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viernes, diciembre 29, 2006 

Hasta el año que viene (o no)

Con esto de las fiestas me ha pasado la semana volando. La cena de nochebuena transcurrió sin incidentes, posteriormente solo nos permitimos tomar una ronda en el Pata y para casa a las tres. La comida de navidad fue menos pantagruélica de lo acostumbrado, sin embargo el día fue propicio para muchas fotografías, alguna impagable y para coger la llamada de teléfono de nuestros parientes lejanos desde Uruguay. Las tardes siguientes transcurrieron entre sesiones de gimnasio y encuentros gastronómicos con los amigos y conocidos.
El cine ha terminado por esta temporada salvo que la cartelera nos depare una sorpresa de última hora, antes de que regrese la programación al Cgai y al Fórum. Pensando en posibles regalos aproveché para regalarme un pedido de Siesta, imposible dejar pasar la oportunidad de conseguir jubilar mis cintas de los primeros singles de LBV, por fin reeditados en digipack por su antigua discográfica. Completé dicho pedido con el debut de Nixon, posible regalo de reyes (para alguien que no me lee) si sus compañeros de curro no se lo chivan o me da por abrirlo antes, y completando el pedido el también esperado "Nicolás" de Plastic D'Amour.

Todos estos precedentes invitaban a la relajación y descanso preparándome para otro largo fin de semana pero decidí comenzarlo antes de lo previsto. Tras dejar La Bottega en compañía de los dos señores T. y pasar fugazmente por casa de mi madre, tiempo justo para coincidir con mi hermana y su boyfriend, me fui hasta las taquillas de Riazor para comprar la entrada para el partido de la selección gallega contra Ecuador.Por el camino realicé varias llamadas para ver por qué grada y compañía me decidía. Mucha gente, la familia nacionalista uniformada al completo, me pareció ver a la chica que ganó el viaje del bingo (creo que se llamaba Ana).Me metí en la grada media hora antes, escapando de los jarraichus de turno que tuvieron que montarla para revindicar por medio de la violencia lo que no se conseguirá si prefieren luchar contra el sistema sin ir a votar cuando deberían permitiendo que los dinosaurios nos gobernaran durante casi veinte años. Buscando mi asiento en Preferencia Superior me pasé casi diez minutos, le pregunté a seis o siete porteros en galego y todos me respondieron en castellano y mareándome de aquí para allá. Una vez encontrado el sitio (desde donde veía mi asiento de habitual tribunero) me instalé hasta que llegaron mis acompañantes (dos hermanas y un gigante).La emoción y la piel de gallina saltaron con los jugadores al campo y cuando sonó el himno. Se notaba que no todos eran hinchas, había mucha militancia política que nunca pisó un estadio y que casualmente no se sabían las estrofas del medio del himno. Los pocos ecuatorianos estaban más pendientes de hacerse ver por la tele que de disfrutar del fútbol. El encuentro estuvo muy entretenido, con pocas ocasiones pero vistoso y movido. Los fondos pugnaban por llevar la iniciativa y se notó la descoordinación en los cánticos y en las olas, así como la estupidez de sacar las bengalas.
La organización hizo desfilar a las majorettes, los bombos, las gaitas y otras agrupaciones mientras el locutor hizo de las suyas hablando en castrapo y metiendo la pata como siempre. Antes que Lendoiro tendría que irse este individuo que nos hace reír demasiado con sus errores.Nos metieron un gol de parrocho pero empatamos enseguida y nos pasamos los minutos restantes soñando con la remontada. De todos los jugadores que pude distinguir me quedo con el Jonathan del Villareal que revolucionó el partido. Y el árbitro (muy casero) pitó el final con el empate a uno que dejó un sabor agridulce.

Me despedí de los demás y al salir me encontré con el fan del profesor Barreiro que estuvo rodando un corto familiar en el estadio que ya explicaré otro día, me lié un buen rato y me perdí las primeras canciones de Meu.Como siempre la liaron a pesar de un público poco receptivo. Lo mejor la versión del "Nobody But Me" de los Isley Brothers y cuando lanzaron las botellas de agua sobrantes.Descanso aprovechado para beber algo y encuentros fortuitos con el segurata experto en cómics que resultó ser fan del grupo siguiente, los suecos Backyard Babies.No los conocía de nada, esa especie de punk metalero con gritos, insultos, cuero y mucho humo no me va nada, pero consiguieron que me moviera y aluciné cuando tocaron un tema y vi a un señor canoso con barbour, camisa de rayas y jersei de pico moviendo la cabeza mientras tocaba la guitarra imaginaria y sostenía un vaso de cerveza.Entre tanta sudadera con capucha y chupas de cuero, mi look casual friday del curro desentonaba un poco.Dedicaron un tema al gran James Brown y en el doble bis lucieron camiseta y bandera gallegas.
Un breve descanso y otro encuentro fortuito, esta vez con mi tocayo bíblico que aparecía y desaparecía continuamente.A ritmo de Miami Vice saltaron a escena Siniestro Total y la primera que cayó fue "Cuanta puta y yo que viejo", casi sin tiempo empezaron los puteos de Julián Hernández desde el karaoke de "Vigo No" a dosis de sarcasmo político y social. Después tengo lagunas pero recuerdo que tocaron "Todo por la napia" "¿Quienes somos? ¿De donde venimos? ¿ A donde vamos?" "Ay, Dolores" o las versiones de "Soy una alimaña y "Cultura Popular". Al fnal llegó el éxtasis con el "Bailaré sobre tu tumba" y el esperado "Miña terra galega".Debería haber acabado ahí pero volvieron para finalizar el concierto con "Vamos muy bien".Salieron de nuevo a escena para despedirse con puño cerrado en brazo doblado y la otra mano en el pecho mientras sonaba el himno soviético.
Grandioso final que me dejó en casa a las tres, me saqué los zapatos, el pantalón y la chaqueta para tirame encima del colchón porque había lavado las sábanas y no eran horas de ponerse a hacer la cama.Cinco horas más tarde estaba currando, lo llevé bastante bien porque fue muy relajado y tuvimos pinchitos.A las cinco y pico al gimnasio, luego a escribir estas líneas y por la noche hay una posible cena con los flikers o quedar con el recién llegado Sr.Atlántico esperando que dejara su versión Scrogge en Madrid.Puede que haga las dos cosas, lo que tengo claro es que voy a salir todos los días y no creo que postee antes de fin de año.

Por si acaso no escribo antes desearos un feliz año y daros las gracias por vuestros comentarios, en principio contaba con aprender de mí mismo pero cada vez más me enseñáis cosas nuevas desde el anonimato o no.Prometo sorpresas para comienzos de año, intentaré poner la versión beta, hacer posts más cortos e incorporar una sección semanal de homenaje cinéfilo.

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