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sábado, mayo 28, 2005 

Crónica festivalera II

Mañana perdida, estaba claro, un zumo de frutas en la cafetería de abajo para reponer fuerzas y esperar a Raquel. Paseo sin rumbo fijo pero buscando un sitio barato donde comer con Santos, Álvaro y Raquel. Cansados de dar vueltas y descartados los asiáticos e italianos, nos decidimos por uno con mesas fuera y menú del día de 9 euros.
Tras llenarnos el estómago (expresión utilizada cuando la comida no te ha gustado) nos decidimos tomar el café en una terracita. Nuevo paseo hasta encontrar la idónea y de paso programar mentalmente la tarde-noche festivalera. El café con hielo, la suave brisa, el ligero sol y la buena conversación me hicieron perder la noción del tiempo y empezar a descartar grupos que en principio quería haber visto. Con ese café vino el primer descarte Nadadora, era fácil tendré más oportunidades de verlos. Siguiente parada en una plaza, cogimos mesa y entramos en la heladería (donde había que coger número como en el súper) nos tomamos helados,horchata o refrescos mientras un tío desarrapado con órgano y perro intentaba sacar unas monedas a los turistas deshaciendo versiones o tocando creaciones propias. Tuvo su éxito entre un grupo de niñas que jugaban y bailaban a su alrededor. Cuando estábamos allí empezamos a notar que caían unas gotas pero el cielo estaba despejado y no había nadie regando en las terrazas por lo que le dimos vueltas al asunto sobre posibles sistemas de riego o bromistas ocultos sin descartar todavía que fuera fruto de nuestra propia paranoia. Salimos en busca de otra plaza y otra gente que observar pues las conversaciones giraban en torno a cualquier tema, ya fuera los camareros antipáticos, la vida en los barrios o plazas, la lucha contra el sistema no pagando impuestos, el vocabulario sexual, el futuro o simplemente la vida; lo importante era conversar with a little help of my friends aunque costara perderse las actuaciones de grupos interesantes (adiós a elegir entre Don Nino y Vic Chesnutt). Llegamos a otra plaza con otros niños jugando y nos tomamos zumos de tomate, cañas o aguas con gas, sonaban los móviles para vernos en el festival. Nosotros seguíamos a lo nuestro disfrutando de la tarde juntos y enseñando a Raquel que la amistad entre los tres chicos que la acompañaban se basaba en lazos tan fuertes que ni la distancia ni el paso del tiempo podían romper (ya me he puesto cursi, se me saltan las lágrimas) con un simple reencuentro esporádico las cosas volvían al punto donde las dejamos. Mientras en el otro extremo de la ciudad, en un universo paralelo, estaría dudando para elegir entre Coralie Clement (soeur de B.Biolay), el debut de Mate (Plastic D’Amour), Josh Rouse (no poder escuchar it’s night time baby) o los mediáticos Garzón. Pasaban las horas y otros artistas se quedaban en el camino como François Breut, Tortoise o Steve Earle. Tampoco era cuestión de romper la magia y alargar la sesión de terrazas hasta el infinito y que llegaran las inevitables discusiones que nos dejaran un sabor amargo. Supimos parar a tiempo y despedirnos por tiempo indefinido los tres, porque a la pareja los veré por Coruña en agosto cuando los emigrantes vuelven a esta esquina del mundo llamado Galicia por sus vacaciones estivales.
Santos y yo pasamos por casa, cenamos unas pizzas en Teleidem (publicidad no please) y cogimos el metro hacia el Forum. Nos habíamos perdido la mitad de la jornada, nos esperaba Pepo en la entrada para darle el pase a Santos y otra vez dura decisión entre Dominique A, Echo & The Bunnymen o The Wedding Present. Con la tarde que llevábamos nos pudo la nostalgia de cuando empezaba lo indie y preferimos ver el regreso de The Wedding Present en el escenario Rock de Lux acompañados ya por Miguel, Ángel (cuánto tiempo sin vernos y força Penya) y más gente desconocida.

The Wedding Present: Posiblemente quedará como uno de los mejores conciertos del festival (por lo menos he visto uno de ellos).Supieron alternar temas nuevos con viejos sin bajar el ritmo ni la calidad. Pudimos escuchar “Interstate 5”, “I’m for Further North than You” y “It’s For You” del ultimo album o hits como “Spangle”, “Once More”, “Kennedy”. Si a esto le añades que David Gedge pide disculpas por haber compuesto canciones tan buenas y no poder tocarlas todas es la guinda de una buena tarta. Grandes.

Rodeado de fanáticos de Sonic Youth no me quedaba más remedio que ir hacia el escenario grande a coger sitio aunque el hambre apretaba.
Sonic Youth: otro grupo del que reconozco su calidad pero que hace demasiado ruido y distorsiones para mí. Aún así pude disfrutar de las locuras de Thurston Moore jugando con su guitarra y comprender que en lo suyo siguen siendo unos maestros imitados por todos. De su repertorio poco puedo decir porque solo conozco unas cuantas canciones, me pareció que no estaban cómodos en el escenario pero no pude evitar gritar y saltar como un poseso cuando tocaron “Teenage Riot”.
Como nos sobraba una hora para ver a Gang of Four decidimos ir hasta el escenario Rock de Lux y sentarnos en las gradas descansando mientras veíamos casi entera la actuación de They Might Be Giants. La verdad es que se hizo difícil permanecer sentado, enseguida empezaron a divertirnos con ese pop, sus ganas e imaginación. Bastó con que tocaran “Boss of Me” (sintonía de la serie de televisión Malcolm In The Middle) para recordar esas mañanas de fin de semana sin resaca en las que hacía un esfuerzo para levantarme y partirme con esa familia surrealista para después volver a la cama con una sonrisa. Fueron una grata sorpresa, casi bajo desde la grada a la pista. Me lo estaba pasando en grande pero el resto quería coger sitio para ver a Gang Of Four, así que nos fuimos antes de que acabara (esto me pasa por seguir al rebaño). Nos repartimos, unos cogieron sitio y otros fuimos a comer algo. De fondo se distinguían los ecos de la música que pinchaba Miqui Puig en la minicarpa y por un momento pensé que me encontraba en el Patachím o el Playa. Mientras esperábamos en la oscuridad de la noche apareció Guerra y se quedó con nosotros el resto de la noche.
Sobre Gang Of Four, me temía que estos viejos pioneros del post-punk se pudieran arrastrar sobre el escenario pero afortunadamente me equivoqué. Menuda energía y saber hacer, había escuchado pocas cosas de ellos (el mítico disco“Entertaiment”) y quiero más (ya sea por series medias o soulseek).Otra gran actuación.

Cuando acabó entramos en el dilema de qué hacer, como no proponían alternativas recordé que Franixon (LCB y AB) me había recomendado The Go! Team así que volvimos al escenario Rock de Lux. Los puristas acabaron escandalizados porque les rompieron todos los esquemas. En directo eran más divertidos que en su único disco, con mucho desparpajo y una puesta en escena muy simpática con la cantante vestida de rosa chicle animando al público como si fuera una animadora de hotel. Los que entendimos su juego nos pusimos a bailar y saltar, el resto creían que les estaban tomando el pelo con un grupo de triunfitos indignos de un festival como ése. Puede que la hora no fuera la más apropiada y la mierda de sonido ayudara a los críticos pero considero que fue una apuesta tan arriesgada como acertada.
Al acabar, yo cansado pero con un subidón de adrenalina y el resto aburridos, intentamos ir al Danzka CD Drome a ver a M83 pero parecía que todo la gente que quedaba se había concentrado en aquella esquina. Encima teníamos que buscar a más gente, desistimos y volvimos al escenario de antes a ver al noruego Erlend Oye (50% de The Kings Of Conveniente).Tenía un disco suyo en mp3 (Dj Kicks) que me había pasado Álvaro pero no sabía como era físicamente. Tenía pinta de chapón de instituto americano, miembro del equipo de cerebritos frikis con gafas y pelo rizado estilo eighties. Alternó las mezclas de DJ Kicks con temas sueltos, dando saltos y contagiando su entusiasmo al público, cantando y soltando discursos sin para de moverse. No pudo evitar hacer un homenaje a The Human League y dejar sorprendida a la gente cuando puso a Dire Straits o Bruce Springteen. Fue un fin de fiesta impresionante completado con la salida del sol y la brisa mañanera del mar.

La vuelta en metro se me hizo larga casi me quedo dormido en mi parada, a veces se agradece el codazo de un amigo (gracias por todo Santos).

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