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miércoles, agosto 23, 2006 

Podría ser rico si...

Podría contar que la llegada de mi hermana hizo abandonar los silencios entre mi madre y yo (pero no del todo, aún me duele no solo el orgullo).
Podría saborear las jornadas de tapas con los amigos de los últimos días que hacen nulos mis minutos dedicados a nadar en el mar cuando bajo a la playa.
Podría dibujar con palabras cuando fui con Alex a ver Superman IV el jueves o a la Feria del Comic el domingo (comprándome V de Vendetta de Alan Moore y el Studs Kirby de Peter Bagge).
Podría relatar todo lo que ha rodeado a algo que me va a cambiar la vida (libre al fin) como cuando bajamos el viernes a celebrarlo con una cerveza que se convirtió en siete más.
Podría reunir a cuatro grupos de amigos distintos como la noche del sábado, recordar lo que me costó repartirme y estar con todos y ninguno y ser partícipe indirecto de un feliz cumpleaños y el manteo de una camiseta de rayas.
Podría intentar recuperar todo lo vivido estos días para devolverme la sonrisa que poner en el cumpleaños de Marta dentro de una hora, que se presume conflictivo y dividido en dos bloques.

Pero no puedo porque la tortilla ha dado la vuelta y ha caído contra el suelo.
En menos de una semana puedo verme obligado a cambiar de trabajo porque otros pretenden vivir mi propia vida y tomar mis decisiones.
Quieren solucionarme la vida con un proyecto de trabajo mejor pagado sin darse cuenta de que no necesito acumular dinero para ser feliz. Podría elegir el trabajo, cumplir los sueños cinéfilos o musicales de algún amigo a costa de perder lo que me queda de dignidad como hijo y como persona.
Lo único que quiero es no deberle nada a nadie y saber que si llego a viejo y echo la vista atrás me arrepentiré de algunas cosas pero no culparé a nadie salvo a mi mismo porque fueron mis propias decisiones, arriesgué mi dinero no jugué con el de otros. Quiero poder decirles a mis hijos (si los tengo) que deben elegir entre las pocas alternativas sobre su propia vida y no agacharse ante nadie. Pero no resultará creíble si yo he vivido dejando decidir a otros por mí, súbdito sumiso a un líder generoso pero en cierto modo, dictatorial. Prefiero ser pobre con sueños a saberme rico pero sin poder dormir.

A pesar de todo ello pienso seguir con los pasos dados antes de que todo estalle, mañana firmaré un papel para vivir a mi manera con el dinero ganado por mí mismo y ahorrado durante más de dos años. Que hoy cumpla otro mes mi blog es una mera anécdota que no debería de mencionar pero como es algo mío (y vuestro) me apetece recordármelo para levantar la cabeza de nuevo.

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