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domingo, marzo 05, 2006 

Volver al negro

Mi estado de ánimo me ha hecho regresar al negro como único color para vestir.
El resto del fin de semana podría haber sido para olvidar. El cáncer había matado a otra vecina más, a Mari Luz la mujer de Ignacio P. un caso más que añadir a la lista y un motivo más para empezar a exigir una investigación porque la cosa ha dejado de ser normal. Mi cabeza no daba para más, mi situación laboral era tan incierta que me estaba planteando no acudir a trabajar el lunes porque no estaba oficialmente contratado. Una simple tontería como la derrota del Depor ante el Barça hubiera podido aumentar aún más el desasosiego pero era tal que ni me afectó. Lo mejor era dormir y a la una ya estaba durmiendo.
Pero doce horas más tarde alguien me devolvió la sonrisa, estaba viendo una exposición de carteles propagandísticos de la guerra civil cuando Ana me saludó. Habían pasado los años para los dos pero seguía tan radiante como entonces. Fue nuestra profesora de geografía e historia en tercero de B.U.P. Comenzamos a hablar de los viejos tiempos y de cómo nos iba la vida. Ella tenía una hija más, ya eran tres, pero no habría otras era lo que habían pactado. Seguía dando clases pero ya de forma rutinaria porque sus hijas le restaban el tiempo necesario para evolucionar y actualizar sus conocimientos. Esperaba poder hacerlo cuando fueran algo más mayores. Le conté como nos iban las cosas al resto (Xurxo, Álvaro, Santos y David) se acordaba de todos, luego nos pusimos a analizar el futuro de mi generación y acabamos soñando con una nueva revolución. Sigue viviendo en el barrio y lleva a sus hijas al colegio laico y público de nuestra zona.La conversación apenas duró varios minutos pero parecieron horas.
Con ánimos renovados me fui a comer con mi padre y mi hermano parando a la vuelta en “La Rigueira” para un nuevo capuchino y una sesión de periódicos bajo la dulce y atenta mirada de la camarera de ojos grandes y marrones.

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