécdotas varias. Tras un largo rato nos fuimos, Mimi cogió un taxi yo me apunté ya que llovía mucho y me dejaba de camino. Quedamos en vernos en la fiesta de su cumple en dos semanas.

Ha sido un día horrible con mucho trabajo. Me encontré a Manuel al salir hablamos un buen rato y después cogí el bus. Hoy no me apetecía salir y mañana tengo hora en Fatall para cortarme el pelo así que lo mejor era irse al cine y acostarse temprano. Tocaba sesión doble, primero en el CGAI a ver Narradores de Javé de Eliane Caffé. Cuenta la historia de los habitantes de un pueblo que tienen que reconstruir su historia para salvarlo de la construcción de una central hidroeléctrica (el puto progreso que solo beneficia a unos pocos).Aunque hay momentos para la tristeza, la risa es su rasgo más característico con múltiples situaciones graciosas destacando el protagonista que es una mezcla entre Cantinflas y James Brown. Al salir paré a comer un sándwich vegetal en el Hut mientras esperaba a que parara de llover. Sin suerte y paraguas en mano, cogí un bus hasta el Forum donde tenía la siguiente cita, la película libanesa West Beyrouth de Ziad Doueiri. Mientras esperaba me encontré con Raquel, la amiga de Sara y antigua compañera de mi hermana, que salía del Club de Cine del Forum (nunca me atreví a ir por temor a ser demasiado elitista y por la mala calidad del visionado). Mereció la pena el esfuerzo, otra vez un drama contado en forma de comedia que me recordó la situación de Beirut en esa época y me propuse buscar en Internet más información sobre aquellos lejanos hechos. Un paseo hasta casa aprovechando que no llovía y directo para la cama.

Todos los años por estas fechas me pongo un poco pesado y sentimental en lo político, vuelven los recuerdos de libros leídos en mi primera juventud y otros pendientes. A pesar de que dicen que con los años vas cambiando de opiniones y valores, muchos permanecen inalterables o incluso se refuerzan.Los acontecimientos de éstos días me lo han dejado claro, qué bien viven los ricos. No es que tenga un conflicto de clase y odie a los ricos, no tengo nada contra los que lo han conseguido por su esfuerzo o gracias a la suerte sino a los que lo tienen por su cuna o por explotar a sus trabajadores. Dejando a los explotadores, políticos corruptos y demás gentuza prefiero centrarme en la aristocracia, los duques, marqueses, reyes, condes y demás personalidades que gozan de los mayores placeres gracias a sus orígenes familiares y posesiones. Ahora que están de moda las mansiones de 30 metros cuadrados, me acuerdo de los palacios y chozas similares con personal a su servicio incluido del que disfrutan muchos de los honorables de este país. Aquel chico, ahora casado, que se quiso emancipar como muchos otros a los treinta y tantos pero no tuvo problemas financieros a la hora de buscar una casa asequible. Para reforzar todas estas reflexiones me fui al CGAI a ver una sesión doble. Por un lado, Guernica de Alain Resnais y Robert Hessen que como su nombre indica es un homenaje al cuadro de Picasso y al bombardeo de dicha ciudad. La verdad es que tenía ganas de verlo y no pensaba quedarme a la película pero al final un poco de pereza y de vergüenza de levantarme delante de todo el mundo (pocos lo hicieron yo esperaba más) hizo que me quedara. No me arrepiento, sabía que era buena pero no me esperaba que tuviera tanta categoría. Se titulaba Madame De… de Max Ophuls fue un auténtico placer conocer la vida de los aristócratas con tanto lujo y exquisitez, sus fiestas, sus viejos valores y comportamientos. La cámara se movía como si flotara con una delicadeza sublime y las interpretaciones eran tan majestuosas que llegabas a comprender sus comportamientos. Siempre he tenido ganas de vestirme como ellos en una fiesta de disfraces donde bailar vals y similares, pero no suele haber por aquí ese tipo de fiestas temáticas.

La política empieza a tener una presencia muy especial durante esta semana. Por un lado estuve en el Kiosco Alfonso viendo la exposición de Le Zhensheng, fotógrafo chino durante los años de la Revolución Cultural. Me dejó impresionado, muestra muchos detalles desconocidos para el mundo occidental y deja espacio para la reflexión acerca de la capacidad de aglutinar a las masas no sólo detrás de una idea sino detrás de una persona que ejerce como ser superior cuando no es más que un ser humano como el resto. Sin duda lo que más me llamó la atención fue recordar que la Revolución Cultural tuvo lugar hace apenas 40 años. Coincidí con Javi y llegamos a parecidas conclusiones acerca del honor y la humillación a la que sometían a los que se desviaban hacia delante o hacia atrás de las ideas pregonadas por el equipo del líder. Salí con el tiempo justo para ir al CGAI a ver otro tipo de relación la que mantiene el hombre de confianza, la mano derecha con su jefe o superior. Se trataba de In The Fog of War de Errol Morris, un documental que combina las entrevistas con imágenes, grabaciones y archivos de un personaje importante en la segunda mitad del siglo XX Robert S. McNamara, que fue Presidente de la Ford, Secretario de Defensa de USA, y Presidente del Banco Mundial. A pesar de haber sido un hombre polémico, acusado por muchos colectivos como criminal de guerra por sus decisiones sobre Vietnam fue un placer escuchar sus reflexiones y puntos de vista sobre hechos fundamentales para el devenir del planeta, aunque no compartiera algunas de sus opiniones.

Comienza una semana intensa llena de acontecimientos y propuestas interesantes.
Quedé con Tóni, Sergio y Tonecho en el Bristol, como quién no quiere la cosa llevábamos casi dos semanas sin vernos, también estuvimos en A Casa da Moura. De allí me fui para el CGAI que echaban Edificio Master de Eduardo Coutinho, un documental que cuenta la vida de los inquilinos de un edificio de Copacabana en Río de Janeiro. Entre las muchas anécdotas destaca la presencia de una señora gallega emigrante de hace 40 años que dice cosas muy sensatas sobre la juventud y la pobreza.Otra vez Brasil, los recuerdos de aquel viaje a Río. La estancia en el apartamento de lujo no tenía nada que ver con la vida en el edificio Master aunque estuvieran a pocos metros. Para integrarme más en la cultura brasileña he vuelto a leer Cidade de Deus de Paulo Lins para reconocer algunas expresiones utilizadas y algo olvidadas.
En el ámbito familiar mi prima y sus compañeros finalizaron la huelga de hambre que mantenían desde el martes pasado para reivindicar mejoras laborales para los administrativos del Sergas, consiguieron alcanzar algunos objetivos aunque no todos pero dieron por buena la iniciativa. Además mañana viene mi hermano desde Canarias a pasar una semana para hacerse unas pruebas médicas y ver a la familia y amigos. Aunque no nos llevamos bien y apenas he hablado con él desde octubre que se fue, me apetece verlo.

Por la mañana fui hasta Lagares a dejar mi discman a reparar. Contaba con pasar por la Biblioteca Provincial para buscar algún libro, y acercarme a Fatall a cortarme el pelo porque mi patillas rizadas de Algarrobo sixtie están demasiado irregulares y hace tres meses que no me corto el pelo y cuando hace viento parezco un científico loco. Pero mis planes se truncaron cuando ví a Bea en la acera de enfrente. Mientras nos poníamos al día, paramos en una farmacia y en dos tiendas a mirar medias (al final se compró unas violeta que iba a estrenar esa noche aunque eso todavía yo no lo sabía) y fuimos al Dublín a tomar algo. Me contó cosas muy interesantes sobre sus proyectos, me encantó verla tan ilusionada. Pasé la tarde ordenando las montañas de mi habitación hasta que salí hacia el CGAI a ver otra brasileña Baile Perfumado de Paulo Caldas y Lírio Ferreira. Cuenta la historia de un fotógrafo libanés que hace un reportaje sobre un bandido de principios de siglo XX en Pernambuco. Destaca su innovación al utilizar técnicas fotográficas para mostrar como hubieran sido en realidad las imágenes recogidas por la cámara en blanco y negro contrastando con el colorido de la vida de la época. Además me resultó curioso recordar mis antiguas clases de árabe porque tenía sus frases en ese idioma (algunas de ellas sin subtítulos pero yo las saqué por el contexto).Sin embargo, como me suele pasar en las pelis de las cinco o las seis tuve mis momentos fugaces de cabezaditas aprovechando la falta de compañía, el calorcito y la oscuridad. Al volver a casa fui directo al ordenador y embriagado por todo lo brasileiro volví a conectar el Soulseek tras casi dos meses de abstinencia para intentar conseguir las versiones de Seu Jorge de David Bowie y el Feliz San Valentín de La Costa Brava que una semana después sigue enganchándome. Actualicé mi blog y revisando los de algunos amigos empecé a entrar en otros y descubrí nuevos blogs interesantes incluso de gente de mi city. La curiosidad no tiene fin.
Cerca de las 10 cogí el bus (qué recuerdos volver a coger el 7 y pasar por mi antigua uni y alrededores) para ir casa de Sonia. En el cumple-cena estában la anfitriona Sonia (y su padre), Silvia, Marta, Marian, Alex, Susana, Luz y Bea. Muchas risas, algún nuevo descubrimiento culinario (vivan las albondicretas!!), música verbenera y escondites varios. Después de una temeraria carrera de los dos coches, estuvimos en el Clandes porque Sonia quería saludar a la family (menudo pedal de su prima Olalla).Fue un poco de bajón y yo sin noticias de Carolo que me había llamado para ver si bajaba que había venido a la City (le dije que si tal los veía más tarde pero que llamara a Sergio o Tóni).Bea y yo convencimos al resto de pasar por el Pata pero estaba abarrotado y no aguantaron nada. Salimos, ellos se iban de orzaneo y justo en ese momento entraban Natalia and company al Pata así que se lo dije a Bea, nos despedimos del resto y nos incorporamos al otro grupo en el que también estaban Ana y Héctor. También tuve tiempo para saludar a los habituales: Guille Anorak (sorry por no aparecer le Jeudi),la parte juerguista de Nouvelle Cuisine, Sara y Raquel, Lucía and girls (¿les tocaba noche de chicas?)…El fino mostacho de detrás de la barra me regaló el número 0 del fanzine “As + perralheiras” ( thanks) y llegó el cierre y tras parlamentar entre las alternativas de casas varias y no al playismo decidí irme para casa pero pasando de camino por el Mardigras. Allí me encontré en la entrada con Dani, Javi, Miri and company entramos juntos pero fue un visto y no visto, sólo quedaban 10 minutos. De nuevo en la calle, ellos se inclinaron por intentarlo en el otrora grande Caimán y yo opté por lo más fácil at home. No tenía sueño y no estaba ciego así que unos minutos de Internet no vendrían mal pero los minutos se convirtieron en casi dos horas y me acosté pasadas las seis.

Es increíble la capacidad de la mente humana para sobreponerse a los subidones y bajones. Si al principio de semana estaba bajo porque la felicidad se había evaporado tras llegar al punto máximo el sábado por la tarde, ayer me fui recuperando y hoy estoy algo gusano (ahora feliz feeeliz) por que se presenta un finde interesante con un cumple de por medio. En la mal llamada pausa del café fui a buscar la tienda donde curra Sonia para felicitarle en persona y envidiarle sus 28 tacos. Era la primera vez que iba, la verdad es que me enteré ayer que curraba allí, tan cerca de mi trabajo, es lo que pasa cuando conoces tanta gente al final pasa el tiempo y te das cuenta que desde la última vez que habíais quedado pasaron casi dos meses. Se llevó una gran sorpresa y fuimos a saludar a su hermana Noa a la otra tienda. Mañana lo celebra con cena en su casa. Por la tarde cuando iba en el bus ví un hecho sorprendente, el coche que iba delante se paró cerca de Cuatro Caminos se bajaron unos chinos y se subió otra pero lo curioso es que al final salieron todos y entraron otros, incluso la chica se cambió de sitio y se puso de conductora. Como se lo montan los chinos, así sin hacer ruido nos recuerdan que sería mejor para todos comprar menos coches y compartirlos o ir en transporte público aunque sea caro y una mierda. Todavía impresionado por lo ocurrido fui al CGAI a ver O Homem Que Copiava de Jorge Furtado, otra preciosidad. Es divertida, fusiona varios géneros desde la comedia al drama con un toque de crítica social, sin olvidar las referencias estéticas al cómic y cuenta con un gran reparto en el que sale una garota de escándalo, de esas a las que no te acercarías aunque te llamara. No me gustó que los subtítulos estuvieran en hispanoamericano aunque no me hacía falta leerlos a veces se me iban los ojos y era patético (un capítulo más de “Yo y los subtítulos”).
Un Viernes más estos tíos no dan señales de vida y me voy a casa a descansar viendo algún programa grabado que tengo llena la cinta de ocho horas. Después de verme dos Metrópolis y un Redes me voy a dormir.

Dias como éste entre semana le sacan la depre a cualquiera.La rutina habitual de currar, comer en casa, volver al trabajo y hacer deporte o ir al cine o quedar para tomar algo se ha roto este Jueves. Por un lado he quedado para comer con Juan Llamas. De camino para el punto de encuentro me encontré con Queco, antiguo amigo y conocido de toda la vida por circunstancias familiares. Me contó que seguía en el trabajo y que se iba a casar en julio con Nieves, que la vida en su piso iba bien pero que no tenían ni un duro y que la family ok. Comí con Juan en Casa Pilar, como entrantes unas raciones y como plato yo tomé tempura que estaba buenísima. También estaba bien la camarera aunque como el camarero tenía demasiada pluma pudo hacernos verla demasiado guapa. Fue una comida agradable y decidimos repetirla con una frecuencia semanal o quincenal. Es bonito quedar para comer con alguien y evitar caer en la rutina de comer todos los días en casa con tu madre menos uno que vas con tu padre. Sorprendentemente al salir de currar fui para casa, hasta mi madre se quedó sorprendida. Estuve conectado hasta las 9 que puse radio Cuac FM para escuchar a Guille y Ana en El Anorak, que después hacían una fiesta de aniversario en el Patachím. Al final me dejé llevar por la pereza y la sensatez de acostarse temprano para llegar descansado a trabajar, y pasé de ir a una fiesta que empezaba a las 23 y no me gusta ir a un sitio y quedarme a medias porque me tenga que marchar.

Ha sido un dia tranquilo en el que al salir de currar he pasado por Tipo para ver si había una oferta interesante (nada que fuera indispensable a ese precio).Después he ido al CGAI a ver Quai des Orfèvres de Henri-Georges Clouzot, una gran película de cine negro con un asesinato de por medio y un inspector de esos extravagantes que al final consiguen resolver el caso. Tras el subidón del pasado viernes con el concierto de LCB me ha dado un bajón, espero que solo me dure hasta el finde.

Qué raro se me hizo este domingo. Para empezar, ya estaba en pie a las diez por lo que desayuné con calma e intenté leer algún periódico pero todos parecían monográficos del Papa. Estoy un poco harto de algunas tradiciones, a veces pienso que vivir en un Estado aconfesional es pura formalidad porque a la hora de la verdad las prebendas a la Iglesia Católica van a seguir hasta que gane la izquierda verdadera (la mía) pero creo que mucho van a tener que cambiar las cosas para que llegue esa victoria. Me gustaría que todas las creencias fueran tratadas igual, y cuando digo todas también me refiero a los ateos o agnósticos que son como los que se abstienen en las elecciones, nadie habla de ellos. Yo creo que la formación religiosa debe adquirirse de forma particular acudiendo a los templos o centros totalmente destinados a ello, quedando fuera de la escuela. Tras este paréntesis de indignación moral, retomo mi diario.
Fui a comer a mi aldea, hacía tiempo que no iba. Ver como se deteriora el entorno, escuchar las conversaciones de mis tíos acerca de la salud o las tierras y de mis tías los cotilleos en general y meterse dos horas entre ida y vuelta en coche para volver a las cinco para ver el partido del Depor no se puede decir que sea lo más interesante que hacer un domingo pero lamentablemente era lo que yo hacía hasta hace unos años cada semana. Efectivamente, volvimos para ver el partido y después quedé con Tóni, Sergio y Tonecho para ver la exposición de la Fundación Barrie. Se supone que al salir iríamos a tomar algo pero al final no hicimos nada, me acercaron en coche hasta el Playa.
Para sorpresa de todos, a pesar de ser a las 9, había mucha gente en la puerta para ver al dúo de La Hora Chanante, Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes. Enseguida me encontré con Adrián y esperamos por Iván y Mónica. Posteriormente se unió Iago Lekker y una chica bajita que me suena mucho. La actuación duró algo más de dos horas repartidas en dos tandas de un monólogo por cada artista. Hubo fases en las que me dolía el cuerpo de tanto reír, sin embargo fue una pena que ya conociera el último de los monólogos. Ellos se quedaron para hacer negocios con los chanantes y yo me piré por que mañana toca ir a currar.

Me desperté sin resaca con el tiempo justo para ducharme, afeitarme, vestirme e ir a comer a casa de mi tío José Luis. Tras ponerme al día de cuestiones familiares varias y de la moda femenina que viene en las revistas y algún que otro cotilleo, me fui hacia casa aprovechando el camino para llamar a Alex para tomar algo pero no me cogió y se me ocurrió llamar a Carol ya que estaba cerca de su casa. Me contestó que sí, la esperé en su portal y bajamos a tomar algo al Antiguo. Nos pusimos al día, sigue estudiando para las oposiciones con Anita (ayer no quisieron bajar) y no ha vuelto con Manuel. Me bajó mis Cds de Stevie Wonder y Ellos tras muchos meses de espera. Le acompañé de compras, buscaba un regalo para Anita por su apoyo y ayuda. Estuvimos en Pórtico, llegamos a Finisterrae pero estaba cerrado así que entramos en la tienda de zapatos de lujo de Fernando Mosca que era una maravilla y además estaba él. Después quiso ir a Levi´s y de paso a Zara Homme.Disfrutaba sabiendo lo que iba a hacer en cada momento, tiene esa facilidad de entrar en una tienda a por algo y ponerse a ver otras cosas, con lo fácil que es hacerlo como los tíos ir a tiro fijo y nada más. Pasamos por el Pote y de camino vi a Esther con su carrito y recordé que lo de hace unas semanas no era un sueño, tenía un bebé. Aún había que parar en tiendas estilo Cadena 100 y cuando llegamos a Casa no la dejaron pasar porque estaban cerrando (eran las 8). Entonces tomamos un café en el Siboney, salimos de allí casi a las 20:30 con lo cuál la dejé por San Andrés y fui corriendo para llegar al CGAI.
Una vez más, caprichos del destino, hubo un momento mágico. Ante la entrada del CGAI se veía correr desde dos direcciones opuestas a un chico y una chica. Se pararon delante de la puerta, se miraron largamente y sonrieron, se dijeron hola porque el aliento no les dejaba decir nada más y se metieron en el cine. Las luces apagadas y las primeras imágenes le hicieron al chico sentarse en el primer sitio que vio, unos segundos más tarde ella le pedía que le dejara pasar y se sentaba a su lado.La película era Ônibus 174 de José Padilla, director de la generación da Retomada, la última cosecha de cine brasileño. Narra, de forma documental, la reconstrucción de un secuestro de un autobús en Río de Janeiro en 2002 utilizando imágenes en directo. Disfruté mucho porque me recordó mi viaje a Río, tanto por las vistas como por las personas y su manera de hablar, además estaba muy bien hecha con la tensión que proporciona la emisión en directo. También servía para reflexionar sobre la sociedad y la forma en que acabaría el secuestro en otros países.
Al salir, tenía un mensaje de Tóni que no bajaba y llamé a Sergio sin quitarme el acento brasileiro pero ni con esas se animó y me piré para casa. Menos mal que tenía varias cosas grabadas que ver porque cuando encendí la tele, me enteré que el Papa había muerto y supe que habría que tener la tele apagada y olvidarse de leer periódicos durante varias semanas.

Pasé todo el día pensando en la noche tan ajetreada que me esperaba. Este hecho provocó que no estuviera muy centrado y me dejé llevar por la euforia y cometí un error fatal. Se puso a llover, llevaba un libro en una mano y estaba cambiando de Cd en mi reproductor, el bus llegaría en cualquier momento y tenía que tomar una decisión rápida. Lo más lógico era acabar con el Cd y dejar el paraguas para luego, es decir, hacer una sola cosa, pero me vino el orgullo masculino y me dije tengo que hacer varias cosas a la vez y demostrar que los hombres pueden hacerlo. Por supuesto, me equivoqué y en vez de dejar el libro en el suelo y agarrar el Discman para abrir el paraguas, sujeté el libro con dos dedos y el Discman con el codo y el costado. Al final conseguí abrir el paraguas justo cuando llegaba el bus y se me cayeron el libro y el Discman que se me rompió. Parecía una peli de cine mudo y cada vez que me acuerdo me parto de risa pero me jodió lo del Discman (espero llevarlo esta semana a Lagares a arreglarlo).
Llegué a casa algo mojado y jodido, me cambié de ropa, cené algo y me fui al Mardigras a ver a La Costa Brava. En la entrada ponía que empezaba a las 10 pero en los periódicos a las 10:30, con lo cual hice lo que se suele hacer en estos casos, ir a las 10:15.Estaba cerrado y mientras dudaba si volver a casa vi a Guille y su novia y estuvimos juntos charlando de todo un poco: los blogs conocidos, Life Acuatic y Seu Jorge, su viaje a Lisboa o el Anorak. Entramos y empecé a ver gente conocida: los Nouvelle Cuisine et amis, la chica desaparecida que me hizo palpitar al saludarme vestida de rojo como yo, Juanjo y demás gente Pulso, Sole y Paula del grupo de las hermanas Cuba, uno de los del CGAI (el bajito sonriente) y por supuesto todas las pijas de mi ciudad (se ve que salir en los 40 tiene tirón).Nada más comenzar, mala noticia Sergio Algora estaba mal del pulmón y no vino, el peso recaía en Fran. La euforia inicial dejó paso a las dudas de cómo superarían ese obstáculo pero se disiparon con el primer acorde. Eran evidentes los fallos pero el momento estaba por encima de esos pequeños errores de acoplamiento aunque algunos puristas dijeran que el concierto fue penoso. Javi y yo nos dejamos llevar desde el primer segundo hasta el último, disfrutando como niños pequeños y cantando casi todas las canciones. Enseguida se vio que había algo más que música, Fran seguía siendo tan sexy o más que hace diez años aunque su cara estaba algo acartonada y Dani el acompañante-barbilampiño-que parecía ser su hermano pequeño también causaba estragos entre algunas quinceañeras y de otras edades. El repertorio fue completo y largo, se les veía disfrutar y después de gritarlo varias veces conseguí que tocaran “Tóni” y en pleno éxtasis llegó la versión del “Nada me Importa” de Los Módulos que Javi y yo bailamos y cantamos a coro.
Después nos fuimos al Velvet a la presentación de la Web de Noroeste (antigua revista que se queda en el primer número para convertirse en Web).Organizaban la fiesta Iván y Adrián que también pinchaban. Otra vez mucha gente conocida: las hermanas Cuba, Coco Lens, Pablito y la Malpica Connection, gente Pulso,Mónica la novia de Iván, incluso el no-cantante-de-rizos-de-La Casa Azul. Me presentaron a una chica Ana y un chico Miguel, amigos de Iván y Mónica. Un poco más tarde me despedí de los anfitriones (Iván me regaló una camiseta talla única que tendrá su propia historia) y me fui con Javi, Dani y compañía al Patachím. La sorpresa llegó en cuanto nos acomodamos, estaban los de La Costa Brava con Fran a la cabeza. Estuvimos un rato hablando con él e incluso nos preguntó a dónde ir después si al Playa o al Mardigras. Nos lo pasamos bien y subí a bailar aunque al variar el repertorio me pilló algo perdido con alguna canción que no conocía. Cuando acabó la sesión nos marchamos caminando y charlando con momentos saltarines de Dani y risas varias. Poco a poco nos fuimos separando y yo acabé en el Playa intentando aprovechar lo que quedaba de sesión de Javi Becerra en la Nordic, y porqué no, ver si estaba ella. Una pena pero sólo me encontré con el otro Adrián el hermano de Carlos y hablamos un poco antes de irnos para casa.