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sábado, noviembre 26, 2005 

Memoria del saqueo

Ante una tarde del sábado de las habituales, la perspectiva de pasarse más de cinco horas seguidas viendo fútbol, rugby y grabaciones varias era demasiado fuerte para mi espalda y mis ojos. Lo mejor era hacer una pausa para oxigenarse y caminar un poco, por ejemplo, hacia el Forum para ver el documental “La Memoria del Saqueo” del argentino Fernando E. Solanas, polifacético personaje muy conocido en su país pero totalmente desconocido fuera de sus fronteras.
Primero valiéndose de su cámara digital recoge los testimonios inmediatos y después utiliza imágenes de archivo para completar más de doscientas horas de metraje para explicar las causas de la crisis económica y social del 2001 que asoló su país. En un laborioso montaje consigue hacer un documental de unas dos horas, ágil y necesario, para relatar el continuo saqueo producido por los dirigentes argentinos desde la finalización de la dictadura militar.
Se pasa por sentimientos encontrados mezcla de indignación por la falta de ética de los políticos, del sistema neoliberal y de las multinacionales sin escrúpulos; y el orgullo por ver el levantamiento espontáneo del pueblo en lucha. Estructura la película en diez partes separadas y relacionadas entre sí para explicar las causas del expolio de un país muy rico y próspero que le llevan a la miseria, la pobreza y un cierto tipo de genocidio social. Todo ello contado sin excluir a ninguna voz que quisiera hablar, pero sin olvidar tomar partido por los más débiles, opción obligada y necesaria en esta situación. Aún después de pasados unos minutos no puedes olvidar cómo fue posible tal animalada y sabes que podría haber ocurrido aquí si siguieran las privatizaciones iniciadas hace unas décadas. Una vez más sigue quedando de manifiesto el poder del consumidor para elegir lo que tiene que comprar y si cada uno de nosotros comprendiera que en nuestras manos está la posibilidad de rechazar los productos de las multinacionales que dañan de forma directa o indirecta a la población o la naturaleza optando, en la medida de nuestras posibilidades económicas, por productos más respetuosos con el entorno ciertas pautas de comportamiento de las grandes corporaciones se reducirían. Este es el boicot que se puede hacer, dejémonos de localismos trasnochados que solo favorecen a los ricos.

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