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jueves, octubre 27, 2005 

The Soul of a Man

Como dice el título acabo de ver la película “The Soul of A Man” de Wim Wenders que forma parte de un grupo de documentales sobre la historia de la música que llevarán a cabo en estos años.
Mi contacto con el blues se había limitado a unos cuantos discos que abarcaban desde el mítico “The Complete Recordings” de Robert Jonson hasta alguno de la John Spencer Blues Explosion pasando por diversos bluesman como B.B.King o su querido amigo Raimundo Amador de la época de Pata Negra y además algunas canciones sueltas de otros artistas cercanos al blues. En directo había visto a John Mayall en el “Concierto de los 1000 años” en mi ciudad en el lejano 93, unos cuantos de Los Deltonos que en su primera época se acercaron al género y las actuaciones callejeras del grupo local Miki Nervio & The Bluemakers. Por lo tanto se podría decir que mi contacto con el blues era más bien escaso.
Por lo tanto, no conocía a los tres bluesmen de los que se ocupa el documental: Blind Willie Johnson, personaje que ejerce como narrador con la voz de Laurence Fishburne y representa la primera etapa de finales de los años veinte; Skip James protagonista en las dos etapas del film y por último J.B. Lenoir que nos lleva hacia mediados de los sesenta la etapa del redescubrimiento de estos clásicos.
El filme se estructura en base a un viaje espacial de una nave exploradora sin retorno que lleva una recopilación de la historia del planeta para dar a conocer a otras hipotéticas civilizaciones nuestro modo de vida.
Entre dicho material se encuentra un vinilo del ciego Willie Johnson que sirve para recrear parte de la vida del mismo. Comienza, a su vez una especie de “duelo de slides” interpretando la misma canción el mito y algún artista actual, llegando a cambiarse el orden en algunas ocasiones. Con la misma estructura salta a Skip James cuya trayectoria se frenó casi antes de empezar por la crisis de la época. Se produce un salto en el tiempo que nos lleva a los años sesenta y una actuación de John Mayall que interpreta "The Death of J.B. Lenoir" que sirve de excusa para contar la historia del último protagonista a través de una entrañable pareja mitad sueca, mitad norteamericana, que tuvo contacto con él y que grabó un documental para darlo a conocer que fue rechazado por todas las televisiones a quienes se lo mostraron y que constituye un documento imprescindible. Lo que destaca de J.B.Lenoir es que sus letras abarcan temas como el racismo, la emancipación de la mujer o la lucha contra la guerra de Vietnam que son aprovechadas por el director para introducir imágenes de archivo representantes de las mismas.
Finalmente se sirve del resurgir del género para acercarse al festival de Newport del 64 y recuperar la figura de Skip James que vuelve a tocar tras desaparecer treinta años y que causa una auténtica conmoción.
Lamentablemente estos dos bluesmen murieron cuando comenzaban a triunfar, en una época en la que ser negro y pobre no ayudaba si tenías algún problema de salud.
La galería de personajes que interpretan las canciones va desde Beck, Nick Cave o Lou Reed a Cassandra Wilson, Bonnie Raitt, Lucinda Williams... y grupos como Los Lobos o The Jon Spencer Blues Explosion. Además no podía faltar en la película el momento de autobombo con la presencia del propio director en varias imágenes de archivo, en un ataque de egocentrismo innecesario.

Dejando a un lado la crítica estricta del documental, en un terreno más personal decir que apenas éramos diez personas en la sala 2 de los Equitativa, el sonido dejaba bastante que desear y el formato original se veía destrozado por el tamaño de la pantalla. Para una vez que un cine privado intenta luchar contra el cine de palomitas de los Filmax o Yelmo ofreciendo películas interesantes en alguna de sus seis salas e incluso se atreve a una versión original después de muchos años, el público no responde y solo durará en cartel una semana.
Como curiosidad, intenté ir con Tóni el día anterior pero llegué tarde (por causas que no merece la pena señalar por ridículas) y no entramos; hoy no podía venir así que fui solo caminando bajo la lluvia torrencial (dicen que originada por el Wilma) escuchando el 69 Love Songs. Entre las escasas diez personas tenía que aparecer esa chica que el azar o el destino hace que la vea en los sitios más insospechados pasando meses sin coincidir en sitios a los que vamos con mucha frecuencia.
Por cierto, a los que leísteis mi sueño deciros que no hubo segunda parte aunque una de las chicas era ella, demasiado curioso para no darle vueltas al coco.También os preguntaréis cómo es posible que un antimadridista confeso no haga ninguna referencia al triunfo de mi equipo por 3-1, ya me quedé sin voz en la primera parte por lo que las palabras no me salían para escribirlas, pero disfruté tanto como cualquiera de las últimas quince veces que llevamos sin perder en Riazor contra ellos.

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