Viva la Productividad
He superado un día agotador en el que el bochorno no me ha afectado porque me lo he pasado fresquito trabajando. El almacén llegó a tal punto de saturación que algunos hemos decidido, por iniciativa propia y para evitar futuras represalias, quedarnos a comer y seguir currando más horas por la tarde. Los motivos son políticos, ante las cercanas elecciones han decidido cuadrar números en las listas de espera de los hospitales y nos están volviendo locos con tantas operaciones. Todo ello supone que entre y salga mucho material y nos falte espacio para trabajar. Cumplimos con nuestra jornada de 8 a 3, nos comimos unas pizzas en media hora y al tajo hasta casi las siete. Fueron cerca de diez horas que nos sirvieron para poder movernos libremente sin obstáculos por el almacén. El esfuerzo mereció la pena porque conseguimos hacer sitio y evitamos pasar uno de los días de más calor al aire libre. Al salir fui a hacer unas compras y llamé a Carol porque estaba cerca de su casa para que bajara a tomar algo pero decidimos dejarlo para el finde, quedé en llamarla.
