Recados y películas
Comencé la semana algo indispuesto por los excesos cercanos. El lunes tuve que hacer frente a varios asuntos después de currar como recoger el regalo de mi madre o intentar solucionarles unos problemas con el ordenador a mis primas. Además me llamaron para tomar algo y no pude hacerlo hasta más tarde por que la película que echaban en el CGAI era del ciclo brasileño e indispensable. Se trataba de O Primeiro Dia de Walter Salles que transcurría en el último día del milenio en Río de Janeiro donde dos personas se encuentran cuando sus vidas han dado un giro y se enfrentan con esperanza a la llegada del nuevo milenio como punto de inflexión en sus desgraciadas vidas. Como curiosidad salió un extra con la camiseta del Depor de Feiraco algo desteñida casi era violeta.Me volvió a recordar los primeros días del año que pasé allí. Volví para casa con la satisfacción de ver una pequeña pero gran película y le di el regalo a mi madre y unos minutos después salía para el Polvorín donde me estaban esperando Tóni, Sergio y Carlos. Nos contamos cómo acabamos el sábado y nos tomamos la última en el Lenda, despidiéndonos de Carlos hasta una próxima visita desde Madrid quedando en que por lo menos el 19 de Junio estaría aquí “para botalos fora”.
El martes no hice nada especial, porque lo de ir al CGAI se puede decir que entra dentro de lo habitual. Esta vez era del ciclo de Errol Morris y su cine documental. Era doble sesión, primero un capítulo de la serie de televisión First Person titulado Smiling In A Jar en el que la directora de un museo de curiosidades médicas en cera o formol muestra con hilarante tranquilidad algunos excéntricos ejemplares. Después la película Vernon, Florida en la que tras una intención inicial de hacer un reportaje sobre los habitantes de una curiosa localidad caracterizados por ganar múltiples pleitos a las compañías de seguros se reconvierte gracias a las entrevistas realizadas en una muestra de raros personajes y sus costumbres que eclipsan o anulan la intención inicial para convertirse en un nuevo argumento. Al acabar se realizó un coloquio por finalizar el ciclo esta semana, que estuvo muy interesante y en el que participé activamente para aprender y no dejar que estas iniciativas se descarten por falta de participación del público presente.
El martes no hice nada especial, porque lo de ir al CGAI se puede decir que entra dentro de lo habitual. Esta vez era del ciclo de Errol Morris y su cine documental. Era doble sesión, primero un capítulo de la serie de televisión First Person titulado Smiling In A Jar en el que la directora de un museo de curiosidades médicas en cera o formol muestra con hilarante tranquilidad algunos excéntricos ejemplares. Después la película Vernon, Florida en la que tras una intención inicial de hacer un reportaje sobre los habitantes de una curiosa localidad caracterizados por ganar múltiples pleitos a las compañías de seguros se reconvierte gracias a las entrevistas realizadas en una muestra de raros personajes y sus costumbres que eclipsan o anulan la intención inicial para convertirse en un nuevo argumento. Al acabar se realizó un coloquio por finalizar el ciclo esta semana, que estuvo muy interesante y en el que participé activamente para aprender y no dejar que estas iniciativas se descarten por falta de participación del público presente.
