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miércoles, mayo 11, 2005 

Incomunicados

Es muy extraño que un día que empieza como cualquier otro pueda convertirse por los acontecimientos en uno de los más tristes de tu vida. La jornada matinal fue como cualquier otra con mucho trabajo y nuevos retos que afrontar (me voy a encargar de todo lo relacionado con el control de calidad y la Norma ISO).Incluso he tenido unos minutos para elegir las vacaciones: 3 días para ir a BCN a ver a my friends y de paso, al Primavera Sound; 3 semanas seguidas desde el 26 de Julio al 16 de Agosto con destino incierto y una semana a finales de Octubre posiblemente a Madrid o Londres.
Llegué a casa a comer y recibí una llamada de mi padre y ahí empezó todo. Me decía que pasara después de currar por su casa para recoger cosas mías que iban a pintar y que le llevara una de las copias de las llaves de su casa que dejaron mis emigrados hermanos para dárselas a los pintores. Primer punto de desencuentro: no me tiene que organizar mi vida, decidiré yo en mi tiempo libre cuando quiero pasar (decidí hacerlo al acabar de comer porque por la tarde tenía otros planes. En cuanto colgué me cabreé porque comimos el viernes y sábado juntos, quedándome a dormir en su casa la noche del sábado y pasando todo el domingo hasta las nueve con él no me había dicho nada de que iba a pintar la casa. Con todo el tiempo que tuve para poder hacerlo sin prisas. Cuando llegué allí y vi a los pintores y mi habitación vacía quedé perplejo y le pregunté donde estaban mis cosas. Me dijo que en la cocina estaban cuatro bolsas llenas de revistas y periódicos y tenía que decidir en ese día que cosas me quedaba y que no. Sabía que no iba a darme tiempo y lo lógico sería respirar profundamente y revisar lo que pudiera, cambiar mis planes de la tarde y regresar para acabar después de trabajar. Pero estaba tan enfurecido por nuestra falta de comunicación que le dije que me podría haber avisado antes y que iba a tirarlo todo y no iba a dejar en su casa ni un cepillo de dientes (todo esto a grito pelado y con los pintores delante).De las cuatro bolsas me quedé con media que escondí en el trastero para recogerla otro día, seguro que voy a echar de menos muchas cosas que tenía: los primeros artículos de Xurxo cuando empezó en La Voz, noticias de gente conocida, artículos interesantes, ejemplares de Le Monde Diplomatique y suplementos de periódicos o revistas. Tantos años de mi vida tirados en un minuto, me sentí como los que lo pierden todo en un incendio. Intenté que el trabajo me desconectara pero ahí seguía la lucecita roja encendida de cabreo. Quedé con Sergio, Tóni y David para tomar algo en el Dog’s Bollocks en el Paseo De Los Puentes, que es un local nuevo del que es socio Pepe un antiguo amigo mío de toda la vida con el que he perdido casi el contacto. Está muy bien tiene como tres ambientes, dos entradas y en la parte de arriba hay butacas y sillones para charlar que son comodísimos. Me lo pasé bien aunque ellos se dieron cuenta de que me pasaba algo que estaba muy serio y se lo conté por encima.Tenía pensado ir al CGAI pero no me sentía con ganas y me fui para casa a las nueve. Antes de quedar había pasado por Nonis donde cogí una invitación para el concierto de The Boogaloo Investigators del sábado en el Playa y el Mondosonoro de Mayo.
Cuando llegué a casa le conté todo lo que había pasado a mi madre. Estaba a punto de acostarme cuando llamó mi padre y habló con mi madre que después vino a contármelo a mí. Me dijo, resumiendo, que mi padre no quería volver a verme por su casa en dos meses yo le respondí que de acuerdo pero que yo subía los dos meses a más y que encima ahora era yo el culpable. Preferí dejarlo ahí no fuera a ser que empezara a discutir con mi madre.

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