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sábado, enero 28, 2006 

Amén

Llegamos pasadas las tres, con tiempo suficiente para dejar todo en su sitio y abrigarse para ir a las cinco al Forum para ver “Amén” de Costa-Gavras. Fascinante historia de curas y nazis, donde unos son solo curas, otros son solo alemanes pero unos cuantos son nazis o incluso, valga la redundancia, curas y nazis al mismo tiempo.
Dejando clara mi postura ideológica y mi simpatía por ese género de cine sociopolítico del que este director es un fiel representante paso a centrarme en los hechos que narra.
Se centra en la historia de un científico alemán, miembro del ejército que descubre que su trabajo está sirviendo para exterminar a seres inocentes. Como no tiene a quién acudir solo le queda su iglesia y ahí comienzan sus problemas.
El único que le escucha es un cura, con mucha influencia en la corte pontificia, pero que se da cuenta que no pueden hacer nada. Cuando éste descubre que la iglesia católica está más preocupada por sus fieles, por sus bienes y por luchar contra el comunismo que por lo que les pueda acontecer a miembros de otras religiones o culturas decide que no le queda otra opción que protestar de la única forma que sabe, siguiendo los designios de su religión, estando con los que sufren.
Siempre tuve curiosidad por saber si en los regímenes fascistas la gente era consciente de lo que se le venía encima o no sabían lo que se escondía debajo de la alfombra. En el caso del pueblo alemán y su ejército me costaba comprender que aceptaran fielmente las ideas nazis, me parecía insultante que toda esa gente no se diera cuenta o mirara hacia otro lado, se suponía que a un cierto nivel de educación dichas tesis ideológicas serían catalogadas como absurdas por todos los científicos. No me había parado a pensar que al ser un país en guerra muchos científicos trabajaban por la victoria sin saber nada sobre un exterminio de personas.
Nunca me han caído simpáticos los pueblos que se creen los elegidos, que se aíslan y crean comunidades cerradas y que sobre todo no tienen memoria histórica y cometen los mismos errores que cometieron con ellos; pero eso no significa que, llegado el caso, pueda apoyar cualquier tipo de genocidio sean cuales sean sus razones si es que existen.Sigo siendo ciudadano del mundo que da a conocer sus singularidades al resto y se enriquece con las de los demás.
Mi ateismo y mi posición ideológica no me han impedido emocionarme durante la proyección, sobre todo viendo como unos miraban hacia otro lado o apoyaban a los fascistas por su obsesión contra el comunismo como sucedió aquí unos años antes.
Por muchas veces que pidan perdón, si es que lo hacen alguna vez, no evitarán que recordemos que no solo no fueron neutrales si no que se aliaron con aquellos que pregonaban ideas que son contrarias a lo que dice su doctrina. Menos mal que ambos son cada vez menos numerosos pero siempre es mejor tener un ojo abierto por si acaso.

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