Estoy en el CGAI

En las últimas semanas he ido adquiriendo ciertas costumbres que casi se han convertido en rutina.Algunas como los partidos de rugby en la Mathew's tendrán que desaparecer para regresar con el Mundial en septiembre aunque seguramente volveré muchas veces al irish pub.Otras dependen de las circunstancias, de las resacas o de donde y cuando juegue el Depor, ese sería el caso de las tardes dominicales de café, acuarius y periódicos en el Marfil.
Pero de las que os quiero hablar hoy son de dos muy recientes, tanto que suceden días como ayer y hoy, es decir, los lunes y los martes.

Ayer, además de no ir al gimnasio (rutina que cada vez es más difícil de cumplir) y en su lugar, echarme una siesta de veinte minutos (costumbre peligrosa) fui al cine.Ya sé que ésto sería más que una rutina una adicción pero ese tema lo dejo para otro día.En el cgai presentaban el Dvd de "La Casa de mi abuela" de Adan Aliaga, multipremiada y en parte producida por la productora de Ignacio Benedeti, al que me hubiera gustado agradecerle sus mails en persona pero no tuve la oportunidad de presentarme.Es una película con aires de documental pero como expuso su director en el coloquio posterior, tiene su trampa siendo parte ficción.Pero dicha ficción consigue darle forma y estructura cinematográfica a la historia recogida durante cuatro años y muchos metros de película (lo digo así aunque tenga formato digital) a la vida cotidiana de una abuela, la casa ruinosa en la que vive (y que sus hijos han decidido reconstruir como edificio,la especulación levantina) y un torbellino en forma de nieta hiperactiva que se come la cámara.Resultó tal delicia que, tras el coloquio, me compré el dvd plagado de interesantes extras por diez euros (cuatro más barato que en las tiendas) y aquí viene lo que ha pasado a ser la rutina azarosa de ciertos lunes:coincidí otra vez con una chica profesora en el cine y después nos fuimos a la Nova Pataca a tomar tapas y vinos hasta pasada la hora bruja.

Hoy sí que cumplí con el gimnasio y también con los quehaceres de mi habitación.Luego tocó la retomada rutina de los martes: cenar y ver House en casa de la 4102 que se encuentra en un momento vital demasiado importante como para no dejarla sola.Eso sí, no era el único que tenía a su lado.Quedé con ella en el Universal, estaba con dos de nuestras amigas cuando llegué.Una de las cuales se marchó cuando salimos y los demás nos fuimos a casa de la 4102, le tocaba a la otra S.quedarse con ella.Nos vamos a turnar una buena temporada para hacerle compañía.Sabíamos que se iba a caer y que cuando fuera nos tendría para poderse levantar.