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lunes, marzo 14, 2005 

Semana de pasión

Comienza una semana llena de acontecimientos, que me servirá para subirme un poco la moral que tengo un poco baja últimamente.Para empezar, fui a comer a casa de mi abuela porque como a mi hermana le operaban de las muelas del juicio y mi madre iba con ella, no iban a estar en casa y yo no tenía tiempo para cocinar.Hacía tiempo que no comía con mi abuela, porque ir a verla y tener que salir corriendo para currar sin tiempo para hablar un rato no me gusta.Al llegar me encontré con que también se habían apuntado mis primos Alicia y Guillermo, fue una grata sorpresa.
Tras acabar la jornada, hice unas llamadas para saber si mi hermana estaba bien y ver si Carol iba a Lali Puna y me podía explicar porque Beti no me respondió al mensaje de felicitación por sus 31 años (Carol está enferma y Beti nunca no responde porque no tiene saldo).De camino al CGAI me llamó Carolo, que venía mañana desde Santiago, para ver si me apuntaba a Lali Puna, le dije que no podía era muy tarde con telonero y al dia siguiente tenía que estar listo a las 8.En el CGAI ví Silver City de John Sayles.Otra gran película de este director con gran compromiso social.Un nuevo retrato de las partes oscuras de su país.Es curioso que justo el jueves pasado en Días De Cine salieron algunas en la sección DVD, aunque ya me he visto la mayoría de sus películas (casi todas en el cine y algunas en la tele) echaré un vistazo a los DVDs para ver si tienen algún extra interesante.Casualidades de la vida, también estaba Lucía y nos sentamos juntos.Es un poco extraño que cuando no tenía novio apenas se le veía por el cine y ahora que lo tiene aparece cada vez más.Bueno yo seguiré disfrutando de su compañía pero por supuesto respetando su relación (nunca me he metido en medio de ninguna pareja es un principio que espero no romper nunca).Simplemente estamos conociéndonos un poco, pero sin ninguna otra intención.Me encanta conocer gente, poco a poco sin forzar las cosas, que la amistad vaya saliendo por si sola, sin necesidad de darle tu número de teléfono a la primera persona que pase un rato charlando contigo.De hecho aunque ya conozco a Lucía desde hace más de un año, nunca hemos quedado ni nos hemos dado el teléfono, todo han sido encuentros fortuitos.

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