Truchas y socios
Lo mejor de pasar un día de resaca es lo bien que te levantas el día después aunque tengas que currar. El cuerpo vuelve a responderte, las mejillas te brillan y las ojeras van desapareciendo, sería perfecto si hiciera un buen día pero no se puede tener todo.
La mañana transcurrió como otro lunes cualquiera costó ponerse a trabajar y se notó la falta de Montse, la pausa para el café se hizo distinta.
Como finalmente venía mi padre a casa de mi madre a comer las truchas, tocaba momento happy family con mi madre haciendo comida para un regimiento aunque solo fuéramos tres y se creaba esa especie de alianza de los divorciados para hacer un interrogatorio a sus hijos (la putada es que ahora al no estar mis hermanos emigrados tenía que soportar todo yo solo).Menos mal que tenía que volver al curro a las cuatro.
Por la tarde llamé a Carol para quedar para comer mañana, ya me encargaba yo de reservar en Casa Pilar. Después al CGAI donde ponían O Invasor de Beto Brant con la que finalizaba el ciclo de nuevo cine brasileño. Muy interesante, cuenta como dos socios contratan a un asesino para matar a otro socio y quedarse con la constructora. Pero no contaban con que el asesino iba a invadir sus vidas exigiéndoles un trabajo normal y ligando con la hija del socio asesinado heredera de una parte de la compañía.Lo que parecía muy sencillo se convirtió en un infierno para los dos socios.
Al salir tenía una llamada perdida de mi padre y le llamé, quería que llevase unos papeles a la empresa de mi tío (mi lugar de trabajo) de la que es socio. No me dijo nada más.
La mañana transcurrió como otro lunes cualquiera costó ponerse a trabajar y se notó la falta de Montse, la pausa para el café se hizo distinta.
Como finalmente venía mi padre a casa de mi madre a comer las truchas, tocaba momento happy family con mi madre haciendo comida para un regimiento aunque solo fuéramos tres y se creaba esa especie de alianza de los divorciados para hacer un interrogatorio a sus hijos (la putada es que ahora al no estar mis hermanos emigrados tenía que soportar todo yo solo).Menos mal que tenía que volver al curro a las cuatro.
Por la tarde llamé a Carol para quedar para comer mañana, ya me encargaba yo de reservar en Casa Pilar. Después al CGAI donde ponían O Invasor de Beto Brant con la que finalizaba el ciclo de nuevo cine brasileño. Muy interesante, cuenta como dos socios contratan a un asesino para matar a otro socio y quedarse con la constructora. Pero no contaban con que el asesino iba a invadir sus vidas exigiéndoles un trabajo normal y ligando con la hija del socio asesinado heredera de una parte de la compañía.Lo que parecía muy sencillo se convirtió en un infierno para los dos socios.
Al salir tenía una llamada perdida de mi padre y le llamé, quería que llevase unos papeles a la empresa de mi tío (mi lugar de trabajo) de la que es socio. No me dijo nada más.
