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viernes, mayo 20, 2005 

Cambio de idea

Un consejo si tienes un día planeado hasta el más mínimo detalle, no te preocupes te van a fallar los planes uno tras otro. No ha sido tan exagerado pero casi. Para empezar se me ocurrió usar la cera que compré el verano pasado tras cortarme el pelo. Intenté recordar la cantidad y el modo de empleo pero me pasé un poco, quedándome con el estilo me-ha-lamido-una-vaca-la –cabeza. En el curro nadie hizo ningún comentario aunque en el bus los usuarios habituales me miraban de forma extraña. Cuando llegué a casa a comer la expresión de mi madre me hizo saber que necesitaba lavarme la cabeza otra vez. Como novedad en una aburrida tarde de curro de viernes me llamó mi hermano y estuvimos hablando casi diez minutos sobre mi bronca con nuestro padre, le conté toda la batalla y me dijo que a él también le había soltado algún comentario fuerte (mi padre siempre tan sutil) y de paso me encargó unas compras en BCN. La planificación de la tarde pasaba por sacar dinero y pasar por casa para dejar la tarjeta, comer un bocata y ponerse algo más cómodo para ir al cine y salir después. Dicho y hecho. Pensando que habría mucha gente llegué media hora antes al CGAI pero estaba casi vacío y como no tenía nada que leer le pedí a Walter que me dejara salir a la biblioteca un rato. Al regresar estaba más lleno pero sin abarrote. La película era la primera parte de La meglio gioventù de Marco Tullio Giordana que en su versión larga dura seis horas y cuenta cuarenta años de la historia reciente italiana a través de la vida de una familia cualquiera. Dividieron la proyección en dos partes, una cada semana de tres horas cada una (la segunda parte me la pierdo pero me compraré el DVD en la Fnac de BCN). Debido al cambio de bobina tuvieron que hacer una pausa y encender las luces, momento en el que me encontré con Raquel y se sentó a mi lado. Sabía por lo que había leído que no me iba a defraudar pero no pensé que fuera una obra maestra (sin ver la segunda parte ya pienso así).Como anécdota cuando acabó se oyeron algunos aplausos pero pararon todos salvo una chica (realmente era una señora pero quería realzar el momento) que continuó hasta el final de los títulos de crédito ante la mirada perpleja y alguna escondida sonrisa del resto que quedábamos en la sala.
Conecto el móvil (que casi no tiene batería) para ver si esperaba a éstos en el Soho o iba hacia otro lado. Al momento me llega un mensaje con cambio de planes, nadie baja. Paso por el Soho para ver si hay alguien pero solo veo a Pj y no me apetecía quedarme al no conocer al resto. Pasar de la euforia al cabreo te lleva a intentar llamar a gente en busca de plan alternativo, pero la primera elección, Marta, te rompe los esquemas al decirte que está con Sonia en BCN (me olvidé) y te da la puta noticia de que han echado a Alex del curro hace una semana. La impresión me deja descolocado por no habérmelo contado antes y por el hecho en sí, decido llamar a Alex para quedar mañana. Me dice que puede ahora, le digo que le espero en el Dublín y ya hablaremos. Pido una pinta de Guiness mientras ojeo el Tentaciones. Unos sorbos y patéticas hojas después (sigue igual) llega Alex y entramos en materia. Se le ve animado, con proyectos y con ganas de un merecido descanso. Tras una hora de puesta al día, nos vamos, quedando en volver a vernos para ir al cine a la última de Star Wars. La pinta me ha dejado con ganas de seguir así que me paso por el Patachím pero no veo a nadie, me da el bajón y me piro para casa.
Como curiosidad final, en el Dublín apareció Jon Sistiaga Informativos Telecinco que recordé que daba una charla esta tarde.

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