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lunes, enero 01, 2007 

Los tres últimos días

El viernes al final cené en casa, bajé a tomar una cerveza al Soho con mi compi y luego nos unimos a unos amigos suyos de la etapa universitaria luguesa, desperdigados por el mundo y reunidos en A Nova Pataca.Luego regresé al Soho donde me esperaba el Grinch Atlántico, más tarde al Baobar donde se nos unieron los de la cena.Siguiente parada fue la locura del Desquite donde coincidí con una chica de amiga común que me gustaría volver a ver.Para finalizar, ya solo tres, fuimos al Inox donde presencié una exhibición de baile agarrado que reventaría los índices de audiencia de "Mira quién baila".

Me levanté resacoso una vez más, fui a comer con mi padre y hermanos.Por la tarde me tomé un necesario chocolate en el Macondo con Marta, Sonia y Jose.Me encontré con un primo lejano con aires de juandiegobotto pero mínimo diez años más joven que algunas.Antes de irnos me llevé un fresquito Mondosonoro, pasamos por el Stravagarius y volvimos a sentarnos en la pecera del Tequeño para tomarnos pastichos y tequeños (no completé el triunvirato con la ensaladilla).
Al marcharnos enseñé mi casa a la couple, curiosamente repetiría los mismos pasos una hora después con otros amigos comunes, Bea y Alex.Quedé con él en el Tequeño, reunión con ella a un paso del Bombilla, desechando el abarrotado Marfil fuimos al Siglo donde Bea nos contó su experiencia al encargarles en cátering del concierto del jueves (los suecos pidieron un zumo hawaiano y un poster enmarcado de Gunsnroses como extravagancias pero fueron muy amables salvo uno).Como se retiraban pronto me incorporé al grupo de fotologueros en el Soho, lleno de gente conocida.Más tade fuimos al Bar Egeo casi desierto donde jugamos una partida de futbolin sr.atlantico/estoyenelcgai vs eljovenivan/deerhoof.Nos ganaron pero no pasamos por debajo.
Por donde sí pasamos fue por el Crápula y finalizamos la noche en el Velvet, lleno de hermanas.

Ayer resultó ser una tarde y noche mágica.Primero quedé a las ocho para tomarnos el té de Ókino, fue apenas una hora pero lo pasamos muy bien, contábamos con que nos veríamos en unas horas por el Pata o el 14.Llegué a casa de mi abuela puntual para la cena.Mis tíos habían pasado a saludar y ya se iban.Poco a poco fueron llegando el resto, en total éramos mi abuela, mi madre, mi padre, mi hermano y su novia alemana, mi hermana y su novio inglés y yo.Resultó muy gracioso hacernos entender con el inglés ante las caras perplejas de mi padre y mi abuela que eran los únicos que usaban la mímica.También fue digno de mención ver las muecas de mis cuñados cuando provaban las almejas o los camarones o cuando mi madre partió por la mitad un cuchillo (¿de plata?) cortando un trozo de cordero.Con las uvas y la escoba o gritando japiniuyiar tocamos techo.Yo había quedado a la 1:30 en la Moore y aún faltaba una hora, se fueron marchando mientras yo me quedé ayudando a recoger.Luego subí hasta la casa de mi tío paterno a felicitar el año y tomarme otro par de copas de champán.
Casi llego a las dos a la Moore, había más gente de la esperada, mayoría de chicos, hacía muchos meses que no les veía.Hicimos algunas fotos, con el señor T. en plan estrella y lo que había sido el lugar elegido para la primera ronda se convirtió en el de las tres siguientes.Las palabras fluían como hacía muchos años y las risas llenaban los rostros, la distancia amenazaba con congelar nuestra amistad pero fundimos toda la escarcha acumulada olvidándonos del entorno y de la música, parecíamos aislados en una burbuja.Continuamos así en el siguiente local, el Taller donde solo me permití la licencia de hablar con alguien ajeno al grupo, el profesor de una de las academias de mi época universitaria que me puso al día de sus antiguos compañeros.Parte de las chicas comenzaron un juego de intercambiarse la ropa que resultaba tan gracioso como curioso.
Unas rondas después acabamos en el Velvet, seguíamos charlando ajenos a la música y fueron cayendo poco a poco.Yo me retiré antes de lo previsto, acostándome a las ocho, en mi defensa diré que yo era el único que llevaba cuatro noches seguidas saliendo.

Me levanté como una rosa tras casi seis horas de sueño, puede que fueran los efectos del té mágico de la tarde anterior o mi última dosis de pastillas rojas y negras antiresaca KGpB había vuelto a funcionar.Hice el recorrido habitual pasando primero por casa de mi abuela donde me tomé un tazón de sopa calentito y subiendo a casa de mi tío para comer.En la sobremesa nos vimos el video de un cumpleaños de hace casi dieciocho años en mi aldea que resultó tener más de gracioso que de emocionante debido a ciertos comportamientos e indumentarias.
El resto ha sido actualizar e intentar asimilar que he salido cuatro noches seguidas sin pasar por el Pata y el 14 y me lo he pasado genial.

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