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domingo, junio 19, 2005 

Temos o que merecemos

Mañana aprovechada en diversos asuntos, entre ellos ver como transcurren las primeras horas de jornada electoral. Quedo con mi padre para comer después de ir a votar. Volví a mi instituto a ejercer mi derecho con mis trámites habituales: guardar una papeleta de todos los partidos, votar en la cabina, saludar a los vecinos y conocidos incluida la vecina interventora del PP a la que siempre vacilo devolviéndole su falsa sonrisa con otra y algún comentario. Esta vez me saludó y me dijo tienes el número no se cuantos y le respondí con ironía y doble sentido “cuantos más mejor”. Satisfecho y recordando las épocas en que no se podía votar (siempre votaré aunque sea blanco o nulo, para cambiar el sistema mejor hacerlo desde dentro) fui hasta casa de mi padre. Comimos en Prada a Tope, era la primera vez que iba y me gustó. En la sobremesa, mensaje de Tóni para vernos a las seis en el Dog’s Bollocks con Sergio. Caras sonrientes y esperanzadas ante la noche electoral con rumores de fiestas lejanas de amigos emigrantes en Madrid o BCN. Pasaron por delante Seco (pulsera azul incluída), Jose Leo y Richard comentamos la jornada quedando en vernos unas horas más tarde. Subimos al Túnel donde quedamos con David luego aparecerían Tonecho y Roman (mucho tiempo sin verlo pero sigue igual con su pinta de bakala).Bajé andando hacia casa sobre las ocho, esperábamos vernos cerca de las once por Cuatro Caminos. Estaba siguiendo el escrutinio y me llamó Alfonso ilusionado desde Valencia, nos veríamos en el Cultura Quente como el año pasado. Tendría que haber sido un día de cambio, dejar atrás a longa noite de pedra del fraguismo demostrando que existe en nuestra sociedad gente capaz de superar la época de los métodos autoritarios y caciquiles. Pero sin embargo, casi la mitad del pueblo que ha votado lo ha hecho por lo de siempre, iban pasando las horas y el PP no bajaba de los 37, el temor al pucherazo del voto foráneo impedía saborear una amarga victoria. Lo que me temía durante estas últimas semanas estaba ocurriendo: ese voto oculto y las encuestas de los medios subvencionados que daban por segura la derrota de la derecha para hacer confiarse al electorado abstencionista de izquierdas y que no fuera a votar al verlo tan claro. Me acosté tardísimo porque no conseguía dormirme y quería seguir todos los análisis y tertulias postelectorales.

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