Estoy en el CGAI

Me duele la cabeza por las cenas(y las decenas de cervezas)acumuladas.

El viernes éramos 17 primos(incluido mi ex-jefe,aislado por sus padres y hermanos).Lo pasamos muy bien.El menor está en la preadolescencia (realmente es hijo de mi primo)y el mayor tiene curenta y tantos.Por eso a la hora de pagar optamos por que solo pagaran los que trabajaban.
Después de cenar fuimos al Belle Epoque, recientemente reformado y reinaugurado por la gente del Playa.Es muy fashion,tipo La Postrería.Tiene un portero y el camarero va uniformado.Música bastante decente alejándose de radiofórmulas.Altas dosis de pijerío y postureo entre los presentes con más cuarentones que treinteañeros (mucha camisa con jersey colgado sobre los hombros y ellas de perlas y capas de maquillaje).
Cayeron un par de rondas y a las tres nos fuimos.Ya solo,me subí hasta el Patachím con la sorpresa de ver pinchar al cocinita del bigote con toda su trouppe por allí.Me uní a ellos hasta el cierre salvo breves instantes de conversación con la Pau (te manda besos Lu),amiga de mi hermana y opositora que estaba con una antigua camarera del Pata exiliada en los madriles.Llegué a casa y el efecto del chupito de licor café de la cena me impidió dormir y me pasé un par de horas conectado.

Ayer me desperté casi a las cuatro, con el tiempo justo para ducharme,vestirme y salir hacia el muelle de trasatlánticos para ver el espectáculo de ln42 de Caixa Galicia,improvisando una comida rápida por el camino.Tenía una invitación pero me metí por el Parrote y cuando me di cuenta y di la vuelta ya era tarde para entrar.
Me fui a tomar un café al Marfil y subí a casa para clasificar la ropa entre lavada y sucia o planchada y sin planchar.Tuve que poner unas cuantas lavadoras.Un sms con acento que también quería haber ido a Viveiro concretó lo que sería la noche después de la cena.Quedé con los exiliados para cenar juntos en O'Bebedeiro.Se retrasaron media hora en darnos la mesa y casi empezamos a las doce pero mereció la pena.Todo buenísimo y además trato amable y sincero.Perdimos la cuenta de las botellas de vino que tomamos(unas 6 y éramos 8)y lo pasamos muy bien,repartiendo las risas entre trago y/o bocado.
Llegamos al Patachím casi a las dos y repetía el pincha del bigote.Cayeron unas rondas pero no nos atrevimos con el ritual de la ronda de tequilas.Apareció por allí la compañera de carrera e instituto exiliada en Amsterdam y también el tándem asturiano-gaditano,éstos con una pareja.Ya hubo las primeras bajas y en cuanto llegamos al 14, las siguientes.Estaban cansados de tanto viaje,la ausencia de aire acondicionado y los estómagos repletos hicieron el resto.Yo tenía menos cansancio y más ganas de quedarme.Fue fácil unirse al grupo de cuatro y estirar el tiempo hasta el cierre (etílica conversación con lacalamaradelosmallos e invitación del de Gadis vía Japón,incluídas).
Las típicas dudas del final nos hicieron parlamentar y decidimos pasear hasta el Playa.Mucha cola y había que pagar pero entramos.Llegó todo el staff del 14-Patachím y nos incorporamos al grupo.Sesión con altibajos que parecía un karaoke si mirabas a la gente subida a la tarima.Hubo más deserciones de camino y en Soweto.Nos echamos unos bailes mientras daba cuenta de la última caña de la noche (o primera de la mañana).Me acerqué un poco más que otras veces a la casa del dúo pero sin llegar.Me tomé un chocolate con churros en Bonilla e intenté leer el periódico pero me bailaban las letras y me quedaba dormido(patético,lo sé).

Con razón hoy me desperté a las cinco y con tremenda resaca.Encendí el móvil y tenía una perdida del exiliado san31.Me convenció para bajar a la playa y estuvimos dos horas juntos poniéndonos al día más de los demás que de nosotros mismos.Luego volví a casa a limpiar un poco y a las nueve bajé al Marfil a leer los periódicos y a por mi dosis de aquarius.Continué tomando unas tapas deliciosas (tortilla y pisto)en la cervecería que está frente al Matheews y para finalizar caminé media hora por el paseo hasta el rompeolas para oxigenarme e intentar aclarar mis ideas.Debo tomar un par de decisiones importantes, entre ellas la del piso y necesito pensar aunque no tenga la cabeza para ello.