Estoy en el CGAI

El jueves pasó de ser un día cinéfilo más a convertirse en inolvidable.Mis planes eran ver "Gabrielle" de Patrice Chéreau tras estar un rato en casa de mi madre actualizando mi disco duro portátil, tengo mono de usar Internet en casa y delinquir compartiendo mis archivos.
Finalmente vinieron a la sesión de las 8 de los cines Filmax la 4102 y la fransesa.La película también lo era y en V.O.Basada en un relato de Joseph Conrad la adaptación es casi teatral, con sublimes escenarios e interpretaciones, pero se hace larga y la historia es un tanto enrevesada como lo es cualquier amor.Los que se lo pasaron en grande fueron dos chicos de la fila de atrás que comenzaron a dar golpes rítmicos en nuestros respaldos.De mi disco duro cinéfilo podría sacar dos citas de sendas películas que resumen cómo pudo empezar todo:"¿Nos hacemos un Krámpack? ¿Nos hacemos unas pajillas?... "
Aquello no fue lo que lo hizo inolvidable por supuesto, fue que la fransesa me contó que regresaba a París el martes, sorpresa y alegría porque su decisión es muy meditada y buscada.Por fin tengo un motivo más para visitar la capital gala.
Era su noche y fuimos a cenar a La Bottega, ya con más gente.Casualidades y curiosidades se pusieron a funcionar.Lo más curioso fue coincidir con inercia y compañía e intentar asimilar que si no me peino antes de salir de casa y me dejo más barba me pueden confundir con el chanante ignatius (el conocido loco de las coles).También hay que mencionar que la sangría de sidra no me convenció pero sí lo hizo el acento y la belleza de la camarera extranjera que se parece a Katie Holmes pero en guapa y del camarero vikingo que parece una mezcla del cuerpo perfecto del gimnasta ruso Nemov y la melena rubia del futbolista checo Pavel Nedved.Eso es integración.
Luego continuamos en el Marfil como si siguiéramos a inercia, incorporándose al grupo un pequeño y un francés.Era muy tarde, ya no era factible subir al Alfaiate a lo de las Maribolheras. Ella se merecía perder horas de sueño y acostarme a las dos durmiendo solo cinco.

Ayer estaba tan cansado que no fui al gimnasio, puede que influyera lo visto el miércoles.Dos que jugaban al basket trabajan en un lugar muy frecuentado por mí, se me hizo raro verlos de chandaleros (espero que ya jugaran antes allí que no fuera yo quién les impulsara a ello desde uno de mis post mi ego crecería demasiado).El otro protagonista fue uno que salió de las duchas del fondo (danger) digamos, formando ángulo recto y todos mirando...al techo.
Por la noche iba camino del Forum pero me crucé con la mitad de Ókino y me lió para tomar algo en O'Corno, La Tata donde conocí un proyecto empresarial y humano muy interesante al que aportaré cierta información gratuita y terminamos en el Novo Alfaiate.Camino de casa llamé a inercia que estaba donde dan vino del amor, fui hasta allí y me topé con mi prima y una amiga, hablamos casi una hora y cuando llegué a la mesa de inercia estaba tan cansado y veía que la cosa no parecía muy festiva por lo que saludé y me despedí.

Me desperté temprano como pretendía y fui al banco a recoger el edredón nórdico de regalo, a la plaza a surtirme de frutas y verduras y a sendas tiendas del imperio textil para comprar otra vez lo comprado semanas atrás y dar el cambiazo ahorrándome 20 en las botas y 30 en la gabardina. Pequeña victoria contra una multinacional que demuestra que hay agujeros en un sistema que permite vender algo demasiado caro para meses más tarde rebajarlo más de la mitad.A principio de temporada nos timan y en rebajas lo venden al precio que debería ser.Una cosa más en la cola la señora que tenía delante compró muebles del escaparate, ya sabía que lo vendían todo pero creía que ese atrezzo se vendería por otros cauces.

Estoy metiendo demasiada carne en el post y aún me queda hablar de la película que he visto en el Cgai.Se trata de "W.R. - Misterije organizma"de Dusan Makavejev, paradigma de la vanguardia y el compromiso político y social dentro del llamado Novi Film yugoslavo.El estilo mezcla varias historias entre realidad y fragmentos enlatados a modo de collage con grandes dosis de ironía política y sexo explícito. La repercusión que causó hizo que la sala se llenara e incluso Manolo Rivas estuviera en la proyección.
La lluvia caía, parece que llega el temporal anunciado, y lo mejor era aprovechar la casa vacía para ver, oír, leer y como no, escribir.