Vinos, niños y palabras
Tenía una buena parrafada escrita y le he dado a publicar pero se ha producido un error y se ha ido todo al carajo. Lo mejor será escribir primero en Word y después pasarlo al blog. Intentaré recordar lo escrito pero no será igual, la primera vez te sale directo sin pensar, ahora tendré que usar el cerebro.
La tarde del viernes transcurrió entre horas extras en el curro esperando a que parara de llover (se me ocurrió no llevar paraguas) y dejando todo atado y bien atado para evitar una llamada inoportuna en mi última semana del año de vacaciones. Un rápido paso por casa para dejar las cosas y rumbo a una cafetería paso previo al concierto nocturno. Fue una sorpresa ver que nos acompañaba una criatura vestida de azul, con el pelo rubio y la mirada limpia e inocente acompañada de una sonrisa permanente. Por supuesto no era de nadie de los presentes, pariente cercana necesitada de canguro parada para hacerse cargo del niño en horas laborales tan intempestivas. Me tocó momento carrito cogido del brazo entre sonrisas mutuas al imaginarnos la cara de susto de algún conocido que se nos cruzara. También le tocó a mi dedo ser agarrado por una manita que me produjo un halo fugaz de instinto paternal. Dejamos al niño y a los demás y nos fuimos a buscar a la generación anterior para ir al concierto de Paco Ibáñez. Al igual que tengo a uno con quien siempre veo las adaptaciones al cine de comics, tengo una amiga que me acompaña a los conciertos de cantautores.
La butaca del palco estaba lo suficientemente lejos para no ver a nadie conocido pero cerca para poder escuchar y ver lo sucedido en el escenario. Solo estuve con uno al que le regalaron por su cumpleaños dos entradas poniéndole en el duro aprieto de tener que elegir con quién ir, para no dañar a nadie fue solo pero no consiguió vender la otra que le sobraba. Tras el retraso del público salió Paco Ibáñez, más gordo y canoso pero con su estilo de siempre, camisa oscura y pie apoyado en silla corriente sobre una alfombra roja rectangular y un foco como juego de luces. Empezó con Góngora y fueron cayendo Quevedo, el arcipreste de Hita, Manrique, Lorca o Goytisolo. También cantó en varios idiomas desde el provenzal hasta el vasco pasando por el nuestro con dos temas un emocionante “Chove” de Celso Emilio y otro que repartieron entre el público pero no tengo la nota en este momento. Entre varias reivindicaciones por la invasión cultural y silenciosa del modelo estadounidense, la figura omnipresente durante medio siglo del dinosaurio expresidente de la Xunta o el también silenciado genocidio palestino fueron cayendo más canciones. A la cuarta ya tenía la piel de gallina y a la séptima me caían lágrimas por mis mejillas. Hubo un descanso y a la vuelta un momento mágico, cuando recitaba un verso acuático cayó un chorro de agua a su lado. Por un momento pensamos que estaba preparado pero su reacción demostró que habelas hailas. Justo al terminar el tema se acompañó de una señora (cuyo nombre no recuerdo) que, a pesar de sus andares mezcla de Chiquito y Pozí, recitaba poemas con todos los sentidos. Luego salió Miro Casabella de Voces Ceibes que también emocionó al personal. Una niña llamada Maria Isabel recibió la dedicatoria del “Palabras para Julia”, tras ella llegó el tiempo para varias peticiones, Cernuda, Celaya y cuando creíamos que nos iríamos “galopando”, volvió y nos premió con un doblete de Brassens para tener presente nuestra mala reputación y la importancia de l’amour.Salimos casi tres horas después convencidos de haber vivido algo inolvidable y con ganas de reponer fuerzas, cosa que hicimos en el Tequeño y en A Casa da Lubre.
Ayer volvió mi hermana de Londres, se queda un mes entero y tuvimos comida en familia y me pasé la tarde con ella contándonos sus vacaciones en USA y viendo los regalos. Entre los cuales destacaba una gabardina de hombre de DKNY ideal y de mi talla, fruto de los ricos clientes de su novio que desechan ropa de vez en cuando. No está claro si la cogió su novio para él y se la cedió. Como vendrá en fin de año ya podré saber si me la quedo o no. En esas estábamos cuando recibí un sms para ir al Palexco a una feria de vinos donde trabajaban unas amigas que nos colaron y nos apuntaron a un curso de cata que fue muy interesante y divertido. Luego seguimos tomando vinos y raciones en el Odilo, un trivial en el Baobar, una visita muy forzada al Patachím donde había que ponerlo patas arriba para encontrar a alguien conocido, nos retiramos pronto (a las dos en casa).
Hoy desayuno en Bonilla y paseo con la aparición de otro loco bajito, este además sí tenía un vocabulario entendible y resultaba igual de entrañable. Que bonito poder disfrutar de los enanos solo de la parte fácil y ociosa sin aguantar lloros ni comidas.
Después de dicho aperitivo nueva comida familiar de la que desertó mi hermana por haber disfrutado de la noche anterior hasta que se juntó con el día. Tarde habitual a base de periódicos e insufrible partido del Depor derrotado 4-1 por el Osasuna. Paso por la casa materna para un ratito que se convierte en tres horas, lo bueno es que ya cené y tuve que dejar grabando (por culpa de blogger) el imprescindible tercer capítulo del programa “Voces contra la globalización”.
Mañana vienen los de R y ya tendré Internet en casa con lo cual empezaré a actualizar mi blog más a menudo. Mi semana de vacaciones la pasaré por aquí, como mucho haré alguna excursión cercana familiar para probar el coche de mi madre y quitarle la morriña a mi hermana.
La tarde del viernes transcurrió entre horas extras en el curro esperando a que parara de llover (se me ocurrió no llevar paraguas) y dejando todo atado y bien atado para evitar una llamada inoportuna en mi última semana del año de vacaciones. Un rápido paso por casa para dejar las cosas y rumbo a una cafetería paso previo al concierto nocturno. Fue una sorpresa ver que nos acompañaba una criatura vestida de azul, con el pelo rubio y la mirada limpia e inocente acompañada de una sonrisa permanente. Por supuesto no era de nadie de los presentes, pariente cercana necesitada de canguro parada para hacerse cargo del niño en horas laborales tan intempestivas. Me tocó momento carrito cogido del brazo entre sonrisas mutuas al imaginarnos la cara de susto de algún conocido que se nos cruzara. También le tocó a mi dedo ser agarrado por una manita que me produjo un halo fugaz de instinto paternal. Dejamos al niño y a los demás y nos fuimos a buscar a la generación anterior para ir al concierto de Paco Ibáñez. Al igual que tengo a uno con quien siempre veo las adaptaciones al cine de comics, tengo una amiga que me acompaña a los conciertos de cantautores.
La butaca del palco estaba lo suficientemente lejos para no ver a nadie conocido pero cerca para poder escuchar y ver lo sucedido en el escenario. Solo estuve con uno al que le regalaron por su cumpleaños dos entradas poniéndole en el duro aprieto de tener que elegir con quién ir, para no dañar a nadie fue solo pero no consiguió vender la otra que le sobraba. Tras el retraso del público salió Paco Ibáñez, más gordo y canoso pero con su estilo de siempre, camisa oscura y pie apoyado en silla corriente sobre una alfombra roja rectangular y un foco como juego de luces. Empezó con Góngora y fueron cayendo Quevedo, el arcipreste de Hita, Manrique, Lorca o Goytisolo. También cantó en varios idiomas desde el provenzal hasta el vasco pasando por el nuestro con dos temas un emocionante “Chove” de Celso Emilio y otro que repartieron entre el público pero no tengo la nota en este momento. Entre varias reivindicaciones por la invasión cultural y silenciosa del modelo estadounidense, la figura omnipresente durante medio siglo del dinosaurio expresidente de la Xunta o el también silenciado genocidio palestino fueron cayendo más canciones. A la cuarta ya tenía la piel de gallina y a la séptima me caían lágrimas por mis mejillas. Hubo un descanso y a la vuelta un momento mágico, cuando recitaba un verso acuático cayó un chorro de agua a su lado. Por un momento pensamos que estaba preparado pero su reacción demostró que habelas hailas. Justo al terminar el tema se acompañó de una señora (cuyo nombre no recuerdo) que, a pesar de sus andares mezcla de Chiquito y Pozí, recitaba poemas con todos los sentidos. Luego salió Miro Casabella de Voces Ceibes que también emocionó al personal. Una niña llamada Maria Isabel recibió la dedicatoria del “Palabras para Julia”, tras ella llegó el tiempo para varias peticiones, Cernuda, Celaya y cuando creíamos que nos iríamos “galopando”, volvió y nos premió con un doblete de Brassens para tener presente nuestra mala reputación y la importancia de l’amour.Salimos casi tres horas después convencidos de haber vivido algo inolvidable y con ganas de reponer fuerzas, cosa que hicimos en el Tequeño y en A Casa da Lubre.
Ayer volvió mi hermana de Londres, se queda un mes entero y tuvimos comida en familia y me pasé la tarde con ella contándonos sus vacaciones en USA y viendo los regalos. Entre los cuales destacaba una gabardina de hombre de DKNY ideal y de mi talla, fruto de los ricos clientes de su novio que desechan ropa de vez en cuando. No está claro si la cogió su novio para él y se la cedió. Como vendrá en fin de año ya podré saber si me la quedo o no. En esas estábamos cuando recibí un sms para ir al Palexco a una feria de vinos donde trabajaban unas amigas que nos colaron y nos apuntaron a un curso de cata que fue muy interesante y divertido. Luego seguimos tomando vinos y raciones en el Odilo, un trivial en el Baobar, una visita muy forzada al Patachím donde había que ponerlo patas arriba para encontrar a alguien conocido, nos retiramos pronto (a las dos en casa).
Hoy desayuno en Bonilla y paseo con la aparición de otro loco bajito, este además sí tenía un vocabulario entendible y resultaba igual de entrañable. Que bonito poder disfrutar de los enanos solo de la parte fácil y ociosa sin aguantar lloros ni comidas.
Después de dicho aperitivo nueva comida familiar de la que desertó mi hermana por haber disfrutado de la noche anterior hasta que se juntó con el día. Tarde habitual a base de periódicos e insufrible partido del Depor derrotado 4-1 por el Osasuna. Paso por la casa materna para un ratito que se convierte en tres horas, lo bueno es que ya cené y tuve que dejar grabando (por culpa de blogger) el imprescindible tercer capítulo del programa “Voces contra la globalización”.
Mañana vienen los de R y ya tendré Internet en casa con lo cual empezaré a actualizar mi blog más a menudo. Mi semana de vacaciones la pasaré por aquí, como mucho haré alguna excursión cercana familiar para probar el coche de mi madre y quitarle la morriña a mi hermana.
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