Bajar a tomar algo.
Me levanté tarde y descansado. Quedé para comer con mi padre, los dos solos, y una vez más el silencio roto por algún comentario futbolístico o culinario y las prisas por acabar con la patética situación cuanto antes. Para no discutir, mejor no hablar. Como premio por mi conversación fui al Fórum a ver una película turca pero me fui a los dos minutos al ver que era doblada (es curioso pero empieza con una canción en versión original que tenía subtítulos para después continuar el doblaje) me sentí engañado porque en el cartel no ponía nada. Me daba un poco de corte largarme yo solo pero enseguida se fueron más que opinaban lo mismo y me decidí. Al salir me preguntaron los de las entradas si le pasaba algo a la película les dije simplemente que no me apetecía verla doblada. Estuve a punto de pasarme por el videoclub para ver si la tenían.
En el largo paseo bajo el sol hasta casa, me crucé con Alex en su coche y al rato recibí un mensaje suyo para quedar más tarde. Llevaba algo de retraso en mi blog así que puse un poco de música y a ello. Cerca de las siete y media me interrumpió una llamada de Alex que venía hacia mi casa para aparcar por ahí y bajar a tomar algo. Fuimos al Dublín donde estaba el suelo lleno de arroz y la camarera barriendo (qué sitio tan raro para celebrar una boda quién sabe a lo mejor se conocieron allí).Tras unas cuantas cervezas quedamos con Marta en otro sitio cerca (no sé su nombre eso que paso todos los días tres o cuatro veces por delante), estaba con Oscar (cambio de imagen pero eso no evitaba fijarse en sus manos) y otro chico. Alex y yo nos tomamos unas tapas mientras intentábamos recordar de qué conocíamos a la camarera (casi media hora dándole al disco duro para recordar que había trabajado en nuestro querido Dublín).Dejamos a los otros chicos y nos fuimos con Marta a la bodega As Vides donde había concierto de tangos. Fue bonito y curioso, incluso una pareja del público se puso a bailar (eran un poco flipados). Justo en el pequeño descanso de la actuación recibí un mensaje de Carolo y quedé con él a las 00:30 en el Soho. Los dejé disfrutando de la segunda parte y me piré al Soho. Carolo estaba con Pablito, David y más gente. Hablamos de varias cosas generales (trabajo, clases, Anita) y del concierto al que no pude ir ayer y mis aventuras el pasado finde en el cumpleaños de Mimi. Después llegó Iván y el tema giró hacia la revista Noroeste y posibles colaboraciones (puede que me anime).También Iván me dijo que no compartiríamos alojamiento en casa de Santos porque en vez del Primavera Sound elegía el Festimad (una pena).Salimos se nos unió Iago Lekker (previa presentación por parte de Iván), me pareció un tío interesante me pasé bastante tiempo hablando con él. Tocaba rendir visita al Pata, (pocos conocidos y mucha charla sin prestar atención a la música).Me quedé con las ganas de ver a Rubén para que me contara como fue la charla que dio en la uni sobre antimilitarismo hace unos días y que la incompatibilidad del horario laboral me impidió asistir. Siguiente parada el Velvet, más cervezas y conversaciones interesantes aislados del mundo, fue una sensación agradable toda la noche sin prestar atención a la gente o la música como si estuviéramos en una burbuja. Pero llegó el momento en que me dí cuenta que esa burbuja en realidad era de alcohol y ya no podía más, llevaba casi nueve horas seguidas bebiendo. Estaba claro que por mi parte (y la de Carolo) la opción Playa quedaba para otra ocasión, por lo que ahí acabó todo.
En el largo paseo bajo el sol hasta casa, me crucé con Alex en su coche y al rato recibí un mensaje suyo para quedar más tarde. Llevaba algo de retraso en mi blog así que puse un poco de música y a ello. Cerca de las siete y media me interrumpió una llamada de Alex que venía hacia mi casa para aparcar por ahí y bajar a tomar algo. Fuimos al Dublín donde estaba el suelo lleno de arroz y la camarera barriendo (qué sitio tan raro para celebrar una boda quién sabe a lo mejor se conocieron allí).Tras unas cuantas cervezas quedamos con Marta en otro sitio cerca (no sé su nombre eso que paso todos los días tres o cuatro veces por delante), estaba con Oscar (cambio de imagen pero eso no evitaba fijarse en sus manos) y otro chico. Alex y yo nos tomamos unas tapas mientras intentábamos recordar de qué conocíamos a la camarera (casi media hora dándole al disco duro para recordar que había trabajado en nuestro querido Dublín).Dejamos a los otros chicos y nos fuimos con Marta a la bodega As Vides donde había concierto de tangos. Fue bonito y curioso, incluso una pareja del público se puso a bailar (eran un poco flipados). Justo en el pequeño descanso de la actuación recibí un mensaje de Carolo y quedé con él a las 00:30 en el Soho. Los dejé disfrutando de la segunda parte y me piré al Soho. Carolo estaba con Pablito, David y más gente. Hablamos de varias cosas generales (trabajo, clases, Anita) y del concierto al que no pude ir ayer y mis aventuras el pasado finde en el cumpleaños de Mimi. Después llegó Iván y el tema giró hacia la revista Noroeste y posibles colaboraciones (puede que me anime).También Iván me dijo que no compartiríamos alojamiento en casa de Santos porque en vez del Primavera Sound elegía el Festimad (una pena).Salimos se nos unió Iago Lekker (previa presentación por parte de Iván), me pareció un tío interesante me pasé bastante tiempo hablando con él. Tocaba rendir visita al Pata, (pocos conocidos y mucha charla sin prestar atención a la música).Me quedé con las ganas de ver a Rubén para que me contara como fue la charla que dio en la uni sobre antimilitarismo hace unos días y que la incompatibilidad del horario laboral me impidió asistir. Siguiente parada el Velvet, más cervezas y conversaciones interesantes aislados del mundo, fue una sensación agradable toda la noche sin prestar atención a la gente o la música como si estuviéramos en una burbuja. Pero llegó el momento en que me dí cuenta que esa burbuja en realidad era de alcohol y ya no podía más, llevaba casi nueve horas seguidas bebiendo. Estaba claro que por mi parte (y la de Carolo) la opción Playa quedaba para otra ocasión, por lo que ahí acabó todo.
