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miércoles, noviembre 30, 2005 

Vendredi Soir

Segunda película consecutiva de Claire Denis que voy a ver en mi sala favorita. Esta vez hay más gente que ayer, parece casi lleno y el calor contrasta con el frío de fuera.
Es la historia de una mujer que está de mudanza (qué envidia), se marchará a vivir con su novio. Llena de cajas y de dudas entre que dejar y que quedarse, carga las cosas en su coche sin darse cuenta que la circulación no es fluida. Pone la radio donde una locutora, con cierta ironía informa que el atasco durará muchas horas, la ciudad está colapsada y se pide paciencia a los conductores y solidaridad con los peatones ante la huelga de transporte público. Entonces aparece él, con ese aire seductor irresistible, el tipo de hombre por el que cualquiera se sentiría atraída y se dejan llevar. El magnetismo que produce Vincent Lindon es tal que hasta el más heterosexual de los hombres sentiría ciertas dosis de admiración (o envidia).Hasta aquí puedo contar sin destrozarla. Nos lo cuenta con muchos planos cortos, basándose en miradas y gestos, dejando los escasos diálogos para situaciones muy concretas.
A título personal, dejando a un lado la crítica cinematográfica, ver que se encienden las luces y que al salir te cruzas con cuatro de las chicas (unas conocidas y otras desconocidas) que han rondado tu cabeza en los últimos tiempos, sin más gestos que un saludo o una simple mirada, te provoca sentimientos encontrados que te hacen olvidar lo visto anteriormente.

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