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viernes, mayo 27, 2005 

Crónica festivalera I

Me desperté tarde, estuve hablando con Miguel que fue a la primera jornada del festival, me puso los dientes largos pero no me arrepiento lo pasé bien con el plan alternativo con mis viejos amigos. Los hábitos de marmota de Álvaro no han cambiado, le desperté después de ducharme para aprovechar la mañana y además tenía que llamar a Raquel que llegaba esta tarde a Girona. Con su tacto habitual, le dijo a Raquel que no le apetecía ir a buscarla y se ganó un par de reproches a través de sms (con mi móvil). Desayunamos un superzumo y un donuts casi a la una. Esperamos a Santos paseando, cuando vino decidimos comer fuera y entre las alternativas elegimos un coreano. Improvisamos con varios menús y tuvimos las tópicas conversaciones de restaurante chino: menuda decoración, sonreír y hablar con la ele, eso será carne…
Volvimos a casa y me preparé para ir al Primavera Sound. La jornada empezaba a las cuatro, tenía el tiempo justo (como siempre), cogí el metro y al llegar no había ninguna cola en la entrada, cambié mi entrada por los códigos de barras de acceso (método fácil y sencillo). Recibí un sms de Miguel y me puse a buscarlo en el Auditori, me vio y nos sentamos uno delante del otro.

Nacho Vegas: Bastante gente (al salir me encontré con Guille Anorak y su chica).Me pareció un gran concierto, quizás por ser el primero del festival aunque era la tercera vez que lo veía, con ligeros problemas de sonido y una hora tan poco apropiada para Nacho. Acompañado, en buena parte de su repertorio de su banda Las Esferas Invisibles (con el gran Paco Loco a los teclados) se centró en sus últimos temas. El primero era un tema nuevo, después fueron cayendo: “La Plaza de la Soledá” (en la que comenzó a meterse al público en el bolsillo); “Ocho y Medio” (con discurso previo y problemas de sonido al intentar tocarla en acústico, finalmente desistió y la tocó acompañado); “Nuevos planes, nuevas estrategias” (coros y la,la,las); “El hombre que casi conoció a Michi Panero” (con gritos de espontáneo pidiéndole que amplié la gira a Mallorca); sobre la siguiente no estoy seguro (apunté algo en la oscuridad pero escribí encima de la línea anterior y es imposible descifrarlo); continuó con “Cerca del cielo” (la de Juanito) y finalizó con discurso de agradecimientos, ironía sobre el horario y “Perdimos el control”. Como anécdota tuvimos que soportar a un cincuentón que cogió tres sitios para él solo y no paró de gritarle: poeta, que grande eres y cosas por el estilo, vigilando que nadie se sentara a su lado que estaban reservados.

El tiempo muerto lo aprovechamos para echar un vistazo a los stands, parada obligada ante Elefant donde me decidí por el último single de Camera Obscura y los nuevos cds de Nosotrash y Entre Ríos (aproveché para preguntarles por la vuelta a la radio de los adorados sueños polares y me dijeron que todavía no se sabía nada).

Sr. Chinarro: Cambio de escenario rumbo al Danzka-CD Drome, al otro extremo y a pleno sol para disfrutar de medio ensayo y un concierto de Antonio Luque, los coros de Meritxell Ramos (según Miguel estaba muy buena pero su voz no era nada destacable) y el resto de chinarros. Me eché crema y lamenté no traer lentillas y gafas de sol. Había seguidores que llenaban la pista (pude distinguir entre ellos a Dani el no-miembro de Nouvelle Cuisine) mientras otros disfrutábamos en las gradas. También rondaba por ahí el planetario Jota que después volvería a ver con Meritxel y más gente por otros sitios. En cuanto al repertorio se centró en su último álbum, de anteriores recuerdo “Estrenos de TV” o “Pico Veleta”.Fue un buen concierto en un marco incomparable con vistas al mar y una suave brisa (a veces), que tuvo sus momentos mágicos como “El Rayo Verde” (con orgullo bético incluido) o ese humor particular recordando “el corista no ha venido” o despidiéndose con “lo siento pero hay que dar una oportunidad a los otros grupos.

Otra pausa dedicada a reponer fuerzas, probar los horrorosos urinarios, y quedar con gente más desconocida para mí (dos chicas: Marina y otra que no sé su nombre). Nos tiramos en el césped mientras toda la trouppe de Broken Social Scene llenaba el escenario grande con ganas de pasarlo bien y conectar enseguida con el público, cosa difícil porque la hora y sobre todo, el pésimo sonido invitaban a la charla y al descanso.Recibí una llamada de Raquel, ya había llegado y necesitaba hablar con Álvaro porque no le funcionaba el móvil, no podía ayudarla y me dejó el número de su amiga Sonia. Dejé al resto para ir al Auditori y me quedé sin batería, incomunicado y sólo durante tres horas. Mi pasión por la chançon me llevó a Brigitte Fontaine, previa parada en el puesto de Mushroom Pillow a echar un vistazo y charlar con el chico que resultó ser del barrio (tras ver mi camiseta de Monte Alto me saludó y hablamos un poco sin necesidad de que me vendiera nada), la tentación de la camiseta de LCB volvió a repetirse pero el color amarillo de nuevo me impidió dar el paso.

Brigitte Fontaine: había una mezcla de incredulidad y expectación entre el numeroso público asistente; unos venían por su pasado, otros porque no se habían repuesto del privilegio de haber visto a Anthony & The Johnsons (aforo limitado y colas imposibles) o para coger sitio para Enrique Morente; destacaba la gran masa de franceses. Como suele suceder con las divas, empezó solo la banda (muy buena) un par de temas y poco después apareció ella ocupando una silla de trono en el centro del escenario. El look era una mezcla de vanguardia (falda-pantalón estilo Ágata Ruiz de La Prada y top sin mangas) con un toque hortera (como brazaletes usó la cinta de plástico logotipo del festival) que añadido a sus sesenta y tantos años le daba un toque peculiar al asunto. Dejó claro que sabía quién era cuando exigió “pas de photos”, intentó conectar con un público cada vez más extrañado valiéndose incluso de los acordes de “quién teme al lobo feroz” para evitar la desbandada de la gente pero no fue capaz de conseguirlo y se volvió contra los asistentes rogándoles que no se fueran en varios idiomas hasta que se hartó y nos mandó a la mierda dejando en el escenario a su banda. Disfruté de su virtuosismo del grupo (como curiosidad tenían un contrabajo eléctrico cuya caja llegaba a la mitad saliendo el traste hasta el suelo) pero me dolió la actitud de la antigua musa, decidí que ya era bastante y me fui antes de que volviera para ver en la carpa Nasti a Mercromina que acababan de empezar.

Mercromina: Cuando llegué había abarrote, como era de esperar por su despedida. Los primeros temas no me sonaban mucho por lo que deduzco que serían del último disco. No es mi estilo, reconozco su calidad y tengo varios discos grabados (casualmente me pasa lo mismo con Chucho) pero que no me vuelve loco. Sin embargo, me dejaron alucinado con su directo aunque el puto sonido deslució algo la cosa. Luego fueron cayendo clásicos como "Cacharros de cocina", "Pájaros" o "Entrevista a un abducido" y el apoteósico final con “En un mundo tan pequeño” y “Evolution”.Ellos querían más, el público extasiado también pero llegaron las disculpas y las gracias con un “gritad más fuerte cabrones” pero fue en vano la organización tenía el tiempo ajustado al milímetro. Entre el sudoroso público pude distinguir a un exaltado David Saavedra (seguro que firma la crítica en el RDL) y a mis queridos Miri y Dani de Nouvelle Cuisine que tras un efusivo y algo sudoroso abrazo hablamos un buen rato y compartimos los Twix repartidos por unas señoritas. Se fueron, repuse fuerzas con una manzana, y esperé en la misma carpa para ver cantar a las chicas de Nouvelle Vague.

Nouvelle Vague: Esperaba con ganas este concierto, intenté conseguir el disco pero no lo encontré (lo tengo desde hace meses en mp3 pero hay cosas que es necesario poder tocarlas para sentirlas más profundamente). Me gustó la idea de estos franceses de buscar a vocalistas para cantar versiones de clásicos con la condición para ser elegidas de no haber escuchado nunca las canciones originales. Los dos tíos a cada lado con teclados o guitarra mientras las chicas, en este caso la dulce Melanie Pain y la del pelo largo pelirroja (no conseguí saber quién era pero creo que no era Camille) a las voces iban alternándose o juntándose según la ocasión para cantar. Bonito juego de voces entre una chica dulce e inocente muy arreglada con voz aterciopelada y otra fuerte y guerrera con look entre punk y rock. El repertorio (puede que fuera el disco entero) fue divertido con grandes momentos como con “Too drunk to fuck” y tuvo como extra su homenaje particular a New Order, en el segundo o tercer tema interpretaron “Bizarre Love Triangle”que sirvió de aperitivo para dos horas después. La conexión fue genial y se notaba la presencia francesa una vez más. Si no recuerdo mal, acabaron con “Love Will Tear Us Apart” de Joy Division (¿segundo homenaje?).

Aprovechando el tiempo libre intenté encender el móvil para localizar al resto pero fue imposible, como alternativa busqué un teléfono o cabina pero no había ninguno en todo el Forum (fallo grave, hay gente que no tiene móvil).Muy amablemente, eso sí, me recomendaron ir a uno de los hoteles pegados al recinto. Llamé a Santos para contarle lo de la historia de Raquel y me dijo que estaba todo solucionado. Me puse a comer algo y daba vueltas para ver al resto. Encontré a Miguel, en el escenario grande esperando por New Order nos pusimos al día y buscamos un buen sitio para disfrutar del concierto.

New Order: Fue un gran momento de sentimientos encontrados, por un lado estaba la oportunidad de verlos por primera vez que disparaba mi adrenalina y por otro la posible decepción por la previsible mala calidad del sonido, los estragos de la edad y vida del grupo o la ausencia de mis grandes amigos para compartir todo ello. Pero al final las ganas pudieron con todo lo demás. Abarrote, oscuridad y expectación en el inicio que tuvo un mal comienzo con el saludo de “Viva España” (ojo manager).Tras los primeros temas de cortesía “Love Vigilantes”, “Crystal” o “Regret” dejaron claro que venían a promocionar su nuevo disco con dos seguidas “Hey Now What You Doing” y “Krafty”. Se les veía viejos, la conexión con el público fallaba y volvieron al repertorio de hits con una versión del “Transmission” de Joy Division pero decepcionaron al encadenar “Run Wild” y dos nuevas “Jetstream” y “Waiting For The Sirens’ Call” que sonaban a un quiero y no puedo. Los primerizos y los fans estaban eufóricos pero las críticas e ironías empezaban a inundarlo todo. Ellos eran conscientes de que el barco se hundía, sacaron tablas y nos brindaron “Bizarre Love Triangle”, “True Faith” que desataron la euforia y nos hicieron recordar el pasado. Creo que se pasaron un poco con “Love Will Tear Us Apart” (la estaban destrozando animando al público). Acaban con una buena versión de “Temptation” y un bis que tenía que ser un emocionante “Blue Monday” que como curiosidad llevaba implícito un homenaje a Kylie Minogue. Fue un concierto que cumplió mis expectativas de primerizo; sabía que estaban mayores, no iba a sonar bien, venían de promoción pero eso no me impidió saltar, bailar y cantar con todos esos hits que nunca había escuchado en directo lo convirtieron en inolvidable. Si los hubiera visto antes, sería crítico y tendría con qué compararlos pero como no es posible me contento con poder decir que los he visto en directo.

No recuperados de las sensaciones, acudimos a la barra del fondo del escenario Rock De Lux donde habían quedado con más gente. Tardaron más de lo previsto y la espera nos hizo perdernos el concierto de Mercury Rev aunque desde allí pude escuchar el buen sonido (por fin) y distinguí algunos temas como “Holes”,”Goddess on a Highway” o la última“The Dark is Rising”. Pareció ser un gran concierto y después me pregunté porqué no deje a toda esa gente que no conocía y que no me interesaban para irme unos metros y verlos desde más cerca. Miguel y yo estábamos destrozados, llevábamos más de diez horas allí metidos, nos marchamos sin ver a Human League cogimos el bus lanzadera hasta Plaza Catalunya y caminamos hasta casa. Al llegar no estaban Santos y Álvaro que seguían de juerga con Raquel y compañía pero tampoco teníamos ganas de buscarles y nos fuimos a dormir.

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