Estoy en el CGAI

Llegué a Coruña sobre las nueve.Mal dormí en el tren lo suficiente para estar tan despejado como para ir a la plaza y al super antes de acostarme.Me desperté con el tiempo justo para bajar al Dublín y tomar unas tapas antes de que cerraran la cocina.Luego estuve viendo un dvd en casa hasta que quedé para tomar algo en el Patachím con la que fue a escalar.

Volví a casa para ducharme mientras hablaba por teléfono (experiencia inolvidable) y prepararme para la fiesta del 50 cumpleaños de mi tía materna.Era en el puerto de Oza en El Pantalán a las nueve y llegué tarde.Me perdí la entrega de unos cuantos regalos.Había bastante gente pero contaba con más.Una vez solventados los saludos a la homenajeada y a la familia y adyacentes intenté ponerle nombre a caras que nos veía desde hace veinte años.Me resultaba más fácil reconocerles yo que ellos a mí.Todo ello regado de vino tinto y de unos cuantos pinchos (lo mejor la olla de plástico que contenía lentejas codiciada y sustraída por casi todos).

Una vez que trajeron la tarta,se soplaron las velas y se repartió,llegó uno de los mejores momentos,quizás el mejor regalo:la pantalla que retransmitía el fútbol se volvió negra,la música sonó y se sucedieron varios centenares de fotografías de mi tía.Pocas personas conocían ese regalo y nos emocionamos porque muchas de las fotos no las habíamos visto nunca.Casi todos los presentes salían aunque yo fui de los pocos hombres que lloró (más bien el único).Cuando lloras de felicidad es precioso.

La música siguió con el dj desgranando hits de los 60 a los 90,se abrió la veda de la barra libre y todos se pusieron a beber y bailar.Resulta fascinante ver bailar a tu abuela a sus casi 88 años e hilarante ver a los parientes carrozas rememoran sus guateques bailando yeye.Ni que decir tiene que me las conocía todas.Yo bebía champán (llevaba cuatro o cinco vasos) hasta que coincidí con una chica que me sonaba de locales habituales y que tomaba un cóctel.Intentamos saber de qué nos conocíamos sin averiguarlo.Ella era novia de un sobrino de la pareja de mi tía.Pero por lo menos conseguí saber lo que bebía:Tequila Sunrise (tequila,hielo,zumo de naranja y unas gotas de granadina).Estaba tan bueno que me tomé cinco en una hora.Uno de los camareros resultó ser compañero de colegio pero un año mayor y en otra de las idas a la barra nos invitó a un chupito de vodka negro con limón que también estaba buenísimo.

La fiesta tocaba a su fin y se llamaron un montón de taxis.El plan era seguir hasta el Tarugo.Yo me subí en el primer taxi, la sorpresa fue que al final solo éramos siete.El sitio era demasiado pijo,como parte de mi compañía.Un rato más tarde cerraron,quedábamos cinco y nos fuimos a ¡¡¡ CHASTON !!!.Era la primera vez que iba desde mi adolescencia (creo que había sido una fiesta de disfraces o una comunión).Era un auténtico espectáculo y eso que no vimos la pista de baile.Había bastante gente de cincuenta en adelante que se mezclaba con jóvenes africanos y sudamericanos,maquillajes y ropas muy recargadas,camareros trajeados y demasiada luz que dejaba ver el excesivo promedio de arrugas por metro cuadrado.Apuramos nuestras copas y salimos sin rumbo fijo.
Quedamos tres y propusieron Pirámide (de perdidos al río).Casi estaba vacío pero los 9 eurazos obligaban a tomar la copa.De nuevo fuera ya solo éramos dos y no habíamos hablado en toda la noche.Propuse Soweto y aceptó.Como suele pasar últimamente, había demasiada gente.Tomamos rápido las copas y se suponía que no entraríamos en más locales pero como no estábamos borrachos nos empeñamos en batir los récords de sitios kitsch por noche.Allí fue un visto y no visto (a pesar de las luces), creo que incluso no tomamos copa.

Fuimos hasta los taxis pero antes nos sentamos en la entrada del Zara.Había que fumar y le pedimos un pitillo a una chica que pasaba con gafas de sol y pinta de choni poligonera.Ella notó que a la chica le pasaba algo y le dijo que se sentara.Tenía 17 años y se puso a llorar.Para todo lo que llevábamos encima su historia podría habernos hundido o al contrario,darnos un ataque de risa.Estaba enamorada y embarazada de un gitano al que le obligaban a casarse con una niña que ni conocía ni quería.Tenía claro el rechazo de su familia pero ni se planteaba el aborto.Intentamos animarla y consolarla.Mi acompañante me acariciaba el pelo y la cara mientras escuchaba.La chica se fue menos triste y algo esperanzada por nuestras palabras.Le doblábamos la edad,nuestras experiencias no habrían sido tan duras pero sabíamos que se pude salir adelante por muy mal que vayan las cosas.

Llegaba el momento del ¿qué hacemos? y su respuesta fue clara:íbamos a su casa.Le quitamos tanto dramatismo a la historia de la chica que rozamos el humor sarcástico y el taxista esbozó una sonrisa.Ella me mandó a por tabaco al bar de enfrente a su casa mientras ella se adelantaba.Subí,encendimos unos pitillos en la cocina y entramos en su habitación.Puso un disco de Alejandro Sanz (tierra trágame).Solventé tal situación con un "no me gusta pero lo respeto porque compone sus propias canciones" mientras caían otros pitillos.Entre calada y calada seguíamos hablando lo que no habíamos hablado en toda la noche.Y acabó el disco.

Despertamos casi a las cuatro.Ella tenía un cumple de uno de sus sobrinos a la seis,yo llegaba una hora tarde a comer.Llamé a mi cita culinaria y me preguntó dónde estaba y qué hacía.Por la calle y el verbo sabía que no estaba en mi casa ni solo.Su siguiente pregunta fue ¿XX o XY?.Sabía lo que decía.Ella se fue a duchar mientras yo me iba al salón a vestirme, no sabía si le molestaba cambiarse delante de mí.En el salón de su casa tipo ikea pude ver que tenía mejor gusto musical del que creía y que no nos íbamos a dar los teléfonos porque si a tu ex le sigues llamando "mi marido" y si aún conservas a la vista las fotos de la boda es que no necesitas más teléfonos.

Al bajar conseguí ubicarme y llegar a zona conocida.Un paseo soleado hasta casa donde lo primero que hice fue quitarme las lentillas que llevaban casi veinte horas seguidas en mis ojos.Luego contesté a unos sms y llamadas del triángulo y me metí en la ducha.Quedamos en La Postrería,me interrogaron hasta donde quise y la conversación derivó hacia temas sociales y educativos.
Había una chica "max" que nos dejó en la gasolinera (con emotivo abrazo lacrimal incluido).Los tres vértices nos fuimos al Patachím y luego ella me llevó en coche hasta casa de mi madre.Yo quería despedirme de mi hermana que regresaba a Londres a la mañana siguiente.

Mientras esperaba infructuosamente a que apareciese mi hermana se me ocurrió que a los cincuenta podría celebrar una fiesta de cumpleaños tan divertida y emotiva (seguramente más multitudinaria pero con inevitables bajas familiares),podría seguir la noche por Chaston sin sentirme un trozo de carne fresca y acabar en una cama ajena sin donde no exista el tabaco,los discos de cierto cantante y que no haya fotos de boda en el salón.Podría ser a los cincuenta...a mis cincuenta.

P.D:Disculpen la parrafada pero había mucho que contar.