Estoy en el CGAI

Así sin quererlo ya estamos en Junio,llega el cambio de horario con cuatro meses de 8 a 3 y parece que las horas de sol se acercan.
He pasado una semana de altibajos,empezó fatal en soledad y buscando el aislamiento para reflexionar.Pero,poco a poco,fue creciendo el ánimo como crecen los amores.Fue todo tan rápido que te cambia la cara de la noche a la mañana como cuando cayó la manzana y Newton dijo aquel eureka.

Así el lunes acudí al trabajo concienciado en comportarme como había previsto,ponerme mis mp3 y cumplir mi cometido laboral sin hablar y escuchar más que lo imprescindible para poder trabajar.También dejé como mensaje subliminal una foto de cheque recibido que puse de salvapantallas en mi ordenador del trabajo.Por lo menos conseguiré que se sonrojen cada vez que pasen por detrás de mí.
Por la tarde me dediqué a estar en casa hasta que me tocó ayudar a una amiga,bastaba con escucharla.

El martes continué con mi estrategia laboral y por la noche quedé con inercia para tomar algo,me tomé un licor café que me quitó el sueño.
El miércoles una conversación trivial en la comida con dos compañeros del trabajo sobre sueldos me hizo comprender que para ganar lo que cobra un albañil o fontanero al mes necesitaría trabajar 24 horas al día y esa anécdota la viví con humor pero al salir del trabajo se convirtió en una bola de nieve que fue creciendo mientras estaba en el gimnasio y me llevó a no querer saber nada de nadie (ni de ella) y como tantas veces refugiarme en el cine.
La película elegida era "In the valley of Elah" de Paul Haggis.Una más que trata sobre la guerra de Iraq y sus consecuencias.En esta se cuenta la desaparición y posterior asesinato de un soldado cuando regresa de permiso a su país.Un nuevo daño colateral,el de los efectos del combate en los que regresan por unos días a la vida normal.El caso sería una más pero el orgullo de un padre,militar retirado le lleva a recorrer miles de kilómetros para buscar a su hijo sin importarle verse las caras con a la jurisdicción civil o militar.

Al salir se me ocurrió mandarle un sms que le hizo recordar viejos fantasmas y pudo acabar muy mal.Finalmente conseguimos entender nuestras posturas y quedamos en hablar de todo y más.

El jueves ya estaba mejor,la clase de inglés con hora y media ganada al trabajo en la oficina me animaron y comer con mi padre,que se marchaba de vacaciones al día siguiente,volvió a ser agradable.Por la tarde hice unos recados y cuando terminé quise saber cómo le iban los preparativos de su fiesta de cumpleaños y decidí subir a verla y ayudarle con las compras en vez de ir al cine.Algo estaba cambiando cuando mi pasión cinéfila quedaba en un segundo plano.

El viernes era el último día de trabajo de 8 a 5 y vivimos una jornada laboral de euforia contenida.Dicha euforia continuó por la tarde cuando me preparé para la fiesta,deseché otra película y volví a subir para hacer de ayudante.Puse tantas ganas en el asunto que a punto estuve de hinchar los 100 minúsculos globos de agua que había comprado ella por error.Menos mal que mis pulmones dijeron basta cuando llevaba cuatro globos.
Dejamos todo listo diez minutos antes de que llegaran los invitados,la mitad eran desconocidos para mí.Lo pasamos muy bien.Le gustaron los regalos,yo decidí participar en el regalo conjunto,era demasiado pronto y no conocía sus gustos como para elegir algo especial.
Continuamos la noche por los sitios de siempre.Primero en el Patachím comprendimos que necesitábamos intimidad y la buscamos a pesar de que nos gritaran sinónimos de animales de los que se aprovecha todo.En el 14 decidimos que lo mejor era no intentar hacer lo mismo que ya sabían de nuestras huidas al baño.
Al salir ya quedábamos pocos,no vimos claro lo del Playa desechado el previsto baño playero posterior por lo que nos fuimos a casa.

Las largas horas pasadas juntos dieron para comprender que cuando dijimos que no queríamos nada serio no contábamos con que tan pronto quisiéramos mandarnos sms o llamarnos simplemente porque sí o que podíamos hacer otras cosas juntos como ir al cine o al teatro.Iba todo muy rápido y el miedo al compromiso estaba acechando e intentaba dominarnos.Debíamos dejarnos de ciertos eufemismos como caminar separados por la calle o despedirnos con besos en la mejilla.
El mejor regalo que le podía hacer era decirle que sí,que se había convertido en algo más y que si había que elegir un día para convertirlo en oficial era ese día,cuando un tres y un cero sumaban veintiuno.Y así lo hicimos.

Ronroneando pasaron las horas,el sol entraba por la ventana,otra película se quedó esperando por mí en la sala del cine mientras nos duchábamos comprobando que caben dos en la ducha).Sonaban los móviles y los estómagos.Bajamos a comer-merendar al Gasthof y le acompañé hasta el bus,esta vez sí nos despedimos como era debido.

Ella celebraba su cumple otra vez y yo tenía la fiesta presentación del disco de Nouvelle Cuisine en la tienda Meriendacena demasiado importante como para desecharla por una cena de las muchas que hacen en Inercia's House.Presumiendo el abarrote y conociendo el aforo limitado llegué media hora antes y estaba casi vacío.Empezaron con puntualidad desgranado los temas nuevos y terminaron con problemas de sonido y con la presencia de la policía que no entendía que aquello era música(y de la buena)que no dañaba los oídos ni provocaba daños a las personas ni a los espacios públicos.
El resto de la noche la pasé bien acompañado pero esperando el reencuentro.Primero unas tapas en A Palloza,estrellas en el Pata,paso fugaz por el Juan,copas en el Puti (me gustaron los nuevos baños)donde llegó ella.Presentaciones varias y terminamos la noche en el 14.De las alternativas posibles preferimos la nuestra.

Pasaron las horas,llegó el mediodía y nos costaba levantarnos.Únicamente lo consiguió el repartidor de pizzas.Nos pusimos lo imprescindible para comer sentados en el salón y volvimos para disfrutar de la siesta.El sueño nos pilló desnudos y abrazados.

Los amigos y los asuntos pendientes nos fueron sacando de nuestra piscina rectangular en la que flotaban frases ingeniosas y miles de besos.Nos dimos una ducha,limpios y vestidos apuramos el tiempo simplemente abrazados.Era nuestro primer día oficial y no queríamos que acabara.

Yo había quedado en recoger a una de las mulas que lo está pasando mal,nada mejor que alguien que vuelve a creer en el amor para hacerle comprender a otra persona lo que podría pasar si lo pierde.Fuimos al Kismet (que ya ha vuelto a abrir)en San Juan y la dejé otra vez en su portal.
Preocupado llamé a la otra mula desaparecida para ponernos al día y comentarle cómo estaba nuestro vértice común.Y comprendí que por mucho que cambien las cosas y aunque dejemos de vernos tanto el vínculo es demasiado fuerte como para que perdamos el contacto.Estaremos ahí cuando nos necesitemos.