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sábado, junio 04, 2005 

First Summer night

Hoy me he levantado temprano y con ganas, una larga ducha reparadora estaba como nuevo para afrontar el primer sábado con horario nocturno de verano (una hora más, adiós a las horas muertas).Por la tarde tocaba doble sesión en el CGAI. Primero era Notre Musique de Jean-Luc Godard, un ejercicio de estilo, vanguardia y sensibilidad para hacer un alegato contra las guerras demostrando que se puede seguir haciendo buen cine e innovando a cualquier edad y con cualquier presupuesto. Como para la segunda película quedaba una hora fui a ver, botellón de agua en mano, el final de la carrera de marcha atlética en Los Cantones. Tenía una llamada perdida de Carolo, le llamo y me cuenta el plan: ir a ver a Triangulo y otro grupo a las diez al Mardigras, quedamos en el portal pero le vuelvo a llamar para decirle que mejor nos vemos allí. Seguí viendo la marcha en los jardines donde me encontré con Carlos mi compañero de curro y pudimos disfrutar de una emocionante carrera masculina en su lucha contra el crono (Paquillo Fernandez) y femenina en una dura pugna entre varias rivales que ganó una atleta salvadoreña. Vuelta al cine para ver una sesión de cortometrajes franceses de mediados del siglo pasado y género variado. Un argumento más para no comer carne (a pesar de lo buena que está) es ver el corto Le sang des bêtes de Georges Franju que relata las formas de sacrificar a los animales en los mataderos de París de posguerra (tuve ganas de vomitar). Otra causa que merece defenderse es el antimilitarismo y como muestra el corto Hôtel des invalides también de Georges Franju que relata la visita al Museo de la Armada (catálogos de armaduras y armas de hace varios siglos) situado en el mismo recinto que sirve de lugar de encuentro de lisiados en las diferentes guerras en las que participó Francia. Los otros dos cortos, aunque bien podrían considerarse mediometrajes eran Les statues meurent aussi de Alain Resnais que trata sobre el arte en el África negra su significado inicial y su evolución como elemento fundamental del comercio y turismo. Interesante pero algo técnico y aburrido; por último Nuit et brouillard de Alain Resnais mítico alegato contra la barbarie nazi al rendir visita diez años después de su liberación a los campos de exterminio. Vuelta para casa y cambio de planes decidí ver el final del partido de fútbol de España (porque iban empatados a ceros y estaba cenando).Cuando acabó ya era tarde para subir al concierto, me conecté a internet y le mandé un sms a Carolo para que me dijera a dónde iban más tarde. Pasó el tiempo y no me respondía, le llamé varias veces pero lo tenía apagado. De pronto mensaje de Koka (había vuelto) que me esperaban en el Pata. Era casi la una, ya estaba algo apalancado pero me animé enseguida. Estaban Carolo, Iván, Koka, Ato y ¿Silvia? (nunca me acuerdo de su nombre) y la mini-sección “Qué” con Iago y Ana. Como suele suceder, pasó por nuestro lado mucha gente conocida (David “Yogurín” y Rubén, Sara y Raquel, les Nouvelle, Lucía…) lo justo para un saludo o una pequeña charla según los casos. Este ir y venir hacía difícil retomar las conversaciones, intenté no marear mucho con lo del Primavera Sound pero no paraban de preguntarme. Entre las historias de Iván (lo de su americana de 1 euro y la tienda donde la compró fue brutal), la puesta al día con Carolo y mi gran interés por el funcionamiento de la redacción del periódico (otra vez regresa mi vocación frustrada adolescente) a la par que intentaba que Ana no se sintiera sola (la veía más perdida, no conocía a nadie) mientras Iago estaba con Iván. Unas cuantas cervezas después (quizás ya demasiadas) nos fuimos al Velvet. Esta vez conseguí hablar con Koka en la barra unos segundos, parecía que un muro invisible nos separaba en el Pata. También me interesé por el cambio de look de Ato, dejando atrás la melena rizada. La charla distendida y algo de baile dejaron pasar las horas hasta que cerraron. Carolo y la Qué people se fueron para casa, el resto al Playa las Koka girls en coche e Iván y yo (haciendo eses) caminado. Conseguí que entráramos gratis y nos esperaban las chicas al lado de la barra. Sorprendentemente la Nordic no funcionaba. Fui al servicio y a pedir una estrella pero los perdí, intenté buscarles por todos lados y me encontré con Seco y Richard. Fuimos hasta la tarima.Se fueron a pedir otra y ya no los volví a ver (a veces me pregunto si la gente escapará de mí).A pesar de que estaba Dj Flashback (alter ego de Jorgejavier de Aquí hay tomate) y su sesión de pasteleo con repertorio de Raffaela Carrá incluido, no quedaba otra alternativa que abstraerse del mundo y ponerse a bailar hasta no poder más celebrando la primera noche de verano.Al salir, todo sudado pero feliz, tampoco les encontré así que decidí probar en Soweto. Aunque el ejercicio quema el alcohol y en el Playa solo tomé agua, iba algo tajado por lo que cuando un grupo de asturianos que habían venido a ver al Oviedo contra un equipo de tercera gallego (¿Cerceda?) me preguntaron a dónde ir se unieron a mí y fuimos por el camino cantando sus canciones y hablando con su acento. Esos genes indirectos asturianos resurgieron (parte de mis primos y tías son de Avilés).Pero en cuanto franqueamos la puerta me di cuenta que estaba fatal, me encontré con David “Yogurín” le pregunté por el resto y no sé que me dijo, así que era mejor dejarlo ahí y marcharse para casa.

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